Recuerdos, silogismos y mascarillas: Desde el Seminario a la COVID-19
Aquella campana agrietada de los Ángeles fue la primera profesora
La actividad diaria en los Ángeles estaba regulada por los toques de una campana afónica. Habituados en los pueblos al alegre repique en la parroquia, oír cada hora aquel ruido cascado retumbar en las laderas, producía un bajonazo de ánimo, que a más de uno le costó un tiempo el superarlo.
La mañana empezaba con el primer toque: primero era el aseo, hacer la cama en silencio, y antes del último repique dado por el regulador, todos debíamos entrar en la capilla para la meditación y luego oír misa.
Dominus Vobiscum: Desde su fundación, la Iglesia en los oficios religiosos usó el latín y la indumentaria de la nobleza romana.
Después del desayuno íbamos a recoger la camarilla, una hora de estudio y a empezar las clases. Una rutina metódica, que esculpía en nuestro talante provinciano un hábito de trabajo muy útil en el estudio, convirtiendo a aquellos chicos de pueblo en unos alumnos muy eficientes.
Aquel tipo de formación también nos preparó de cara al futuro, disciplinando nuestra mente para superar las dificultades de la vida. El estudio reglado fortalecía la voluntad, el cuerpo y el espíritu, aunque no todos respondíamos igual. Los profesores a veces nos mostraban las torpezas de los exámenes: (El César nunca tuvo aves que saludaran antes de morir). Los fallos comentados en público, nos obligaban a trabajar más.
El Concilio Vaticano II (Curso: 1966/67) En aquellos años nos tocó vivir la novedad del cambio que supuso el Concilio. Significó la renovación de todo el esquema ministerial de la Iglesia Católica. La doctrina aun se impartía bajo los parámetros del Concilio de Trento que se celebró de 1545 a 1563, notándose un claro desfase con el siglo XX.
Introibo ad altare Dei: En el seminario por el curso 1967/68, creo que se dejó de oficiar la misa en latín de espaldas a los fieles, para hacerlo en castellano de cara a la comunidad.
Se notó un cambio de mentalidad en la actitud docente de los profesores, ya no eran tan ásperos en su trato, pero aquella campana seguía siendo la misma.
El Concilio Vaticano II (1962/1965) básicamente buscaba: Promover el desarrollo de la Fe, regular el papel de las órdenes religiosas en la sociedad del siglo XX, abrirse a los problemas sociales del mundo, implantar en su seno una gestión colegiada, mejorar la función de la mujer en el seno de la Iglesia, renovar la liturgia utilizando las lenguas locales, y el diálogo con los otros Credos o Religiones. También reforzar el ministerio de la Iglesia Católica ante los fieles y la familia, potenciar la paz entre las naciones, y dinamizar la labor social y misionera de la Iglesia por todo el mundo.
Globalmente el Concilio Vaticano II, trató de situar a la Iglesia Católica en sintonía con un mundo más culto, más avanzado, y más activo socialmente.
Gloria in excelsis Deo (1968/69/70)
Las razones teológicas dadas para definir a Dios, nos parecían de un nivel metafísico incuestionable. Sin embargo, a muchos nos cambió la forma de ver y de interiorizar el Evangelio en aquellos cursos finales en Córdoba. Visitamos algunas parroquias y pudimos observar, una gran soledad institucional, distancia social, y falta de conexión con la vida real de la gente.
La comunidad cristiana y el clero con un celibato impuesto, vivían separados. Solo se veían al celebrar los bautizos, misas, bodas o los entierros.
En nuestro caso los superiores desde el principio, presentaron la oración como el soporte de nuestra vida interior, y la mejor forma de acercarnos a Dios a partir de la frágil individualidad humana.
Conscientes de nuestra pequeñez ante la inmensidad del Mundo, buscábamos el amparo de Dios en la oración. Dios era para nosotros el origen de todo, e igual que los hijos llaman a los padres esperando sus cuidados. Nosotros en la oración hacíamos propósito de enmienda, y usábamos el rezo para buscar la orientación ante la incógnita de cada día, y el amparo de Dios frente al interrogante del futuro inmediato.
Patrem omnipoténtem, factórem caeli et terrae:
Los superiores ayudaron a entender que somos parte de un Todo Universal, en el que mediante la Compasión y la Fe nos podíamos acercar a la benevolencia de Dios Padre y ser escuchados. Aquellas clases de filosofía, matemáticas, latín, lengua, literatura o historia, también nos hicieron ver más de cerca la realidad del mundo que pisábamos, asumiendo la responsabilidad individual sin la tutela de la institución eclesiástica.
Sol, agua, tierra, bacterias, plantas, los animales, y las personas.
Esas eran las premisas de salida, cada hombre o mujer es diferente, según sea su capacidad, los medios disponibles, la personalidad, y el destino por el que deba transitar en la vida.
La Historia del mundo parecía escrita como una enciclopedia. Cada capítulo, letra, o frase, tenía su vida propia a lo largo del tiempo con un principio y con una función reproductora. Todo era un gran cuerpo vivo en cuya cúspide, destacaba la inteligencia humana. Estamos hechos de átomos de carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno producidos en las estrellas, que a su vez formaron los planetas, en donde han aparecido proteínas, bacterias y virus.
De ese barro brotó la vida entre ejércitos de células, que se juntaron para formar huesos, músculos y órganos, con un estado mayor llamado cerebro. Proteínas, grasas, vitaminas, minerales y carbohidratos, un combustible autosostenible que modelaba los organismos según vivieran en el agua, el aire o en la tierra. Algunas criaturas consiguieron hablar y deducir, reír, llorar, amar, odiar, y vivir en poblados creando una cultura.
Alea jacta est (Años 1980/90)
Con el corto bagaje de unos seminaristas bachilleres, muchos atravesamos el Rubicón de la vida en aquellos años de juventud, para cumplir con la obligación de crecer y ejercer como adultos en sociedad, a lo largo de nuestras vidas.
Pude observar que fue larga la batalla: el trabajo, la familia, y la convivencia exigían de prudencia, suerte y de gran temple. Durante años hubo aciertos y errores, aquel trabajo conllevaba un riesgo aparejado, en más de una ocasión pasó muy cerca la afilada hoja de Caronte cercenando el aire: El destino seguramente no había dictado la hora.
La calle también enseñaba un Evangelio (Años 2000)
Sentado en la primera fila de la vida, recuperé la mentalidad del seminario: Eficiencia, trabajo, respeto, y tener siempre la conciencia tranquila. La campana afónica que yo recordaba, seguía sonando cada día: El aseo, la ropa, el correo, contactar con la jefatura, anotar las instrucciones, desayunar, planificar la ruta, y trabajar con dignidad.
Por la noche debía hablar con la esposa y los hijos, cenar, cerrar la hoja de actividad diaria, y meditar todo lo hecho en el silencio de la habitación: "Domine, no sum dignus ut intres sub tectum meum, sed tantum dic verbo, et sanabitur anima mea".
Nuestras vidas jalonaban los años del calendario
Algunos compañeros y compañeras se quedaron por el camino, sin que nadie pudiera hacer nada por evitarlo. El destino indiferente a los anhelos, señalaba por su cuenta nuestro tiempo: "En un instante les saltó por los aires el presente y el espacio, sin aviso y sin poder despedirse de los suyos, se encontraron de improviso situados en otro nivel de la existencia. Los demás nos quedamos abatidos para siempre con el interrogante de la vida, enganchado en los jirones del recuerdo". Aquel dolor engrosó la pena en el latido diario de nuestra existencia, exigiéndonos más resignación a cada paso.
Unos hechos que dejaron una huella indeleble en nuestra mente. Pasaron los años, y otros anhelos de vidas y de futuro nacieron, abrigando la huérfana desnudez de nuestras almas con el aroma de la esperanza.
¡Ave Caesar, morituri te salutant! (Ante la incógnita del virus)
La vida y el mundo seguían su curso ofreciendo otros desafíos, llegar a Marte y más allá parecía algo rutinario. Sin pararnos a valorar que aquí en la Tierra mucha gente sin futuro ni presente: Mujeres, niños y hombres buscando un hogar para ellos, un puesto de trabajo, o la dignidad y el respeto a la existencia que merecen las personas, por nacer en un mundo global, se lanzan al mar desafiando la muerte.
¡Kýrie, eléison! Vivimos hipnotizados por quemar las etapas de este corto bienestar cuadriculado, sin ver que a nuestro lado hay gente desvalida que no tiene para comer, ancianos que viven y mueren solos, así como infinidad de jóvenes que son desahuciados de los avances y del futuro, de forma gratuita y absoluta.
Después de millones de años para llegar a esta civilización, el actual presente parece una carrera hacia el abismo. Aun sabiendo que para los Dioses el tiempo no existe, esta breve experiencia de vida terrenal llena de errores, solo puede servir al Creador para ver en cabeza ajena, los efectos de la avaricia, el odio, la bondad o la maldad.
¡Kýrie, eléison! Desde hace 10.000 años al salir de las cavernas, el ser humano ya se condenó por el virus de la ambición, luego llegaron los lujos en exclusiva de una vida cómoda, y el otro virus de las ideas retorcidas a conciencia para aprovechar las ajenas debilidades. Un desafío al liderazgo desde el amor/odio establecido en la genética, que obligaba a la sociedad humana a usar la violencia, el hambre, la envidia, la guerra, o el desapego, para tutelar el avance hacia la madurez social.
De la célula hasta la inteligencia y los valores espirituales, todo un recorrido a partir del átomo, para educar la raíz que nos dio forma en el origen de los tiempos. La mente después de experimentar la vida, deduce y sedimenta las lecciones de generación en generación, usando la evolución para alcanzar su meta.
¡Kýrie, eléison! Ahora los futuros pastores del rebaño parece que serán las pandemias que nos asedian, y la gran contaminación de todo el Planeta, que nos irá infectando este presente para corregir con su penitencia todos los excesos del derroche. Hasta que la sociedad, el campo, las criaturas, el aire y el agua, recuperen su estado natural. La muerte implanta la justicia universal a todos los seres vivos, por encima de poderes, egos, y ambiciones.
Las preguntas que nos hacemos son: ¿Cuál es el objetivo de todo este espectáculo de la vida sobre un Planeta? ¿A quién beneficia, y con qué objeto se necesitan aprender los valores de respeto, bondad, justicia, y compasión, a partir de experimentar el dolor, las desgracias y las enfermedades? ¿Y para que es necesaria la inteligencia humana?
Ayer éramos niños y jóvenes estudiantes llenos de ilusiones, luego fuimos adultos en familia sosteniendo pacientemente con nuestro trabajo la sociedad actual, y hoy solo somos unos jubilados que observamos en los medios las demandas de más libertad para salir de fiesta y diversión, a pesar del acoso de la pandemia.
El único galardón que nos llevaremos cada uno puesto cuando Caronte pase con su barca, parece que solo será el de la eficiencia, la dignidad, el respeto hacia los demás, y el de tener la conciencia tranquila por haber intentado cumplir con nuestro cometido de personas, en el mundo que hemos encontrado.
De todo lo demás ya se encargarán los Dioses, como han venido haciendo hasta ahora desde hace 540 millones de años, cuando el Planeta se llenó de oxígeno y se transformó en un Mundo habitable bajo millones de formas de vida.
Juan Martín
Muy bien, Juan Martín. Y al final: ¡Aleluya, cada uno con la suya! Jajaja.
ResponderEliminarAmigo José María te agradezco el comentario, y la paciencia que has tenido para leer los apuntes que envié a nuestro amigo Rafael.
EliminarEn estos días de desvarío con las mascarillas puestas, he recordado aquellas clases junto al Bembézar y el posterior recorrido.
Como siempre encantado de recibir tus opiniones, recibe un cordial abrazo.
Gracias por tu aprobación amigo Francisco, por lo que después pude comprobar, resulta que no iban tan descaminados los consejos de aquellos superiores que tuvimos la suerte de compartir en los Ángeles.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Quiero abreviar la predicaçión,
ResponderEliminarque siempre me pagué de pequeño sermón,
e de dueña pequeña et de breve rasón,
ca poco et bien dicho afincase el corazón.
Arcopreste de Hita.
Arcipreste quise decir.
ResponderEliminarLo bueno si breve dos veces bueno amigo Francisco. Por cierto que no hace mucho, comimos magníficamente en el restaurante de Ficoba de Irún, dimo una vuelta por el pueblo que yo recordaba y se mantiene estupendamente.
EliminarUn fuerte abrazo
Tengo entendido que en el diseño genético humano participaron 24 razas galácticas, dos de ellas reptiloides u oscuras.
ResponderEliminarEn cierto momento de nuestro desarrollo se nos desconectaron diez hebras o cadenas de ADN para controlarnos mejor y utilizarnos como sirvientes.
La Tierra, por su actual posición estelar, está aumentando aceleradamente su vibración.
Varias razas galácticas están interviniendo en el momento crucial que vive la raza humana, unas con la intención de desconectarnos, controlarnos y deshumanizarnos y otras reconstruyendo y activando nuestras cadenas de ADN para que CREEMOS un nuevo destino subiendo nuestra vibración a la par que la del planeta.
La encrucijada entre una ascensión a la cuarta y quinta dimensión y quedarnos en la tercera enganchados en un bucle de culpa, negatividad e individualismo está servida.
Respetando tu relato de la evolución de la Humanidad hasta el presente, he pretendido aquí ofrecer otra perspectiva más galáctica, por si nos ayuda a tomar consciencia de nuestra realidad con más amplitud que la del valle de lágrimas.
Es un placer leerte. Valoro muy positivamente tu esfuerzo por ofrecer comunicación y humanidad en este blog.
Gracias, Juan. Un abrazo.
Agradezco amigo Pedro tu amable comentario. Sobre la evolución humana solo puedo conjeturar, a partir de lo que hoy somos y sentimos. Si me permites una sencilla comparación, creo que vemos hasta donde nos alcanzan los medios de que hoy disponemos. Comparando con las hormigas de la calle que van a la suya porque no tienen otra, las personas nos movemos dentro de nuestro pequeño mundo de anhelos y desengaños.
EliminarEn cantado como siempre de leer tus opiniones sobre este momento, que nos toca vivir lleno de sobresaltos.
Un fuerte abrazo
Hay gente que cree que su paso por la universidad le otorgó toda la sabiduría del Universo. (En realidad sólo adquirieron una dudosa porción de dogmas científicos para su personal engreimiento).
ResponderEliminarEl verdadero conocimiento requiere una revisión continua y permanente de las creencias que sustentamos. El cambio, ya lo dijo un sabio, es lo único permanente.
Puede que mi ignorancia sea atrevida, pero me pasma la de quienes se creen más inteligentes que los demás y no se molestan en informarse para nada.
¡Pero qué tonto soy! ¡Fueron a la universidad!
Perdona, Juan, no me refiero a ti en absoluto, que posees prudencia, humildad y buena voluntad como para enmendarnos la tontería a más de uno.
Un abrazo para quien se sienta merecedor y me lo acepte. (¡Qué tiempos!)
Compañeros, mi nivel es solo de andar por casa y hasta ahí llego. Yo me quedo en tratar de entender lo que vemos a diario, dando como cierto que si me pillo un dedo con la puerta, me duele y veo las estrellas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
No me doy por aludido. Quien me conoce sabe de mi pundonor, dedicación y mi ausencia absoluta de engreimiento. Pero hay cuestiones tan aberrantes que hacen hablar a las piedras.
ResponderEliminarPues, sobre la aberrante teoría de la ascensión de la raza humana a la 5ª dimensión puedes documentarte, Fili, ampliamente, si tu pundonor te lo permite, con libros como Ascensión de Susan Shumsky.
ResponderEliminarDolores Cano, Claudia González de Vicenzo, Nati Fabiano, Andrea Bernabé, Robert Martínez, David Parcerisa, David Topí, Jesús Jofre Milá y otros muchos autores reconocidos comparten lo que tu cosmovisión materialista encuentra aberrante.
Dar nuestra opinión es completamente aceptable, juzgar burlándose de lo que ignoramos no tanto.
Respecto a las hebras o cadenas de ADN, los científicos reconocen un material genético residual, o basura genética.
Aparte de nacimientos actuales de niños que tienen activadas tres cadenas de ADN, (según declaraciones de investigadores científicos), me consta que a muchos seres humanos se nos está reconfigurando el material genético residual, en un primer momento, y reactivándolo poco a poco después.
Esta creencia, absurda para ti, para mí es algo constatado sobradamente.
Cuando mirábamos láminas con dibujos ocultos en tres D, quienes no lograban ver las figuras nos acusaban de farsantes o bromistas a los que se las describíamos.
Perdóname, Juan, si aprovecho tu foro para volver al tema eterno: ¿Existe el mundo espiritual aunque no lo veamos por la densidad material de nuestra realidad? Tú mismo contaste una experiencia en la que intervenían seres de otra dimensión.
Y en cuanto a lo que vemos a diario, por alguna extraña razón que desconozco, la mayoría de la gente ve salvación por las vacunas (terápias genéticas experimentales) donde yo veo una conspiración maligna y destructiva.
En cualquier caso sigo abierto a debatir cualquier tema desde el respeto a las opiniones propias y ajenas, que todos tenemos mucho que aprender, supongo.
Querido Pedro: no tengo problema alguno en reconocer mi ignorancia y mi falta de interés en cuestiones tan estrambóticas como las que planteas. No te quito razón ni me burlo, simplemente paso. Un abrazo.
EliminarFue en los Ángeles cuando oí defender acaloradamente a un compañero de mi curso y buen amigo, los colores de su equipo. Aquello me cogió por sorpresa, pero por no ser menos yo dije que era del equipo contrario, o sea del Barça.
ResponderEliminarPara mí el fútbol se reducía a los partidos entre compañeros, en vacaciones tampoco tenía tiempo, en el pueblo salía con los amigos y trabajaba en el campo.
Pues queréis pensar, que a partir de entonces me pareció notar un distanciamiento en el trato por decir que yo era del Barça. Y la política nada tenía que ver, era solo hacer ver el forofismo por los colores de una camiseta.
Me pareció raro aquel giro en la estima sin causa justificada, por la trivialidad ajena y lejana de los colores de un equipo en el que nada pintábamos.
Un abrazo compañeros.
Gracias a ambos por vuestra amable comprensión.
ResponderEliminarSi hablo de estos temas, infrecuentes en el grupo del blog, es porque ocupan mi mente mucho más que los colores de cualquier equipo (ni me inmuté cuando Italia derrotó a España).
Lamentaría ser causa de molestia entre compañeros.
Un abrazo.
En ese sentido, tranquilidad. Nada de molestarse. En serio. Yo quedo sorprendido. Nada más.
EliminarPedro según mi parecer, cada persona tenemos la percepción de la realidad filtrada por nuestro entendimiento. Hay cosas que no entendemos, porque no alcanza aun nuestra capacidad.
EliminarPongo un ejemplo, hoy he leído que un chico belga de 11 años hace física en la universidad de Amberes. Y eso nos deja descolocados a los curritos de a pie, que a esa edad apenas si sabíamos sumar.
Un abrazo
Me alegro Juan y te doy las gracias porque, no solamente nos has expresado tus sentimientos -conocimientos adquiridos en tu larga trayectoria- sino que has conseguido que se entable un ameno despliegue de opiniones, nunca mal venidas.
ResponderEliminarEs importante vivir, sin perder una pizca de segundo. Un abrazo
Tienes razón Andrés, y te agradezco muy sinceramente tus amables palabras.
ResponderEliminarLa desazón que nos rodea a consecuencia de la pandemia, y la actitud irresponsable que se observa en muchos colectivos, que prefieren cerrar los ojos para negar la realidad, me han hecho reflexionar sobre lo vivido.
He intentado deducir los porqués de esta situación, despejando la incógnita igual que hacíamos en clase hace cincuenta años.
Recibe un fuerte abrazo
¡Hay que ver lo que han dado de sí las campanas de los Ángeles! Menudo debate. Jajaja.
EliminarLo más interesante desde mi parecer amigo José María, es la cercanía después de cincuenta años con la que nos hablamos, sintiéndonos compañeros.
EliminarEs verdad que cada uno hemos andado un camino, pero al final en este blog hemos encontrado un espacio común de encuentro.
Un abrazo
He releído el artículo encontrándolo muy interesante y bien estructurado.
ResponderEliminarPor aclarar un dato que di en comentario anterior las 24 cadenas de ADN son en realidad 12 de doble hélice.
Gracias Juan por aportar generosamente al blog tus pensamientos con tu mejor intención y buen hacer.
Un abrazo.
Agradezco tus amables palabras amigo Pedro, espero que esta valoración te anime a participar aportando tu opinión. Es una pena que solo seamos unos pocos los que enviamos recuerdos de aquellos años de Seminario. Como siempre agradecido por tu opinión.
EliminarUn cordial abrazo