miércoles, 20 de abril de 2022

Un encuentro medio improvisado

Encuentro en Montalbán

Antonio Estepa, Jesús Cantarero, Miguel Estepa y José Mª Rivera

Salió el tema de los gorditos, creo yo, al comentar entre nosotros la bonita silueta que se le está quedando al "Bronco Ley", nuestro querido Antoñito Estepa, de un tiempo a esta parte. "Es por culpa del aneurisma y del canguelo que ha pasado", dije yo, perito en la materia. "O a lo mejor, por tanto trajín de viajes de aquí pallá", apuntó Miguel.

-¡Qué coño aneurisma ni viajes -saltó Antonio con su gracia natural-. ¡Es porque he cerrado el pico!

No diremos, por no faltar a la verdad, que se haya transmutado en un querubín traslúcido. No. Ni queremos que así fuese. Mantiene con elegante prestancia su genuina orondez, pero se le ve más espigado, menos achaparrado. Más guapo e interesante con un flequillo a lo Jesús Hermida que se ha dejado. 

Ha sido éste un encuentro casi casual. Improvisado. Como mejor salen las reuniones entre amigos. Perdiendo el Madrid 2-0 contra el Sevilla, a Jesús Cantarero le sobrevino un ataque de nostalgia y me llamó buscando cobijo en mis palabras. Que iba a hablar con Miguel para vernos al día siguiente en su cortijo y mitigar las penas deportivas a fuerza de abrazos y charlas trascendentes. 

-Pero hombre, Jesús -apostillé-, no sólo palabras, que algo habrá que comer...

Y quedamos.

-Mi coronel -le llamo la mar de contento una hora más tarde-, que resulta que hemos ganado. Ya no necesitamos desahogarnos ni na. 

-Pues lo celebramos. Mejor todavía.

Muy temprano, a la mañana siguiente, la Peque hizo un tortillón de emergencia, de los suyos, y yo me arriesgué a una cazuela de habas con jamoncito y a una tarta de queso de autor. Una urgencia equina de Jesús nos privó de la prometida empanada de queso que tan requetegüena le sale.  Y a Inés, la bella Inés, le endiñamos el resto.

En el campo de Miguel, la mañana limpia y transparente huele a alfalfa recién segada y a higuera fresca, y suena a cacareos y kikirikis de bienvenida, tan familiares. Enseguida, mis dos perritas de blanco lechoso entablan ladridos y revolcones -amistad, al fin y al cabo- con una pastora alemana, dueña de la plaza. Nosotros, más civilizados, no llegamos a tanta efusión, pero nos abrazamos, los cuatro apretados, como si llevásemos largo tiempo sin vernos. Alma, la nieta inquieta de seis años, nos presenta con todo orgullo a un gatito de días que se ha escapado, travieso, de la cesta de la camada.

-¿Ha llegado el coronel? -inquiero curioso.

-¡Qué va! Un amigo lo ha llamado por una urgencia de un caballo y ha tenido que ir a la carrera. Llegarán más tardecillo.

-Mejor. Así puedo escoger las habas y las alcachofas a mi gusto, sin pejigueras. Que se fastidie.

-No seas malo, hombre, que luego me regaña y me dice que tengo preferencia por el doctor.

Inés y la Peque se van para la cocina y nos dejan a nosotros dos con nuestras cosas, cosas de hombres.

-¿Sigue en el pueblo Antonio Estepa? -le pregunto.

-Sí, le quedan unos días todavía.

-¡Coño!... Vamos a llamarlo, que se vengan a comer con nosotros, Andrea y él.

-Como ha sido todo tan precipitado no he caído, pero sí, ahora mismo lo llamo.

Primero han llegado Jesús y Bego, con algún retraso y sin empanada. "Ea, te quedaste sin alcachofas, por tardón", le espeto a modo de reproche. Vienen ambos espléndidos, más tostado de lo prudente, nuestro coronel de piel sensible, pero jovial y bromista como de costumbre. Bego, modelo de pija sencilla -permítaseme el oxímoron-, se arrima enseguida al coro cocinero del gineceo. 

-Anoche estabas cagao vivo... -me echa en cara Jesús mi cobardía con el Madrid. La culpa fue de Luis Enrique, que mandó un wassapt a un grupo de amigos con el pregón del dos a cero, que yo, por miedo, nunca veo los partidos del Madrid.

Y no habíamos hecho más que empezar el picoteo, cuando se presenta el "Estepa". Deberes domésticos y abueleros inaplazables han impedido la presencia de Andrea. Otra vez será.

La comunión resultó perfecta. Más allá de la exquisitez de las viandas y la ponderación de los vinos afamados del anfitrión, el ámbito del extenso comedor se impregnó enseguida del calor y la emoción que destila una amistad tan añeja como renovada.

Y comenzaron los postres. Para tener el pico tan cerrado, Antonio nos obsequió con una selección de magdalenas montalbeñas "bajas en calorías". Inés, por su parte, expuso sobre la mesa su argumento de más peso gastronómico: su ya famoso rosco de bizcocho con nueces. Todo mojado en infusiones de poleo natural, marca de la casa. Y entre tanta y tan rica golosinería, a un servidor se le pasó acordarse de la tarta de queso olvidada en el coche. ¡Me cachis!!! Entremedias, un fatal incidente por poco nos corta la digestión: el gatito de Alba, en un descuido, se había escapado del salón y salió decidido a explorar el mundo por su cuenta. Una de mis perritas lo cazó al paso -visto y no visto-, lo zamarreó un poco y lo envió al cielo de los gatitos. No dio tiempo a nada. Menos mal que la niña lo encajó con naturalidad. "Es que no me hizo caso, le dije que no se moviera de aquí".

Inevitable, con tanto dulce, no mentar a nuestros amigos "golosos", nuestros gorditos queridos. Hecho el primer  repaso, obligado, con Antoñito, continué con Agustín, nuestro añoro más glorioso, que, aún devoto de cualquier manjar, ha conseguido redimir su condición de obeso a fuerza de mucha voluntad, mucho trabajo de jardín y mucha Paki con sus rebajas. "Yo recuerdo al añoro -se pone Antonio- como un niño redondo, pero con el babi más largo de todos los seminaristas". Y con más lamparones, diría yo. Y salieron los nombres de Paco Sánchez, Paco Nieto, Pedrito Urbano, Diego Ruiz Alcubilla, y reconocimos todos sus enormes esfuerzos por abandonar el estado gozoso de la obesidad. "En mi propia experiencia -apunta Antonio Estepa- lo único que funciona de verdad es cerrar el pico". A ver quién es el bonito que le pone el cascabel al gato. Quién es capaz de cerrar el pico del Rafa Vilas.

Nuestra despedida fue precipitada. La Peque y yo, con obligaciones abueleras, a las seis de la tarde teníamos que llegar a Antequera. Los dejamos a los demás que recogieran habas, alcachofas y huevos a sus anchas. Nosotros, los primeros en llegar, ya íbamos bien servidos.

Hasta la próxima. 

José Mª Rivera Cívico
Fili

viernes, 1 de abril de 2022

Crónica de la reunión del 31 de marzo de 2022

JUEVES FIN DEL MES DE MARZO DE LOS VICCARIANOS CORDOBESES
SEDE DE LA SOCIEDAD DE PLATEROS.


Córdoba, 31 de marzo de 2022

Con móvil en ristre, tuvo su gran entrada nuestro querido amigo Antonio Gómez Ramírez. Una gran satisfacción relejaba su rostro. Enseguida supimos el por qué del móvil en la mano:

¿Carlos, quieres ver tu casa antigua en Priego?

Rápidamente, alargando la mano hacia el, le mostró algo que sonaba en el celular. Nada más y nada menos que un trocito de la película de Joselito “Saeta del Ruiseñor - (clica para ver la película)” Estuvimos todos atentos hasta que Carlitos pudo ver su antigua casa Posteriormente, Antonio, nos obsequió con un regalito de su empresa consistente en una navaja multiusos y un bolígrafo, que, por sus diferentes posibilidades, también podría ser denominado “multiusos” Luego, más pausadamente nos fue informando sobre su estado de salud. Nos alegramos enormemente, no solo por su entrada triunfal, sino porque lo vimos alegre y con ganas de disfrutar.

Luego pasamos a hacer memoria del tiempo que llevábamos sin vernos. De los achaques de cada cual. En fin, lo que suele ser normal en los de nuestra edad infantil. En este acto nos despachaos a gusto. Parecía una competición a ver quien enumeraba más número de dolencias. Menos mal que, por encima de todo, reinaba la alegría. Claro si es que somos muy niños.

Una cosa sí revoloteaba entre aquellas, ya entrañables paredes, era una enorme satisfacción de volver a estar otra vez juntos y más fundamentalmente, de querer continuar al ritmo de antes. Esta es la mejor forma de que nuestra relación siga por buen camino. Pude comprobar fehacientemente que nuestro tono de voz no había decaído lo más mínimo. Incluso yo diría que había aumentado por aquello de ser cada vez más jóvenes.

Se decidió que continuaran los “jueves fin de mes”. Esta cuestión no ofrecía dudas. Incluso insistentemente, ya se reclamaba la necesidad de tener la reunión anual en Los Ángeles. ¡Ganas de estar juntos no faltaban!

Por supuesto que ganas sobran, hasta para entablar una conversación -yo más bien diría una exhaustiva y detallada disertación histórica- sobre el fútbol cordobés: los disertadores, todos, menos un servidor de ustedes que de fútbol ni papa.

Pacomo y Antonio Hidalgo, presumieron de la antigüedad de sus carnet de socios. Se detalló con pelos y señales las alineaciones de cuando el Córdoba jugaba “un tiempo antes del Diluvio Universal” (frase acuñada por Carlitos) Llegó un momento, para mi, que hasta veía pasar el balón por entre las copas que había en la mesa. Otras veces parecía que estaba en un partido de tenis, moviendo la cabeza a diestra y siniestra, sin parar. ¡Un rato genial!

Por supuesto el hilo se estiró hasta el equipo “SP” del Seminario San Pelagio. En ese momento tomó la batuta de mando Antonio Gómez donde llegó a detallar la alineación de nuestros compañeros que formaban parte de el. Luego enlazó con su experiencia futbolística en los madriles.

En un momento determinado se lanzó la pregunta de si ya podíamos empezar a comer algo. Mayoritariamente se proclamó que aún era pronto. Bueno… aguantaremos algo más.

Así continuamos un rato más de cháchara sobre temas variados. Eso sí, todos dentro de una excelente cordialidad y ganas de pasarlo bien.

Menos más que alguien ya dio la voz de alarma y se concedió autorización para solicitar a nuestros diligentes metres, Juan y Jesús, que saciaran el hombre que ya hacía estragos entre los presentes.

Esta vez por supuesto que hubo “caramales” a todo pasto, pero como siempre aparecieron unos disidentes como el que les habla (dos huevos con papas); Antonio Gómez (tortilla española) y Juan Villén (ensaladilla rusa) -no se si ahora es políticamente correcto decir rusa o mejor decir sólo ensaladilla-

Lo dejo a mejor criterio (por supuesto dicho en plan de broma)

Como se pudo apreciar, la diversidad floreció en el recinto (frase procedente también de Carlitos) Las ganas de comer de sus señorías quedaron patentemente demostradas.

Ya más distendidos, alguien empezó a presumir de guapura en los años mozos. Su señoría Antonio Hidalgo proclamó el buen porte que tenían Diego y él en sus años mozos. Diego saltó como un resorte y proclamó a los cuatro vientos que el, cuando tenía algunos años menos que ahora, fue declarado el niño más guapo del barrio de Santiago. ¡Toma ya, casi ná! De ahí el buen porte que aún sigue teniendo.

Así, en ese excelente estado de alegría y amistad, dimos por finalizada nuestra “nueva puesta de largo” en los jueves fin de mes de Plateros. El deseo de que llegara el siguiente mes, se expreso por deseo de todos.

Por supuesto nos acordamos a nuestras compañeras y compañeros que están tratando de sobrellevar lo mejor posible sus enfermedades. Nuestro mejor deseo de recuperación.

Y colorín colorado…

Que tengáis mucha salud y seáis buenos.

Andrés Osado Gracia

lunes, 21 de febrero de 2022

Grupo Madrid - Crónica 45ª reunión

Crónica de la 45ª Reunión Grupo Madrid
19 de febrero de 2022

Casa Pepe
Fuenlabrada (Madrid)


Cuando sonó el móvil, apareció en pantalla Manuel Jurado. La llamada me cogió en plena ruta andariega y mañanera. Tuve que aminorar la marcha porque jadeaba como un mulo cargao de melones en una cuesta arriba. El Jurado me llamaba para preguntarme si iba a utilizar mi coche para asistir a la reunión o si se pasaba a recogernos. ¡Siempre tan atento! Cuando terminamos la llamada tuve que esforzarme en coger de nuevo el ritmo. Luego me pasa lo que me pasa, que como me entrego tanto, el cuerpo se niega a tanta fogosidad y enseguida se quejan las lumbares. ¡Para todo soy lo mismo, si no que se lo pregunten a Andrea! Antonio Porras y Pilar nos avisaron el día anterior de que no podían asistir por el cumpleaños de su hijo.

Siempre es emocionante el momento de saludarnos: abrazos sentidos y sinceros después de dos meses sin vernos. Y el mecanismo es siempre el mismo: vamos entrando a Casa Pepe como las tórtolas al coto. En esta ocasión, y como casi siempre, ya nos estaba esperando Manuela y cónyuge. Poco después, Paco y Vale, Antonio López, Cari y nuestro Comandante Victoriano y Consuelo. Las chicas ocuparon una mesa y nosotros nos alineamos en la barra como si fuésemos la mejor defensa del mundo. Rápidamente hicimos un breve resumen de nuestro satisfactorio estado de salud, recordando con cariño a Jesús Yamuza Redondo, el último compañero que nos ha dejado. La lista de clase se va menguando poco a poco. Es ley de vida. Pero nunca se van del todo porque los tenemos siempre en nuestra memoria.

Después de ingurgitar unos aperitivos pasamos al comedor. Victoriano insistió, sin conseguirlo, en dejarme presidir la mesa. Soy consciente del lugar que me corresponde. No quiero tropezar otra vez en la misma piedra y usurparle el escaño que por derecho le corresponde. Creo que, por su amplia sonrisa, me lo agradeció. Cuando observé la distancia existente entre Victoriano y Consuelo, me acordé del “cálido encuentro”, que hace unos días celebraron Putin y Macron en el Kremlin. Sé que el ejemplo no es bueno porque aquéllos tendrían oportunidad de reencontrarse en una noche loca de alcoba, mientras que éstos se conformarían, sobre todo el ruso, con un puñado de cacahuetes… ¡no es feo el tío! Su hábitat natural sería, a mi entender, el gibraltareño.


Después de elegir el menú, nuestro Comandante seguía con la mascarilla puesta a modo de barbuquejo. Le insté al Jurado que le hiciera una instantánea para que constara en acta. Me recordó a la esportilla que llevan los carneros para impedir montar a las cabras.


Una vez más, y haciéndole un homenaje al Porras, Victoriano, Paco y yo pedimos una ánfora de sopa. Tampoco en esta ocasión triunfamos, porque, a pesar de que existía pesca de bajura, se limitaba a langostinos. Aprovechamos la visita del chef a la mesa para pedirle que la próxima vez nos sirviera la sopa de fideos con los langostinos pelados. Una sonrisa giocondina fue la respuesta que obtuvimos. ¡Mi segundo plato fue espectacular! La verdad es que se come muy bien en Casa Pepe. Y las atenciones que recibimos llevan el sello de Paco y Vale, que son los reyes del local. En la sobremesa, Victoriano se ausentó un momento. Pensé que sería cosa de próstata. Otra vez que me equivoqué. Se presentó con un paquete de pastelería. Se trataba de una ensaimada realmente exquisita con la que nos obsequiaba Cari.

El tema de la conversación ocupó gran parte de la comida. En esta ocasión nos centramos en la problemática escandalosa por la que atraviesa la Iglesia en estos momentos. Como siempre, todos expusimos nuestra opinión. Siento repetirme, pero cuando en una reunión de amigos existe respeto y empatía se puede hablar de cualquier tema por espinoso que sea. Tocamos también la problemática de la vacunación, de los negacionistas, etc.

Sin llevarlo en el orden del día, siempre nos acordamos de nuestro antiguo Comandante, el Sr. Vilas y de Carmen, su encantadora esposa. Los echamos mucho de menos en estas reuniones. Son una bicoca para este cronista. ¡Dan mucho juego!

Yo veía que el encuentro se iba acabando y no me daban titulares para la crónica. Pero esto es secundario. Lo importante es la unión y el cariño que aflora en cada encuentro.

Las chicas nos dieron un ultimátum: Si nos levantábamos de la mesa sería para irnos. Así es que los “vasitos largos” fueron consumidos sobre el terreno.

Y esto fue todo. Quedamos, sine die, para la próxima reunión que se celebrará en el palacete de Antonio López. La encargada de instigar el "avispero" recae en Consuelo, siendo Victoriano el ejecutor.

Foto de familia, fuertes abrazos y rompan filas.

Os deseamos a todos,

Paz y bien.

Antonio Estepa Romero

viernes, 18 de febrero de 2022

Despedida a Jesús Yamuza Redondo

 

Ayer, día 17 de febrero de 2022, se nos ha marchado nuestro compañero Jesús. Con él parte a la eternidad un trozo de nuestra infancia, dejando en nuestros corazones un hueco irremplazable.
Que estos versos de Francisco Cesar nos sirvan para homenajear su memoria y unirnos al dolor de Mª Carmen, su esposa y toda su familia y amigos.

Reencuentros

Las notas de una canción alegre;
el sabor que nos devuelve a madre;
los trinos de los pájaros
como briznas de plata.

Un suave, tierno, tacto de piel;
un tenue humo de alhucema quemada;
agua con hierbaluisa y hojas de nogal;
pan recién horneado y aceite de almazara;
olor a tierra mojada en una tarde de verano;
un paseo sorprendido por la lluvia;
el primer libro la poesía;
la sonrisa inesperada
que envuelve ese beso único;
las despedidas,
los reencuentros.

Estas huellas van como hojas en la lluvia.

Francisco Cesar García


JESÚS, UNA SONRISA CONSTANTE

Querido amigo Jesús:

Tu hija Esther nos despertaba hoy con la inesperada noticia de tu fallecimiento. Ni que decir tiene, nos ha dejado a todos doloridos profundamente. Cada vez vais siendo más los que vais dejando un hueco en nuestras reuniones, aunque nunca quedarán huecos en nuestro recuerdo.

Ha sido un placer el haberte conocido. Desde pequeños, allá en Santa María de los Ángeles, vivimos ilusiones que nos dieron saber y educación. Hubo algo más importante aún: fue una amistad y cariño que, luego, a pesar de los años transcurridos sin vernos, volvimos a disfrutar como si del primer día se tratara.

Nos alegramos de haber formado parte de algunos pedazos de tu vida. “Grandes pedazos”

Gracias por esa sonrisa que nos ofrecías cada vez que nos juntábamos allá en Plateros o en algunos de los peroles.

Desde ahora te compartiremos en nuestro recuerdo y siempre estarás presente, ante nosotros, allá donde nos reunamos.

Te hemos querido y aún seguiremos haciéndolo.

Gracias, nuevamente por tu vida.

Un saludo de parte de todos.

A tu familia le transmitimos nuestro más sentido pésame y que de una u otra forma estaremos presente en tu despedida.

Descansa en paz.

Foto tomada por Paco Moreno en su capilla ardiente
Escrito por Andrés Osado Gracia

viernes, 4 de febrero de 2022

Con D. Manuel Cuenca - Andrés Osado


Diego Ruiz Alcubilla, cuidador de D. Manuel, D. Manuel, Paco Sánchez y Andrés Osado

LAS CUATRO ESQUINAS

Entre las bulliciosas y sentimentalmente recordadas cuatro esquinas, formadas por las calles San Fernando, Caldereros y Lucano, que dan la bienvenida a la Cruz del Rastro, vinimos a parar Diego, Paco Sánchez y un servidor de ustedes. Era la tarde del pasado día 2.

Decidimos sentarnos en un de tantos bares, para disfrutar del entorno, de la apetecible tarde de sol, así como de una jovial y desenfadada conversación.

—¿No es ese D. Manuel Cuenca?

Efectivamente, Diego hombre que domina toda la situación, no solo por su gran altura, sino porque parece que con un ojo te mira y con el otro “guarda la moto”, se había percatado que por la calle Lucano, venía D. Manuel.

¿Será, no será? Un momento de duda hasta que el Sr. Sánchez lo llamó. Efectivamente era el. Paco se dirigió a su encuentro e invitarle a nuestra mesa. El gustosamente accedió. a sentarnos con nosotros.

Cuando se sentó con nosotros, su rostro relucía de alegría:

—No os podéis imaginar la alegría tan grande que me habéis dado. Después de tantos años, me seguís recordando. Yo que no era prácticamente nadie en aquellos años— repetía una y otra vez D. Manuel.

Los años han dibujado un hondo rastro en su figura. Pero lo que no han logrado es borrarle esa sonrisa permanente de su rostro.

Un buen e inolvidable rato de tertulia mantuvimos con el. A cada momento repetía la alegría tan grande que le habíamos dado.

Nosotros también estábamos alegres. Volver a ver a esa gran y a la vez humilde persona que se esforzaba en arreglar todos los desperfectos que se producían en aquel gran caserón. Realmente era “un chico para todo”. Incluso el aún recordaba acontecimientos de aquellos tiempos.

Acordamos invitarle un día en Plateros, a lo que se mostró muy gustoso y agradecido por el ofrecimiento. Nos indicó qué deberíamos hacer para recogerlo en la residencia del Seminario.

He pretendido haceos partícipes de este hecho.

De cómo esa gran persona que es D. Manuel Cuenca, nos sigue apreciando y alegrándose de estar con nosotros. Con tiempo suficiente quedaremos para estar con el todos los que podamos.

A ver si el jueves, fin de mes próximo o el día que se establezca podemos reiniciar los encuentros.

Mucha salud y que la felicidad reine en vosotros.

Andrés Osado, 4 de febrero de 2022

domingo, 19 de diciembre de 2021

Grupo Madrid - Crónica 44ª Reunión

 


"CASA PEPE"

Fuenlabrada (Madrid)

Antonio Estepa Romero
18 de diciembre de 2021

Desde el 21 de junio de 2020 no había cogido el coche para asistir a la reunión del Grupo. Manolo Jurado me llamó el viernes para decirme a qué hora tenía que pasarse para recogernos, como lo había hecho en las dos últimas reuniones. Le agradecí de nuevo su ofrecimiento, comentándole que ya me encontraba bien para utilizar el mío.

Cuando Andrea y yo llegamos a Casa Pepe y entramos al bar, no encontramos a nadie. Solo a una chica sentada de espaldas a la puerta. Rápidamente reconocí a Manuela. Pero eso no tiene mérito. El mejor sitio para camuflarse una mujer es una floristería. ¡No hay forma de encontrarla! Recuerdo que una primavera estuve con Andrea visitando El Jardín de los Rosales, me despisté unos segundos y no fui capaz de localizarla hasta que me llamó la atención. La saludamos y enseguida se presentó Manuel. Poco a poco iban entrando como tórtolas al aguaero. Primero los “anfitriones”, Paco y Vale, después, Antonio López y por último Cari, Consuelo y Victoriano. Antonio Porras avisó de que no podía asistir con Pilar.

¡Pronto empezó el cachondeíto! Victoriano se presentó con un apósito en la frente. Rápidamente nos interesamos por él. Nos explicó que le habían quemado una protuberancia cutánea, y que por estética, para no quedarnos impresionados, se había puesto la tirita. ¡Qué tío más coqueto! En mi pueblo a eso le llaman verruga, Si hubiese estado un poquito más al centro lo hubiese confundido con un unicornio. Alguien comentó por lo bajito: “ -mucho ha tardao-” refiriendo a los cuernos cutáneos, lesiones epidérmicas subyacentes. ¡Mala leche hay por ahí suelta!

Entre risas íbamos apurando las bebidas para entrar al comedor. Llegado el momento de sentarnos me vi en la obligación de cederle la “cátedra” a nuestro Comandante en Jefe, Victoriano, que por derecho  estatutario le pertenece.

Rápidamente se sentó por temor a que me arrepintiese. La última vez tuve el atrevimiento de ocupar su sitio y no lo haré nunca más, pues estuve varios días con remordimientos de conciencia. Desde Los Ángeles no había sentido nada parecido. Menos mal que no se me apareció en sueños “el cura-atleta”.

Antes de comenzar la comida, Vale hizo entrega a nuestro chef, M. Jurado, de un precioso delantal que le había decorado y que serviría para futuros encuentros. Con este detalle de Vale, se cumple parcialmente el acuerdo que llegamos a aprobar por unanimidad, con fecha 19 de junio de 2021, en el palacete de Antonio López, de vestir a nuestro chef como se merece.

Ya solo nos queda cubrirlo con el “Toque Blanche” para coronarlo como rey y señor de nuestra mesa.

Enseguida llegó, bolígrafo en ristre, el camarero para tomar nota. Paco y yo no lo dudamos. Casi al unísono pedimos: “Ánfora de sopa”.¡ Cómo nos acordamos de Antonio Porras! Y de Pilar, por supuesto. Ya se encargaron las dos sillas vacías de recordarlo. Mentalmente pensaba cada vez que metía la cuchara: -“Una para ti, otra para mi…”- Salía la sopa como el magma del Cumbre Vieja. ¡Qué pechá, niño! Salí como el de Paco Gandía.

Como siempre, la conversación resultó amena e instructiva. Victoriano abrió de nuevo la sandía, preguntándole a Antonio López por temas que domina completamente. Nosotros nos aprovechamos de las preguntas de aquél y las respuestas de éste. Cada día que pasa está más consolidado el Grupo. Se lo debemos a las chicas, que han sabido interiorizar el espíritu de Los Ángeles.

Después de la comida pedimos café. Manuela se dejó caer con una caja de perrunas de El Viso. ¡Extraordinarias! Seguidamente, Antonio López le dio a cada chica una botellita del primer aceite de la campaña 100% virgen extra Don Lope, cosecha familiar. Las chicas, levantando las botellas, comentaron entre risitas que desayunarían con el Sr. Lope durante unos días. ¡Verás por dónde va a salir el aceite!

En el bar nos tomamos algo y nos hicimos la foto de despedida. Terminamos el encuentro deseándonos todos una Feliz Navidad y un 2022 saturado de salud para todos. Estos sentimientos fueron refrendados por sentidos abrazos y con la esperanza de vernos todos en el próximo encuentro.

Desde esta humilde tribuna me hago portavoz del Grupo de Madrid para desear a todos los compañeros una FELIZ NAVIDAD y un venturoso 2022.



Paz y bien.

sábado, 18 de diciembre de 2021

MERC INCIP FER EXIT ALUMN

22 DECEMBER

MERC INCIP FER EXIT ALUMN

No se por qué, pensando en nosotros, los compañeros de Santa María de los Ángeles, me ha venido al recuerdo ese día 22 de diciembre en el que nos daban las vacaciones de Navidad (así queda reflejado en el Kalendarium de las Ephemerides)
Quizás sea por la reflexión que vengo haciendo sobre lo permanente y aquellas otras cosas que van cambiando a nuestro alrededor e incluso a nuestro grupo.
Permanente, esas tiernas despedidas de “hasta luego y feliz Navidad” que nos dábamos ese día. Las recuerdo perfectamente. Más aún esa Misa y su emotiva canción de despedida. ¡Qué voz la de Rafa Vilas!
Me gustaría pensar que estas fiestas nos sirvan para disfrutar, cada uno según su forma de entender la Navidad, pero también para reflexionar en el paso que dimos en nuestro reencuentro.
Muchas cosas están cambiando en nuestro grupo. Todas ellas, pienso yo, por no saber adaptarnos a los pensamientos de cada uno. Por querer imponer y no dialogar nuestras ideas.
No sólo la COVID nos está alejando. Algo también lo está provocando.
Creo que debemos aceptar lo cambiante y no consentir que ese “EXIT ALUMN” se convierta en algo duradero.
Afortunadamente nos queda tiempo para poder seguir juntos, pero cuidado que cada vez queda menos.
¿Por qué no olvidamos todo lo que nos haya desunido y volvemos de esas “vacaciones” con ganas de formar un grupo de verdad?

            FELICES FIESTAS Y FELIZ REGRESO

Andrés Osado
Córdoba, Navidad de  2021