domingo, 9 de junio de 2019

Crónica de la 35ª Reunión Grupo Madrid


Reunión en Segovia 

8 de junio de 2019 

Acabamos de llegar a Móstoles después de pasar un maravilloso día de encuentro en Segovia. 

La última vez que visitamos esta preciosa ciudad fue el 2 de febrero de 2017. Hoy hemos vuelto para echar un rato con nuestros amigos Antonio y Paqui, que se han desvivido para que todo saliera perfecto. ¡Doy fe que lo han conseguido! 

El punto de encuentro, según las instrucciones recibidas, era en la puerta del Restaurante Casares, donde íbamos a comer. Estaba haciendo la maniobra de aparcar cuando llegaba también Manuel y Manuela. Estamos más sincronizados que la Patrulla Águila. Micciones en el WC y a la calle, a respirar el aire puro de la mañana. Antonio , Paqui, Vale y Paco llegaron enseguida y nos dirigimos a comprar unos dulces al convento de monjas Corpus Christi, ubicado en la plaza del mismo nombre. 

Caminando tranquilamente por la Calle Real, disfrutamos de la Plaza de Medina del Campo donde se contempla la Iglesia de San Martín (s.XII), el Palacio de los Tordesillas (s.XV), las Casas de Solier y de Bornos, bueno voy a parar que le parezco a D. Ricardo con un grupo de franceses recorriendo la Mezquita-Catedral. Pero es que no te cansas de mirar esta joya Patrimonio de la Humanidad. Después de tomar unas cervezas en la Plaza Mayor, Manuel y Manuela visitaban la Catedral, nos dirigimos para el Acueducto donde nos esperaban Consuelo, Victoriano y Antonio López. 

Nueva sentada en la terraza del Restaurante antes de pasar al comedor. Antonio Rodríguez, como el mejor chef del mundo, nos aconsejó los platos. En la anterior visita me la pegaron en el Restaurante San Martín y no estaba dispuesto a caer en el mismo error: judiones de La Granja, cochinillo y de postre ponche segoviano. Cuando terminé me entró una risita bobalicona fruto de la ingesta. Corté las dos orejas y el rabo. ¡No hay cosa más sabia que confiar en el amigo que sabe! 

La comida transcurrió por los cauces normales: Un poquito de ephemérides, cuarto y mitad de política y clase magistral de móviles a cargo de Jurado. Hablando de un compañero que nos dejó, y a la vista de una foto antigua, comentaba Antonio Rodríguez que era muy rubio pero que no se distinguía bien porque la foto era en blanco y negro. Victoriano le contestó sin inmutarse: -“Hasta ahí llego”. Es digno de mencionar la defensa que Consuelo hizo de su esposo al comunicarnos que estaba mejor conservado que todos nosotros. ¡ Y es verdad, no tiene una arruga! Yo he leído por ahí que si te mantienes activo sexualmente, la esperanza de vida aumenta considerablemente. ¿Estaré yo perdiendo el tiempo? En los postres le cantamos a Antonio Rodríguez el “cumpleaños feliz” por sus 67 añitos. Llegó la hora de marcharse y Victoriano, con la candidez de un infante se levantó, cogió su bolso en bandolera y lo tuve que detener: -“Me parece que esto hay que pagarlo, Victor”. 

Después, en tres coches, los anfitriones nos llevaron a visitar La Casa de la Moneda, fundada en el siglo XVI por Felipe II. En su amplia terraza dimos buena cuenta de los pastelillos que compró Antonio en el Convento. Más tarde visitamos el Convento de San Juan de la Cruz. Cuando vimos el féretro donde se dice que fue enterrado el santo hubo cierto escepticismo Las medidas de la caja eran muy pequeñas. Yo pensé que la única forma de que cupiera en ese cofre sería aplicando el método de recogida de un bastón de la ONCE. 

Llegó la hora de la despedida. De nuevo abrazos y besos sentidos y la esperanza de vernos el 6 de julio en el palacete de Antonio López. 

Gracias a Antonio y Paqui por regalarnos este precioso día. 

Paz y bien

Antonio Estepa Romero
9 de junio de 2019

7 comentarios:

  1. Amigo Antonio, muchas gracias por hacernos recordar con tu crónica un día tan especial.
    Muchas gracias a vosotros, por regalarnos con vuestra visita un precioso día.
    Abrazos

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  2. Quien vale, vale y el que no canonigo, que decían los antiguos, querido Bronco te superas día a día, de haber perseverado hubieses llegado como poco a obispo. Un abrazo y otro a Andrea.

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  3. Amigo Antonio mis felicitaciones por tu fenomenal crónica, hecha en tiempo récord, como corresponde a un buen "hijo del Viento".
    Lo cierto es que volvimos a pasar un día estupendo en Segovia, que en cada visita, siempre descubres un sitio nuevo o rincón que merece la pena. Además en esta ocasión nos acompañó un tiempo mucho mejor que el de la última visita.
    Quiero agradecer desde aquí a Antonio Rodriguez y a Paqui, su amabilidad y su dedicación para que pasásemos un día inmejorable.
    Recibe un fuerte abrazo.

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  4. Gracias, chicos, por vuestra amistad. Todos somos unos afortunados porque al cabo de muchos años nos hemos reencontrado para seguir adelante hasta que Dios quiera. Un abrazo a todos.

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  5. Me alegro mucho de que lo pasarais tan bien. Cosa que ha dejado perfectamente clara el insigne Antonio. ¡Que no se acabe la alegría!

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  6. Mis felicitaciones a todos por disfrutar tan dilatadamente de mi bella ciudad de nacimiento. Al ingresar en el Seminario descubrí que las circunstancias me separaban de ella para siempre, aunque he realizado cuatro o cinco visitas siendo adulto, dos de ellas al casarse mi hermana Gema y al casarse mi prima Felisa. La última vez constaté que el centro histórico permanecía casi inmutable a pesar del tiempo.
    Buena crónica y buenas fotos como es habitual, así como habitual debe ser nuestro agradecimiento por participárnos el feliz encuentro.
    Un abrazo a todos.

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  7. Gracias, Andrés y Pedro. La verdad es que Segovia es preciosa. Da gusto visitarla de vez en cuando. Un abrazo, amigos.

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