Relatos de Los
Ángeles.-
Paco Nieto
Hace
más de 50 años. Un 4 de noviembre de 1963, un grupo muy numeroso, muy superior
al ciento, hace un viaje a lo desconocido. Su destino, un edificio, aún sin
terminar, en plena sierra de Hornachuelos, a unos 8 ó 9 kilómetros del pueblo más cercano, que da
nombre a su sierra: El Seminario Menor de Ntra. Sra. de los Ángeles. Antiguo
monasterio de frailes, que acogió a D. Ángel María de Saavedra y Ramírez de
Baquedano, Duque de Rivas, y que aprovecha dicha estancia para recrear su obra
"Don Álvaro o la fuerza del sino" en dicho paraje, plagado de
rincones que se rememoran en su libro, como "la cueva de la
penitenta" "el salto del fraile", así como otros entornos del
antiguo monasterio.
En
dicho enclave, rodeados de montes, río Bembézar a sus pies, salto del fraile,
la cueva, la cruz, que parte de un vía crucis, fuente de los tres caños, el
campo de fútbol en la cima de la montaña, la antena de TV que, a veces, nos
portaba señal para poder ver algún canal, me imagino que el único de la época,
etc., pasábamos los primeros años de
nuestra "carrera de curas", metidos en nuestra niñez.
Con
nuestros recreos, clases, estudios, juegos, tiempos libres, donde se podían
hasta escribir cartas, que posteriormente eran revisadas, solamente a efectos
de ortografía por nuestros superiores. Todo un cúmulo de vivencias, donde los
juegos, oraciones, retiros, etc, recomponían nuestro rompecabezas individual,
hasta llegar al mapa colectivo que conjuntaba una melodía, donde los popurrí,
más las canciones populares aprendidas en las mañanas de domingos inhábiles,
ejecutaban la sinfonía para coro y orquesta de más de 300 niños en su segundo
curso de seminario.
Tras
unos 50 años, nos volvemos a encontrar, los nuños de más de 60, para volver a
interpretar la misma sinfonía, con sus desafinos, sus tonos y semitonos, como
interpretando, no solo la música, sino la letra de "Don Álvaro"
pensando que el sino, no ha sido un desacierto, sino la realidad de nuestra
vida que ha cubierto: desde el culmen de la vocación, para unos, los que
terminaron y aceptaron sus órdenes, y la realización de personas "sin
más" "sin apelativos de ningún género" para otros, que han
tratado de trazar sus vidas, de acuerdo con los parámetros, que las propias
vidas les marcaban, y tratando de actuar de la manera mejor aprendida en los
años en los que la reflexión "meditación" y la actividad recapacitada
daba como norte el tipo de actuación a seguir.
Y así,
nos encontramos con unos concienzudos pequeños-mayores que han tratado de
invertir sus vidas a mayores-pequeños añorantes, que desearían revivir, aunque
con algún retraso, aquellos bellos momentos en los que, entre clases, estudios
y recreos, chorizos sin color, sopas, naranjas aliñadas, judías y otros,
pasábamos una vida llena de nuevas formas y momentos, sacados de nuestro
contexto natural, nuestra familia, nuestro pueblo, para adentrarnos en nuestra
nueva aventura de "estudiar para curas"
Esta
es la historia que, evocando recuerdos, conversaciones, caras, nombre y
apellidos, tratamos de hacer presentes en nuestras vidas actuales.
Paco Nieto
Diciembre 2014
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