La Merced. El sonido de tu perfumen, que convertía en sonrisa, la quietud de tu alrededor; huele y continúa bullendo. Por eso, tu, y sólo tu, puedes llamarte, ¡Merche!
Amigo Andrés aunque el camino siga, una vida compartida con la persona amada es algo que no se olvida nunca. Te deseo toda la fuerza, para continuar reforzando aquel recuerdo. Un abrazo Juan Martín
Tus poesías, cargadas de amorosos sentimientos, son el mejor duelo posible para superar la pérdida de tu mujer. Os debíais querer mucho. Mientras vivas te quedará eso. Un abrazo y anímate a salir con los compas, que sin duda te aprecian mucho.
Un abrazo, Andrés. Aunque no podamos vernos ni abrazarnos, nuestros deseos siguen intactos. Tiempo habrá. A seguir aguantando el chaparrón.
ResponderEliminarAmigo Andrés aunque el camino siga, una vida compartida con la persona amada es algo que no se olvida nunca.
ResponderEliminarTe deseo toda la fuerza, para continuar reforzando aquel recuerdo.
Un abrazo
Juan Martín
Tus poesías, cargadas de amorosos sentimientos, son el mejor duelo posible para superar la pérdida de tu mujer. Os debíais querer mucho. Mientras vivas te quedará eso.
ResponderEliminarUn abrazo y anímate a salir con los compas, que sin duda te aprecian mucho.