DESAYUNO MOLINERO 2018
Un tres de enero, con casi todas las fiestas pasadas, eso sí, a la espera del roscón de reyes, y por si cae algún regalo más, emprendemos uno de los encuentros, que al parecer se van, como se dice ahora, a hacer virales: se trata de nuestro ya tradicional desayuno molinero en la Cooperativa Virgen del Carmen, en Zamoranos, ofrecido por nuestro amigo, y presidente de la misma, Andrés Mérida Briones.
Foto PacoMo - Visita de la Almazara |
Con un cierto cambio en el programa, a causa del frío, ya que había helado y no era conveniente dar comienzo por la visita temprana al olivar, tal y como estaba en un principio pensado, nos fuimos congregando en las puertas de la cooperativa, tras los besos y abrazos de rigor al resto, algunos de ellos, vistos días atrás en la comida de navidad, pero eso no es óbice, para agasajarnos mutuamente. Y damos comienzo a la visita, que como es de costumbre, da su entrada por la tolva de recepción del fruto, para continuar con el proceso de molido, amasado, hasta el centrifugado y decantado al final en la bodega, desde donde pasará el aceite, bien al envasado, bien a la venta directa.
Foto: PacoMo - El Cañuelo |
Una vez terminada la visita “técnica”, pasamos a la “gastronómica”, degustando el pan con aceite, clásico “joyo” con pan de pueblo y aceite “El Gayumbal” ofrecido por la cooperativa, en esta ocasión, acompañado del famoso turrolate de Priego, tanto de almendra, como de cacahuete.
Y tras encontrarnos reconfortados con el desayuno, y una vez hecha nuestras respectivas compras, emprendimos camino de El Cañuelo, donde disfrutaríamos de una segunda parte, que debió ser la primera, una vez más entradito el día, visitamos un olivar para ver, in situ, las vicisitudes por las que pasa el fruto del olivo hasta estar en nuestra mesa. Hay un sinfín de tecnicismos que los dejaremos para que en otra ocasión nos los explique mejor, nuestro compañero y anfitrión en dicho lugar, Antonio López Arenas y nos diga eso de las dos cosechas, las olivas y las ramas o tallos nuevos, lo de las aceitunas de suelo o al vuelo, o sea de ordeño, las ramas que no darán frutos, etc. etc. etc.
Foto: PacoMo - El Cañuelo, visita a un olivar |
Dejando el olivar para pasar a “Casa DonLope” donde, con independencia de la admiración de la propia casa, una casa rural con múltiples habitaciones y estancias, cuartos de baño… hasta la sala donde se proyecta y sobre todo, nuestro amigo Antonio hace su exposición magistral sobre la esencia y sapiencia del Aceite de Oliva Virgen Extra, del que seguro, aunque posiblemente sin ordenar del todo, nos trajimos los conceptos de los tipos de aceituna: hojiblanca, picual y picuda, los procesos de extracción con el deshojado, molido batido, decantado, centrifugado, etc. Los distintos tipos de aceite, a saber: lampante, oliva virgen y oliva virgen extra.
Los análisis y catas a que se somete, para determinar acidez libre, peróxidos esteres… hasta llegar al análisis sensorial que nos da los atributos positivos: amargo, picante… y los negativos: atrojado, rancio, de los que pudimos ser actores principales en la posterior cata a la que sometimos a cuatro tipos de aceite que se nos ofrecieron a catar y poder entresacar por nuestro sabor y olfato los distintos gustos y sensaciones, etc. Sinceramente fue un momento muy didáctico, del que, al menos, creo que la mayoría, sacamos alguna idea más exacta de cómo medir el tipo de aceite que compremos en el futuro. Si he cometido algún fallo, olvidado algo, o cualquier otra cosa, pido se me disculpe porque soy tan profano como el que más, que trató de abrir los ojos y los oídos, pero nada más, y mucho menos, repetirlo con la maestría del anfitrión, cosa, que tampoco es para esta ocasión.
DonLope - Sala de cata de aceites |
Y pasamos a la cuarta fase, que no quiero calificar, ni como la mejor, ni mucho menos, porque todas tienen sus lados positivos, pero, el comer, y sobre todo las conversaciones que salen en las mesas, eso no está pagado con nada. Llegados a Casa Grego, se nos comenzaron a mudar las caras de eruditos que habíamos cosechado durante la clase y la cata, para tornarla en otra de satisfacción porque íbamos a compartir mesa y mantel con amigos, que a pesar de haber pasado casi todo el día juntos, continuábamos con ganas de seguir conversando y compartiendo. Y si ello iba acompañado de buenas viandas, como ya esperábamos, mejor que mejor.
Pasamos un muy buen rato durante la comida, de la que me imagino que ya habréis tenido la oportunidad de ver reportajes gráficos, para, sobre las cinco y algo de la tarde, hacer las fotos de rigor, despedidas, besos y abrazos y hasta la próxima.
No quiero dejar de pasar la oportunidad de agradecer a todos los que han puesto algo para la organización de este encuentro, que vuelve a dar un poco más de vidilla al grupo, y especialmente a nuestros compañeros Andrés Mérida Briones y Antonio López Arenas por su especial dedicación a que lo pasáramos lo mejor posible y a rellenar nuestro saco de sabiduría. Gracias, de vedad.
Paco Nieto.
Enero de 2018.
Bonita crónica.
ResponderEliminarAunque tampoco soy muy entendido, creo que es hojiblanca y no hijoblanca la aceituna que citas. (Imagino que se trata de un despiste al teclear).
De todas maneras reconozco que has estado bastante atento al tema. Hay que estar abiertos para aprender siempre.
Gracias por la crónica. Un abrazo, amigo Paco.
Pedro
Vamos a ver si me puedo fiar de mi vista cansada y de mi antigua memoria de elefante: viendo la foto de los varones quiero identificar a los nuevos. Veamos: Antonio Toro es uno con cara de despistadillo, con gafas, de pie, el primero por la izquierda. Antonio López Arenas, también de pie, entre Pepín y Montes Santiago. Andrés Mérida está sentado entre Luna y Paco Nieto.
ResponderEliminarEspero haber acertado. Con Andrés tenía yo más relación porque era -y es- paisano de mi amigo José Pablo. Un abrazo fuerte para todos ellos y para todos vosotros.
La crónica del Nieto, a un tiempo erudita y amistosa. Paco, ya estás consagrado. Enhorabuena.
¡Toooooma ya, Paco Nieto! Esto si que es una crónica Magistral, se nota que lo explicado por Antonio, no hizo sino recordar todo lo aprendido en tus años de trabajo profesional. Y luego, no digamos, lo bien expuesto que ha quedado. Me alegro mucho no sólo por estas letras tan bien entrelazadas, sino porque se deja ver, con una palpable evidencia, el buen rato que pasasteis. Mis felicitaciones, amigo Paco.
ResponderEliminarPequeña corrección para el amigo Fili. Andrés Mérida no está en la foto y el primero a la izquierda, depié no ha si ha sido monaguillo siquiera, es un amigo invitado de Miguel López Navarro.
ResponderEliminarAntonio Toro, es el que crees que es Andrés Mérida, a la izquierda de mi paisano Luna.
ResponderEliminarEstá visto que no me puedo fiar de mi memoria. Lástima, con lo que yo he sido... Jajaja
ResponderEliminarNo te preocupes, suele pasar en las mejores familias.
EliminarEn primer lugar mi enhorabuena a Paco Nieto por su rapidez y exactitud al redactar esta crónica que se ajusta en su totalidad al desarrollo de la jornada en Zamoranos.
ResponderEliminarEn segundo lugar amigo Fili te diré que has acertado un 33% de las respuestas. El primero de la izquierda, no es ningún compañero de Hornachuelos, es un amigo de Miguel López, que le ha acompañado en este encuentro. Antonio López Arenas, es efectivamente quien dices y yo soy el que está entre Antonio Luna y Paco Nieto. Andrés Mérida no está en la foto, ya que no nos acompañó a la comida, solo estuvo enseñándonos el molino e invitarnos en nombre de su cooperativa al desayuno Molinero y por últino te informo que otro que tal vez no conozcas es a Juan de Dios López Martínez, el que está entre Rafael Montes y Manolo Vida.
Un fuerte abrazo amigo Fili, espero poder dártelo personalmente el día 7 de abril en el encuentro de Priego.
Antonio Toro
Un abrazo, Antonio. Ya nos veremos.
ResponderEliminarPaco Nieto mis felicitaciones por esta crónica tan estupenda y sobre todo por la buena cobertura que le has dado a la lección magistral que nuestro amigo Antonio López dio sobre las bondades del aceite de oliva. Está claro que tú también tienes buena cultura olivarera.
ResponderEliminarRecibe un abrazo.