PEROL DE SAN ANTONIO
Como dice el refrán, a falta de pan, buenas son las tortas. Y yo lo traduzco en este caso: si no hay cronista oficial, nos tenemos que conformar con el sustituto. Vuelvo a osar de “Osado”
Para el pasado día 13 de junio, nuestro amigo Manolo Ruiz Nieto nos comunicaba, por medio de nuestro soporte, el whatsapp, que el superior que tuvimos en Los Ángeles, D. Antonio Pedro Llamas Trujillo, tenía el gusto de invitarnos el día de su santo a un perol en su parcela, la de Manolo.
Y allí fuimos acudiendo, como es lógico en esas ocasiones que no se pone hora fija, sino que se queda “a partir de…” Llegábamos en función de las posibilidades o disponibilidades de cada cual y algunos hicieron hasta doble entrada, como nuestro amigo “el volaor” que al estar de guardia con su madre, hizo acto de presencia a primerísima hora y también nos acompañó a la hora del café.
Como siempre, faltaron unos, se sumaron otros, pero hay dos cosas a resaltar: de una parte, apareció por sorpresa Miguel “el manisero de Elche” con su amigo Antonio y faltó la pareja de Priego “Rafael Vilas y Carmen” que se quedaron sin perol y sin perito, qué le vamos a hacer?
Al igual que en la canción de Sabina: y nos dieron las una y las dos… nos fueron dando cerveza, refrescos, vino y patatas con anchoas, chorizo, salchichón, cabeza de jabalí, gambas etc., etc. Eso sí, yo resaltaría, por lo bueno que estaban unas rebanadas de pan con ali-oli untado, que al parecer lo había hecho, creo que es Mari, la mujer de Antonio Pedro.
Se fueron desgranando conversaciones bajo el chamizo perfectamente reacondicionado por nuestro amigo Manolo, al que le había puesto un cañizo nuevo y bajo el cual se estaba fresco, excepto el que en algunos momentos le daba el sol, que trataba de sortear y cambiarse y punto.
Conversaciones que en su mayoría trasponían a tiempos remotos de Los Ángeles o San Pelagio y en las que se recordaba a personas, algunas desaparecidas, otras a las que se había perdido la pista y así fue transcurriendo el tiempo, teniéndolo también para recordar los tipos de comidas “garbanzos con acompañantes” con los que nos deleitaban en aquellos momentos. Hubo hasta quien recordó que en alguna comida llegaron a darnos vino.
Estuvimos acompañados de tres damas: Clara (Manolo Ruiz), Paqui (Ildefonso Belmonte) y Mari (Antonio Pedro), de las cuales abusamos porque fueron las que más rato pasaron en la cocina, hasta que llegó la hora del perol, que eso sí es ya clásico de hombres (aunque algunos también echaron mano en la cocina) y en el cual especialmente se prestó Antonio Pedro que fue el factótum, por cierto muy bueno y al que hay que felicitar, no solo por su santo sino por el esquicito manjar con el que nos deleitó.
Tras el suculento perol, la ya clásica ensalada de naranja, aguacate y atún preparada por la familia Clara-Manolo, con naranjas de Palma del Río aportadas por Ildefonso y Aguacates de Almuñécar de la familia de la casa, de la que dimos buena cuenta y en muy poco rato.
Pasamos a continuación a los cafés, bizcocho, licor de hierbas, anís y otros, tras lo que llegaron las despedidas, besos abrazos, etc., dejando allí a los que estaban dispuestos al cubata.
En resumen, muy buen día de celebración de San Antonio.
Hasta otra ocasión.
Paco Nieto.
Junio 2018