Casa Pepe
Fuenlabrada (Madrid)
11 de mayo de 2019
Como dice Manolito Jurado: -“Al final Casa Pepe se está convirtiendo en nuestro “plateros” del sur de Madrid”. Y es verdad. Le estamos cogiendo cariño a este sitio. Tenemos atenciones, buen servicio, buena comida, tranquilidad y una magnífica terraza para rematar la faena. ¿Hay quién dé más?
Cuando Andrea y yo pisamos la “alfombra roja” ya estaban sentadas en la terraza Consuelo y Manuela. Después de saludarlas me fui para el abrevadero. Me encontré a Manuel y Victoriano dialogando sobre un tema sumamente interesante: el número que nos correspondía para marcar las talegas y la ropa. Manolo defendía, con argumentos matemáticos, que el mío debió de ser el 266. Yo asentía con la cabeza mientras engullía unas salchichas con patatas que le habían puesto de aperitivo. Enseguida se sumaron a la conversación Paco y Antonio Porras, que acababan de llegar.
Poco tardamos en pasar al comedor. Una vez instalados, comenzó la dura tarea de elegir los platos: cogollos de lechuga con atún, pimientos de piquillo rellenos, sopa de mariscos… Porras y yo nos decidimos por la sopa. Enseguida llegó la sopera. Me recordó al vaso campaniforme del periodo inicial de la Edad de Bronce. Nos miramos como lo hacen las leonas antes del ataque a un precioso cervatillo. ¡Elegimos bien! Las lecciones de Urbanidad de Los Ángeles me obligaba a servir antes al compañero. Metí el cazo con la maestría de un pescador de bajura y deposité la pesca en el blanco plato: fideos acompañados de bivalvos, gambas, trozos de pescada, etc. Una sonrisa bobalicona apareció en nuestros rostros. Estaban los comensales atacando el segundo plato cuando Porras y yo dábamos buena cuenta del tercero. Por pudor no me asomé a la vasija para ver el resultado de nuestra ingesta. Me acordé del chiste de los garbanzos de Paco Gandía: ¡Mira que si nos pasa lo mismo que al niño…!
Como siempre la conversación fue distendida, tocando temas interesantes: política, Iglesia, fútbol, etc. Manolo Jurado encalló en la Teología y se remontó hasta el Concilio de Nicea. Con el mismo nerviosismo de un monje tibetano nos hizo una larga disertación. Y no fue más extensa porque Victoriano, con esa fina diplomacia que exhibe para decir las cosas, le espetó: -¡Bueno, al grano!
En el segundo plato, y para compensar, pedí lubina al horno. Ellos comieron pata de cordero, de cerdo, y un filete que no cabía en el plato. ¡No sé cómo pueden comer tanto estos tíos! Yo debo de tener algo de tiroides, porque es que no me lo explico. No hace falta comentar que mi cena fue exigua: un poquito de pavo, unas lonchas de queso havarti, fruta y un yogur.
La sobremesa la pasamos en la amplia terraza. Otro encuentro que hay que guardar en el recuerdo. Nos acordamos, por supuesto, de los ausentes. Para terminar, el Jurado se subió en el cochecito de la entrada intentando emular a Carmen. No lo consiguió porque la meta era inalcanzable. Manolo tiene el mismo sexapeel que yo en traje de baño.
Acordamos que el próximo encuentro sea el 8 de junio en Segovia. Ya iremos ajustando nuestras agendas.
Y eso fue todo. Con el corazón lleno de alegría por el encuentro levantamos la sesión a las 18,45 p.m. ¡Cada día se robustece más nuestra amistad y se amplía nuestro perímetro!
Paz y bien.
Antonio Estepa Romero
¡Se ve que en el Seminario nos enseñaron a comer y a ser buenos compañeros!
ResponderEliminarPero si seguimos disfrutando sin medida de los placeres de la mesa y sobremesa esto acabará en vicio.
Por mis partes, la cosa se queda en envidieja. Es broma. Me alegro de que lo pasarais estupendamente.
Un abrazo
Jope Antonio, esa crónica está, como se dice ahora, bien no, lo siguiente. Eres un fenómeno. Nos pones los dientes largos. Me alegra una jartá, que lo pasarais de P.M.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias, chicos. La verdad es que estos encuentros nos da media vida. Un abrazo.
ResponderEliminarEntre talegas, tiroides, tibetanos y diplomáticos, buena reunión tuvisteis. Me alegro por ello.
ResponderEliminarDesde luego, querido Antonio, lo has dejado perfecto y genialmente expuesto. Un abrazo
Un abrazo desde Croacia, querido Antonio y queridos todos.
ResponderEliminarAmigo Antonio, como siempre tu crónica es genial. Cada vez pones el listón más alto y consigues superarlo.
ResponderEliminarMe quieres pasar a mí los trastos pero no tengo, ni de lejos, la gracia y el humor que nos trasmites con tus ocurrencias. Tenemos cronista para muchos encuentros y por muchos años.
Recibe un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Andrés, José María y Manuel por vuestros comentarios. Os deseo que disfrutéis de la vida junto a vuestras santas. Un abrazo muy fuerte.
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