domingo, 22 de septiembre de 2019

37ª Reunión del Grupo Vicariano de Madrid

Casa Pepe 
Fuenlabrada (Madrid) 

21 de septiembre de 2019

Crónica de la 37ª Reunión Grupo Madrid 

“La noche de la tormenta, mare, ¡cómo llovía!”. Podría empezar la crónica con estas sevillanas de Chiquetete, para describir el tormentazo que cayó en Madrid el viernes por la noche. Me acordé de las inundaciones recientes, donde familias enteras lo han perdido todo. Egoistamente me preocupaba de la comida programada para el sábado en Casa Pepe. Tuvimos suerte y ayer amaneció con cielo claro, aunque a media mañana se puso color “panza burra”. 

La primera alegría del sábado fue cuando nos bajamos Andrea y yo del coche y vimos en la terraza del restaurante a Cari con nuestro Intendente Mayor, Victoriano y su morenaza Consuelo. Cari no asistía a un encuentro desde el 7 de julio de 2018 en Alcalá de Henares. Todos sabemos que tiene que hacer un gran esfuerzo, pero ella es fuerte y poquito a poco va superando la separación. Antonio seguirá siempre entre nosotros porque un amigo como él no se olvida nunca. 

Enseguida llegaron Manuela con nuestro bibliotecario Manuel, Antonio Porras, Pilar, José María, Charo, Paco, Vale y por último Antonio López. Total: catorce comensales dispuestos a pasar un día de convivencia y de paso degustar las exquisiteces de Casa Pepe. 

Primeros ejercicios de barra antes de entrar al “gimnasio”. Aprovechamos el tiempo para ponernos al día de cómo nos iba la vida. Lo podría resumir con una palabra: “extraordinariamente”. Entre cerveza y cerveza, me quedé fijando en los tórax y, salvo tres, aquello parecía un melonar . ¡¡Qué sandías, chacho!! Trabajo le doy a los galenos como tengan que palpar nuestros diafragmas. Victoriano, con esa agudeza visual que posee, se dio cuenta de mi delgadez. Lo demostré cuando exhibí, como si fuese un trofeo de caza mayor, mi cinturón donde se apreciaba claramente que le había ganado un agujero. Calculé en unos 600 gr. el resultado de mi gesta. 

La comida transcurrió de forma alegre y apacible. Entre Antonio Porras, Manuel y yo nos comimos dos cantaritas de sopa de mariscos. Tocamos diversos temas de la actualidad, pero sin calentarnos mucho la cabeza. Algún chiste que otro y sobre todo, “sucedidos”. Antonio Porras, con esa gracia natural que Dios reparte a quien le da la gana, nos contó anécdotas para enmarcarlas. Como alumnos desmemoriados, preguntábamos a Manolín por compañeros del Seminario y éste, con la paciencia y sabiduría de un docente, se bajaba de una imaginable tarima para instruirnos. Victoriano, ante las preguntas que le hicimos sobre su amigo Artemio, nos informó que el stock no peligra y la libido alcanza cotas insospechadas. ¡Enhorabuena… tigre! 

Terminada la larga sobremesa pasamos a la terraza donde dimos cuenta de algún que otro “cacharrito”. Nos acordamos de nuestra “amazona” Carmen cuando vimos el cochecito. Antonio López insinuó la posibilidad de pensar en hacer un viaje de pocos días. Nos comprometimos a estudiar el tema para ir dándole forma. Sería muy interesante hacer un viaje juntos todo el grupo. Queda en cartera. 

Tras la foto de despedida, abrazos y besos sentidos. ¡Qué pronto pasa el tiempo cuando estás con gente a la que quieres! 

Paz y bien. 

Antonio Estepa Romero

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martes, 10 de septiembre de 2019

Jornada de convivencia en Órgiva

En el cortijo de Lola y Manuel
Órgiva, 31 de Agosto de 2.019

Hacía tiempo que no tenía contacto físico con los amigos. Quiero recordar, si la memoria no me juega una mala pasada, que ahora hace justamente un año, un curso escolar. Y este encuentro ha sido en el mismo lugar, en la Alpujarra Granadina, en esa “Tierra de hierbas” o “Tierra de pastos”, a los pies de de la gran reserva (Sierra Nevada) de agua fresca y cristalina, con sus puertas siempre abiertas para regar ese valle que te hace sentir que siempre, o es primavera o es otoño. Hablo de Órgiva, corazón de la Alpujarra Occidental, y que forma parte de los pueblos más pintorescos y blancos del enclave.

Allí estábamos citados “a la hora que queráis”, según palabras de nuestro buen amigo Manuel Sepúlveda, que junto a su bondadosa, cariñosa y “buena gente”, Sra. Lola, estaban esperando, sin olvidarme de la madre de Lola, callada pero tierna, y cómo no, de los “amigos” del hombre, los perros Tigre y Dandi.

Poco a poco, sobre las once pasadas, de la mañana, fuimos llegando. Paco Moreno, Pepe Garcia Torres, Rafael Pérez, Antonio Llamas, Antonio Naz, Juande, Paco Sánchez, Muñoz Medrán, y nuestro fotógrafo oficial, Carlos Samaniego.. Todos con nuestras respectivas “donas”, y Rafa, fiel acompañante en mis asistencias, que también ha encontrado cariño en el grupo.

El encuentro era (y fue) en el cortijo “Nazaret”. Se encuentra en las afueras de Órgiva. Sus naranjos, limoneros, parras, almendros,… y sobre todo el gran árbol del aguacate, daban una sensación de encontrarnos, donde realmente nos encontrábamos, en un lugar privilegiado. La guinda al pastel la ponía el sonido relajante de la acequia (sabor árabe) de agua que pasa por el centro del mismo cortijo.

El ambiente festivo se percibía en los rostros de los asistentes. Los abrazos y saludos fue la nota dominante. Los corrillos no tardaron en aparecer. A veces, las preguntas no esperaban a las respuestas ¡Era tanto el deseo de comunicarnos! ¡Había que ponerse al día. Había mucho que recordar! De todo y de todos se hablaba: Los Ángeles, San Pelagio, profesores, compañeros pre-sentes y ausentes ¡Todo era motivo de conversación! ¡Cuánto se notaba el cariño! ¡Cuánto la amistad! ¡Cuánto se echaba de menos a todos y a cada uno de los no allí presentes!

Y mientras tanto, Manuel y Lola, Lola y Manuel, ayudados, eso sí, por las Sras., preparando los aperitivos tan exquisitos con los que se nos estaban agasajando. Jamón, queso, chacinas, frutos secos, … Y todo regado con caldo rubio. Vino y cerveza.

El plato estrella, fue el principal. Cómo no, fue una sorpresa. Comida alpujarreña. Habas fritas con jamón, chorizo, huevos fritos,… ¡Qué rico estaba todo! Y la faena se remató con ¡Una tarta helada! No se podía pedir un mejor refrigerio. Gracias Manuel. Gracias Lola. A “Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo que es del Cesar”.

La sobremesa fue larga y fructífera. Amena y plácida. Hasta que llegó el momento. Los nidos estaban esperando, y comenzamos a despedirnos con un “hasta la próxima”. Un día para recordar. Un día para no olvidar. Aunque, seguro, eso sí, como todos los días en los que nos hemos visto y encontrado.

Un saludo.
Pepe García Torres (Pepe Torres)

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domingo, 1 de septiembre de 2019

Reunión en Plateros del Grupo Córdoba

REUNIÓN DE LOS VICARIANOS CORDOBESES
EN LA SOCIEDAD DE PLATEROS


JUEVES 29 DE AGOSTO DE 2019 

Sinceramente, no me atrevo a llamar a esta reunión “la correspondiente al jueves fin de mes” ya que la verdadera ha de ser considerada la que se celebra, hoy, en casa de Lola y Manolo Sepúlveda (Supongo que Fili o algún otro, dará buena cuenta de ella) 

Pero, como hubo una reunión de amigos, simplemente me voy a limitar a decir que, pasamos un rato agradable, como siempre. 

Aunque sea repetirme mucho, el Señor de Almodóvar, junto a su Lugar Teniente, insistieron mucho en que tuviéramos la bondad de ir apuntándonos a los festejos a celebrar en los dominios de su señorío (la verdad sea dicha la primera vez lo pidió con la cortesía que le corresponde, pero algo más tarde, blandiendo su espada, soltó mandobles a diestro y siniestro, poniendo a todos por… (imagínense ustedes que, un servidor, por mol de la vergüenza, no me atrevo a reproducir) Eso sí, yo os digo que, a ver si nos vamos poniendo las pilas. 

Estuvo nuestro amigo Pacomo. Ya hacía largo tiempo que notábamos su ausencia, de lo cual nos alegramos al verlo entre nosotros. Noté, algo extrañado, que la tenía más pequeña. Si, si, yo diría que bastante. Antes, con sólo alargarla en toda su plenitud, alcanzaba a hacer selfis con mucha profundidad. Ahora, apenas si lucía dos palmos. Tuvimos que recurrir a nuestro amigo Jesús, más jóven, para que nos hiciera algo bien hecho. 

Deseamos toda la suerte para que la reunión del sábado, en Órgiva, resultara fructífera. 

Pronto nos recogimos, pero lo pasamos bien. 

Hasta la próxima. Un abrazo para todos. 

Córdoba, 31 de agosto de 2019 
Andrés Osado