domingo, 15 de noviembre de 2015

Crónica de la 11ª Reunión GRUPO MADRID


Restaurante Carpanta
Leganés (Madrid)


Antonio López Arenas, Manuel Jurado Caballero, Antonio Estepa Romero, Andrea, Carmen, Consuelo,
Victoriano Castillejo Molina, Antonio Crespo García y Rafael Vilas García
13 de noviembre de 2015

Hoy me cuesta trabajo narrar  la undécima reunión de nuestro Grupo. La masacre ocurrida el pasado viernes en Paris me ha dejado “tocao de ala”.  Me enteré al llegar a casa y poner la TV.

Todo ocurría cuando nosotros empezábamos la cena. Quedamos en el restaurante a las 8, y estábamos todos muy ilusionados porque se nos unía al grupo otro compañero: Manuel Jurado Caballero. Se disiparon las dudas de reconocimiento facial cuando se presentó con esa eterna sonrisa de Gioconda que tiene. Su mujer, Manuela, no puso acompañarlo porque estaba trabajando.

Después de los abrazos, las bienvenidas y la alegría de tener uno más en la familia, pasamos a la mesa. Esta vez me parece que nos metieron la espada hasta la cruceta. El menú : gambones a la plancha con ensalada y de segundo, merluza con patatas o carne;  para rematar, tarta. Los gambones estaban calientes por fuera y crudos por dentro. La merluza tenía las propiedades del agua: incolora, inolora e insípida. Por último, la tarta estaba más seca que el pañal de una muñeca. El precio fue desorbitado, a mi entender. Mi voto para Carpanta es un mojón.

Pero lo que sí estuvo bien fue el encuentro. Nada ni nadie nos agría una noche de convivencia. Por muy mal que nos pongan de comer. Cuando  terminé el segundo plato me ví en la necesidad de ir al WC. ¡Qué manía tienen ahora de poner los urinarios tan altos. Este me llegaba a la altura del pecho. No pude miccionar ni a estilo perro ni haciendo parábola. Tan difícil es pensar en los más bajitos. Y si has metió la pata, arquitecto, coño, pon una escalerita de un paso.   

Como siempre no costó trabajo terminar la reunión. Ya en la puerta, Carmen nos sorprendió a todos con dos besos en los morros del Vilas. Yo pensé que sería como besar a una morsa, por el bigote, digo. Después de se marcaron con estilo y entrega unos compases del pasodoble “Soy cordobés”. Fue corto pero …¡de Goya!.

Sólo me resta añadir mi total adhesión al pueblo francés por estos atentados. Que Dios, el bueno, no el dios que mata, acoja a las víctimas y dé consuelo a los supervivientes y a sus familiares.

Nous sommes Parisiens


jueves, 29 de octubre de 2015

Reunión en Los Pedroches del Grupo Córdoba

ESTRENO DE LA NUEVA SEDE “TABERNA LOS PEDROCHES” EN MOLINOS ALTA

29 de octubre de 2015

Por Antonio Gómez Ramírez
(Cronista accidental)

Hola a todos, paz, salud y prosperidad:

Como he visto, pasados los días, que nadie se atreve a redactar la crónica, me arrogo el título de “cronista accidental” y paso a comentar lo sucedido en la reunión, con el objeto de que este evento quede reflejado en nuestro historial, lleno de compañerismo, buen humor y amistad.

Tal como reflejo en el título,  hemos estrenado sede. Este local, tiene las ventajas de su situación, ya que todos (casi todos) lo tenemos más a mano y por lo tanto es más cómodo llegar. El “tapeo” está bien y el servicio es agradable. No obstante, como el hombre es animal de costumbres, al menos yo, eché de menos el ambiente de Plateros, ya que al ser una taberna antigua y clásica predispone mejor para este tipo de reuniones, y ello a pesar del “camarero tenebroso” que da para escribir un libro de anécdotas y perfiles psicológicos.

De todos modos, como el ambiente se crea por la actitud de los que se reúnen, a poco que pasaron los minutos la reunión se fue caldeando, como siempre, demostrando que los que asistimos a ella buscamos ese momento de expresar nuestra amistad, ganada a pulso en los años en los que todos los días compartíamos mesa, estudio, habitación, recreo y capilla.

Aunque faltaron algunos de los habituales, Andrés Luna, Diego Ruiz y Andrés Osado, tuvimos dos visitas inesperadas, los amigos Mérida Briones e Hidalgo Pérez, que fueron recibidos con todos los honores por parte de todos. Al terminar con los apretones de manos y abrazos se integraron tan perfectamente en el grupo, que esperamos que sean asiduos en próximas citas.

De los temas más comentados, subrayar dos que estimo como más participativos. El primero fue confirmar que el día 14-11-2015 (sábado) celebraremos el perol en la parcela de Ruiz Nieto, sita en la Urbanización las Pitas (Ctra. Palma del Río, km. 7) al que están llamados todos, con sus esposas, amigas o allegadas. El segundo, fue propuesta de Mérida Briones y consistió en la invitación de celebrar en su pueblo (Zamoranos), un desayuno molinero en la Cooperativa El Carmen, de la que es uno de los miembros del Consejo Rector, para después pasar al Museo de la Almendra, también en Zamoranos y para terminar traslado a Montilla, para el yantar y el vinillo (esto último idea sublime de nuestro Rector, Paco Raya –que pelotas soy-)

Las fotos de rigor, como siempre, realizadas por nuestro ínclito fotógrafo Carlos Samaniego, fotógrafo mayor de la hermandad Vicariana.

La reunión, como ya he dicho, transcurrió en un ambiente agradable y creo que terminamos con las existencias de “tostas de lomo de orza, con pimientos rojos”. Tal fue la cantidad que vi pasar por la mesa.

Y sin más, desear a los “malitos” que se pongan bien y a los ausentes próximos y lejanos que aunque sea en espíritu vivan con nosotros estos momentos tan agradables y relajantes y que algún día puedan estar presentes.

Termino esta crónica, con un abrazo para todos y suerte.













Observándolo todo para poder contarlo
Antonio Gómez Ramírez.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Reunión en Plateros del Grupo Córdoba

 CRÓNICA DE LA REUNIÓN DEL GRUPO DE CÓRDOBA EL DÍA 24-09-2015

(Por Antonio Gómez Ramírez, en ausencia de nuestro Cronista Oficial, Andrés Osado y del suplente, nuestro Rector, Paco Raya.)




Comienzo esta crónica, que por accidente me ha tocado, solicitando al lector comprensión para su redacción, ya que nuestros cronistas oficiales ponen el listón muy alto. Y sin más preámbulo trataré de relatar lo mejor posible, cual Acta de Junta General, nuestra reunión.

Como siempre, a la hora VICARIANA, de las ocho de la tarde, empezaron a llegar a la puerta de Plateros, los compañeros que con los rostros sonrientes, se fundían en abrazos, besos y apretones de manos. De ello puede dar fe el reportaje fotográfico, que nuestro amigo Carlos Samaniego, como buen reportero, realizó. Una vez cumplidos los trámites de los afectuosos saludos, fuimos entrando al redil de Plateros, donde se nos había preparado, en un reservado, una mesa larga que tenía hasta “mantel de papel”.



(Andres Osado -como te echamos de menos-, por esta vez, al menos yo no lo constaté, el tenebroso de las alturas no apareció dando malos presagios).

(Rafa Vilas, no tuvimos que seguir tu consejo de ponernos los ajos al cuello).

Conforme los tertulianos fueron tomando asiento y el murmullo de las conversaciones entre los próximos iba aumentando en decibelios y ya muchos, para evitar al enjuto y negro camarero, tenían delante, el “medio”, el “cubata”, el “gyn tonic” o la “birra”, traídos por ellos directamente del mostrador y sobretodo pagados a “toca teja” para evitar malentendidos precedentes, nuestro Rector comunicó que tenía asuntos familiares que atender y que después de los saludos tendría que ausentarse, aunque como río Guadiana, apareció en el último cuarto de la reunión.


Antes de su marcha, le comuniqué, para obtener su venia, faltaría más, de que en nombre de todos había tomado una iniciativa, no comunicada a tiempo al resto, por la premura de días con que se me ocurrió, de que íbamos a ofrecer un pequeño homenaje a nuestros recientes “jubilatas”, Paco Moreno y Paco Sánchez, con la entrega de un pequeño presente, cosa a la que el Sr. Rector le otorgó su aprobación y entusiasmo.




Llegado a este punto, y no sin esfuerzo, logré, después de alzar la voz por encima de los murmullos de las conversaciones, que la parroquia me prestara la atención debida, y dado el carácter del sencillo acto que íbamos a realizar, justifiqué con unas leves palabras, eso sí, llenas de afecto, el motivo por el cual nuestros “jubilatas” debían compartir con todos y nosotros con ellos, el haber llegado a ese estadio de su vida (al que los demás en breve tiempo, nos incorporaremos) en el que con las metas personales, más o menos cumplidas, se suelta la última atadura: el trabajo. Ello, y ya que según la etimología latina de jubilado (del latín “iubileus” que significa gozo y alegría), fue el motivo de alegrarnos con ellos, ya que por fin podrán hacer lo que les venga en gana, sin normas, sin órdenes, sin horarios y solo con los vínculos y ataduras que ellos mismos quieran imponerse. En ese punto se les entregó un simbólico regalo, consistente en un catavinos con peana de alpaca plateada, y en la copa de cristal tallados, su nombre y el logotipo de nuestra hermandad vicariana. Paco Moreno y Paco Sanchez, después de las fotos de rigor, agradecieron de forma sentida el homenaje y siguió la reunión su curso.

Después, nuestro querido compañero Manuel Aranda, al que vemos, gracias a Dios, cada vez mejor, se soltó la coleta y nos alegró cantando unas Sevillanas, con unas letrillas de su cosecha, que fueron jaleadas por todos, ya que puso mucho ingenio y humor en las mismas. Dichas letrillas se pidieron para su difusión (1).

En este momento, el personal sintió que ya era hora de los “bocatas” y empezó el rosario de pedidos de los clásicos “caramales” (V.G. de Andres Osado) y del atún con tomate, eso sí en panecillos minúsculos a los que el amigo Martínez Rangel criticó graciosamente, aunque eso sí, por esta vez, servidos diligentemente por el afamado “tinieblas”. (Andrés Osado, te habrá tomado “tirria”?).

Ruiz Nieto, llamó la atención de todos, sacando un buen puñado de fotos antiguas, y al personal conforme iban pasando por sus manos, se le llenaba el rostro de nostalgia y empezaron a salir anécdotas de nuestras aventuras y desventuras de aquellos años, acordándonos de los que ya no están con nosotros.

Carlitos Samaniego, mientras tanto no paraba de echar fotos, lo de este hombre es digno de admiración, pero le ha salido un nuevo competidor/seguidor, nuestro entrañable Antonio Hidalgo, que con su cámara nueva, se afanaba en prácticas fotográficas con su maestro.

A continuación se decidió organizar el perol cordobés en la parcela de Ruiz Nieto, el día 14 de Noviembre (Sábado) al que están llamados todos los que quieran, pudiendo ir acompañados de sus “santas”.

Se propuso como fecha probable, a confirmar, que la comida de Navidad se haga el día 12 de Diciembre.

También se propuso, que en la próxima reunión anual, a celebrar en Baena, se le haga un homenaje a nuestro querido D. Manuel Cuenca, aprovechando que está allí destinado.

Y sin más asuntos que contar, disculpad si me salto algo, el personal se fue despidiendo por goteo, no sin antes expresar en la despedida el afecto que nos une y celebrar el buen rato de convivencia y amistad.

Los asistentes a la reunión fueron:
Carlos Samaniego, José López Pedrosa, Antonio Hidalgo, Ruiz Nieto, Manuel Rafael Muñoz Medrán, Paco Sánchez, Andrés Luna, Paco Moreno, A. Martínez Rangel, Manuel Aranda, Diego Ruiz, Juan Reyes Hinojosa Berni, Antonio Ruiz Martón, Francisco Nieto Molina, Paco S. Raya Marqués (como el Guadiana) y un servidor: Antonio Gómez. Además como siempre, estuvieron con nosotros, en nuestro ánimo, los ausentes y los físicamente lejanos. A los que están “malitos” les pedimos se pongan en forma, ya que los echamos de menos.

Un abrazo fraternal para todos.

Córdoba a 25 de Septiembre de 2015

P.D. Ruego a nuestro fotógrafo Carlos Samaniego, ilustre estas letras, con alguna de esas fotos que tan magníficamente realiza. Gracias D. Carlos.



ALLÍ EN PLATEROS
(cante por sevillanas)

I
El jueves por la tarde allí en Plateros
se juntan los chavales de mi Hornachuelos,
y todo lo organiza ese Andrés Luna
y por si falta Arte, Moreno Osuna.

II
Otro artista del grupo es Raya Marqués,
es un señor que tiene de sobra arte.
Es un tipo que tiene mucho dinero
Y Manolito Aranda es su heredero.

III
Otro del Grupo, ilustre, es un tal Diego,
es alto, con volumen y mucho pelo.
Nació y se crió en Barrionuevo
Y ahora manda en la “Dipu” con muchos huevos

IV
Paco Moreno es mi apoderado
y al pobre mis cantares nada le han dado;
el pobre está sufriendo con mis cantares
y mata el sufrimiento con calamares.

V
En Dos Torres nació ese tal Sánchez.
Lo vi jugar al fútbol con mucho arte.
Yo no se si habrá hecho -en Sadeco- mucho dinero,
Pero lo veo feliz aquí en Plateros.

Promueve: D. Francisco Moreno Osuna
Cantautor: D. Manuel Aranda Madueño

Derechos reservados: LA VOZ DE LOS VICARIANOS

sábado, 19 de septiembre de 2015

Crónica de la 10ª Reunión GRUPO MADRID

18 de septiembre de 2015

Restaurante La Villa
El Escorial (Madrid)

Consuelo, Victoriano, Francisco, Luís, Andréa, Antonio Crespo, Caridad, Carmen, Rafael y Antonio Estepa


El pasado día 5 de septiembre cumplíamos el primer aniversario de nuestros encuentros. Con la reunión de ayer afrontamos, con alegría y optimismo, un nuevo año de convivencia.

Esta vez no fue lo mismo. Todavía me estoy recuperando del mareo y el sudor de la primera visita a El Escorial, el 3 de octubre de 2014, y no estaba dispuesto a deshidratarme de nuevo. Llamé al Vilas para comunicarle mi decisión irrevocable de coger el coche. Él, con la comprensión de un confesor dominico, entendió perfectamente mi fobia.

En las últimas reuniones estoy llegando al punto G, no seáis maliciosos, quiero decir al punto de encuentro, con mucha antelación. Ayer aparqué delante del restaurante una hora antes. Una hora antes que Rafa, que salió de Móstoles a las 19,09. Esta precisión es fruto de la lectura que tengo entre manos: La Casa de la Seda, de Anthony Horowitz. Estoy aprendiendo mucho de Sherlock Holmes.

 Después de asegurarme que estaba en el sitio correcto, me metí de nuevo en el coche a la espera de la llegada de los demás. Esa espera, y la conversación con Andrea,  estaba causando en mí una relajación hasta el punto de que el esfínter anal se abrió generosamente para dar salida a dos sonoras flatulencias. La queja fue instantánea por parte de Andrea. Me obligó a bajarme y abrir las puertas del vehículo al mismo tiempo que se lamentaba- “¿qué quieres, que devuelva aquí?”. Después de un sincero acto de contrición aireé el coche para poder seguir conviviendo en su interior.

Nos estábamos preocupando por la tardanza cuando recibimos la llamada de Francisco. Nos dijo que nos acercáramos para su casa y así lo hicimos. Allí nos encontramos a su tío Luis con un aspecto magnífico, después de su operación. Son dos anfitriones encantadores. Luis estaba sentado en el jardín y nos invitó a acompañarle. Tengo que confesar que me encanta este hombre. Su forma de ser, de hablar, su cercanía…¡es admirable!.

Por fin empezaron a llegar. Primero Rafa y Carmen; después, Antonio con Cari y Victoriano con Consuelo. Antonio López no pudo asistir porque se encontraba en Córdoba. Yediel y su familia tampoco pudieron venir. Después de agasajarnos con un espléndido cava de bienvenida, Francisco hizo una visita guiada para que las señoras conocieran la casa. Transcurrido un tiempo prudencial nos dirigimos hacia el cercano restaurante.

Una vez distribuidos los sitios, las mujeres en un extremo, los hombres en el opuesto, para facilitar la conversación,  empezamos a hablar a borbotones. Francisco encontró un fuerte parlamentario en Rafa, pero creo que aquél le ganó la partida porque se encontraba como flotando, decía. César nos hizo una exhibición de memoria al recordarnos a todos el plano del Seminario. ¡Lo sabía todo! Por un momento pensé ¿lo mismo César fue el que diseñó el edificio? Pero no puede ser  porque era muy chico. Iba pasando el tiempo recordando aquel tiempo. Creo que le dimos repaso a todo.  Entre el magnífico peloteo verbal de César y Vilas, íbamos dando buena cuenta de las viandas: mejillones al vapor, exquisito pulpo  gallego, frituría variada, suculentos postres y copitas de licor. Todo un canto  a la gastronomía y una alegría para nuestros desnutridos cuerpos.  

Todas las cosas terminan, aunque quieras detenerlas. Y tocó la levantá al estilo de los mejores pasos de Semana Santa. De nuevo llenamos nuestras alforjas de amistad y compañerismo para poder seguir andando hasta la próxima parada.
¡Paz y bien!



lunes, 31 de agosto de 2015

Crónica de Andrés Osado sobre la reunión del Grupo Córdoba en Plateros

EL CALOR NO PUDO CON NOSOTROS

(Reunión, de los vicarianos de Córdoba, del jueves, 28 de agosto de 2016)

Esta vez entré, a propósito, por la puerta trasera del sitio de reunión. No por antojo sino porque me pillaba más a mano desde donde venía. Como tiene escalones (dos nada más) procuré pisar el último con el pié derecho ­–no por nada, sino por si acaso‑. Por supuesto, mi mirada al frente para no toparme con quien ya todos sabéis, de sobra.

Ya estaban en el lugar casi la gran mayoría de los que habían anunciado su presencia. Tras los correspondientes saludos fuimos tomando asiento. Hubo una sorpresa especial y fue la presencia de dos compañeros a quienes no veíamos hacia algún tiempo: Manuel Aranda “en plena forma” y Manolo Vida, con su “sonrisa de siempre”.

Manolo Vida quiso agradecer, la gran cantidad de felicitaciones que había recibido, por el día de su cumpleaños, haciéndola efectiva en nosotros: pagó la primera ronda de copitas que habíamos tomado. Se mostraba feliz; y dichoso nos aseguró:

-No me siento con la edad real que tengo, seguiré en la brecha mientras mi cuerpo y mi mente me dejen. Este es Manolo Vida: todo corazón y bondad, que se le transparenta hasta en la cara.

Manuel Aranda, lo notamos estupendamente. Había cambiado para bien y se notaba en su rostro, dibujado de vida, y por las ganas de estar allí entre nosotros. ¡Cómo nos alegramos de verlo tan recuperado. 

¡Ciertamente, encontrarse allí, en medio de tanta alegría, y amigos, era (como dicen ahora) un subidón!

Andrés, no paraba de enviar fotos para que los no presentes, os sintierais allí. Pero no penséis que eso le hacía perderse lo que allí se estaba cocinando.

El Sr. Jefe de Estudios D. Diego Ruiz Alcubilla, insinuó que había cuestiones que analizar. Preferimos dejarlo para la reunión de Septiembre: así ya estábamos avidados de que iba de reprimenda el asunto. Lo cierto es que en ese momento no estábamos todos y merecía más la pena dejarlo para más adelante. Asi queda demostrado, que el Jefe de Estudios es bueno y misericordioso (¿a qué me suena esto?) En fin, que con su amplia sonrisa, acepto la propuesta.

Seguimos charlando de todo: los temas del país, de las jubilaciones que iban a llegar muy pronto para algunos de los presentes y de los dinerillos que quedarían. Una noche muy agradable… hasta que llegó la hora del “bocata de caramales, amén del de atún con tomate”. 

Con mucho cuidado y tiento, apuntamos en una servilleta: seis de calamares y dos de atún con tomate. Antes, Antonio Gómez me decía muy bajito:

-Andrés O. llamo al amigo, el que vive en las alturas, y no me hace ni caso. Efectivamente rondaba de un lado para otro y no conseguíamos que nos prestara la atención. Por fin lo logramos y le dije:

-Por favor, para este Señor, una copa de vino y luego… para ponérselo más fácil, le entregué la servilleta donde constaban seis rayitas para los de calamares y dos para los de atún con tomate. (Habíamos pedido sólo dos de atún con tomate, ya que el insigne Paco Sánchez, no le apetecía aún. Y sin más se marchó)

Al rato trajo la copa de vino para Antonio Gómez. Más tarde, le tocó el turno a los bocadillos y… siete, ocho y tres de atún con tomate. ¿Tres, si habíamos pedido dos? Como es el que manda hizo lo que le… dio la gana. Sin decirle nada, para no herirle en sus adentros, ¡qué adentros, si le importa tres pepinos! Menos mal que tuvo la gran amabilidad el Sr. Sánchez de tomarse el de atún con tomate que había traído de más. ¡Menos mal que puse el pié derecho al entrar; si pongo el izquierdo estamos aún comiendo bocatas!. 

Pero, como dice el cuento, aquí no acabó la Historia. De eso creo que ninguno nos dimos cuenta. Veréis:

Como nuestro Carlos estaba de un lado para otro, haciendo su magnífico reportaje de foto. Cuando ya su estómago estaba avisando de que quería algo, le pidió al de la mente lúcida, un bocadillo de atún con tomate. ¿Sería vidente ese Señor y por eso llevó tres?. Esta vez muy diligentemente viene con el bocata y no tiene más ocurrencia que colocárselo a Paco Moreno: no dijo nada y empezó a comérselo, porque el hambre le podía más y a lo mejor le estaba haciendo un favor nuestro diligente camarero. O por lo menos eso pensaba él. ¡Que va… la bronca se la llevó cuando aún no se había tragado el primer bocado… Viene acalorado el de la tez blanca y poniéndose delante, le dice:

-Ese bocadillo no era para usted, era para otra persona: seguro que se referiría a Carlos. 

¡Paco, cuando es Paco, le contesta!:

-Yo que sé si era para mí o no, el caso es que usted me lo puso delante, luego se lo pagaré, no se preocupe.

Al rato, viene con el que le correspondía a Carlos.

Yo me despedí pronto, con gran pesar mío: ya no aguantaba más, no a los locuelos que allí estábamos sino a mi situación.

Primero, como es de rigor voy a la barra a pagar, para no molestar a nuestro… Allí mismo estaba nuestro Paco Moreno, discutiendo sobre el pago que debía hacer y comentaba lo del bocata que le había puesto delante (yo me acorde del juego de cartas que se dice: carta en la mesa queda presa) Pues pasó lo que tenía que pasar, que se lo comió Paco. Pagó y en paz.

Pero cuando me toca a mí, le dije que me había tomado una copa de vino y el bocata. El señor ese, el que había discutido antes con Paco, viene y le dice algo al que cobra, que tampoco tiene dos miradas… le pega más ser el cobrador del tren de la bruja, viene y antes de llegar se vuelve otra vez para la caja. Se acerca nuevamente y me dice:

-Si claro, la otra copa la había pagado su compañero (se refería a Manolo Vida).

Seguro que quería cobrarme dos copas.

¿Que hablaron entre los dos? no lo se, el caso es que me cobraron bien.

Algunos amigos siguieron un rato y mira por donde se presentó Antonio Martínez Rangel. Luego como suele suceder, siguieron unos poquitos más casi hasta la hora de cierre. Lo mismo que yo hubiera hecho.

Creo que sabéis perfectamente el sentido de diversión y picardía que quiero poner en estas letras. Vaya por delante mi respeto profundo a esas personas que nos atienden (pero, coño, que se rían un poquito. Jeje)

Será en septiembre cuando nos veamos y a lo mejor está calentito…

Un abrazo muy fuerte para todos, sobre todo para aquellos que estuvisteis presentes en nuestro corazón. Incluidos los amigos de Miguel y como no a Luís, el amigo de Francisco Cesar que en estos momentos en que estoy terminando me he enterado que le han dado el alta de la intervención que le efectuaron hace unos días. Y si hay alguien más, ahí va otro montón de abrazos.

Andrés Osado 31-08-2015

lunes, 3 de agosto de 2015

REUNIÓN DEL GRUPO DE CÓRDOBA

CRÓNICA DE LA REUNIÓN MENSUAL EN LA SOCIEDAD DE PLATEROS

Córdoba, 30 de julio de 2015

Francisco Solano Raya Marqués 
(En ausencia del Cronista Oficial: Andrés Osado Gracia).




Diez menos uno no es cero, como ocurre en las Matemáticas de Dios. Pero tampoco es nueve e intento explicarme. Cierto es que en total fuimos nueve los que asistimos físicamente a nuestra reunión mensual, pero sois tantos los que nos acompañáis todos los meses en la distancia, que sea cual fuere el número de asistentes, siempre será la reunión de todo el grupo de Hornachuelos 63-65.
Físicamente asistimos a dicha reunión Andrés Luna Prieto, Antonio Gómez Ramírez, Carlos Samaniego Ortiz, Manuel Rafael Muñoz Medrán, Diego Ruiz Alcubilla, Francisco Sánchez Sánchez, Antonio Hidalgo Naz, Francisco Nieto Molina, y un servidor. En la distancia sois tantos que es imposible dejar constancia de vuestros nombres. Todos sabéis que siempre os tenemos en nuestros corazones.
No acudió ninguna de nuestras santas y sigo insistiendo que deberíamos replantearnos su asistencia, debate que deberemos retomar en la reunión de Septiembre en la que ya estaremos todos de vuelta de vacaciones.
Hubo una ausencia muy especial y no fue otra que la de nuestra querida VICARIA en forma de camiseta roja o blanca, ya que tanto Paco Moreno como Andrés Osado no pudieron asistir y a ninguno más se nos ocurrió llevarla. No obstante, como todos los ausentes, siempre será centro de nuestras reuniones.
Esta vez, cuando llegamos a la Sociedad de Plateros, no oímos crujir el aldabón ni tampoco chirriar los goznes de la puerta, aunque Antonio Gómez Ramírez y un servidor llegamos con una puntualidad inglesa. Andrés Luna, cada vez más sonriente y feliz, nos va recibiendo, uno a uno, en la gran mesa de nuestros primeros encuentros y todos, -yo observaba conforme iban entrando, a donde dirigían las miradas- con discreción eso sí, clavaban sus ojos en el siniestro amigo de Andrés Osado, que se encontraba tras el mostrador. Tampoco se oyeron sonidos de ultratumba, e incluso pareció que se le escapase alguna sonrisa al susodicho, no estoy seguro; de lo que sí estoy seguro es que es algo sordo y te ve cuando le da la gana. ¡Ay Dios si nos oyera¡
¿Orden del día?, ¿para qué? Como siempre, todos ávidos de saber de los demás y, sobre todo, contar nuestras batallitas particulares, nos enfrascamos en agradables conversaciones, eso sí, pero sin encontrar ninguna manera o forma de poder ponerlas en común. Insisto, junto con el tema de las santas, nueva tarea para la reunión de Septiembre.
Vinitos, cervecitas, gin tonic y cubatas, cada loco con su tema, pero uno en común, con una excepción que confirma la regla, y que no es otro que la masiva petición a nuestro serio camarero, de los bocadillos de calamares y de tomate con atún, que sin orden ninguno, servía cuando le venía en gana. Como eran pequeñitos, alguno se comió tres, -mea culpa- y otros, incluso me superaron. ¿verdad, Sánchez?
Todo se desarrolló en un ambiente de alegría y cordialidad, como siempre digo, de hermandad, durante más de tres horas y ya al final, cuando casi nos estamos despidiendo, de hecho yo acababa de irme con Antonio Gómez, surgió la anécdota del día, alguien llamó la atención por ruidos a los compañeros que en ese momento se encontraban despidiéndose. Como dice Antonio Martínez Rangel, seguro que un@s malfollad@s.
Decir, finalmente, que con la ausencia, totalmente justificada, del Sr. Moreno Osuna, nuestro único fotógrafo oficial, que espero ilustre debidamente esta crónica, fue don Carlitos Samaniego. Gracias amigo por tu generosidad.


Por nuestro grupo de Hornachuelos 63-65

Da igual vino o cerveza en Plateros
Da igual un Gin Tonic o un cubata
Pero que no falte nuestro bocata
O no somos el grupo de Hornachuelos.

Que no falten los brindis, compañeros
En nuestra reunión tan esperada:
¡Por nuestras vivencias tan añoradas
del lugar de nuestros sueños primeros!.

¡Que este grupo ya consolidado
cada día sea mejor y aumente
tras años de vicarianas locuras!

¡Que nuestros sueños se cumplan, hermanos
ya que gozamos de la gran suerte
de compartir cariño y ternura!


Como nuestro poeta-cronista ha estado ausente, no he querido que faltara mi humilde soneto.

Como siempre os digo, os espero en la próxima reunión; será si dios quiere el próximo jueves, 27 de agosto, a las 20:00 hrs. en la Sociedad de Plateros (San Francisco, 6 - al final de la calle La Feria) y en la que seguro vamos a reencontrarnos con nuevos compañeros.

Un afectuoso abrazo



martes, 30 de junio de 2015

¡QUE ERAN VEINTE! (CRÓNICA VICARIANA)

REUNIÓN  DE LOS VICARIANOS, CELEBRADA EL ULTIMO JUEVES DEL MES DE JUNIO EN LA SOCIEDAD DE PLATEROS DE CÓRDOBA

Jueves, 26 de junio de 2015

Cuando ya venía de vuelta de la “juevera” (suena mal, pero se me ha ocurrido llamar así a la “reunión del último jueves de mes”): espero que sus señorías admitan este atrevimiento por mi parte; decía: que a la vuelta, ya entrada la noche,  me puse los cascos para oir la música clásica de Radio Nacional y tomé el autobús.
      Mira por donde estaban dando un repaso a la música compuesta para las películas: francesas con un fondo de amor. Mi estado de ánimo cambió a eso que le llaman “duende” o “musa”(musa la pongo en segundo lugar porque se volverá a hablar de ella) Alcanzó su culmen fue cuando se anunció, como último tema, el de AMELIE. Eché la mano al bolsillo pero no llevaba bolígrafo. ¡Que fastidio!. ¡Menos mal que llevaba la cabeza puesta! Fui anotando en mi memoria (¡en  buen sitio lo fui a colocar!) lo que me había parecido esa “juevera”.
Luego, por la  mañana, ¡no de acordaba na de na! ¿Qué esperaba, parecerme a Agustín Madrid? Empecé desmadejando el ovillo: no veáis el trabajo que me estaba costando. Menos mal que mi amigo “Vivaldi” me estaba echando una manilla…veamos.
 Eran las 19’30 de la tarde, hora de coger el autobús, que me dejaría frente al sitio de la reunión. También llevaba los cascos puestos y la imaginación estaba dando vueltas pensando en la reunión, cuando de repente volví a la realidad, porque mi vista puede más que mi memoria… ¡allí sentado, estaba el amigo Francisco Sánchez!, me quité los cascos, me senté junto a él, e inmediatamente pasamos a contagiarnos de palabras.
Llegamos, esta vez a la Sociedad de Plateros, o al cementerio de San Francisco: no se bien; ya me pierdo en darle calificativos. Como de costumbre, ya estaban aguardando compañeros, deseosos de confraternizar. Los correspondientes saludos y a esperar, ya que aún no eran la 20 horas. De pronto, con puntualidad torera,  se oyó el crujir de un aldabón, a la vez que los goznes de la puerta chirriaban al abrirse…, “ozu no se qué palabrita fúnebre poner”. Parecíamos toreros esperando a que saliera el morlaco. ¡Ya pueden pasar ustedes! Uf, menos mal que nuestra entrada ya llevaba su carga de alegría y emoción porque al encuentro llegó, nada más y nada menos, que nuestro queridísimo amigo-hermano ANTONIO LUNA.
Enseguida nos dirigimos a una habitación, reservada, (que parecía más larga que la sala de  estudios de Los Ángeles) ¡Encima me pongo exagerado! ¡Siempre poniendo pegas a todo!
Nos os preocupéis que hoy no me voy a meter con Paco Moreno… es que no ha venido. (Por qué será que cuando recuerdo la sala de estudios me acuerdo “de aquello”). ¡Que  me voy por las ramas!  ¡El caso es no centrarme en lo que se estoy escribiendo!  Iba por los saludos…, eso: saludos, principalmente dirigidos, a la llegada de Antonio Luna. Que alguien de la diáspora se presente por esos lugares, suple a todas las copitas de vino que nos tomemos (¡que va…, no vayáis a pensar eso, ni por asomo! ¡Lo digo porque queda bien!) ¡Al pan… pan y al vino… vino!  Anda que no nos gusta nada el caldito!: la llegada de un amigo es “para la canción” y los abrazos; el vino…para las buenas tertulias: “...Si la mar fuera vino todo el mundo sería marinero. Refrán) Enseguida a la mesa y a pedir algo para la sed. Es que habíamos estado esperando a que abrieran la puerta, cuando en la calle sonaban los 39º “de caló”.
Atrás quedaron esos Whatsapp, preludio al encuentro. Palabras que se asumen como tales y como tales se echan en el saco del olvido:

Si yo dije o dejé de decir:
Sólo, a veces, por cambiar una coma,
que a ti no te gustaba.
Si grité al mar:
más allá de donde cambia su color,
y a ti te resultó elevada.
¿Por qué no cogemos la coma
y surcamos olas,
allá donde la coma, la mar y el sol se mudan?:
las palabras vuelan libres,
sin corsés que las opriman.
¡Ven, ayudame,
sólo no puedo!

Ha sido un inciso poético provocado por el piano de Chopin que cabalga en mi mente. No me hagáis mucho caso.
Por cierto, la mesa parecía un campo de futbol, donde la conversación se había de tener únicamente con los más cercanos: ¡y dale con las críticas! ¡Ay perdón, se me había olvidado!, pero no importa, fundamentalmente estábamos allí todos y si había que tirar algún córner se tiraba y sin problemas. Lo más importante es que nos atendió no “el siniestro total” sino un hombre entrado en carnes, no muchas, y… ¡se reía!: hasta nos dio las buenas tardes. Antonio Luna, que venía un poco asustadillo, se sobrepuso inmediatamente… como si nada ocurriera. Claro también estaba colocado de espaldas a esa gran mesa de mármol, donde el insigne e impertérrito no nos perdía ojo  (¿lo sabría el muy tunante?) y por eso eligió ese sitio. Vamos a pensar que no. El caso es que tuve la suerte de colocarme frente a él. Suerte… lo que se dice suerte… tampoco fue. De vez en cuando notaba como sus ojos clavaban en los míos. ¡Hombre… podría que el señor estuviera  mirando simplemente al etéreo ambiente!
La conversación se fue produciendo amena y placentera. Al poco, ya estábamos avisados de su retraso, se presentó nuestro gran espeleólogo: de tierra, mar y aire, y antiguo “pigmeo” Antonio Martínez Rangel. Siempre sonriente, fue pasando y saludando uno por uno.
Empezamos a mirarnos unos a los otros como si nos quisiéramos decir algo, o que alguien diera la voz de ya. Así fue… ¿y si… pedimos ya los bocadillos de camarales y atún con tomate? Pero con mucha mahonesa “la musa” esa era la palabra clave a la que antes aludía: que se salga por lo lados… “manjar de dioses”. Nuestro camarero alegre fue anotando lo que cada uno quería y luego trajo lo que le dio la gana a él. Menos mal que hay, siempre,  algún caritativo, hace el esfuerzo de tomarse dos y porque ya no sobraron… si no… (otra vez con las insinuaciones) ¡Es que no tengo arreglo!
Nuestro querido Andrés Luna, el proclamado “primus inter pares” (ahora presumo de saber latín, ¡tendré cara!) con su excelente móvil, y su tremenda ansia de comunicación, iba enviando, con el Whtsapp, la crónica instantánea, para nuestros amigos ausentes.  Nuestro Carlitos, ya repuesto tras haberse llenado de energía, y recordando sus tiempos también de “pigmeo”, se encaramó a un poyete y desde allí comenzó a disparar a diestro y siniestro con su cámara profesional.  Como no estaba Paco Moreno, con su cámara, su móvil y el paaaalo, Carlitos se convirtió en el más profesional de la noche. No te preocupes Pacomo, por lo menos nos acordamos de ti. Brindamos por todos los ausentes.
Especial recuerdo, tuvimos para Manolo Gutiérrez, al que nos lo imaginábamos ya disfrutando plenamente de su familia, despues de haberse dejado la piel entre los escenarios de la política: bueno, honrado, trabajador incansable y nada ostentoso por el cargo que ocupaba. Sin duda que, en la Diputación, dejará buenos recuerdos por su trabajo y comportamiento con el personal (mejor sería decir los compañeros de trabajo). Era unánime el deseo de que empezara una más vida más cercana a los suyos. ¡Suerte Manolo!
¡Suerte también para todos nosotros!
A pesar de las distancias, referidas al lugar, se creó un gran ambiente de diálogo Nuestras conversaciones fueron muy interesantes ya que sirvieron para aclarar la forma de ser de cada uno y así ir entendiendo mejor algunos comportamientos que se producen en ese programilla al que vulgarmente se llama guasa, en el que se ponen palabras sin reflexionar con quien dialogamos.
¡Quien bien  nos  hace pensar es nuestro querido amigo Francisco César, que nos manda cada recadito… como para estar dándole vueltas casi todo el día! ¡Que grande es!
Cuando íbamos a rematar la excelente reunión, tuvimos la desagradable situación, provocada por el amo del lugar que, enfurecido, discrepaba con la devolución  reclamada por un compañero nuestro: le había dado la vuelta de diez euros, cuando él insistía que había entregado 20€. El dueño de esa mesa de mármol blanco, con los ojos enrojecidos y grandes, dignos de una película de vampiros, mostraban su  encolerizada forma de insistir que él no había recibido esa cantidad, en modo alguno. Después de muchos ruidos de ultratumba y de la presencia de alguno de nosotros, que no admitíamos la contundente afirmación del pálido y enfurecido dueño del lugar, accedió, a regañadientes, a la devolución del cambio de esos 20€. El otro dueño con el rictus más remarcado que otras veces, miraba de reojo los acontecimientos. Estaba tomando buena nota de todo y seguro que, para la próxima reunión nos tendrá preparado  algo siniestro. Allí hubo paz y luego, quizás,  no nos desearon la gloria.
Besos y abrazos entre todos y dimos por finalizada la reunión de ese día. Allí quedamos los del remate.
¡Hasta la próxima!
Andrés Osado