sábado, 22 de septiembre de 2018

Crónica de la 30ª reunión Grupo Madrid

Reunión del Grupo Madrid

Casa Pepe 
Fuenlabrada (Madrid) 

20 de septiembre de 2018 

Se dice que las cosas que no se programan, a veces, son las que mejor salen. Ayer se cumplió esta máxima en el encuentro que tuvimos en Casa Pepe. 

Tuve que dar más vueltas que un tiovivo para llegar al punto de encuentro. Cambié la ruta y parecía un coche Z de la policía: no me dejé ni una calle de la zona por recorrer. Tiré de mis conocimientos agrícolas y me orienté con la precisión de las aves migratorias. Ya estaban todos en el abrevadero. Efusivos saludos entre todos. Con la sed de un cowboy por el desierto del Colorado me apalanque en la barra para saciarla. Teníamos dudas de la asistencia de Cari que se disiparon cuando la vimos entrar acompañada de su bella nuera, que declinó una invitación por motivos laborales.

Enseguida pasamos al comedor. Petición de platos y ¡al lío! Repaso exhaustivo del estado de la nación. ¡Cómo me gusta escuchar los distintos puntos de vista! Sin acritud, con libertad, tolerancia y respeto. A fin de cuentas la amistad está muy por encima de las ideas o creencias. Dejamos la política y pasamos, ¡cómo no! al Seminario. De nuevo Manolito Jurado hizo gala de su portentosa memoria y nos iba explicando de forma pedagógica y certera todas las dudas que surgían. Él, con humildad franciscana, se quitó mérito diciendo que todo eso está en las ephemerides, pero lo cierto es que puede competir con nuestro lejano y añorado Vilas. 

Como buenos jubilados no dejamos en el cajón el capítulo de dolencias, pastillas, etc. Y hablando de pastillas, Victoriano puso encima de la mesa el tema de la Viagra. Nos dijo que tenía un amigo farmacéutico, llamado Arsenio, o Artemio, que le asesoraba y que le iba de maravilla. Miramos a Consuelo que asentía con la cabeza las palabras de su esposo. La exposición de Castillejo, con esa forma tan peculiar y campechana de contar sus cosas, produjo en los comensales momentos inolvidables. Llevaba tiempo que no me reía tanto. Resumiendo, la veinteañera Viagra le ha devuelto la autoestima a muchos hombres con disfunción eréctil. A los 50 minutos de tomarla, el medicamento alcanza su máximo potencial de erección: cuando la Viagra llega a su mayor concentración en sangre. La vida media es de aproximadamente cuatro horas. Y por último, la pastilla surgió inicialmente para tratar la angina de pecho. 

Tengo que confesaros que me he felicitado por no necesitar, de momento, añadir una pastilla más a mi pastillero. El pájaro sigue en la jaula y comienza a cantar en cuanto le acaricias la cabeza. ¡Todo no va a ser negativo! 

Seguimos la agradable tertulia hablando de los viajes del Imserso. Alguien sacó a colación los cruceros y enseguida se estableció una mesa redonda para tratar la posibilidad de hacer uno en grupo. No sé si saldrá adelante la idea pero mereció la pena soñar un rato entre amigos. 


A las cinco de la tarde, después de tres horas, nos levantamos de la mesa, detalle que agradecieron tácitamente los camareros. Pasamos a la terraza para alargar el encuentro. Una hora más tarde llegó la despedida. Estos encuentros producen más placer que la Viagra y además sus efectos tienen mucha más duración. 

Paz y bien.

Antonio Estepa Romero

jueves, 6 de septiembre de 2018

Jueves 30 de agosto - Reunión en Plateros - Crónica

REUNIÓN DE LOS VICARIANOS CORDOBESES
EN NUESTRA SEDE DE LA SOCIEDAD DE PLATEROS 

CÓRDOBA, 30 DE AGOSTO DE 2018 

Como siempre, a las 8 de la tarde, en Plateros. 

Nuestro espíritu volaba, de vez en cuando, allende las Apujarras, más concretamente hacia Órgiva - villa, en un tiempo no muy lejano, dependiente de la “Cora de Elvira”, uno de los últimos destinos de Boabdil, antes de su exilio en Fez- donde un insigne y muy digno grupo de Vicarianos, se reunían al mismo tiempo, en la “singular hacienda” de Lola y Manolo. Me cuenta un pajarito, que los comensales, al igual que el rey nazarí, lloraron al despedirse de los dignos y excelentes anfitriones, así como al recordar el buen ambiente vivido, donde se degustó una suculenta paella, elaborada por el señor de la "Fargo". 

Sentimos un poco de desasosiego, al sentarnos en la mesa de reunión, de la capital del Al-Ándalus, (léase Plateros)ya que había sitios vacíos (qué leche, esta vez estábamos más agustito) Siempre debemos “arrejuntarnos” más de la cuenta, con el fin de estar, todos, en torno a ella. Esta vez no hubo que meterse ninguna de las patas entre las piernas. Dicho sea, sin intención alguna. ¿Vale?¡Qué alivio! ¡Incluso pudimos tener los brazos, reposados, sobre el tablero! 

Pues bien, miren ustedes por donde, “la oportunidad la pintan calva” (ahora comprendo a Francisco César cuando dice que… “un síntoma de que vamos siendo mayores, es que cada vez decimos más refranes”. Es verdad) Pero he dicho lo de oportunidad ya que, si no nos hubiéramos reunido, nuestro amigo Antonio Gómez Ramírez, no podría habernos invitado para celebrar el nacimiento de su segunda nieta, Paula. Brindamos por la salud de la peque y de sus papás. Del abuelo ya se sabe, babeando a diestro y siniestro. Ciertamente estaba muy contento, de lo que nos alegramos y festejamos. 

El diputado por Los Medios de Comunicación, Enfermedades y demás cometidos, Carlitos, pasó a narrar sus vacaciones “checo-prago-vienesas” Según su disertación, no tuvieron parangón alguno: …“lo he pasado como los ángeles, con mis dos niñas” Eso podría resumir a la perfección, lo relatado. 

El diputado por Dos Torres, Paco Sánchez, nos deleitó del mismo modo de sus largas y fructíferas vacaciones. Lo mejor de todo es que su querida esposa le “aconsejó” que fuera ya preparando las del próximo año. Notoria evidencia de lo agusto que se había sentido. Un diez para el Sr. Sánchez, como siempre. 

Los demás presentes se excusaron de relatar, dado que aún no las habían comenzado. 

Pero lo fundamental fue, que hablamos de lo que nos unía. Insistimos en que ese debe ser nuestro faro. Nuestra vivencia de Santa María de los Ángeles ha de guiar nuestra relación, por supuesto, aderezada con la experiencia personal. Ha de tratarse, fundamentalmente, de desechar, de nuestras charlas de WhatsApp y otros escritos, todo aquello que nos separe. Nuestro amigo Antonio Gómez Ramírez, insistió mucho en esto. 

Carlitos aseguraba que, “a ese invento de WhatsApp, le falta el poder mirarse a los ojos,” (saquen ustedes las conclusiones que crean oportunas) 

Yo personalmente muestro lo distintas que son estas reuniones, con las formas que utilizamos en nuestro WhatsApp de Hornachuelos. 

No comimos mucho, peso si le dimos a la sin hueso, de lo lindo.Nos convertimos en unos sénecas, en un visto y no visto. Quizás el entorno daba para ello. 

Pero la vida sigue y sigue,como decía nuestro Paco Sánchez. Eso lo demostró con una foto que hizo en el cuarto de baño (eh, cuidado, no os adelantéis) Hizo una foto a la cisterna, mejor dicho, a la cuerda que sirve para tirar de ella y exprimirle el líquido elemento. “Sigue igual desde que empezamos a reunirnos allí” Tal vez, algún día, le hagamos un regalo al anfitrión Antonio, para que, esa cisterna luzca con una cadena, digna del lugar y de quienes la utilizamos. Es que cuando Paco “abre su tarro de las esencias” no hay quien no sucumba a su fragancia. Se dejó caer, también, con la frase que por la mañana había introducido en el WhatsApp: “mi interior, al final, le ha ganado a lo exterior, pero sigo alerta, el equilibrio es frágil”. 

No vayáis a pensar que toda la noche fue así, también hubo lugar para los chistes y recuerdos alegres. No se trata ahora de contar todos los que tan diestramente, nos deleitó Paco Nieto. Tenía para cada cosa que se decía. ¡Genial! 

Así, dimos por finalizada la gran velada. Deseando que llegue pronto la próxima y pensando que se han acabado las comodidades. ¡Qué pena! Ya mismo tendré otra pata (de la mesa) entre mis piernas. 

Seguid igual, tal vez… un poquito más buenos, no estaría mal.

Andrés Osado Gracia

martes, 4 de septiembre de 2018

Encuentro en las Alpujarras

Tocando el cielo

A modo de prólogo

Suena el teléfono. Es Miguel López. Como siempre, sin rodeos, directo al grano; se ve que eso de ser de Cabra de Santo Cristo y haberse criado entre pescadores levantinos le ha quitado barroquismo a su carácter y no se anda con rodeos y formalismos:

- Oye Rafita. ¿Que te parece un "arrocico" en Granada?
- Muy bien, ¿Como me va a parecer?
- Pues anda, Llama a Sepúlveda y a ver como podemos organizarlo.

¡Vaya tío este Miguel! ¡No para ni para tomar aire!

Y dicho y hecho. Me pongo al habla con Manolo Sepúlveda, otro que tampoco hay que darle palmas para que baile, y al poco ya está organizado el "arrocico alpujarreño".

Aquí el relato del encuentro por el montillano-granaino Don Pepe García Torres.

Rafa Vilas (Un mandao)


Encuentro en las Alpujarras 

Órgiva es como todos sabemos una localidad perteneciente a la provincia de Granada. Está situada en la parte suroccidental de la comarca de la Alpujarra Granadina, en el valle del río Guadalfeo, a las faldas de la sierra de Lújar y Sierra Nevada, a unos 53 Km. de la capital provincial. Tiene unos 5600 habitantes, y es el municipio más poblado de la comarca. 

Insignia de Shrek y la princesa Fiona señalando el cortijo de Lola
Éste era nuestro destino, el jueves, 30 de agosto de 2018. Para lo cual, la Alpujarra Granadina se vistió de gala. Nazaret, así se llama el cortijo que Lola, Manolo y doña Gracia, la mamá de Lola, pusieron a nuestra disposición para el encuentro. Y allí nos fuimos presentando como "niños con zapatos nuevos". Sí, han leído bien. "Como niños con zapatos nuevos". Y es que ésa fue la sensación que percibí en las caras de los que allí nos reunimos. 

Manuel Sepúlveda nos citó "a la hora que queráis". Allí, en la B. P. "pequeña", estaré. Y si no estoy, preguntad por mí. Os dirán dónde es. (Esa mentalidad es la de pueblo que es de donde la mayoría somos). Y efectivamente, así fue. Y qué hombre más paciente! Tan convencido lo digo que seguro que si el personaje bíblico Job no se le hubiese adelantado, él sería el bíblico Job. 

El pirata Miguel "el arrocero"
Lola y Manolo Sepúlveda y , cómo no, Miguel y su amigo Antonio, (perdón, amigo ya de todos) ya nos esperaban y allí estaban "liados" con los preparativos culinarios cuando fuimos apareciendo. Abrazos, besos, saludos,.... Era la nota dominante. La verdad, que el bello rincón dónde se ubica el cortijo de Lola y Manuel es un lujo y lugar propicio para este jolgorio. Sin olvidar las 10 "rosas" que adornaban aquel bello jardín. Esas 10 rosas eran nuestras donas. 

Poco a poco fuimos llegando, Isabel y Paco Moreno, mi hijo Rafa y yo, Clara y Manolo Ruiz Nieto, Teresa y Juan de Dios, Pilar y Antonio Luna, Mari y Juan Ramírez y por último lo hicieron Carmen y Rafa Vilas junto a Don Manuel Cobos Rísquez (Cura párroco que fue de El Viso durante mucho tiempo), en el coche de Manolo Sepúlveda que se acercó al pueblo, donde habían dejado aparcado el coche. 

El hormigueo afloraba en el estómago. Y ellas, tan atentas, colocaron las mesas, los manteles, y los aperitivos con los que íbamos haciendo ganas de "ese arroz" caldoso que Miguel y "pinche" no dejaban de mimar. ¡Qué arte señores! El arroz tenía que estar, no bueno, ni siquiera buenísimo; tenía que estar del 10. (Más tarde Juan creo que fue, dijo que estaba del once). 

Y llegó la hora. ¡Qué rico! Y así debió ser. El silencio se adueñó del grupo. Cada uno estaba en lo suyo. Que por cierto, no era otra cosa que aquel dicho "comer y callar". Y también debió ser así, porque…¿Quién no repitió? Y para reafirmarme hubo quién pidió (mi hijo, Rafa) una fiambrera para llevarle a su madre y abuelo para cenar. 

Llegó la hora del postre. Melón de Órgiva. Tan rico como si fuera melón de Montalbán, por mal que le sepan a los de Fernán Núñez. Delicioso. Pero aún nos esperaba la sobremesa. Café con dulces. Y fue aquí cuando salió ese niño que todos tenemos dentro. Ni triglicéridos, ni colesterol, ni azúcar,... ¡Qué sanos estamos todos! O ¡Qué ricos estaban los pasteles! 

Al final, como colofón, nuestras canciones: Serenata a la Mezquita, Soy cordobés,... faltaban muchos “tenores” del grupo que estuvieron presente en todo momento y por ellos brindamos. Por nuestra amistad. Por todo lo bueno que la vida nos ha regalado, y que de ella hemos recibido. 

Atardeciendo, era el momento de ir diciendo un hasta siempre. Nos íbamos yendo, cada uno a su rincón, a su ratonera, a su destino. Eso sí, con la mochila cargada de alegría y satisfacción por ese día maravilloso, con gente maravillosa que el pasado nos dio. Con un ¡Hasta siempre amigos! 

Padul, 3 de septiembre de 2018.

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