lunes, 16 de diciembre de 2024

Crónica de la 57ª Reunión del Grupo Madrid

Crónica de la 57ª Reunión del Grupo Madrid

Casa Pepe
Fuenlabrada (Madrid)


14 de diciembre de 2024

¡Hacía un frío pelaba! Cuando el Jurado me echó el teléfono, ya estábamos, Andrea y yo, como pequeñas lagartijas al sol, esperándolos. No tardaron nada en llegar. O a Manuel se le abren todos los semáforos sabiendo éstos que a bordo del coche va una reina, o se los salta en rojo. Me inclino por lo primero.

Cuando llegamos a Casa Pepe, quise bajarme del coche sin quitarme el cinturón y por poco me ahorco. ¡La memoria es fundamental en estas edades! Entramos con la preocupación de que Antonio Rodríguez y Paqui estarían somnolientos con la espera. Llegamos los primeros a dos minutos de aquéllos. Paco y Vale se presentaron muy pronto también, procedentes de Zamoranos, ¡menuda paliza! Por último, Victoriano y Consuelo, que se habían pasado a recoger a Cari. Antonio Porras y Pilar, así como Antonio López, no pudieron asistir por causas justificadas. Nos estuvimos acordando mucho de ellos. Tanto, que hicimos una videollamada para hablar con la pareja.


El restaurante estaba a tope. Son los últimos coletazos de las comidas de empresa antes de que lleguen las familiares y el ambiente era ensordecedor. Nos tocó al lado de una mesa de comensales eufóricos que emulaban al “silbo gomero”. ¡No dejaron de gritar durante toda la velada cuan aficionados atléticos!


Una vez ubicados en la mesa, presidida por nuestro comandante Victoriano y nuestra coronel Consuelo, descorchado el “Ribera”, quise hacer un brindis en estos términos:

Brindo por todos vosotros,
antes de empezar a beber,
para que nunca nos falte
nuestras ganas de comer.

¡Daba alegría vernos tan contentos y unidos! He dicho en varias ocasiones que la argamasa de estas reuniones corresponde a nuestras ninfas. ¡Si no, de qué!

La conversación, como siempre: a veces atropellada, otras más calmada. Paco puso su móvil encima de la mesa para ver de soslayo el partido entre el Levante y el Córdoba (2-2). No quise sacar tarjeta amarilla, pero la próxima vez me veré obligado a hacerlo, porque en mi opinión resta atención a la tertulia. Una de las cosas que tengo que destacar de la misma es el chiste con el que se dejó caer Antonio Rodríguez. Es muy difícil contar un chiste largo con gracia, y Antonio lo bordó. Llevaba tiempo que no se me saltaban las lágrimas de risa. ¡Fue muy bueno! Victoriano también arrimó el hombro con otros chascarrillos para amenizar el encuentro. Manuel Jurado nos dejó asombrados a todos, una vez más, ante la exhibición memorística cuando se le pregunta cosas del Seminario. Si pudiéramos juntar su memoria con mi cabeza seguro que machacábamos a la Inteligencia Artificial. ¡Qué tío!

Tuvimos cierto problema con el menú. Victoriano y yo pedimos de primero arroz con cordero y lo único que nos faltó fue escuchar un balido. Él lo dejó a un lado y se enganchó al ánfora de fideos que pidieron Manuel y Paco. Yo sin embargo, debido a mi “boca de cabra”, herencia de mi padre, soy capaz de comerme a un cura con pupas. Por eso aquello de que” …para que no perdamos las ganas de comer”.

Después de los postres, Cari se dejó caer con una ensaimada que no podía estar más deliciosa. No nos detuvimos, como en otras ocasiones, para tomar unas tónicas porque los “segovianos” tenían que irse.

Asaltamos amablemente a una transeúnte para la foto de grupo y enseguida llegaron los abrazos junto con los deseos de una feliz navidad y un 2025 por lo menos igual que el que está agonizando.

Como siempre, Andrea y yo queremos agradecer a Manuel y Manuela su disponibilidad para con nosotros. Y gracias a todos por hacernos pasar otro encuentro inolvidable. Os deseamos a todos,

Paz y bien.

Antonio Estepa Romero

lunes, 9 de diciembre de 2024

Crónica de la comida de Navidad del 5 de diciembre de 2024

CRÓNICA DE LA REUNIÓN CELEBRADA POR EL GRUPO CÓRDOBA EN LA SOCIEDAD DE PLATEROS DE LA CALLE DE SAN FRANCISCO.

Comida organizada por el G. Córdoba.


Jueves día 5 de diciembre de 2024.


Cuando el deseo de reunirse predomina ante todas las complejidades que, ya de por si, nos presenta nuestro normal deambular por la vida, todo es fácil.

Esta vez ha sido así. Sólo ha bastado la voluntad de proponérselo. Entre todos, pero fundamentalmente con la iniciativa de Pepe López y Pacomo, en un visto y no visto, llegaron a la decisión de tener este jueves, una reunión para celebrar todo: nuestra amistad; los 25 años de Antonio Caballero, como párroco de Las Margaritas; el jueves fin de mes y la Navidad. Dicho y hecho. Lo único que sabíamos de la comida era que íbamos a comer albóndigas y todo a escote. Así de sencillo y así de fácil.

Antes de la hora acordada, ya estábamos haciendo la esquina. Perfectamente colocados entre la calle La Feria y S. Francisco. Hasta tal punto, que alguien pidió, por favor, que no cortáramos el paso. Es que ya estábamos metidos en faena. Lo demás no nos importaba. Menos mal que se nos ocurrió entrar dentro de la taberna.

Muchas veces sorprendemos a los de Plateros: ¡vamos tantos! Luego somos uno o dos, en más o en menos. Pero ¡hete aquí! esta vez nos sorprendieron ellos:

—Esta es vuestra mesa, según nos dijisteis, para dieciocho personas. Si sois más no os preocupéis, os apretáis.

Menos mal que ya estamos librados en mil batallas y al ver que éramos veintidós, y para ello deberíamos colocarlos uno casi encima del otro. Propusimos que se añadieran dos mesas más. Les pareció bien y en un santiamén, de esos a los que ya estamos acostumbrados, se resolvió el problema. El Sr. Sánchez y Antonio Ruiz, presidían la mesa, más agustito que cuando se dormía en uno de esos colchones de plumas. Es lo que se decía, porque yo nunca lo caté y menos en el seminario.

Enseguida las cervecitas, vino blanco y algún que otro refresco para quienes volvían a casa en coche. Todos contestos.

Como sabíamos en qué consistía el planto principal, para las tapas ya os imagináis… Sí, primero “caramales” muchos caramales, a pesar de ser sin bocata. Luego jamón, queso y ensaladilla rusa. A petición de Paco Contreras unas tortillitas de (cachis en diez, ahora mismo no me acuerdo del nombre) ¡Ah! Ya me acuerdo.

Camarones. ¡Jozú con la edad!

Ya con la bebida en nuestro poder, brindamos por todo lo que debíamos brindar, incluidos los enfermos y ausentes.

Rafa Vilas, había venido acompañado de Rosana, una amiga de Priego. A su marido lo habían operado y estaba ingresado en Cabra y ella tenía cita en el Reina Sofía y vino con Rafa a Córdoba. Nada más terminar los brindis, la llamaron indicándola que daban el alta a su marido. Por ello se tuvieron que marchar inmediatamente. Por lo menos pudimos estar un rato con ellos. Por cierto, entre todos, pagamos el coste de sus cubiertos. Por desgracia no pudieron tomar esos ricos caramales.

Echamos un rato maravillo. Lo más importante fue el poder vernos otra vez. Pero resultó más gratificante poder contar con tres mujeres. Fue una satisfacción enorme estar con ellas. Dan una calidez distinta a nuestras reuniones. Muchas gracias: María Pérez, Mari Carmen Castilla y Pilar Martín por acompañarnos.

Sinceramente, me sentí muy feliz. Hubo un momento en el que estuve, con la mirada y en silencio, recorriendo las caras de las personas que estábamos allí. Noté su alegría. En ellas se describía la palabra esperanza. Sí, una fuerte esperanza, de seguir abrazándonos por mucho tiempo. Luego, al despedirnos con los abrazos finales, yo que no soy muy partidario de dar la mano, noté en ellos, los abrazos, la demostración práctica de lo que acababa de pensar. ¡Que nunca nos falten esos abrazos!

Gracias a los que vinisteis de más lejos, a quienes os costó más trabajo y a quienes os hubiera gustado estar con nosotros, pero os fue imposible. Permitirme la osadía de dar las gracias, especialmente, a Pedro Antonio, nuestro querido profesor y amigo.

Vayamos poniéndonos las pilas para el próximo encuentro que, cualquiera de nosotros organizará. Yo desde ahora me comprometo a organizar el bus desde Córdoba.

¡¡ FELIZ NAVIDAD !!

¡¡ VAMOS PALANTE !!

P.D.: Os quiero un montón.

Andrés Osado Gracia.