CRÓNICAS DEL ENCUENTRO POR PACO NIETO Y "EL FILI"
Crónica de Paco Nieto
54 AÑOS DESPUÉS
Hacía exactamente 54 años. Un 4 de noviembre de 1963
peregrinamos hacia un lugar, para nosotros desconocido hasta ese momento, pero
que nuestras retinas mantienen aún en nuestro cerebro, per sécula seculorum,
como era el Seminario de Nuestra Sra. de los Ángeles, y que nos golpea el
corazón todavía.
Pues bien, 54 años más tarde, un 4 de noviembre de 2017,
volvimos a peregrinar hacia otro lugar, desconocido también, para muchos, como
era la Villa de Dos Torres, en plena comarca de Los Pedroches, para que, según
el alcalde, D. Manuel Torres Fernández, nos dijera que nuestras retinas se habían
impregnado de parte del legado artístico que dicha Villa tienen dentro de su
patrimonio.
Pero nosotros, además de eso, íbamos buscando algo más.
Volver a convivir, como lo habíamos hecho hacía 54 años atrás, con nuestros
compañeros, y en este caso con sus actuales compañeras, la mayor parte de
ellos, aunque alguno, como en otras ocasiones, presumíamos de solteros, aunque
no sea verdad.
Y va el insurrecto de Paco Nieto, y vuelve a osar,
haciendo de Osado, y se arremanga e intenta, eso sí, solo intenta, hacer una
reseña de lo ocurrido a lo largo de dicho día, que por cierto, aunque se nos
hizo corta, fue muy intensa, en cuanto a convivencia.
Bueno, bromas aparte, vamos a lo serio. Comenzamos a
llegar sobre las 10 de la mañana, a la plaza de la Villa, donde no podían
faltar los organizadores. Por supuesto, en la puerta del Hotel Los Usías, se
encontraban los señores Paco Sánchez Sánchez y Manuel Rafael Muñoz Medrán, cual
buenos anfitriones, dando la bienvenida a cuantos compañeros y compañeras
comenzaban a llegar, dando algunas explicaciones de cómo se desarrollaría el
día, que después nos fastidiaría el dichoso tiempo, hasta en ello, igual al 4
de noviembre de 1963. Nos faltaba el camión, los autocares y las maletas,
aunque Alguno apareció con la suya, en esta ocasión, atestada de cuadros, como
veremos a continuación.
Nos
llamó la atención que la parroquia estuviese atendida aún por nuestro
compañero, aunque de algún curso superior, Manuel Cantador.
Y comienza nuestro periplo por la villa, acompañados de la guía turística María del Mar Carrasco Serrano, que tras una breve reseña sobre la historia
de las dos antiguas villas con sus propias torres: Torremilano y Torrefranca,
que con el devenir de los tiempos, en 1839, se convirtiera en una sola con el
ya conocido nombre de Dos Torres.
Y como no podía ser menos, comienza la visita guiada por
la Iglesia de la villa, como decía anteriormente, regida por nuestro antiguo
compañero Manuel Cantador, donde, además de la cumplida información, dada por
la guía, sobre santos, naves, cúpulas, retablos, arcos, etc., etc. se canta la
salve, en latín, en pleno altar mayor. Y es cuando empieza el desconcierto. Al salir de dicha
visita comienza un aguacero que hace trastocar todo lo planificado. Y en lugar
del recorrido previsto, vamos para la casa donde se muestra el tipo de
arquitectura de la zona, eso sí, la arquitectura de los ricos, la de los pobres,
no sé si es que no la enseñan porque no merezca la pena, o que por efímera ha
desaparecido.
Y de allí a la ermita de la Virgen de Loreto, patrona de
la Villa, con su avioncito en la puerta, que ni nuestro "volaor" pudo
arrancar para dar una vuelta, el pozo de nieve, etc., etc. Lo que se suprimió
por la lluvia fue la ruta de los escudos que, al no ser posible, nos la dieron
enlatada en un folleto que, al menos guardamos para hacerla tranquilamente en
casa.
Y entre aguas y vientos, al pabellón donde nos tenían preparado
el refrigerio, que al comiendo, más que refrigerio nos pareció un jarro de agua
fría, ya que por un malentendido decían haber preparado en lugar de una comida,
un coctel hasta sin sillas. Pero con la intervención de nuestro anfitrión
Sánchez, el entuerto fue fácilmente resuelto, y en diez minutos teníamos las
sillas, que tanto esperábamos tras la larga caminata que nos habíamos dado.
Distintos gazpachos: de melón, de tomate... salmorejos,
salsamorra, ibéricos: chorizo, lomo, jamón... berenjenas a la miel, pescaíto,
el clásico lechón, que le pasó igual que las bodas de Canaán era lo mejor y lo
dejaron para el final, para terminar con el conocido plato de arroz, muy bien
cocinado, eso sí, aunque para algunos ya no cabía. Eso sí, todo muy bueno y regado
con cerveza, refrescos y distintos vinos, tanto de nuestro Montilla-Moriles
como de otras tierras, blancos y tintos.
La ya clásica sobremesa acompañada de nuestros antiguos
cánticos estuvo llena de brindis, uno de ellos dedicado a nuestro compañero, ya
emigrado Andrés luna y como no podía faltar, su embajadora aquí, nos acompañó.
Jenny estuvo con nosotros y con ella, la presencia de Andrés, se hizo patente.
Por supuesto, Serenata de la Mezquita, Soy Cordobés y
nuestro himno de Amigos para siempre, no faltaron.
También estuvimos acompañados de sorpresas, como la
maleta llena de sus cuadros, con la que se presentó nuestro amigo y compañero
Manuel Gómez Sánchez que nos hizo entrega a cada cual, algunos hasta dos, que
guardamos, no solo en nuestro corazón, sino en nuestras casas, con la promesa
de sacarlos a la luz, si algún día cotizan al alza. No siendo ésta, la única
sorpresa, regaló para el grupo dos décimos de lotería que habrá que determinar
los participantes, aunque ya lo hizo saber: para los presentes en el acto y
resto del grupo de WhatsApp.
Y ya cantando, pero bajito, fuimos recogiendo:
despedidas, abrazos, besos y demás, pensando en un próximo encuentro en el que,
por qué no superar al presente, aunque la fecha dice mucho y ayer, era nuestro
54 cumpleaños.
Gracias, organizadores, y asistentes. Lo siento por los
ausentes.
Córdoba, 5 de noviembre de 2017
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Crónica de "El Fili"
José Mª Rivera Civico
De pronto me ha impelido un arrebato de responsabilidad inesperada y autoimpuesta. Me he despertado esta mañana con la obligación moral de cubrir para vosotros lo acaecido en la feliz jornada de ayer en Dos Torres, ante la ausencia de nuestros dos cronistas oficiales, léase, el famélico de Móstoles y el sublime Andrés. Y no hago más que ponerme en harina cuando veo con grata sorpresa que alguien ya se me ha anticipado. Joer con el Paco Nieto, cómo le cunde el paso, nene. Y ha resultado realmente emotivo su relato sobre todo por la feliz coincidencia de fechas entre la de ayer y la del 4 de noviembre de 1963, día en que ellos, los mayores, pisaron "Tierra Santa" por vez primera.
La voluntad, lo primero. Bueno, no. "Lo primero e principal, oír misa y almorzar; y si precisa, se deja la misa" (El Quijote). Pero ha sido mucha la voluntad de la gente nuestra asistiendo al evento en un día de tan sombrío pronóstico climatológico -que luego no fue tanto, las cosas como son-. Voluntades, las del Luna y de su señora Pilar, que abandonaron sus cálidas sábanas a las cinco de la mañana, y que después de las preceptivas abluciones y de un frugal desayuno recogieron en Órgiva a Lola, la prudente esposa del "fuguilla" Manolo Sepúlveda; luego, a un servidor en las cercanías de Antequera, y más adelante, a Gregorio en Córdoba capital.
En las fotos que ya ha incorporado nuestro ejemplar editor, el gran Rafa Vilas (gran, de grande, corpulento, entraíto en carnes), podéis comprobar el grueso de todos los asistentes. Pero no tendréis inconveniente en que, de entre todos y todas, ponga el foco en dos de ellos: por ser nuevos en nuestras convocatorias y porque a mí me hicieron más tilín, ea; pa eso soy yo quien escribe. Ramón Moreno Jurado era amigo mío en los Ángeles, pero rival cansino en los partidos de fútbol; y encima, era del Atlético de Madrid. Poseía un regate único con su única pierna útil, la izquierda. Regate del que todos los futboleros de entonces comentábamos con cierto hartazgo y su mijita de envidia, pero que ninguno éramos capaces de imitar. Y pasaba como con el famoso regate de Garrincha, que siempre se iba por el mismo lado, que todo el mundo lo sabía, pero no había manera de cortarlo. Algo así, pero en el campo del pozo, claro. Lo perdí de vista en 1973, año en que abandoné san Telmo. Cuarenta y cuatro años después nos abrazamos ayer. No está mal. Ha sido un hombre valiente, así se lo dije a la cara. Ha de ser muy complicado superar un problema de salud nada grave por una parte, pero cruelmente fastidioso para las relaciones sociales. Y él lo ha hecho. Ha sabido orientar sabiamente su vida profesional, familiar y social. Me alegré un montón de volver a verlo. De Manuel Casimiro Gómez Sánchez solamente puedo decir que me sonaba mucho su cara, que yo sabía que era del curso 64, del nuestro, pero nada más. Se nos reveló como un hombre cabal y bondadoso. En términos futbolísticos, un buen fichaje. Y gratis. Es un artista en la pintura figurativa. En la sobremesa expuso una hilera de cuadros pequeños para que cada uno de los presentes escogiera a su gusto. Preguntado por el precio, medio se ofende "que él no iba a cobrarles nada a sus amigos".
Nuestro ínclito y entrañable Paco César, algún día, tendrá que iluminar nuestra cerril sesera a fin de que podamos comprender desde la psicología conductual qué es lo que bulle en nuestra amígdala cerebral, o quizás en nuestro corazón emocional, para que consideremos amigos íntimos, casi hermanos, a personas a quienes no vemos desde hace una cuarentena de años, y con quienes "solamente" nos une el vínculo de unas vivencias tiernas -o duras, según se mire- en una etapa de nuestra vida, etapa, por otra parte, crucial, crítica e irrepetible. Te esperamos Paco.
El día físico fue feo de cojones. Hizo frío y calor; salió el sol y se volvió a esconder; llovió y amainó; chaleco dentro, chaleco fuera; abre y cierra paraguas. Lo endulzó bastante Marimar, la joven y sugerente guía turística con sus doctas explicaciones sobre ambas primitivas torres, las disputas de siempre entre lugareños vecinos, y la posterior fusión en el bonito pueblo de hoy, con la moraleja acompañante de tanta actualidad de que más vale unir que separar. Aunque, la verdad sea dicha, a mí particularmente en ocasiones se me iba el santo a las mallas apretujadas de la muchacha en detrimento de piedras y granitos por muy vernáculos que fueran. Que las mujeres perdonen mi imprudencia, pero es que soy un viejo verde. Mu verde.
Del recorrido cultural y del atracón culinario ya ha dado buena muestra Paco Nieto. Eso que me ahorro. Pero volvería a ver (y lo recomendaría) la Iglesia de la Asunción, la casa museo-exposición y el pozo del hielo. En lo relativo al manduco bastará que sepáis que esta madrugada me ha perjudicado uno de esos apretones de tripa tan míos, y que ha malogrado intestino abajo tan exquisitos manjares. Tengo para mí que, a lo tonto a lo tonto, escancié más de lo aconsejable para mi condición. Como conducía el Luna...
En fin, una jornada bonita y emotiva, como tantas otras, con el aliciente de ser la primera de las de los muchos otoños sucesivos que nos quedan por disfrutar.
Sed buenos.
Palenciana, 5 de noviembre de 2017
Amigo Paco, buen relato, precioso y preciso. Nos haces revivir de nuevo este hermoso día. Enhorabuena y gracias por tu escrito. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarLa madre que te parió, Paco... Me he levantado esta mañana empeñado conmigo mismo en escribir el relato de lo acaecido ayer, ante la ausencia de los cronistas oficiales. Y abro el blog, y resulta que tú ya lo tienes escrito y publicado.
ResponderEliminarPues muy bien que está.
Un abrazo para todos.
Se admiten más voluntarios para completarlo o dar otra visión, no hay problema
EliminarEn hora buena sr. Nieto. Buena crónica.
ResponderEliminarEnhorabuena Paco. Se nota que este grupo hay muy buenas plumas. Pasamos un gran día.
ResponderEliminarGracias por hacernos partícipes a los ausentes de vuestra experiencia, algo de vuestra felicidad compartimos y ahora más. Un abrazo Paco Nieto.
ResponderEliminarMuy certero el relato de un nuevo y extraordinario encuentro, Paco Nieto.
ResponderEliminarCuánto sentí que la distancia y cierta obligación familiar me impidieran el haber compartido este 4 de noviembre con vosotros.Me perdí vuestros abrazos y muestras del cariño sincero ,que a pesar de los 54 años transcurridos, aún sigue vivo y muy vivo.Con un día de retraso la crónica de Paco Nieto me hizo recordar algunas imágenes de aquel otro 4 de noviembre de 1963: Aquella callejuela de la Bodega dónde tomábamos los autobuses decenas y decenas de chavalillos que por primera vez, con ilusión y temor ante lo desconocido, íbamos a separarnos por una temporada de las faldas de nuestras madres para comenzar una importante y muy valiosa etapa de nuestras vidas. Recuerdo de aquel viaje a tierras desconocidas las historias de hadas y princesas asomadas a las ventanas ,que con sus peines plateados alisaban sus largas cabelleras rubias, del castillo de Almodóvar, con las que nuestro ilustre don Gaspar nos entretenía para distraernos de la morriña que iba adentrándose en nuestros sentimientos juveniles. Y cómo no , el recuerdo de aquel camión al que subimos para hacer la etapa final por aquel estrecho y tortuoso camino bajo la suave lluvia de la que nos protegía el manteo de nuestro respetable rector...aquel lejano 4 de noviembre que apretujados en el cajón de un vetusto camioncillo fue el inicio de esta amistad perpétua. Gracias, Paco porque con tu relato me has hecho revivir aquellos recuerdos imborrables.Gracias amigos Manuel Rafael y Paco por la hospitalidad prestada a este grupo y en el que en la distancia me siento incluido.Un abrazo para todos .
ResponderEliminarPaco, por lo que nos cuentas y lo que viví con vosotros en Lucena, se organizó un encuentro numeroso y animado de "jovencitos sin complejos" dispuestos a enterarse de todo lo cultural del entorno y disfrutar de los manjares de la buena mesa y la amistad. Esta vez no he podido acudir, pero espero que nos veamos en Priego.
ResponderEliminarLo de la lluvia fomentaría las conversaciones y la buena cara, supongo.
Un abrazo, chavales.
Me han encantado vuestras crónicas. Más que crónicas diría yo que son "guías para despertar sentimientos y recuerdos".
ResponderEliminarEspero que cunda el ejemplo entre los "plumillas" y así poder disfrutar en cada encuentro de estupendas y enriquecedoras visiones de los mismos que nos hagan disfrutar, como ahora, por partida doble.
Gracias Fili y Paco, Paco y Fili y gracias a PacoMo, Manolo, y cuantos pusieron sus instantáneas fotográficas a nuestra disposición. ¡Sois cojonudos!
Amigo Paco te felicito por tu excelente crónica. Has sido fiel notario de los buenos momentos que vivimos en el encuentro de Dos Torres. Increíbles las coincidencias temporales con aquel inicio del curso 63-64.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Fili, sabía que no nos dejarías sin tu relato sobre lo acaecido en Dos Torres. Buena y distendida crónica.
ResponderEliminarJoer, Fili, qué contento se te ve en Dos Torres.
ResponderEliminarParecer ser que has vuelto con renovados bríos.
Se agradece que te arremangues y te pongas a cronicar, a pesar de que el compadre Paco Nieto haya oficiado valientemente, sin dudar, con admirable prontitud y oficio.
Coincido con Rafael Vilas en que dos relatos, o tres, de los eventos, no hacen más que realzarlos.
Elogiar tu desenfadada y desvergonzadilla pluma está de más.
Me alegra verte tan animado. Un abrazo.
José María Rivera Cívico, he leído tu escrito del encuentro en Dos Torres y desde mi principio de veracidad,te expreso que he tenido un sentimiento de profundo agradecimiento por tu consideración hacia mi y otro de enorme valoración por tu capacidad intelectual y tu contrastada,ya lo manifesté en el grupo antes de leer tu escrito,calidad humana. A partir de ahora mi empatía y vinculación hacia tu persona se hace más cercana. No me importa que seas simpatizante del Real Madrid,porque me he autoconvencido para no ser antimadridista,sino seguidor del buen fútbol y el Madrid sí lo practica en muchas ocasiones. Lo importante es que sigamos gozando de la vida cada uno de acuerdo con nuestras circunstancias,siendo normales con nosotros mismos y con los demás,ni creando,ni creandonos anhomeostasis. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias muchachos. Estoy contento, sí. Cortada la racha de males, la espera del nuevo nieto y el estreno inminente del nuevo hogar se portan como vitaminas de ilusión y esperanza. Luego está el entorno y la compañía tan agradables en ese día especial.
ResponderEliminarUn abrazo.
No he podido estar con vosotros. Llevo un año que no me sale bien ninguna programación. Parece que me ha mirado el Junqueras. Pero no me quejo. Sé que hay gente peor que yo. Aunque mirándolo bien, todas esas viandas de las que habla Paco no me hubiesen sentado bien a mi débil estómago. ¡Con lo que yo era! No obstante, tengo que ir algún día a Dos Torres a conocer a Marimar. Debe de ser una buena moza. Aunque el Fili tiene boca de cabra y le gusta todo lo que se menea. ¡Que ganas tengo de estrecharos en mi escuálido pecho! Pido a Dios que sea pronto. Gracias a Paco y a José María por compartir sus vivencias. Siempre viene bien aprender de los maestros. Un abrazo para todos.
ResponderEliminarGracias, Paco, José María, por compartir vuestras vivencias en Dos Torres. Siempre es bueno leer a los maestros. Estaba muy ilusionado con este encuentro pero esta vez tampoco pudo ser. Aunque pensándolo bien, y según cuenta Paco, las viandas hubiesen podido destruir mi pobre flora intestinal. Lo de ver a Marimar es otro cantar. Estoy seguro que habrá un día, no muy lejano, que os pueda estrechar contra mi enjuto tórax. Mientras tanto recibir un abrazo virtual para todos vosotros y para vuestras santas.
ResponderEliminarAmigo José María, te agradezco la ampliación de la crónica con la que nos ha regalado, tan llena de buenos y nobles sentimientos.
ResponderEliminarCoincido contigo sobre lo que has dicho del compañero Ramón Moreno, en mi caso un reencuentro 46 años después. Tiene mucho mérito su fuerza de superación y la energía que trasmite.
De Manuel Casimiro, al que ya saludamos en Lucena, ha dejado una muestra de su sencillez y la gran persona que es. Se ha sentido feliz y nos ha regalado su arte plasmado en esos cuadros que ha querido compartir con todos nosotros.
Espero que la mudanza acabe y tengas unos días más tranquilos. Recibe un fuerte abrazo.
Menos mal que, a persar de que el buen cocinero y mejor relator, Paco Nieto se te adelantara (bravo por el) has tenido el bien hacer de dedicarnos unas letrillas. Digo menos mal, porque leerte es un placer para mí y supongo que no me quedo solo en esta pareciación. Gracias por esta magnífica crónica. Un abrazo y espero que ya estés repuesto del buen atracón.
ResponderEliminarNo porque escriba después del comentario de Fili, ha de entenderse que merece menos consideración tu crónica. Simplemente ha sido porque no tengo mucha idea de esto. No encontraba donde poner lo tuyo y leyenddo todas los comentarios, obrservo que van mezclados. Supongo que Rafa Vilas me lo explicará.
ResponderEliminarBueno, a lo que iba:
Amigo Paco, no solo se te da bien eso de cocinar sino que, además, lo sabes aliñar con buenas letras y "RAPIDAS" (no como un servidor). Me ha encantando tu crónica. Un abrazo
José Mª: He leído tu escrito del encuentro en Dos Torres, expresado con tu estilo desenfadado y desde mi principio de veracidad, te expreso que he tenido un sentimiento de profundo agradecimiento por tu consideración hacia mi y otro de enorme valoración por tu capacidad intelectual y tu contrastada, ya lo manifesté en el grupo antes de leerlo, calidad humana.
ResponderEliminarA partir de ahora mi empatía y vinculación hacia tu persona se hace más cercana. No me importa que seas simpatizante del Real Madrid, porque me he autoconvencido para no ser antimadridista, sino seguidor del buen futbol y el Madrid lo practica en muchas ocasiones. Lo importante es que sigamos gozando de la vida, cada uno de acuerdo con nuestras circunstancias, siendo normales con nosotros mismos y con los demás, ni creándonos, ni creando anhomeostasis.
Un abrazo.
Ramón Moreno
De las partes de Paco y de las mías propias, muchas gracias por vuestras hermosas y bien intencionadas palabras.
ResponderEliminarReleyendo mi relato echo en falta alguna flor hacia los organizadores, esos sufridos compañeros de quienes apenas nos acordamos cuando todo sale bien, pero que los ponemos a caldo si falla algo. Todo fue perfecto gracias al empeño y al cariño puesto. Lo único que no tuvieron previsto fue la meteorología desfavorable. Sería demasiado para esas endebles y flacuchas criaturas.
Paco y Manolo, Manolo y Paco: muchas gracias por hacernos pasar una jornada espléndida. Y si las tribulaciones del evento os hicieron perder algunos gramos...mucho mejor. ¡Qué cabronazo!
A mí me engordó al veros satisfechos.
EliminarFco.Sánchez.
Vuestras caras de satisfacción lo compensaba todo.
EliminarVaya por delante mi mas sincera enhorabuena a los organizadores Paco y Manolo o Manolo y Paco, también mis felicitaciones a José María y Paco, o Paco y José María, por cierto José María que mem he pegado un atracón de risa al tacharme de "fuguilla", se me nota en algo?. Por lo menos salgo favorecido, pues Lola, mi mujer, me llama "caniche" por lo deprisa que ando.
EliminarBueno un fuerte abrazo a los cuatro y a todos los asistentes pue me hicistéis pasar un día muy delicioso.
Manolo Sepúlveda.
A mí me engordó al veros satisfechos.
ResponderEliminarFco.Sánchez.
Algún kilo de más Al ver vuestra satisfacción.Fco.Sánchez.
ResponderEliminarRamón, mis sentimientos y emociones hacia tu persona son recíprocos. Me parece cojonudo que no seas antimadridista. Yo ya no soy anti nada. Ni siquiera anti culé, que ya tiene mérito. Jajaja.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
El Fili
Lo primero felicitar a los cronistas Francisco y José María por los magníficos relatos con los que nos obsequian, a quienes solo podemos enterarnos de lo vivido en esta reunión por sus comentarios.
ResponderEliminarDespués felicitar a todos los asistentes al acto, que son quienes dieron vida con su presencia al encuentro. Nos recordamos como éramos hace cincuenta años, y aun nos reconocemos ejerciendo de compañeros como entonces en los Ángeles.
Un saludo a todos.
Juan Martín.