martes, 1 de diciembre de 2015

CRÓNICA DE LA REUNIÓN DEL GRUPO DE CÓRDOBA


26 de noviembre de 2015

Taberna Los Pedroches

Aún con la Torre de la Malmuerta, impresa en mi retina, doblo la esquina y sin saber dónde era, distingo rápidamente el lugar. Dos de nuestros distinguidos califas: Andrés Luna y Francisco Sánchez estaban, junto con los honorables compañeros Manuel Vida y Antonio Hidalgo, sentados en una mesa. No puede ser otro.

De inmediato, ni Torre ni historia que valga, la mirada de alegría que vi en sus rostros, al percatarse de mi llegada, hizo que sólo mereciera la pena encaminarse hacia el lugar de donde procedía. Seguro que ese es el sitio. Habían transcurrido un par de meses y algunas revisiones de ITV hospitalarias entre medias: de nuevo otra vez en el “jueves fin de mes”; unos sentidos abrazos y… otra vez… como si nada hubiera pasado en ese lapsus de tiempo. Por supuesto, también cumplí el encargo de dar otro abrazo más a Andrés.

Como cinco ya son multitud, decidimos entrar en la taberna (no voy a hacer comparaciones) Simplemente diré: “murciélagos no vi”. Puede verse la diferencia en la foto: no se trata del nieto de Paco Moreno, sino del apuesto mozalbete que nos atendía en la taberna.

Poco a poco, fueron llegando el resto de “jóvenes” compañeros que habían comunicado su asistencia.

Sin dejar transcurrir el tiempo y una vez añadida una mesa más,  por el elevado número de alegres contertulios locuelos, nos pusimos a degustar de todo, menos agua. Aprecié que esta vez no se daba ese gran tumulto que nos caracterizaba en encuentros anteriores: tampoco quiero decir que fuera para tirar cohetes.

Noté algo curioso. Aún no habíamos consumido la primera ronda (ya ibais a pensar que se trataba de ruego y preguntas… pues ¡No!) de copitas, cuando, después de unas cuantas palmadas y golpecitos en la mesa, tomó la palabra Andrés para decir que deberíamos determinar el día de la “Comida de Navidad”. Bueno se nombró la palabra “yuyu”.  Allí empezamos a subir el tono y a exponer cada uno lo que sería más conveniente. Por supuesto que se anularon días por los compromisos adquiridos con anterioridad por ciertos compañeros. Poco a poco se llego a la determinación del posible día y del posible sitio. Andrés tiró de revólver: perdón, quería decir de móvil y enseguida busco un sitio. No hay alguien en todo el Oeste, otra vez… me refería a Córdoba, que pueda ser más rápido que el. No digo aún nada de día, sitio y menú, ya que lo dejo para la Autoridad competente en la materia.

Después de esto no vi  “bocata de caramales”. ¡Que va… ya no solo hemos subido en altura, sino en comida selecta! Ya pedimos lomo de orza, morcilla, anchoas y (…”un sin fin de manjares, querido Sancho”) Por algo en nombre de la taberna es “Los Pedroches”. Todas las tapas   que vi en la mesas tenían una pinta estupenda, todas aderezadas con un punto  de “deseo de vida” y “gran cantidad de esperanza”. Su olor se colaba alegremente hacia nuestros adentros. En todas las bocas de los presentes, observé que se comentaba ardorosamente de esos dos ingredientes. Creo en la mente de todos se comprendió, inmediatamente, la bondad de dichos ingredientes.

Y, mientras tanto, nuestro Carlitos: una foto por aquí, otra por allí, con el afán de dejar, como siempre, memoria gráfica de cada momento.

Me maché pronto. Como siempre, quedarían allí compañeros a los que les costaría dejar escapar aquel momento tan bonito y cariñoso.


Sí, me llevé una grata impresión, algo grande habíamos entretejido esa noche: la esperanza de vivir largamente y disfrutar de todo, se habían quedado impresos en nuestros corazones.

Las fotos, que están en Facebook,  son testigos de lo que yo me perdí con mi marcha.

Andrés Osado Gracia

10 comentarios:

  1. D. Andrés, ha vuelto vd. a tomar la dirección conística con la mejor maestría.
    Un abrazo, campeón.

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  2. D. Andrés, ha vuelto vd. a tomar la dirección conística con la mejor maestría.
    Un abrazo, campeón.

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  3. Tocayo eres, el gran cronista que nunca has dejado de ser. Enhorabuena.

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  4. Andrés, no te han tocado nada de la cabeza en el hospital. Excelente resumen de lo acaecido con los compañeros. Disfruto cuando os veo como antes pero sin babi. Ayer no pude felicitaros a los Andreses. Lo hago en la octava. Un abrazo.

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    1. Tengo buenos maestros en los que arroparme, como tu. Un abrazo

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  5. ¿Que mas decir? Cercano, afectivo, nada mayestático, un punto lírico y sobretodo sincero, el mejor de los cronistas que se podía desear. Que dures muchos años en esta encomienda. Un abrazote fuerte Andres Jauna.

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. Felices Fiestas a todos con la esperanza de poder pasarme un día a veros.
    Un abrazo.
    Juan Martín.

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