Casa
de Antonio López Arenas, en Madrid
12
de junio de 2015
A. Estepa - Andrea - R. Vilas - Consuelo - V. Castillejo - Carmen - Car - A. Crespo - A. López Arenas |
Ayer
materializamos el acuerdo de celebrar la 9ª en casa de Antonio López. Hora de
la cita: “…a partir de las ocho, cuando queráis”. A las ocho en punto, este tío,
junto con Andrea, estaba llamando al timbre de la mansión. El nombre de la
calle no podría ser más feo: Princesa Micomicona. Luego me enteré que es el
nombre que inventa Dorotea para ayudarle al cura y al barbero a sacar a Don
Quijote de Sierra Morena. Pero vamos a lo que vamos.
Nos
abrió Antonio con su eterna sonrisa y nos hizo pasar a la parte posterior de la
casa, donde tiene un cuidado jardín con porche y piscina. Ya tenía preparada la
amplia mesa con los platos y cubiertos. Nos sentamos a la espera de que
llegasen los demás. Después de media hora de amena charla empezó el desfile:
Rafa y Carmen, Consuelo, Victoriano, Crespo y Cari. Yediel no pudo venir por el
tratamiento médico de su madre. La alegría de vernos de nuevo seguía intacta.
Lo
primero que hicimos fue conocer la casa. El palacete, sería más exacto.
¡Magnífico chalet! Alfombras, tapices, cuadros, cuartos de baños; yo tuve que miccionar
sentado por temor a manchar el límpido suelo con las sexagenarias e inoportunas
gotitas… en fin un lujo. Después de la visita guiada decidimos, por amplia
mayoría, un voto en contra de la fumadora Carmen, pasarnos al interior, ya que
se movía un ligero y molesto vientecillo que podría molestar el delicado cutis
de las señoras. La verdad es yo estaba pasmao de frío.
La
intendencia culinaria fue responsabilidad de Victoriano y Crespo. Viandas de
primera calidad. No puedo omitir la tortilla y el salmorejo de la hermana del
anfitrión. ¡exquisito todo!. A Victoriano
se le olvidó comprar pan: se dejó caer el tío con nueve barras -¡pá que no
falte!-, comentó. Fue una tarde-noche memorable. Distendida, alegre, chistosa… En
esta ocasión dejemos aparcados los temas habituales y nos centramos en el
cachondeito.
Me
acordé del pasaje evangélico donde Pedro le dice a Jesús “Maestro, ¡qué bien se
está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra
para Elías”. Pero como Pedro, tuvimos que volver a encontrarnos con la
realidad. Levantamos el campamento. Saludamos a la chica que nos sirvió la mesa
y salimos a la calle.
Faltaba el Vilas y Carmen. Volvimos las
cabezas hacia la casa y vislumbramos a través del cristal opaco del cuarto de
baño al Rafa contorneándose. Tengo que confesar que me estaba poniendo, de cómo
se movía. Parecía un contorsionista con hernia discal. ¡Pero que hace ese tío,
se está subiendo los pantalones! De pronto el Vilas subió la ventana. Nos
regaló un saludo, cómo diría yo…, parecido al que hizo el Rey en el Palacio
Real el día de su coronación, con la manita levantada y todo. Yo creo que fue para
airear el cuarto de baño. -“Es que le ha
dado un apretón” - fue la explicación que dio su cónyuge. A mí me dolía el
diafragma de tanto reírme.
A
las doce y media mandé un wasap al grupo y todos contestaron que habían llegado
sin novedad.
Me
estoy dando cuenta que en cada reunión vamos estrechando más los lazos que nos
unieron hace cincuenta años. ¡Esto no lo mejora ni el Barça!
Buen cronista, no sé cómo te dejaron salir de Montalbán, bueno creo están recogiendo firmas para hacerlo cronista oficial cuando se jubile.
ResponderEliminarMe alegra vuestra alegría, que lo pasaseis tan bien, que fueseis felices, espero que un día podamos reunirnos y repetir la experiencia. Un abrazo muy fuerte desde Sanse.
ResponderEliminarLo has relatado que me imaginaba allí. Me alegro de vuestro disfrute.
ResponderEliminarComo siempre, magnífica descripción de los hechos en pocas palabras.
ResponderEliminarFelicidades amigo Estepa.
Amigo Antonio Lopez, preciosisima casa nos has pintado. Lo mejor ha sido demostrarnos, de manera tan sincera, que vuestra unión se va haciendo cada vez mas estrecha. Seguid así para siempre. Recibid muchos besos
ResponderEliminarCortita y al pié. Como diría Don Alfredo
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