domingo, 23 de junio de 2024

Crónica de la 55ª reunión del Grupo Madrid

55ª Reunión Vicariana del Grupo Madrid

Casa de Antonio López Arenas

Madrid, 22 de junio de 2024

Ayer, día 22, cuan alegres y bulliciosos escolares, clausuramos, ¡y de qué manera!, nuestro curso escolar.

Hace pocos días, haciendo el preceptivo ejercicio andariego, me crucé con Manuela y Manuel, que llevaban atado de una correa un precioso perro labrador. Sin querer emular a Juan Ramón Jiménez en “Platero y yo”, me he informado que esta raza corresponde a un perro grande, de constitución fuerte y buena estructura ósea y muscular. Tiene la cabeza ancha y una mirada dulce e inteligente. Su cola, parecida a la de las nutrias, es única. La descripción encaja perfectamente conmigo, sobre todo, lo que se refiere a la cabeza ancha y a la cola; no quiero quitarle protagonismo a nadie, pero la naturaleza ha sido generosa conmigo sin necesidad de acudir a terceras personas. El perro se llama “Choco” por su color chocolate negro Valor. ¡Muuuu, qué ico”. Después de saludarnos y acariciar a “Choco”, quedamos para el sábado 22.

Cuando Manuel nos avisó que salían del garaje ya nos estaban esperando en el punto de encuentro. No sé cómo lo hizo, porque tanto no tardamos nosotros en bajar. Como siempre, Manuela me había cedido generosamente el asiento delantero. “Choco” ocupó la retaguardia.

Cuando llegamos al palacete de Antonio López, la calle parecía el desembarco en alguna de las playas de Normandía. Lo hicimos todos a la vez, y los coches se asemejaban a las barcazas de desembarco,  tipo Higgins. ¡Si el general Dwight D. Eisenhower nos hubiese observado un momento, seguro que nos cae la Medalla de Oro del Congreso, de lo bien que lo hicimos!  

A nuestro Comandante le hubiese gustado llegar el primero para alardear de estrella, pero, aunque no lo dijo, estoy seguro que se despistó un poco. ¡Cosas de la edad!

La ancha cancela ya estaba abierta para acceder a nuestra casa, aunque la  finca esté a nombre de Antonio López. Esta es una de las ventajas de tener amigos como él. Cuando accedimos al porche ya estaba la mesa perfectamente montada. ¡Me río yo del comedor de gala del Palacio Real!

Después de ayudar a Manuel y Victoriano a transportar las viandas, entre ellas una sandía que deseaba competir con el abdomen de su porteador, comenzamos a “regar la plaza” con las bebidas. Enseguida se llenó la mesa de patatas, langostinos, jamón del anfitrión y los ya famosos rollitos de Felicitas. ¡Toda una delicia! Mientras todo esto ocurría, Consuelo, la Comandante, inspeccionaba el estado de la piscina: ¡Qué buena está! Fue el lacónico y experto comentario. Poco tiempo tardó en corroborarlo con unos largos estilo mariposa.

Manuel, con la seriedad y oficio de un taxidermista, seccionaba los suculentos choricitos y secretos para cocinarlos a la plancha. Con el delantal, regalo de Vale, podría hacerle sombra a David Muñoz, el marido de la Pedroche. Al Jurado solo le falta la cresta para superarlo.

La cosa se iba animando poco a poco. Se nos ofreció un vino blanco, suave y frío, que fue del agrado de nuestras ninfas. Vino del obispo, se llama. No me importaría ser acólito, aunque ya no estoy para muchos trotes. Luego se pasaron al Ribera. ¡Estos tíos son capaces de beberse el Guadalquivir! Brindamos por Antonio Crespo, Cari, Rafa Vilas y Carmen.

Entre copa y copa, yo no dejaba la 0/0, Manolo seguía impertérrito e ilusionado con la misión de darnos de comer. Estoy seguro que si José Andrés oyera hablar de él, lo ficharía  ipso facto, dada su generosidad y altruismo en combatir nuestra hambruna.

Con la precisión y tino de un francotirador, llegó los sorbetes, marca de la casa, para coadyubar nuestros maltrechos jugos gástricos, que, agradecidos, emitieron un discreto eructo, digno del del más exigente árabe. Terminamos la comida con sandía, absolvemos a Victoriano el olvido de no enfriarla, deliciosos dulces de Vale, picotas de Manuela, helados de Antonio López…¡un escándalo! Tengo que hacerle la ola al equipo encargado de que todo saliera perfecto.

Poco a poco la ingesta se iba adueñado de nuestra inanición, dando paso a una gran hilaridad. De los comentarios jocosos de Antonio Porras referentes a episodios rurales se pasó a los chistes de Antonio López. Se marcó un repertorio digno de los más afamados humoristas. Eran chistes cortos, seguidos, sin dar tregua a la recuperación. ¡Estuvo inconmensurable! ¡El cigomático mayor, músculo responsable de la sonrisa, estaba a punto de estallar! Varias veces tuve que hacer uso del pañuelo. La reunión, como todas, estaba consiguiendo alcanzar la excelencia. Mientras tanto, “Choco”, ora tumbado en el cuidado césped, ora acercándose a nosotros para solicitar nuestra atención, exhibió un comportamiento digno de las clases de Urbanidad de Don Gaspar.

Quedaba todavía mucha tarde. Llegó la hora de los vasitos largos. Antonio, como siempre, no escatimó nada. Sacó una botella de excelente ginebra, guardada para ocasiones especiales. Dieron buena cuenta de ella, acompañándola con las famosas pipas de Paco y una bolsa de cacahuetes, adquirida ex profeso. Entre sorbo y sorbo Antonio López nos estuvo informando de la posibilidad de presentar en la Seguridad Social, la “Solicitud del complemento para la reducción de la brecha de género/complemento por maternidad”. Él mismo nos facilitó las solicitudes.

Tuvimos tiempo de tratar, como siempre, temas …eclesiásticos, pero sin llegar la sangre al río.

La tarde iba cayendo y Manuel Jurado, después de dormir una exigua y reparadora siesta, consiguió la verticalidad y el ánimo para instruirnos, una vez más, sobre compañeros, cursos, repetidores… Poco tiempo tardó para acometer con entusiasmo el segundo asalto a la plancha. ¡Es un maratoniano de la cocina! Hicimos el último esfuerzo para consumir la compra, pero sin conseguirlo.

El crepúsculo se iba adueñado del palacete y tocaba retirada. Última foto de grupo. Ante las indicaciones de la fotógrafa, yo no salía dada mi estatura, Vale, con la agilidad de una grácil cervatilla, se tiró cuerpo a tierra emulando a las marines. Gracias a ella pude salí en la instantánea. Después comenzamos el desfile pausado hacia los coches. Los fuertes y sonoros abrazos demostraban sinceramente nuestros sentimientos y nuestros mejores deseos para el verano. Una vez más, este encuentro nos ha servido para afianzar más y más nuestra amistad y cariño.

Manuel y Manuela, nos dejaron en la misma puerta de casa. Nos despedimos de ellos y la última mirada fue para “Choco” que, desde el maletero, parecía decirme con la suya, “-Ha sido un placer, Bronco-“.

Hasta que llegue la próxima, Andrea y yo os deseo,

Paz y bien.

Antonio Estepa Romero

viernes, 31 de mayo de 2024

Crónica de la reunión del Grupo Córdoba

CRÓNICA DE LA REUNIÓN CELEBRADA POR EL GRUPO CÓRDOBA EN LA SOCIEDAD DE PLATEROS DE LA CALLE DE SAN FRANCISCO.

Estamos pensando, entre Merche y yo, cómo vamos a desarrollar esta indescriptible y apasionante velada, tenida en nuestro Jueves Fin de Mes. Me ha recomendado que tire de frente y sin temor a las curvas.

- Pues vamos allá, Merche.

Mal empiece, porque sí había curvas.

Después de averiguar lo que es el palo corto de la U y su correspondiente largo, indicado por nuestro entrañable amigo Antonio Martínez, con el fin de llegar en coche hasta su casa; tras las idas y vueltas y pasar, hasta tres veces por el mismo sitio, según indicación del Maps. Menos mal que nos olvidamos del dichoso artilugio y con la indicación de unos vecinos, logramos llegar a su casa. ¡Como debe ser!

Habíamos quedado a las 20´30 horas. En verano, es cuando se abre el portalón. Os voy a confesar mi pecado. La intención, de un servidor de ustedes, era haber puesto a las 20 horas, como siempre. Sin embargo, puse treinta minutos más. Realmente no se por qué. Ese mismo día confirmé con Plateros la hora de apertura y me confirmaron lo de 20’30. Joder, sin quererlo, había quedado como un perfecto organizador. Nos obstante, advertí, a los de la lista, si se habían percatado de la nueva hora. ¡Para mi, supuso una enorme alegría que todos estos obedientes curillas habían entendido que era a las veinte treinta! ¡Bien por ellos! ¡Joder, viva yo!

Con algo de retraso y por la puerta de los principales, por la que suelen entrar Pacomo y Carlitos, los hicimos los tres margaritos. Esta vez sí le dimos pábulo a esa puerta. ¡Pa chulos. los margaritos!

Ya se había empezado por una invitación, debida al aniversario de boda de Isabel y Pacomo. Brindamos y le encomendamos a Pacomo que le diera un beso a Isabel por cado unos de los asistentes. ¡Qué pareja más bonita son aún! Sinceramente les deseamos mucha felicidad. Que la sigan viviendo minuto a minuto. Por cierto, tengo que llamar a Isabel a ver si le dio los besitos encargados por cada uno de nosotros.

Como no lo haya cumplido, le castigaremos con el doble. Aunque de sobra sabemos que eso no es problema para Pacomo. El amor que se tienen, como pareja, debe ser un ejemplo para todos nosotros.

Al rato, nos llega una nueva invitación. Esta vez la formulaba nuestro querido amigo Pablo Adarve: “Según la última analítica, estoy totalmente curado”

Esa fue la sorpresa del momento. Nuestro querido Pablo, se sentía plenamente feliz de celebrar con nosotros ese gran acontecimiento.

Nos hizo partícipe de la emoción que le embargaba y la alegría de poder exponerlo entre todos nosotros. Se siente muy feliz participando en estas reuniones, que le dan una carga de energía positiva para llevar esta andanza por la vida que nos ha tocado manosear.

Os quiero hacer partícipes, a quienes no lo estabais viendo, que radiaba una cara de plena felicidad. Parecida a esos niños que entramos por primera vez en Santa María de los Ángeles. Todos nos hicimos partícipes de su felicidad. Sabed una cosa, nos quiere tanto, que no desea perderse ni un segundo de estar con nosotros. Siempre es el primero en recordarme lo del jueves. Bueno, a decir verdad, en esta ocasión fue Pacomo quien me avisó que se debía reservar sitio. Lo que me pareció formidable.

No hay noche en la que Carlitos haga una de las suyas. Esta vez nos hizo una propuesta “voluntaria-obligatoria”. Deberíamos dar una opinión sobre nuestro paso por Santa María de los Ángeles y la opinión que tenemos de nuestros superiores.

¡Madre mía, Carlitos, en qué patatal nos metiste! Pero fue fructífera la propuesta, por los resultados obtenidos.

Entretanto, nos llegó la noticia del fallecimiento del Rector de Hornachuelos, Gaspar Bustos, que en paz descanse.

Creo que, en este momento, no pega hacer una reseña de la interesante reflexión que provocó la propuesta. En otro momento la expondré.

Debo decir que, hubo un recuerdo especial hacia todos aquellos compañeros y superiores que habían fallecido.

Todavía no he acabado con las anotaciones…

Pero ahora toca pedir algo de comida. ¡Bocata de Caramales nooooooo!

Mientras nos lo preparaban, Carlitos nos transmitió el encargo de nuestro querido Miguel: “Dale a todos un fuerte abrazo de mi parte”

Luego Rafa Raya nos transmitió los besitos que Elena nos enviaba también. Unánimemente le dimos el encargo de devolverle esos besitos.

Como Antonio Hidalgo, frecuente en nuestras reuniones estaba ausente, le hicimos una llamada telefónica por si le ocurría algo. Fue una alegría saber que el motivo no había sido debido a enfermedad. ¡Nos alegramos Antonio!

Claro, también fue una satisfacción contar con la presencia de nuestros amigos Rafa Raya y su Santidad Paco Sánchez. Como suele decirse, contando con los presentes.

¡Qué noche más completa!

Quiero recalcar, de esta noche, el enorme y sincero compromiso por la aceptación de las opiniones de cada uno. Fueron escuchadas todas con el máximo respeto y fueron expuestas las contrarias de igual forma. Un servidor se pregunta:

¿Por qué en otras situaciones no nos respetamos?

¿Vale mi opinión más que la de otros?

Bueno, hay que mencionar que Paco Raya, estuvo “Absum” por culpa o por bien del baloncesto. Debemos aprovechar los momentos. Ese era importante y merecía la pena no perderlo.

Voy a mirar, otra vez, las notas que me encargaba Carlitos.

Notamos la presencia de camareros nuevos. Pero, sobre todo, faltaba la presencia de Jesús, nuestro amigo camarero. Al parecer, ha preferido buscar otro sitio.

La cerradura de la vitrina, donde guardamos cosas referentes a nuestro paso por el Seminario y, fundamentalmente de Andrés Luna, se rompió. Pacomo, muy diligentemente ha compró una nueva. Carlitos, como pudo ponerla, ha hecho un apaño provisional.

Dado que en el Jueves fin de mes próximo, se avecinan varias celebraciones, como: cumpleaños, santos, y boda de oro del que escribe, hemos decidido lo siguiente:

Todos los implicados vamos a invitar, a todos los que quieras asistir a ese jueves. A propuesta de nuestro querido Pablo Adarve, será:

JUEVES 27 DE JUNIO, A LAS 21 HORAS EN EL RESTAURANTE TRASMAYO DE FATIMA. (si hay cambios los comunicaremos oportunamente)

Ya indicaremos la ubicación y lista de asistentes. Pero, cabroncetes, cuando se ponga, contestad rápido. Como está cerca de la antigua cárcel, quien no lo haga, lo mandamos castigado ahí. Anda, guapetones, sed buenos.

Una noche genial.

Si se me ha olvidado algo, lo ponéis en comentarios.

Besitos.

Os queremos

Andrés Osado Gracia

sábado, 27 de abril de 2024

Crónica de la 54ª Reunión del Grupo Madrid

54ª Reunión Grupo Madrid

Casa Pepe Fuenlabrada (Madrid)


27 de abril de 2024


El día no podía ser más feo: lluvia, aire, frio…pero estoy seguro que todos estábamos impacientes e ilusionados por encontrarnos una vez más. Para Andrea y para mí la semana iba a ser completa: el martes 23, en Antequera, y el 27 en Fuenlabrada.

Cuando llegamos a Casa Pepe, después de recogernos Manuel y Manuela, llovía bastante. Casi nos damos de bruces con Paco que salía apresuradamente.

-¿Adónde vas tan deprisa?- le comenté después de abrazarnos.

-¡A por las pipas!-me comentó entre risas. -Ya están todos dentro- apostilló.

Entramos y nos encontramos con el Comandante Victoriano, la Coronel Consuelo, y Vale. Cari, Pilar, Antonio Porras y Antonio López no pudieron asistir por distintos motivos. Nos acordamos muchísimo de todos ellos.

Como siempre, como si de un ritual se tratase, el Jurado sacó hacia afuera todo el potencial de amabilidad y servicio que lleva dentro, y estuvo atento para que a nuestras niñas no les faltara ni gloria. ¡Con tíos así descansa uno un rato de las atenciones maritales que conlleva el “cargo”.

Nosotros, como siempre, en el abrevadero. Enseguida me preguntaron cómo nos había ido en la reunión de Antequera. Les estuve informando que llegamos muy cansado a Madrid, pero mereció la pena el esfuerzo. Y que Antonio Luna me “ordenó” que hiciera luego la crónica porque Andrés Osado no había venido. El Fili escribió su parte y yo la mía. ¡Me sentí ínfimo ante estas “plumas”!

Entre cervezas, arroz, pipas y risas, se iba consumiendo el tiempo para entrar al comedor. Un imaginario toque de “fajina” hizo que la tropa entrara ordenadamente en el salón. Experiencia no nos faltaba después de los años en Los Ángeles, cuando en fila de dos entrábamos en el comedor bajo la atenta mirada de los “Superiores”. Un desliz y te podía costar un cinco en conducta: el castigo más horrendo que podías recibir, porque tenías luego que soportar la riña de tus padres. La distribución de la mesa obligó a nuestro Comandante a no poder presidirla. ¡Tampoco le viene mal que coma de vez en cuando a nivel del soldado!

En la distribución de comensales me tocó Andrea a mi lado. ¡Me hizo un marcaje extraordinario¡ Si Carlo Ancelotti la hubiese conocido, estoy seguro que hubiese peligrado, en la alineación, la titularidad de Carvajal, Nacho o Rüdiger, por ejemplo! No se le escapó ni una. Me miraba con sus grandes ojos negros y oscilaba la cabeza como diciendo -¡Te estás pasando…!- Yo buscaba refugio detrás de Paco o de alguno más, pero nada ¡siempre me pillaba! ¡Qué tortura!

La comida fue buena y abundante e invitaba a una charla distendida a la vez que densa. El Jurado demostró una vez más el dominio que posee sobre el tema “Seminario”: Superiores, Profesores, Ephemérides, Cursos… ¡Lo sabe todo! Y por eso se puede permitir el lujo de jugar con el rol de docente. Los temas que tratamos dejaba a Santo Tomás de Aquino en un sencillo lego. Hablamos de Biblia, de la Iglesia y hasta del Big Bang. Cada uno expuso lo que pensaba y creía, pero siempre dentro del respeto mutuo. Así puedes hablar de lo que quieras. Cuando existe una amistad consolidada a través de muchos años es muy difícil que nada se venga abajo. Además, nuestras parejas han conseguido, poco a poco, trenzar una malla de sentimientos y empatía que las ha conducido a una verdadera amistad.

La “Gestoría en casa” también la echemos de menos. Estamos en plena campaña de la Renta y nos habría venido muy bien solucionar alguna duda. ¡La gente, desde luego, tiene más vacaciones que un padrón!

Terminada la larga sobremesa, pasamos al bar para tomar, en mi caso, una tónica. De nuevo opté por jugar al escondite con Andrea. Le dije a Paco que me sirviera de parapeto para poder ayudarle a dar con las pipas, y otra vez los dos faros deslumbrándome. -Tengo que buscar la forma de despistarle-, pensé.

Después de una sesión de chistes y anecdotario, decidimos levantar la sesión.

Foto de despedida, abrazos y besos, y la satisfacción de haber vivido nuevamente un encuentro extraordinario.

Antes de las vacaciones veraniegas nos queda otra asamblea en el palacete de Antonio López. ¡Esto es un no parar!

Queremos agradecer a Manuela y Manuel su disponibilidad para poder asistir al evento. Si ellos no nos sería posible.

Y para todos un abrazo muy fuerte de mi “guardaespaldas” y mío.

Paz y bien.

Antonio Estepa Romero

jueves, 25 de abril de 2024

Crónica de la reunión del Grupo Córdoba

CRONICA DE LA REUNION CELEBRADA POR EL GRUPO CÓRDOBA EN LA SOCIEDAD DE PLATEROS DE LA CALLE DE SAN FRANCISCO.

Córdoba, 25 de abril de 2024

No se me ha olvidado la crónica del pasado jueves fin de mes. Aunque no sería de extrañar pues se me olvidan las fechas de la convocatoria e incluso asistentes etc.

Hablando de olvidos: a todos se nos olvidó, durante la cena, hacer unas fotos para enviarlas. Por una parte, es buena señal, debido a lo ameno de la velada (esto de velada lo digo porque pega, no porque estuvimos hasta tarde)

Efectivamente, con la grata presencia de Antonio Rodríguez, de su hermano Leopoldo y por supuesto nosotros, la tertulia se animó bastante. No paramos de charlar. Las anécdotas navegaron de acá para allá, sin necesidad de viento favorable. Bueno, mejor dicho, el excelente ambiente creado, fue el causante de tal singladura.

Primero nuestro querido Pablo Adarve, con motivo de su posterior aniversario, nos invitó a una primera ronda de tapas y bebida.

Seguidamente, comenzamos nuestras rondas, con el consiguiente condumio. Por cierto, como lo manda la autoridad, los camarales nos los pusieron en los platos. Nada de bocatas. El pan aparte, en su cestito. Ganas nos dieron de abrir los panes por la mitad y meterles dentro esos deliciosos manjares. ¡Pero nos dio corte! Por supuesto, brindamos e incluso le cantamos el cumpleaños feliz a Pablo, que para eso teníamos grandes cantores.

Claro, con tanta cháchara y buen comer, se nos olvidaron las fotos. ¡Qué buen rato estábamos pasando!

Tan sólo, los trasnochadores consiguieron hacer unas en la fuente del Potro junto a la Cruz. Algo es algo.

Hoy, día 2 de mayo, la casualidad ha querido, cuando estoy escribiendo esta crónica, que sea el cumple de Pablo.

Cuando he llamado para felicitarlo, todo lleno de emoción me ha dado las gracias. Pero ha sucedido algo digno de contar, por la ternura con la que comenzó a dármelas.

Me dice Pablo:

Andrés, mientras me duchaba, esta mañana, me he estado acordando de todos nosotros, de los momentos tan felices que hemos pasado juntos. El habernos vuelto a encontrar –-a partir de aquí le embargó la emoción y con voz temblorosa, yo diría que, con casi lágrimas de felicidad en los ojos, continuó–- Para mí, este nuevo encuentro, me llena de satisfacción. Estoy contando los días en los que volveremos a vernos en Plateros, o en otro lugar”

Lo dejamos ahí, porque la emoción le embargaba.

Querido Pablo, perdona, si he dado visibilidad a esos sentimientos tuyos. Ha sido un rato tan sencillo y a la vez tan lleno de sinceridad y amor, que me he creído en la obligación de compartirlo con los demás. ¡Eres grande Pablo!

Esta realidad de Pablo, la venimos teniendo cada vez que nos reunimos, sea donde sea. Por eso seguimos y seguiremos reuniéndonos, en la medida de nuestras posibilidades. ¡Grandes somos también todos!

Rafa Vilas no va a tener, en esta ocasión, mucho problema en insertar las fotos. Gracias Rafa.

Con el sentimiento de haber pasado un rato excelente este último jueves, nos despedimos, con muchos abrazos, pero sin fotos.

Hasta la próxima.

Vamos palante.

Córdoba, 2 de mayo de 2024

Andrés Osado

martes, 23 de abril de 2024

Crónica del XXVIII encuentro de primavera - Antequera


XXVIII Reunión de Primavera

Antequera (Málaga), 23 de abril de 2024

Relato de José Mª Rivera Cívico (Fili)

- ¿Estás nervioso? -me pregunta la Peque mientras conduzco hacia el encuentro.

-Para nada -le contesto rotundo-. ¡Ni que fuera a una oposición pa canónigo!

Pero, enseguida, contraviniendo mis buenos propósitos, me llegaron motivos para el nerviosismo: la comitiva de Frasqui se ha quedado tirada en la carretera por avería del coche, recién pasado El Tejar. ¡Me cachis en los mengues...! Que se vuelven todos en taxi para Córdoba, me dice mi amigo.

- ¡Ni pensarlo! -le ordeno por el móvil-. La grúa que se lleve el coche al taller que tú indiques; el taxi que os traiga a Antequera y luego, ya si eso, yo mismo os devuelvo a Córdoba. Y sin rechistar, eh -me puse serio-. Me hace mucho más desavío vuestra ausencia que la molestia del viaje de vuelta. De manera que eso es lo que hay.

Y me hicieron caso, oye. Soy blando con mis amigos, pero cuando me pongo serio me temen.

Como resulta que soy incapaz de conducir a velocidad normal mientras hablo, esta conversación inoportuna nos retrasó la llegada a la famosa taberna La Socorrilla, en la no menos nombrada Plaza del Portichuelo, sitio del aparcamiento. (Aquí se puede poner una foto de la Plaza con la concurrencia de algunos de nosotros). Primeros abrazos a los madrugadores, gentes del Viso y de Montalbán y un novicio en estos encuentros llegado desde Tenerife, aquel muchacho nobletón de Lucena: Antonio Jesús Fernández, cuyas facciones y hechuras dan fe de los años y avatares gozados.

Es esta Plaza del Portichuelo uno de los enclaves singulares de esta ciudad monumental, la Florencia andaluza, llaman a Antequera. Sitio amplio y luminoso dotado de un empedrado antiguo, pero muy bien mantenido, y flanqueado por dos edificios emblemáticos cuales son la capilla de la Virgen del Socorro y la iglesia de Santa María de Jesús. En la puerta de la taberna nos fuimos apiarando como chaveas delante de un kiosko de chucherías. Como de costumbre, hubo criaturas que dieron varias vueltas a la ciudad antes de dar con el sitio indicado. "El tontón nos ha enreao", se lamentan. Con el rebaño casi al completo, iniciamos la visita turística pastoreados por Abel.

Abel, que no Caín, ha sido nuestro guía. Cosas de la vida, resulta ser este muchacho hijo de un cura arrepentío. "Coño, ¡qué casualidad!, nosotros somos todos curillas arrepentíos", le dijo alguien. Abel es un tipo alto, famélico y desgarbado, las cosas como son. Y su barbita rala y desmadejada no consigue otra cosa que agravar la sensación de un "esmayao", de ésos que hacen ahora lo del ayuno intermitente. "Eso no puede ser bueno, ¿verdad doctor?", me pregunta Charo, esposa de García Paredes. Uno que nos ha sorprendido gratamente por las consecuencias del poco yantar ha sido Francisco Sánchez, que ha pasado de Sancho Panza a don Quijote en menos de un año. "Y no ha sido el Ozempic -me dice-, sino cerrar el pic".

Empieza su disertación Abel explicándonos el origen de las varias capillas votivas que se mantienen en Antequera en los lugares que, en su día, fueron las puertas de entrada a la ciudad. En dichas capillitas porticadas, los visitantes debían expiar sus pecados en confesión a fin de entrar limpios por sus calles. Seguimos sus pasos y sus explicaciones, ora todos agrupados y en silencio respetuoso, ora dispersos y charlando cada cual con cada quien, por los alrededores del Castillo eficazmente conquistado a los almohades sin derramamiento de sangre, la huida de judíos y moros hacia Granada donde fundaron el barrio de Antequeruela, las vistas al lejano Torcal o al cercano río de La Villa con su historia de molinos y de telares ya desaparecidos, los restos de la antigua ciudad romana, hasta la llegada a la Colegiata, edificio sublime que constituyó el símbolo de la armonía y fusión de dos culturas arquitectónicas: la cristiana y la mudéjar. Y en este punto es cuando le pido a la Peque que empiece a recolectar dos euros por cabeza para el estipendio de nuestro pastor.

En este sitio tan espectacular desde donde se puede contemplar la panorámica de casi la totalidad de la ciudad, y en el momento en que Abel nos explicaba la leyenda del Peñón de los Enamorados, se nos unieron algunos compañeros rezagados, entre ellos, el matrimonio de Antonio Estepa y Andrea, desplazados en tren desde Madrid en exclusiva para este encuentro. "Cuando un amigo penetre en tu corazón, es tu deber no dejarlo salir jamás".



Relato de Antonio Estepa Romero (Bronco)

Me desperté sobresaltado porque creí que no había sonado el despertador. Era las cuatro de la mañana. Ya no pude seguir durmiendo. Me puse el transistor en la oreja para escuchar a Carlos Moreno “El Pulpo” en su programa de Cope “Poniendo las calles”. Enseguida llegó las cinco. Hora de levantarse. A Andrea y a mí nos quedaba una larga y emocionante jornada por vivir. El AVE salía a las 7,30 y no podíamos entretenernos mucho. La llegada a Antequera estaba prevista para las 10:00 h.

Francisco Sánchez y Mari nos estaban esperando, como acordamos, en la estación de Antequera-Santa Ana. Los primeros abrazos del día. Estoy deseando coger a Sánchez, (nunca he usado el hipocorístico “Paco” con él), en un renuncio. Siempre está donde tiene que estar. Jamás me ha fallado en los sesenta años de amistad. Yo se lo echo a que como me cortó media falange del dedo medio con la cancela del patio de entrada, pues quiere indemnizarme de alguna forma. Como le he dicho millones de veces:

-Sánchez, aquello fue un accidente. Yo te sigo queriendo igual.

Llegamos al pueblo y tuvimos que preguntar varias veces para localizar al aparcamiento. Otro día estudio antes las cotas del terreno, cuan estratega militar, que para algo alcancé en la mili el rango de Cabo Segundo. No he sacado más culo en mi vida que subiendo aquellos peldaños hasta llegar a la Real Colegiata de Santa María la Mayor. Me sentí como un sherpa en el Everest. Estuve a punto de solicitar un boca a boca pero, por temor a que se adelantara Sánchez, desistí. Prefiero morir de asfixia que de asco. Menos mal que aún conservo unas piernas fuertes y vigorosas formadas en aquellos riscos de Los Ángeles. Todavía recuerdo las miradas de admiración de los animales cuando nos observaban saltar como ellos.

Coronada la cumbre nos encontramos a Manolo Vida, Antonio Caballero y una fila de mujeres haciendo cola para usar el W.C. El grueso de la “tropa” estaba con un guía empapándose de la historia local.

Cuando llegaron comenzamos con los abrazos. La alegría y el cariño se transmitía en cada uno de ellos. Enseguida localicé a Miguel Estepa e Inés y a Manolo Domínguez con Asunción. ¡La tierra tira! Más tarde, en la comida, conocí a otro montalbeño, Antonio Jesús Fernández. A este lo tenía perdío, pero fue un verdadero regalo el hallazgo.

La alegría me la cortó en seco una voz expedita, potente e inconfundible:

-“Bronco tienes que hacer la crónica, que Osado no ha venido”.

Ante el “ruego” de Antonio Luna, ¿quién puede negarse? Menuda me ha caído, pensé, ¡emular a un maestro! Las “lecciones aprendidas” en el Seminario me obligaron a agachar la cabeza y emitir con un hilo de voz: ¡Sí, Padre!

Después de compartir un ratito sentimientos y recuerdos, nos hicimos una foto de grupo para que quedara constancia del evento. El tiempo pasaba rápidamente y todavía quedaba la visita al Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera. Sánchez y yo desistimos y nos fuimos a buscar un bar para reponer fuerzas. Si la subida fue dura, la bajada de escalones me hizo reflexionar que soy finito, no que estoy delgado sino que tengo fin. Cuando entramos al bar me senté en la silla más flojo que una talega.


Al restaurante “Caserío de San Benito” llegamos al mismo tiempo que Pablo Bosch y Yolanda. Estuvimos viendo las preciosas antigüedades antes de subir a la planta superior y buscar la mesa designada. Mesa Llano del Pozo: Rafael Pérez Molina y Toñi; Antonio Estepa y Andrea; Rafael López Sánchez y Carmen; Paco Sánchez y Mari. No habían transcurrido muchos minutos cuando llegó el resto de comensales. Algunos titubeos para sentarse, propios de la novedad, y enseguida empezaron a servir los camareros con diligencia, alegría y profesionalidad. A mí me gustó mucho la comida, no sé al personal. Estuve observando largo rato a Rafa Vilas manipulando el portátil para la sesión de fotos y karaoke. Pero este tío cuando come, pensé. Cara de inanición, no tiene.¡ O es que se mantiene de plancton!



Una de las veces que miré para la mesa Bembézar observé al Fili exhibiendo su “exuberante” desnudez. Rápidamente le dije a Sánchez que tomara unas fotos para la crónica. Y ahora, ¿cuál elijo? En esta parece “Jesús atado a la columna”; en aquella evoca al lavado sobaquero después de una dura jornada de trabajo en el campo y en esta otra, cambiándose de camisa, que no de chaqueta. He optado por enviárselas al Vilas y que él decida.

Otro momento cumbre fue la imposición del solideo, por parte de Sánchez, nuestro maestro de ceremonias, a varios compañeros. Los cinco nuevos vicarianos son los siguientes: Rafael López Sánchez, de Priego de Córdoba; Fidel Gómez Puerto, del Viso de los Pedroches; Vicente Poyato Rubio, de Puente Genil y Antonio Jesús Fernández Jiménez y Manuel Domínguez Bascón, de Montalbán de Córdoba. Enhorabuena a todos. Seguidamente se proyectó en una pantalla fotografías de otras reuniones y cantamos a coro el karaoke “Amigos para siempre”. La producción corrió a cargo de Francisco Nieto Molina con adaptación de Francisco Molina Pavón. Nuestro agradecimiento por su impecable trabajo.


El Fili nos visitó a la mesa para interesarse por nuestra salud. Nos tomó profesionalmente el pulso y departimos un ratito de charla. Entre otras cosas comentó, y estoy completamente de acuerdo, que habría que suprimir las visitas guiadas porque quitan mucho tiempo de convivencia. Cada año el grupo es más numeroso y prácticamente casi no da tiempo de saludarnos.

Iba llegando el tiempo de la despedida. Poco a poco, como queriéndole arrancar unos minutos al tiempo, nos hacíamos los remolones. Siempre me ha costado mucho las despedidas. El encuentro salió de diez. Gracias al Fili y a Toñi por el trabajo tan bien hecho. Cuando se pone corazón y ganas salen estas cosas. Se quedó en el aire el lugar donde se celebrará el XXIX Encuentro de Primavera. Ya saldrá algún espontáneo con ganas de sacrificarse por los demás. Muchas gracias a todos por hacernos pasar una jornada tan maravillosa. Ha sido un honor para mí, compartir crónica con el maestro Fili.

Antes de terminar quiero agradecer a Sánchez y a Mari todo lo que han hecho por nosotros.

Hasta que nos veamos de nuevo os deseamos a todos mucha salud y no perdáis nunca las ganas de comer.

Paz y bien

viernes, 29 de marzo de 2024

Antonio Estepa Romero - Cofrade

GENERACIÓN TRAS GENERACIÓN

«En Semana Santa intento llenarme de Jesús para después vaciarme en los demás»

Antonio Estepa Romero, montalbeño de nacimiento y madrileño de adopción, es un cofrade y seguidor de Cristo.



Entrevista:

¿Cómo llegó al mundo de las hermandades y cofradías?

Corrían los años 50. Tendría unos seis o siete años. Recuerdo que era un Viernes Santo y estaba contemplando, con mis padres, la procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores. Cuando el Nazareno llegó a mi altura sentí, al mirarlo, como un latigazo dentro de mí. Aquella experiencia me empujó a pedirle a mis padres el ingreso en la Cofradía.

¿Qué significa para usted ser cofrade?

Significa pertenecer a un grupo de cristianos que se esfuerzan cada día en vivir con coherencia el amor a Dios y a los demás. Ese estilo de vida se exterioriza públicamente cada año en Semana Santa, dando testimonio y celebrando de forma especial la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.

Las cofradías reúnen a los creyentes en torno a una advocación de Cristo, de la Virgen, de un Santo, un momento de Pasión. ¿Ser cofrade le ayuda personalmente a estar más cerca de Dios y de la Virgen?

El 5 de mayo de 2013, Año de la Fe, el Papa Francisco convocaba en Roma a las hermandades y cofradías. El Papa celebró una Eucaristía en la Plaza de San Pedro. En su homilía dijo que: “A lo largo de los siglos las hermandades han sido fragua de santidad de muchos que han vivido con sencillez una relación intensa con el Señor.
Caminad con decisión hacia la santidad. No os conforméis con una vida cristiana y mediocre”. Y añadía: “En las parroquias y en las diócesis, sed un verdadero pulmón de fe y de vida cristiana, aire fresco”. Aquellas palabras del Santo Padre me hicieron reflexionar mucho sobre mi vida de cofrade, ayudándome a ser mejor persona y, por ende, mejor cristiano. 

Y al hilo de esto, ¿ayuda a transmitir la fe de padres a hijos?

Nací en el seno de una familia humilde, campesina y muy alegre. Desde pequeño observaba el amor que se tenían mis padres y crecí, junto a mi hermana, en un ambiente cálido rodeado de cariño. En él aprendí muchos valores que me han servido en la vida: la generosidad, la empatía, el valor de la palabra dada, la honestidad, el sacrificio… Con unos padres así era fácil encontrar a Dios. Con trece años ingresé en el Seminario. Estuve cuatro años en el Seminario Menor “Santa María de los Ángeles” (Hornachuelos), y dos años más en San Pelagio (Córdoba). Conocí a compañeros maravillosos, como por ejemplo a Pedro Soldado o a Manolo Vida, dos buenos sacerdotes. Aquellos seis años de Seminario marcaron positivamente toda mi vida. Recibí una educación integral humana y espiritual. Todo lo bueno que recibí he intentado transmitírselo a mis hijos.

¿Qué siente cuando ve a sus hijos o a sus nietos trabajar en el seno de la Hermandad?

En el año 1976 contraje matrimonio, en Montalbán de Córdoba, nuestro pueblo, con una mujer maravillosa y nos trasladamos a vivir a Madrid. Allí formamos una familia, siendo el Señor el centro de nuestra vida. Por este motivo no hemos podido colaborar con la Cofradía de forma activa. Siempre sentí añoranza de poder “arrimar el hombro”, y el mecanismo de defensa por el que opté fue hacerme “hombre de trono”. Mis hijos, desde pequeñitos, ya tenían la ilusión de seguir un día los pasos de su padre. Yo no dejé nunca de atizar esa llamita que ardía dentro de ellos y cuando alcanzaron la edad, ilusionados y orgullosos, se agarraron también a los varales. Los años que portamos juntos el paso del Nazareno se han quedado impresos para siempre en mi memoria.

¿Con qué vivencias se queda y qué considera que le puede aportar a sus hijos el sentirse parte de una Hermandad?

Son muchas las vivencias que a lo largo de los años he ido guardando en mi interior. Pero, sin ninguna duda, elegiría el momento de vestirnos, cada madrugada del Viernes Santo, con las túnicas moradas, ayudándonos unos a otros a que todo estuviera perfecto, y siempre con la mirada atenta de la madre. Cuando veía esas caritas de ilusión y de impaciencia por hacer un año más la Estación de Penitencia con nuestra Cofradía, era algo que siempre me conmovió profundamente.
Mis hijos nunca han perdido el

sentido de pertenencia a la Cofradía. El estar lejos les ha impedido, como jóvenes, disfrutar de muchos momentos de convivencia cofrade, pero al mismo tiempo les ha ayudado a ser más sensibles y receptivos con todos los acontecimientos que rodean la vida de la Cofradía, interesándose siempre por la buena marcha de la misma.

Cada uno aporta su granito de arena según su tiempo, pero ¿Cómo es la vida cofrade el resto del año?

Antes de trasladarme a Madrid disfrutaba de los días previos a la Semana Santa. La parroquia era un hervidero de trabajo ilusionado para que todo estuviera a punto. Siempre he recordado y valorado el trabajo de tantos hombres y mujeres que, movidos por la fe, han dado lo mejor de sí mismos. Mi vida de cofrade durante el resto del año es una continuación de lo vivido en la Semana Santa. Intento llenarme de Jesús para después vaciarme en los demás. Lucho por ser un buen discípulo de Él. Nada me gustaría más que, al observar mi testimonio de vida, comentaran de mí: “...este es uno de ellos”.

Por último, un recuerdo o una imagen especial que tenga en su cabeza junto a su familia.

Un recuerdo que resume el esfuerzo, junto a Andrea, mi mujer, en educar a nuestros hijos, es la fotografía que se adjunta en la entrevista y que condensa “Una vida de cofrade de generación en generación”.
Agradezco a Teresa Ruz, excelente cofrade y amiga, y a la Delegación de Medios de Comunicación Social de la Diócesis de Córdoba por la oportunidad de poder expresarme en esa maravillosa revista diocesana.

jueves, 21 de marzo de 2024

Nacido del corazón - Fernando Prior

CRONICA DE LA PRESENTACION DEL LIBRO “NACIDO DEL CORAZÓN” ESCRITO POR FERNANDO PRIOR CASTRO

Córdoba 21 de marzo de 2024

—Claro, Andrés, no puede faltar que hagas la crónica de la presentación del libro de Fernando Prior— Me dijo Rafa Vilas.

—Es que me da un poco de corte, relatar un acto en el que un yo intervengo como presentador.

—Venga, déjate de modestia y ponte con ello.

Tiene toda la razón Rafa. Debo hacer todo lo que sea por Fernando. Se lo merece.

Pues vamos allá.

A las dieciocho treinta, del pasado jueves, día veintiuno, estábamos un grupo de nosotros en la portada tardo gótica del Palacio del Bailío, donde sobresale la decoración plateresca del tímpano, atribuida a Hernán Ruiz II. Allí se ubica la Biblioteca Viva de al-Andalus.

Dentro, estaba ya Fernando, rodeado de su esposa, familiares y amigos. No paró de dedicar libros, a quienes amablemente los compraban.

Algunos de nuestros compañeros, cuya intención fue asistir, tuvieron que ausentarte por diversos motivos. Por supuesto siempre estamos sujetos a imprevisibles asuntos que nos trastocan las previsiones.

Siendo las diecinueve horas comenzó el acto. La sala estaba prácticamente llena. Eran muchas las personas, allí reunidas, que querían demostrar el cariño que sentían por Fernando.

En primer lugar, tomó la palabra un representante de la Editorial ExLibric, como responsable de la publicación del libro a presentar. Explicó los fines de esta editorial. Decía sentirse enormemente feliz de haber colaborado en la publicación del libro “Nacido del Corazón”.

Luego me tocó a mí. Experimentaba una gran responsabilidad, a la vez que un gran orgullo, al haberme confiado Fernando la presentación de sus sentimientos escritos.

Más o menos esto expuse:

“Conozco a Fernando desde hace más de cincuenta años. Es una persona sencilla, humilde y nada pretensiosa. Ha defendido siempre los valores de la honradez, la amistad y el compañerismo. Un enamorado infatigable de su profesión de maestro. Después de su familia, me decía, sus alumnos eran lo más entrañable en su actividad como maestro.

Aún sigue siendo un gran luchador en contra del egoísmo, de la pobreza y de la injusticia social, que tanto daño están haciendo en nuestra sociedad. Si bien, como dice, ya no con tanto ímpetu y fuerza como antes. Si embargo, en Fernando aún perdura un rescoldo. Ninguna injusticia pasa por su lado, sin que la haga notar en sus poemas. La duda, desde el punto de vista existencial, ha hecho acto de presencia en él. Relativiza mucho el mundo que le rodea, aunque sin sobresaltos. Suele decir: “lo veo todo con más tranquilidad, más sosegadamente” Ahora bien, su fe, desvestida de fanatismos y adornos deslumbrantes, es inquebrantable.

Es un entusiasta empedernido de la naturaleza. Ferviente amante de los escritores, tanto clásicos como modernos.

Le entristece lo mucho que aún le queda por hacer.

Es una persona muy dulce y de tiernas palabras de amor. Lo demuestra aún más, cuando se refiere a su esposa, sus hijos y sus nietos.”

Yo noté a Fernando, cansado, pero con una fuerte esperanza. Su rostro, a pesar de la alegría que quiere irradiar, dejar entrever el sufrimiento de su interior.

Después de mi exposición, puso un video donde resumió lo que había pretendido con este libro. El mismo lo confeccionó. No sólo para mí, sino para todas las personas presentes, consideraron su contenido tanto visual como musical, de una grandeza inconmensurable. Sencillamente rezumaba belleza por todos lados. Nos llegó profundamente a lo más íntimo de nuestro corazón.

Luego, tres amigas suyas, leyeron unos de sus poemas.

Por último, Fernando, para concluir el acto, recitó algunos poemas, aquellos considerados, para él, como más significativos de su obra.

Dentro del turno de preguntas, Pacomo, viendo las fotos tan maravillosas insertadas en el video, le preguntó si tenía algunos poemas relacionados con la fotografía. Le contestó que no. “Ya llevo tiempo que no hago fotos, mi cámara pesa mucho como para llevarla colgada.”

Posteriormente un profesor, compañero suyo, elogió, no sólo su dedicación como maestro, sino la profundidad, vitalidad y encomiable realismo, en la que está inmersa su poesía.

Ya para terminar, una alumna suya, comenzó a agradecerle todo lo que había hecho por ella. Sus lágrimas no la dejaron seguir. Todos supimos leer, en esas gotitas sinceras salidas de sus ojos y llenas de ternura hacia su maestro, lo que su corazón le quería transmitir. ¡Otro instante de emoción, como adorno y colofón de un acto tan propio de quienes amaban al escritor! Sobre todo, como esposo, padre, maestro, compañero y amigo

Esa fue, nada más y nada menos, la presentación del libro “Nacido del Corazón”.


Acceso a la galería y otros vídeos:


Vídeos de la presentación: Vídeo 1 - Vídeo 2 - Vídeo 3 - Vídeo 4 - Vídeo 5 - Vídeo 6