jueves, 8 de julio de 2021

La campana de los Ángeles - Juan Martín

Recuerdos, silogismos y mascarillas: Desde el Seminario a la COVID-19
Aquella campana agrietada de los Ángeles fue la primera profesora

La actividad diaria en los Ángeles estaba regulada por los toques de una campana afónica. Habituados en los pueblos al alegre repique en la parroquia, oír cada hora aquel ruido cascado retumbar en las laderas, producía un bajonazo de ánimo, que a más de uno le costó un tiempo el superarlo.

La mañana empezaba con el primer toque: primero era el aseo, hacer la cama en silencio, y antes del último repique dado por el regulador, todos debíamos entrar en la capilla para la meditación y luego oír misa.

Dominus Vobiscum: Desde su fundación, la Iglesia en los oficios religiosos usó el latín y la indumentaria de la nobleza romana.

Después del desayuno íbamos a recoger la camarilla, una hora de estudio y a empezar las clases. Una rutina metódica, que esculpía en nuestro talante provinciano un hábito de trabajo muy útil en el estudio, convirtiendo a aquellos chicos de pueblo en unos alumnos muy eficientes.

Aquel tipo de formación también nos preparó de cara al futuro, disciplinando nuestra mente para superar las dificultades de la vida. El estudio reglado fortalecía la voluntad, el cuerpo y el espíritu, aunque no todos respondíamos igual. Los profesores a veces nos mostraban las torpezas de los exámenes: (El César nunca tuvo aves que saludaran antes de morir). Los fallos comentados en público, nos obligaban a trabajar más.

El Concilio Vaticano II
(Curso: 1966/67) En aquellos años nos tocó vivir la novedad del cambio que supuso el Concilio. Significó la renovación de todo el esquema ministerial de la Iglesia Católica. La doctrina aun se impartía bajo los parámetros del Concilio de Trento que se celebró de 1545 a 1563, notándose un claro desfase con el siglo XX.

Introibo ad altare Dei: En el seminario por el curso 1967/68, creo que se dejó de oficiar la misa en latín de espaldas a los fieles, para hacerlo en castellano de cara a la comunidad.

Se notó un cambio de mentalidad en la actitud docente de los profesores, ya no eran tan ásperos en su trato, pero aquella campana seguía siendo la misma.

El Concilio Vaticano II (1962/1965) básicamente buscaba: Promover el desarrollo de la Fe, regular el papel de las órdenes religiosas en la sociedad del siglo XX, abrirse a los problemas sociales del mundo, implantar en su seno una gestión colegiada, mejorar la función de la mujer en el seno de la Iglesia, renovar la liturgia utilizando las lenguas locales, y el diálogo con los otros Credos o Religiones. También reforzar el ministerio de la Iglesia Católica ante los fieles y la familia, potenciar la paz entre las naciones, y dinamizar la labor social y misionera de la Iglesia por todo el mundo.

Globalmente el Concilio Vaticano II, trató de situar a la Iglesia Católica en sintonía con un mundo más culto, más avanzado, y más activo socialmente.

Gloria in excelsis Deo (1968/69/70)
Las razones teológicas dadas para definir a Dios, nos parecían de un nivel metafísico incuestionable. Sin embargo, a muchos nos cambió la forma de ver y de interiorizar el Evangelio en aquellos cursos finales en Córdoba. Visitamos algunas parroquias y pudimos observar, una gran soledad institucional, distancia social, y falta de conexión con la vida real de la gente.

Cuando la Fe, vista desde el Evangelio, era algo compartido y en familia.

La comunidad cristiana y el clero con un celibato impuesto, vivían separados. Solo se veían al celebrar los bautizos, misas, bodas o los entierros.

En nuestro caso los superiores desde el principio, presentaron la oración como el soporte de nuestra vida interior, y la mejor forma de acercarnos a Dios a partir de la frágil individualidad humana.

Conscientes de nuestra pequeñez ante la inmensidad del Mundo, buscábamos el amparo de Dios en la oración. Dios era para nosotros el origen de todo, e igual que los hijos llaman a los padres esperando sus cuidados. Nosotros en la oración hacíamos propósito de enmienda, y usábamos el rezo para buscar la orientación ante la incógnita de cada día, y el amparo de Dios frente al interrogante del futuro inmediato.

Patrem omnipoténtem,  factórem caeli et terrae:
Los superiores ayudaron a entender que somos parte de un Todo Universal, en el que mediante la Compasión y la Fe nos podíamos acercar a la benevolencia de Dios Padre y ser escuchados. Aquellas clases de filosofía, matemáticas, latín, lengua, literatura o historia, también nos hicieron ver más de cerca la realidad del mundo que pisábamos, asumiendo la responsabilidad individual sin la tutela de la institución eclesiástica.

Sol, agua, tierra, bacterias, plantas, los animales, y las personas.
Esas eran las premisas de salida, cada hombre o mujer es diferente, según sea su capacidad, los medios disponibles, la personalidad, y el destino por el que deba transitar en la vida.

La Historia del mundo parecía escrita como una enciclopedia. Cada capítulo, letra, o frase, tenía su vida propia a lo largo del tiempo con un principio y con una función reproductora. Todo era un gran cuerpo vivo en cuya cúspide, destacaba la inteligencia humana. Estamos hechos de átomos de carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno producidos en las estrellas, que a su vez formaron los planetas, en donde han aparecido proteínas, bacterias y virus.

De ese barro brotó la vida entre ejércitos de células, que se juntaron para formar huesos, músculos y órganos, con un estado mayor llamado cerebro. Proteínas, grasas, vitaminas, minerales y carbohidratos, un combustible autosostenible que modelaba los organismos según vivieran en el agua, el aire o en la tierra. Algunas criaturas consiguieron hablar y deducir, reír, llorar, amar, odiar, y vivir en poblados creando una cultura.

Alea jacta est (Años 1980/90)
Con el corto bagaje de unos seminaristas bachilleres, muchos atravesamos el Rubicón de la vida en aquellos años de juventud, para cumplir con la obligación de crecer y ejercer como adultos en sociedad, a lo largo de nuestras vidas.

Pude observar que fue larga la batalla: el trabajo, la familia, y la convivencia exigían de prudencia, suerte y de gran temple. Durante años hubo aciertos y errores, aquel trabajo conllevaba un riesgo aparejado, en más de una ocasión pasó muy cerca la afilada hoja de Caronte cercenando el aire: El destino seguramente no había dictado la hora.

La calle también enseñaba un Evangelio (Años 2000)
Sentado en la primera fila de la vida, recuperé la mentalidad del seminario: Eficiencia, trabajo, respeto, y tener siempre la conciencia tranquila. La campana afónica que yo recordaba, seguía sonando cada día: El aseo, la ropa, el correo, contactar con la jefatura, anotar las instrucciones, desayunar, planificar la ruta, y trabajar con dignidad.

Por la noche debía hablar con la esposa y los hijos, cenar, cerrar la hoja de actividad diaria, y meditar todo lo hecho en el silencio de la habitación: "Domine, no sum dignus ut intres sub tectum meum, sed tantum dic verbo, et sanabitur anima mea".

Nuestras vidas jalonaban los años del calendario
Algunos compañeros y compañeras se quedaron por el camino, sin que nadie pudiera hacer nada por evitarlo. El destino indiferente a los anhelos, señalaba por su cuenta nuestro tiempo: "En un instante les saltó por los aires el presente y el espacio, sin aviso y sin poder despedirse de los suyos, se encontraron de improviso situados en otro nivel de la existencia. Los demás nos quedamos abatidos para siempre con el interrogante de la vida, enganchado en los jirones del recuerdo". Aquel dolor engrosó la pena en el latido diario de nuestra existencia, exigiéndonos más resignación a cada paso.

Unos hechos que dejaron una huella indeleble en nuestra mente. Pasaron los años, y otros anhelos de vidas y de futuro nacieron, abrigando la huérfana desnudez de nuestras almas con el aroma de la esperanza.

¡Ave Caesar, morituri te salutant! (Ante la incógnita del virus)
La vida y el mundo seguían su curso ofreciendo otros desafíos, llegar a Marte y más allá parecía algo rutinario. Sin pararnos a valorar que aquí en la Tierra mucha gente sin futuro ni presente: Mujeres, niños y hombres buscando un hogar para ellos, un puesto de trabajo, o la dignidad y el respeto a la existencia que merecen las personas, por nacer en un mundo global, se lanzan al mar desafiando la muerte.

¡Kýrie, eléison! Vivimos hipnotizados por quemar las etapas de este corto bienestar cuadriculado, sin ver que a nuestro lado hay gente desvalida que no tiene para comer, ancianos que viven y mueren solos, así como infinidad de jóvenes que son desahuciados de los avances y del futuro, de forma gratuita y absoluta.

Después de millones de años para llegar a esta civilización, el actual presente parece una carrera hacia el abismo. Aun sabiendo que para los Dioses el tiempo no existe, esta breve experiencia de vida terrenal llena de errores, solo puede servir al Creador para ver en cabeza ajena, los efectos de la avaricia, el odio, la bondad o la maldad.

¡Kýrie, eléison! Desde hace 10.000 años al salir de las cavernas, el ser humano ya se condenó por el virus de la ambición, luego llegaron los lujos en exclusiva de una vida cómoda, y el otro virus de las ideas retorcidas a conciencia para aprovechar las ajenas debilidades. Un desafío al liderazgo desde el amor/odio establecido en la genética, que obligaba a la sociedad humana a usar la violencia, el hambre, la envidia, la guerra, o el desapego, para tutelar el avance hacia la madurez social.

De la célula hasta la inteligencia y los valores espirituales, todo un recorrido a partir del átomo, para educar la raíz que nos dio forma en el origen de los tiempos. La mente después de experimentar la vida, deduce y sedimenta las lecciones de generación en generación, usando la evolución para alcanzar su meta.

¡Kýrie, eléison! Ahora los futuros pastores del rebaño parece que serán las pandemias que nos asedian, y la gran contaminación de todo el Planeta, que nos irá infectando este presente para corregir con su penitencia todos los excesos del derroche. Hasta que la sociedad, el campo, las criaturas, el aire y el agua, recuperen su estado natural. La muerte implanta la justicia universal a todos los seres vivos, por encima de poderes, egos, y ambiciones.

Las preguntas que nos hacemos son: ¿Cuál es el objetivo de todo este espectáculo de la vida sobre un Planeta? ¿A quién beneficia, y con qué objeto se necesitan aprender los valores de respeto, bondad, justicia, y compasión, a partir de experimentar el dolor, las desgracias y las enfermedades? ¿Y para que es necesaria la inteligencia humana?

Ayer éramos niños y jóvenes estudiantes llenos de ilusiones, luego fuimos adultos en familia sosteniendo pacientemente con nuestro trabajo la sociedad actual, y hoy solo somos unos jubilados que observamos en los medios las demandas de más libertad para salir de fiesta y diversión, a pesar del acoso de la pandemia.

El único galardón que nos llevaremos cada uno puesto cuando Caronte pase con su barca, parece que solo será el de la eficiencia, la dignidad, el respeto hacia los demás, y el de tener la conciencia tranquila por haber intentado cumplir con nuestro cometido de personas, en el mundo que hemos encontrado.

De todo lo demás ya se encargarán los Dioses, como han venido haciendo hasta ahora desde hace 540 millones de años, cuando el Planeta se llenó de oxígeno y se transformó en un Mundo habitable bajo millones de formas de vida.

Juan Martín

miércoles, 23 de junio de 2021

42ª Reunión del Grupo Madrid

Crónica de la 42ª Reunión Grupo Madrid

Madrid, 19 de junio de 2021

Casa de Antonio López Arenas

Con la misma majestuosidad de un AVE entrando en la estación de Atocha, se acercaba el coche de Manuel Jurado para recogernos en la cabecera de nuestra calle. Doce en punto de la mañana. Más puntualidad es difícil de alcanzar, como no sea para recoger una herencia.

Los dos primeros abrazos para ir haciendo boca. Manuela me dejó generosamente su asiento de copiloto y se fue atrás con Andrea. Me vino a la mente la última vez que lo ocupé. Fue un 3 de octubre de 2014, en el viaje de vuelta de El Escorial, después de celebrar la 2ª reunión en la casa-museo de César García. El Vilas, en aquella ocasión, tuvo la habilidad, con su conducción, de dejarme todos los poros del cuerpo abiertos por el mareo. Sudoroso y medio deshidratado pude llegar a casa. Me dirigí inmediatamente hacia el grifo para recuperar lo perdido. Parecía un mulo bebiendo agua en el pilón del pueblo.

Esta vez fue muy diferente. Jurado pilotaba el coche con la seguridad de un práctico portuario. Él, sin saberlo, había conseguido quitarme el ”trauma de la rotonda”. Desde entonces, cada vez que veo una me acuerdo de mi querido Rafa. De nuevo llegamos al palacete de Antonio López, que es lo mismo que llegar a casa. No quiero ser cansino ni repetitivo, pero esto es lo que sentimos cada vez que venimos y es de justicia decirlo.

Dos días de diferencia, la última visita fue el 21 de junio de 2020, para cumplir un año sin vernos. Por eso los abrazos fueron especiales e intensos. Queríamos transmitir con ellos la profunda alegría de vernos de nuevo, después de este difícil año que hemos pasado. A Cari no la veíamos desde el 14 de diciembre de 2019. El tiempo se ha aliado con nuestras ninfas y están todas para cubrir alguna baja en la “Pasarela Cibeles”. Quiero agradecer a Cari, Consuelo, Manuela, Pilar y Vale las muestras de admiración que me regalaron por mi actual estado físico, después de perder más de 17 kilos. Me ruboricé como un estudiante de 1º de la ESO. Este apoyo moral me servirá, sin duda, para poder alcanzar los objetivos nutricionales. Con la ayuda de Andrea, mi enfermera-cocinera, estoy seguro que lo conseguiremos.

Enseguida llegó la arriada de mascarillas. El momento y lugar cumplía sobradamente con la normativa vigente. Como doncellas de un harén, iban mostrando su belleza. Nosotros las contemplábamos bobaliconamente extasiados. Como siempre, echamos de menos a los ausentes.

Ante una larga mesa, preparada ad hoc, comenzó el desfile de viandas. La intendencia estuvo a cargo, como siempre, de Victoriano y Manuel. Langostinos, choricitos, secretos ibéricos, aceitunas extraordinariamente aderezadas por la hermana de Antonio, sorbetes… Nuestro chef, Manolito Jurado, estuvo a pie de plancha hasta que nos sació a todos. Hemos acordado por unanimidad que en la próxima reunión estrenará uniforme de cocinero: gorro de cocina, o “Toque Blanche”, para protegerlo de los rayos solares y reconocerle la dignidad que merece y, por supuesto, el delantal. Victoriano, como comandante en jefe, se la tendrá que envainar durante la comida, porque es de dominio público que el mando pasa directamente al chef. Se acabó decir: “Esto le falta sal”, “parece que está un poco crudo…” y otras zarandajas.

En este encuentro, la conversación giró fundamentalmente sobre la pandemia. Parecíamos personal sanitario del Hospital de Emergencias “Enfermera Isabel Zendal”. Llegó un momento que alguien, con buen criterio, instó a los comensales a cambiar de tema. Yo pensé, relamiéndome cuan perrilla ratera, ¡-esta es la mía”. Rápidamente, con estudiada candidez, le pregunté a Victoriano cómo se apañaba sin Artemio, su farmacéutico de cabecera. Enseguida entró al trapo como el mejor de los vitorinos y nos informó ampliamente sobre el tema, con la aquiescencia de Consuelo. ¡Da juego el temilla! Terminada la comida, Manuela y Andrea se levantaron para tirarse un baile a los sones de una música salsera. Sus movimientos parecían dos barquitas moviéndose con viento de poniente en la bahía de Cádiz. Mientras tanto, Consuelo disfrutaba de un baño en el agua transparente de la piscina. Daba gusto ver a las chicas sentadas en el cuidado césped, al lado del frondoso olivo. Parecían alumnas de Eramus en un descanso de clase. Larga sobremesa, acompañada de café y algunas copas. Antonio Porras y Pilar se marcharon antes. Fue una verdadera gozada compartir con ellos este día. Nosotros nos quedamos a ver la primera parte del España-Polonia. Hicimos una merienda-cena con lo que nos sobró en la comida. En el descanso recogimos la mesa y nos preparamos para la despedida. Solo nos faltó la foto final.

Nuevamente tenemos que agradecer a Antonio López su total entrega hacia nosotros y a todos, a todas y a todes, que han contribuido para que pasáramos un día inolvidable.

Damos las gracias a Manuel y Manuela porque sin su ayuda no podríamos haber estado en el encuentro.

Quedamos a la espera de que Victoriano, nuestro comandante en jefe, nos informe de la próxima reunión. Hasta entonces os deseo a todos,

Paz y bien.

Antonio Estepa Romero
Móstoles, 20 de junio de 2021

Crónica de la 1ª reunión del Grupo Córdoba

Crónica de la 1ª reunión en Plateros, 3-6-2021

Era la primera vez, según nos tenía acostumbrado Antonio, nuestro apreciado tabernero, que nos hacía esperar en la puerta, algo más de la cuenta. Eran ya las ocho y algunos minutos cuando el cerrojo de la puerta entonó su canto de apertura. Tanto Antonio como Jesús, nos recibieron con los “puños extendidos” (ahora no se puede decir con los brazos abiertos) La pandemia solo ha sido capaz de ralentizar las agujas del reloj ya que nuestros deseos de estar nuevamente juntos han podido con ellas. Bueno, si lo pienso bien, gracias a las agujas, no del reloj sino a las que han servido para inyectarnos la vacuna, han posibilitado este encuentro.

Una cosa era cierta, sabía que íbamos y fue fiel, minuto arriba o abajo, a darnos el paso franco.

Por cierto, nos dio tiempo a chorrear de alegría al vernos de nuevo. ¡CUANTO TIEMPO! Más aún cuando uno de mis queridos margaritos, venido allá del sur, nos dio la oportunidad de abrazarlo. Nada más y nada menos que Rafa Raya. ¡Ya estábamos los tres! A los demás que le den. Que no, que es broma. Cómo no me iba alegrar de ver a Pacomo, Diego, Carlitos, el otro margarito Antonio “alias volaor” a Juan Villén.

CHORREO TOTAL.

Bueno, sentimos las ausencias que se produjeron por diversos motivos (lamentaron por uno u otro medio su ausencia). Ello vino a demostrar las ganas de pasar un rato agradable.

Antes de empezar tuvimos un recuerdo especial por quienes están padeciendo una enfermedad. Dimos las gracias porque Antonio Rodríguez se estaba recuperando y nuestro deseo se elevó hasta Trini, para su total recuperación, de la que estábamos seguros.

Ale, al ataque.

Como no estamos, afortunadamente en el WhatsApp, puedo expresarme sin miedo a meter la pata, cosa frecuente en ese medio.

Yo estaba en el centro de la mesa, la verdad es que estos cabrones me pusieron en el sitio peor. Saben que no puedo doblar durante mucho rato el cuello y mirar de un lado hacia otro. ¡Pos toma!, que si no quieres taza, toma dos. Pero no vino mal. Pude estar pendiente a diestra (Juan, Pacomo y Carlitos) y a siniestra (Rafa Rafa, Diego y Antonio) La parte de la izquierda la dejé un poco de lado porque sabía que discurriría por cauces normales: chistes, algo de la política y la calma de Diego. Me involucré más en la derecha. ¡Eh! Mucho cuidadito, me estoy refiriendo única y exclusivamente al lado de la mesa. (es broma, todos mis respetos. Son cuestiones del guion)

Anda, hablando de mesa. Cuando nos aposentamos en esa larga mesa que durante largo tiempo ha venido siendo la nuestra observamos de tenía nombre. ¡JULIO ROMERO DE TORRES!. Pues, buen nombre para una “memorial mesa” que adquiere también honor por se lugar donde efluyen nuestros sentimientos más profundos. Algún día habrá una inscripción donde se indique “aquí se reunían los compañeros y amigos del Seminario de Hornachuelos. Queda dicho.

Pues bien, hablando de derechas, me involucré en esa orientación cardinal.

—Carlitos, que sepas que estoy aquí por Rafa Raya y por Andrés. (palabras de Pacomo, dichas desde toda interiorización de su verdad)

Esa fue la oportunidad para una fructífera y esperada exposición de sentimientos escondidos y no aflorados.

Como sabía de la importancia de esas palabras provoqué que tanto Pacomo como Carlitos entablaran un diálogo, duro y sincero. Se abrieron los corazones y en ese mismo momento maldije al WhatsApp.

Pacomo exponía sus sentimientos de sentirse ninguneado que, como tales, deben ser dignos de tener en cuenta y, en la medida de lo posible, solucionados.

Carlitos argumentaba su falta de estar pendiente del dichoso WhatsApp, pero que para el lo importante era estar presente y abrazarse. De hecho, le pegó tal magreo a Pacomo, que un poco más y hubiéramos tenido que llamar al Equipo de Urgencias COVID.

Afortunadamente en Plateros, se arregló, en parte, un largo entuerto.

Menos mal que aún somos jóvenes e iremos arreglando todos los que se vayan planteando. Pienso que aún quedan algunos escondidos, me refiero a desencuentros, pendientes de afrontarlos. Tal vez si todos ponemos de nuestra parte y dejamos a un lado nuestros “yo” lograremos limar asperezas. Empecemos por estar más pendientes de los demás y “contar hasta diez” antes de hablar (en este caso escribir en el WhatsApp)

La izquierda transcurrió dentro de la normalidad. Comentarios del día a día y de hechos pasados de nuestras vidas en el Seminario de Hornachuelos y sus consecuencias. Una cosa importante fue la comunicación, por parte de Diego, de que el día 16 de junio pasaba a engrosar las listas de los jubilados. Día de su cumpleaños. Le deseamos lo mejor.

Recordamos que, más o menos, por estas fechas, se dio inicio a la creación de este grupo. (Pacomo ha puesto una foto)

Nuestro más sentido y cariñoso recuerdo a María, la mamá de nuestro compañero Agustín Madrid. Manolo Vida (en conversación telefónica) me decía que la quería muchísimo pues estuvo viviendo en su casa. Descanse en paz.

Decíos que ya empezaremos a tener los jueves “fin de mes en Plateros”. Por consecuencia, el último jueves de junio nos reuniremos en Plateros aquellos que podamos. Luego lo dejaremos hasta la finalización de las vacaciones. A ser posible en septiembre volveremos a reiniciar nuestras reuniones.

Fructífero y esperado encuentro el que tuvo lugar este jueves, tres de junio de dos mil veintiuno.

Que vuestras señorías sean felices.

Andrés Osado
Córdoba, 3 de junio de 2021 

martes, 11 de mayo de 2021

Reflexiones - Andrés Osado


“…contemplando
cómo se pasa la vida…”
(Jorge Manrique)











REFLEXIONES DE PANDEMIA Y ALGO MAS

La “desescalada” palabra muy utilizada en estos días, por desgracia, entre nuestra sociedad, puede asimilarse igualmente a lo que esta sucediendo en nuestro grupo de Hornachuelos.

Estamos en una vertiginosa desescalada. En este caso, del ambiente tan cordial que en un principio reinaba entre nosotros, el grupo de Hornachuelos.

Fue la ilusión de unos pocos compañeros que, poco a poco, prendió en todos nosotros. La alegría del reencuentro y el volver a revivir experiencias, nos sumergió en una amistad que, según se demostró, nunca había desaparecido.

La situación personal por la que estoy pasando, que sólo comprendemos quienes la padecemos, me ha hecho entender la vida de otra manera.

He de vivir el momento. Lo que no haga ahora, no podré volver a repetirlo.

Por eso, queridos amigos, he llegado a una conclusión: No merecen la pena las discusiones y menos aún la distancia o desescalada, en el plano de la AMISTAD, a la que estamos llegando.

Es posible, si bien no recuperar el tiempo perdido, sí volver al punto de partida. Donde, sin prejuicios y respetando verdaderamente al compañero, en todos los sentidos, podamos volver a la cordialidad que fue el fundamento de nuestra unión.

De verdad, no es difícil, solo hay que poner un poco de empeño en ello.

Posiblemente, dentro de poco, podamos volver a reunirnos. Sería un buen momento para recomenzar. Para devolver la alegría de vernos y abrazarnos. Es fácil. Solo requiere un pequeño paso hacia adelante.

Por mi parte, pido disculpas si alguna vez he podido molestar a alguno de vosotros. Os quiero de todo corazón. Deseo que pronto podamos vernos. Que un nuevo abrazo haga olvidar esas pequeñas tonterías (sólo puede llamárselas así)

Hay que realizar una "DESESCALADA DE LO QUE NOS HA DESUNIDO".

Un abrazo

Andrés Osado
Córdoba, 10 de mayo de 2021

miércoles, 14 de abril de 2021

La ecuación de la existencia

Aquellos retiros espirituales en los Ángeles
La ecuación de la existencia

Retiros en silencio que desgranaban la fragilidad de nuestro ser, y revisábamos la vida para madurar en la Fe, ante la compasión y la benevolencia Divina.

En la escuela de las monjas de Montoro, recibí las primeras lecciones regladas que yo recuerde, por los años 50. Aquellas monjas empezaban con un rezo y la señal de la cruz, algo que toda la clase repetía a coro sin saber muy bien el significado.

Otra cosa eran las letras y los números, ahí la verdadera maestra era mi madre que me compró una pizarra de piedra, en la que cada día me hacía copiar letras y cifras que yo repasaba, luego fueron renglones seguidos y algunas sencillas operaciones de sumas y restas. Más adelante cuando ya empecé a entender las letras, me compraron un libro de lectura: El primer manuscrito, que narraba el viaje por todas las regiones de España de Herminia y Valentín, dos hermanos huérfanos si mal no recuerdo.

En la posada de los abuelos
fue sin embargo donde amplié mi idea del mundo, al estar ante un constante ir y venir de gente diferente: Por allí pasaron las brigadas del tendido eléctrico y de teléfonos, tratantes, joyeros con su caja taller al hombro, y hasta compañías de teatro. Hombres y mujeres con oficios curiosísimos, que me llamaban la atención y que a veces hablaban conmigo. Algunos me regalaron figuritas de alambre o de latón, hechas con sus manos.

El trabajo en el campo

Al llegar el invierno con la recogida de la aceituna, todo se transformaba, pues mis padres y tíos debían ir a un olivar que los abuelos tenían en la campiña. Aquel trabajo solitario en el campo, requería de mucha destreza para manejar los animales, la tierra se embarraba al llover y se apelmazaba en los caminos abiertos entre los olivos, resultando muy engorroso desplazarse por ellos.

- Junto a mi madre montados en el carro entre los bártulos, veíamos a las mulas tirar sudorosas la cuesta arriba arreadas por mi padre. Éstas a veces se resbalaban por el esfuerzo, y ante el riesgo de detenerse en la pendiente, él las animaba sin parar.

En un momento dado viéndolas agotadas, dejó los cabestros en los varales y andando sobre la viga del tiro, avanzó hacia el ubio con las manos apoyadas en los lomos de las bestias, sin parar de arrearlas.

Agachado encima del barzón y sujeto a las colleras, facilitó el agarre de los cascos con su peso. Mi madre me sujetó contra ella con fuerza para no caer, el tiempo que duró la subida de aquella pendiente resbaladiza.

En la cima mi padre paró las mulas y las calmó palmeándolas en el cuello, mientras una espuma blanca se les iba evaporando en los hijares, luego vino hasta nosotros para ver cómo estábamos y nos abrazó.

El aroma del campo llenaba la soledad de aquella mañana gris, al tiempo que junto al carro algunos pajarillos saltarines buscaban larvas entre los olivos. La vida y nuestra existencia, formaban parte de aquel entorno natural que nos rodeaba.

La Fe y el Credo en la Historia, dignificaron al Ser Humano

En el Seminario de los Ángeles realizábamos retiros espirituales, en los que se veía muy claro el camino de respeto a seguir. Un mensaje captado a partir de la lectura de los Evangelios, que Cristo inspiró con su Vida y Sacrificio a los discípulos.

Esta enseñanza, igual que otras creencias en la Historia, se transformó con el paso del tiempo en la doctrina, que las religiones predicaron por todo el Mundo como una senda de esperanza, para orientar y dignificar la vida humana.

La inteligencia como la meta de la evolución, debía ir más allá de la mera supervivencia sobre el Planeta. Las personas descubren en el Credo ante la mirada de Dios Creador la benevolencia, la compasión, y el deber de amar a los demás.

Personas que veníamos al Mundo sin entender la razón de tanto dolor, encontrábamos en la Fe un asidero espiritual ante la muerte.

Una prueba de madurez que nos deja bien claro, cuál es el objetivo de la limitada vida humana sobre el Planeta. Un Mundo habitable del que nadie puede escapar sin aprender en carne propia, las enseñanzas y consecuencias de las debilidades humanas.

La vida austera del campo se hizo ciudadana

Hace 13.750 millones de años dice la ciencia, que nació el Universo conocido. Y que el sistema solar apareció hace 4.600 m/a. La Luna se formó a partir del encuentro fortuito de la Tierra con un planeta errante hace 4.540 m/a inclinando el eje terrestre. La Luna produjo mareas en la Tierra, que facilitaron la aparición de la vida. Según nos cuenta la ciencia, que investiga el origen y evolución de los seres vivos.

El beso de la Luna estabilizó el eje del Planeta con un tango agarrado, que generó las cuatro estaciones.

Después todo fue rápido: Las algas, el oxígeno, peces y mamíferos.

Llegó el cerebro del Neandertal, los Sapiens, la escritura, las máquinas e internet. Grandes logros con mucha desigualdad, dolor y pobreza.

La economía orientó el camino
La excesiva velocidad que lleva la sociedad avanzada, nos ha dejando a las puertas de una nueva época. Un Mundo lleno de prisas sin estabilidad suficiente para crecer por dentro. La igualdad ante el desafío del futuro exige una gran dosis de justicia, equidad, y solidaridad, sin importar el sexo, el origen cultural, o el color de la piel. No valoramos suficiente que estamos de paso, somos el presente de una sociedad en constante evolución, de millones de generaciones avanzando hacia el futuro.

La amenaza del virus nos ha hecho razonar ante las malas expectativas: La Ciencia y el Credo valoraron la enorme complejidad del Mundo. Una Obra gigante que se debe reverenciar y respetar, provenga de la reacción del fósforo, de las bacterias del Cosmos, o sean sus criaturas un proyecto extraordinario gestionado por un Dios Creador.

La responsabilidad de la mala gestión, una conclusión desde que se tomó conciencia del papel que el progreso tiene en la transformación de la Tierra.

En el gran templo del Mundo

Buscamos un nuevo Sapiens sensato, ajustado al ritmo de este Planeta. Una sociedad avanzada que evalúe la dimensión de la civilización, y que resuelva de cara al futuro, la ecuación de la vida en una Naturaleza callada, que ahora se empieza a despertar.

Un retiro espiritual gigante de naciones, en el que cada sociedad analice lo que somos: El Cuerpo y la Mente evolucionados desde hace millones de años.

Una simbiosis de inteligencia y sentimientos, que sitúa a las personas en resonancia con el origen de la vida en el Cosmos, y con los valores espirituales que adornan a los Dioses.

Este virus, al igual que otros del pasado, ayudará a valorar los logros que ya tenemos en la Tierra. Evitando el derroche del capital que la avaricia residual del ancestro animal, aun dilapida de forma irresponsable.

Nada es eterno, usaremos el albergue de la Tierra mientras estamos en ella caminando hacia el conocimiento y la madurez. Un Mundo que hemos de dejar limpio y funcional, para las siguientes generaciones, que continúen el proyecto empezado hace 4.500 m/a.









Juan Martín

Abril de 2021

viernes, 9 de abril de 2021

Francisco Solano - A mi madre

Natividad Marqués












UN AÑO SIN TI



¡Tu ausencia nos causó un dolor inmenso
que el tiempo apenas consigue su cura
Solo tú lo calmas con tu dulzura
y tu sonrisa, que nos dan tu aliento!

¡Tu amor por nosotros es tan inmenso,
es tan grande tu bendita locura,
que, desde el Cielo, desde esa altura,
calmas nuestro dolor, nos das sosiego!

¡Eres mamá, el Ángel más hermoso,
el más bello canto, dulce melodía,
Luz y Sol, el faro más precioso
que nos cuida y protege noche y día!
¡Hoy me siento triste pero dichoso
de sentir tu protección y guía!


Francis

Francisco Solano Raya Marqués

Montilla, 9 de abril de 2021

jueves, 8 de abril de 2021

A Manuel Rafael Muñoz Medrán de Fernando Prior



¡COMPAÑERO MANOLO, COMPAÑERO!


En este triste y frío mes de enero,
te marchaste ligero, con la brisa,
dejándonos la imagen de tu risa,
¡compañero, Manolo, compañero!.

Un mazazo terrible, un viento helado,
congeló para siempre tu sonrisa,
Manolo, gran amigo destacado.

Tras un mes de callado sufrimiento,
te marchaste tan pronto, tan temprano,
que a todos nos dejaste sin aliento.

La muerte te llevó en raudo vuelo,
con premura, tal vez de madrugada,
hacia las altas nubes , hacia el cielo.

Con tu vida sembraste, compañero,
una honda amistad, bien trabajada,
de fraternos abrazos semillero.

Ahora que la cera de la muerte,
en ti tejó su amarillo tatuaje,
quiero recordarte y ofrecerte
este amistoso y cálido homenaje
que mitigue la pena de perderte..
¡Compañero, Manolo, compañero!


El Vacar 31 de enero de 2021