sábado, 8 de julio de 2023

Crónica de la 50ª Reunión Grupo Madrid

Reunión del Grupo Madrid en la casa de Antonio López Arenas

Madrid, 1 de julio de 2023

“A San Fermín venimos, por ser nuestro Patrón…”

Con seis días de retraso, por motivos familiares, me pongo a escribir la crónica número 50. Le pido a San Fermín que nos eche su capotico para que nos proteja de todos los astados que andan sueltos por la vida.


La convivencia veraniega en el palacete de Antonio fue un rotundo éxito, como siempre. No sé que tiene este aldeano prieguense que nos tiene a todos ganados. Su extrema generosidad con nosotros consigue siempre que nos sintamos como en nuestra propia casa. Literalmente. Antes de seguir deseo manifestar que nos acordamos de los que hicieron “rabona” o “novillos”. Por esta vez no le vamos a endiñar un cinco en conducta, pero ya están fichados. Sabemos que las ausencias estuvieron justificadas, Cari, en Córdoba, y Antonio Porras y Pilar cumpliendo con el rol de abuelos. Andrea y yo acabamos de aterrizar en Móstoles procedentes de Torrejón de Ardoz.

Manuel y Manuela nos recogieron a la hora señalada en el punto de encuentro. Tenemos que agradecerles su disponibilidad. El coche de nuestro Comandante en Jefe estaba ya aparcado debajo de un frondoso árbol. A este hombre no le deja vivir la responsabilidad, o la Coronel. Se rumorea que está perdiendo muchos grados en el mando. ¡Habladurías! Lo que pasa es que sabe delegar y deja a un lado el inútil autoritarismo castrense. La sección femenina, y no lo digo con doble sentido, está más capacitada que nosotros para gobernar.

Enseguida nos encontramos todos pululando, cuan moscas cojoneras, alrededor de la mesa para ir haciendo boca y ponernos al día de nuestras vidas. Le pregunté inquisitoriamente a Victoriano por las cervezas 0/0 y rápidamente me calló la boca diciéndome que esta vez había stock suficiente. ¡Qué bien mandao es mi niño…!

Manuel Jurado, con su precioso delantal, regalo de Vale, asumió rápidamente su rol de chef y enseguida empezó a montar con destreza el escenario buscando el ángulo exacto para que el sol no hiciera estragos. Urge la compre de un gorro alto de cocinero, tipo Monza.

Primeros chapuzones antes de hacer buena cuenta de los rollitos de primavera, mi mujer me riñó porque me los estaba comiendo con pan, -mira tú que parche-, langostinos, choricitos y unos secretos que quitaban el sentío. El Jurado, incansable, demostró una vez más su alta preparación para dar de comer al hambriento. El trasiego de platos no envidiaba a la cocina del Ritz. No faltó los afamados sorbetes de Antonio. De postre, una voluminosa y escurridiza sandía que terminó en el suelo sin poder evitarlo Andrea. Antonio, con el sigilo de una leona en plena cacería, se ausentó durante un tiempo. Cogió el coche y se fue a comprar unos deliciosos conos de helado. ¡Está en todo este tío!

En la sobremesa, como siempre, hablamos de muchos temas. En esta ocasión tratamos, en ciertos momentos con acaloramiento, el de Razón y Fe. ¡Casi nadie al aparato! Cada uno, con total respeto y libertad, manifestó lo que pensaba al respecto. Se demostró una vez más que cuando existe buen rollo se puede hablar de todo. Antonio López abrió para nosotros su despacho jurídico y nos estuvo respondiendo y aclarando nuestras dudas caseras con pedagógica precisión. En este Grupo no falta de ná: Cocineros, Juristas, Degustadores… y unas ninfas que quitan el sentío.

Para rebajar la ingesta y prepararnos para la nocturna, nos zambullimos en la piscina como juguetones delfines. Como consecuencia de la profunda conversación teológica, el Jurado emuló magistralmente a Juan el Bautista y bautizó por inmersión a Victoriano, a pesar de los peligrosos manotazos de éste. Celebrado el bautizo, y henchidos de alegría por la conversión de nuestro Comandante, nos hicimos unos largos sobre el terreno y nos dirigimos a tierra firme para preparar el segundo asalto.

Nos encontrábamos tan bien que no sabíamos como levantar las posaderas. Enseguida recogimos la mesa, se limpió el lugar y nos dirigimos hacia los coches, no si antes desearnos, con sentidos abrazos, un feliz verano.


Dimos las gracias a Antonio por acogernos de nuevo en su casa y hacernos pasar otro día inolvidable.


El próximo encuentro, de momento, sine die. Andrea y yo os deseamos a todos todo lo bueno que os merecéis.

Un fuerte abrazo.

Paz y bien.


Antonio Estepa Romero

domingo, 2 de julio de 2023

Reunión del G. Córdoba del 29 de junio de 2023

CRONICA DE LA REUNION CELEBRADA POR EL GRUPO CÓRDOBA EN LA SOCIEDAD DE PLATEROS DE LA CALLE DE SAN FRANCISCO.


Córdoba, 2 de julio de 2023


Somos todos tan puntuales, que nos resultó extraña la ausencia de alguien o algo. No lo digo por Carlitos que ya nos tiene acostumbrados a apariciones de sorpresa (luego las comentaré) Esta vez lo que faltaba a la cita era el portón de Plateros. Efectivamente, estaba cerrado a cal y canto. Las dudas, de todo tipo, cundieron entre los presentes. Fieles, permanecimos expectantes.

Sobre las ocho y veinticinco apareció Jesús, quien nos sacó de dudas: “Abrimos a las ocho treinta”

Cuando, por la mañana, reservé la mesa, no se me comunicó el cambio de horario. No hay problema.

Mientras esperábamos, Carlitos, nos comunica, por teléfono, que no va a poder presentarse. ¡Qué le vamos a hacer, otra vez será!

Ya dentro, nos aprestamos a recuperar el tiempo perdido. Lo primero fue calmar la sed. Haber estado treinta minutos, aguantando esos casi cuarenta grados, había mermado nuestros depósitos líquidos. Tuvimos la suerte además de los allí presentes, con la asistencia de Paco Nieto. De esa forma pudimos comprobar su estado de salud. Como no, la alegría de haber podido contar con Rafa Raya, llegado allende los confines de nuestra Andalucía.

Pablo, que celebraba su santo, nos invitó a una primera ronda de líquido y viandas. Brindamos a su salud y nos aprestamos a iniciar el agradable y deseado coloquio.

Como siempre, Pacomo, tiró de hemeroteca digital y nos mostró qué hicimos, ese mismo día, pero de años anteriores.

La conversación derivó en quienes, de nuestros superiores, de aquellos tiempos, continuaban vivos. Claro ello supuso el análisis de sus comportamientos. Que hubo para todos los gustos, por supuesto, análisis realizados sin animadversión alguna. Aderezados de alguna que otra anécdota. Diversos temas surgieron y nos divertimos con ellos.

En un momento determinado, como si de una aparición se tratara, se infiltró entre nosotros Carlitos. ¡Sorpresa! Es que es así, le gusta que su presencia se haga notar de forma espectacular, como si de un mago se tratara. Bienvenido fue.

Así seguimos durante un entrañable rato, dando cuenta, no de los bocatas de “caramales”, sino de diversas tapas.

Mira por donde esta vez cundió la elección de habitas y ajetes. Yo le cedí mi huevo a Pablo. EHHHHH, mucho cuidado. Es que mis habitas llevaban huevo y los ajetes no. Por eso de la cesión. ¿Ha quedado claro?


Así llegamos a la hora de la foto final. Unos nos encaminamos para nuestras casas. Bueno, menos cinco valientes.

Tras la foto en la entrañable fuente del Potro, nos encaminamos un lugar incierto, por lo menos para mí. Dado que casi todo estaba cerrado, nos plantamos, tras una ardua caminata, en la Magdalena. Allí se despidió Diego. Joder un poco más y llegamos a Alcolea.

Allí otro rato de charla, aderezado con unas copitas.

Ya cerrando el bar, nos despedimos y cada mochuelo a su olivo.

Rafa Raya, Antonio Martínez y un servidor, desandamos el camino, menos mal que, por la Rivera, corría un vientecito algo fresco. Llegamos casi hasta la Torre de la Malmuerta (el que iba muerto era yo) donde estaba el coche de Rafa Raya, en el que muy amablemente, nos llevó a casa de cada uno. Otra buena noche. Esperamos la siguiente.

Vamos palante.

Andrés Osado

P.D. Si algo se me olvida, ponedlo en comentarios.

Cuidaos mucho y sed felices.