viernes, 11 de septiembre de 2020

Valorar en positivo las vivencias pasadas

La Pandemia actual, nos lleva a valorar en positivo las vivencias de otro tiempo ya pasado

Una cultura espiritual y humana.

La vida escolar en el Seminario, era muy parecida a la de otros colegios que conocí.

Tuvimos la suerte de contar con un equipo de jóvenes profesores, que nos enseñaban sin una mentalidad arcaica, como según se decía pasó en otras etapas anteriores.

Aun recuerdo algunos nombres: D. Gaspar Bustos que era nuestro Rector, D. Fco. Javier, D. Moisés, D. Pedro Antonio, D. José Mª Lucena, D. Juan, D. Manuel Cuenca, D. Carlos, D. Lorenzo, D. Emilio, D. Andrés, D. Manuel Hinojosa, D. Eduardo Mármol, D. José Delgado, D. Antonio Jiménez o D. Fco. de Paula.

Pido disculpas si se me ha olvidado algún nombre, ya son muchos años.

He de reconocer por mi parte, que siempre me sentí bien tratado por todos los superiores con los que compartí clases o tutorías, como es el caso de D. Moisés mi padrino en la confirmación, o mi director espiritual D. Lorenzo.

En los Ángeles los alumnos del primer curso, eran casi todos unos críos

En el patio sobretodo, se notaba la enorme distancia que separaba a los mayores de tercero y cuarto curso, del resto de alumnos más pequeños. Los chicos en el recreo no paraban, jugando a la pelota, al futbolín, o a cualquier cosa que supusiera gastar mucha energía. Los mayores más calmados se repartían en grupos, y salvo algunos deportistas natos incansables, el resto pasaba el recreo charlando o en actividades tranquilas.

Aquella separación se mantenía a lo largo de los años, un escalafón que marcaba no solo la edad, sino el nivel académico. En mi caso he de entonar el "Mea culpa", cuando pasé en el segundo año a tercero, y me olvidé de los compañeros del primer curso.

Ni siquiera mi mayor edad con respecto a ellos, justificaba que yo me alejara de quienes compartieron conmigo clases y pupitre. Ahora les pido disculpas por si alguno de ellos lee estas letras, quiero dejar constancia de lo mucho que me ayudaron a superar aquel curso, viéndome entre ellos como a una rara Avis.

Aquellas primeras enseñanzas bajo el techo de los Ángeles dejaron huella.

Sin darnos cuenta, aquel esquema de vida diario de misa, meditaciones, clases, estudio y rosarios al atardecer, nos fue dejando a los muchachos de pueblo que tuvimos la suerte de ser becados como seminaristas, una patina casi invisible que nos marcó un esquema vital, por el que íbamos a tamizar nuestro futuro a lo largo de la vida.

Recibíamos una formación superior a la media de los chicos de nuestros pueblos, y el mensaje del Evangelio: Amar al Dios Creador y al Prójimo, nos llegaba nítido.

Los principios y fundamentos de la Iglesia, quedaban perfectamente traducidos al nivel de la mentalidad de unos chicos de pueblo, para los que la vida nunca era fácil. Todos sabíamos bien lo que significaba el apego a la familia, el  trabajo en el campo, compartir con los hermanos, la disciplina en la escuela, o ayudar en casa. Ese era el horizonte que teníamos ante nosotros, antes de integrarnos en el mundo de los mayores.

Los contenidos de Fe, nos descubrieron otra visión de la vida.

Desde la Solidaridad con los demás, los fundamentos del Credo Cristiano justificaban y daban forma a todo nuestro trabajo de estudio y de preparación diaria, para en un futuro poder continuar la labor difusora del Evangelio que se nos enseñaba.

Era algo que nos quedaba implícito, como un denominador común que ya dábamos por sobreentendido. Pasaron rápidos los primeros cursos que para mí fueron de madurez, en los que gané autonomía personal, lucidez de pensamiento, y conocimientos.

La vida escolar en aquellos años

Aquella uniformidad educativa nos pulió la conducta, el lenguaje, la actitud personal, y las particulares formas, las rústicas maneras de los pueblos, que luego se nos fueron afinando. Aquel esquema formativo perduraría a lo largo de la vida como adultos. A la mayoría de los que pasamos por aquel centro, se nos quedó indeleble su recuerdo.

Quizás fue mucho tiempo después, cuando la jubilación nos devolvió a la lectura y a la vida con los nietos, que la memoria recuperó aquellos años junto al Bembézar. Ahora se le ve más sentido a aquella enseñanza, ante esta emergencia sanitaria y la necesidad de ejercer la responsabilidad social, que cada persona debemos demostrar.

 La modernidad ha banalizado los Valores Morales y Humanos.

Asusta ver la absoluta mercantilización de la vida alrededor de la moral, la escuela, el trabajo, el ocio, la vejez y el desarrollo de las personas en todos los niveles.

Todo está pensado para conseguir un rendimiento lucrativo inmediato a costa de la necesidad de vivir y crecer. Una carrera desde el mismo comienzo de nacer, devaluando el Respeto Mutuo, la Solidaridad, el Trabajo o la Enseñanza. Banalizando el Credo, la Familia, la Sociedad de hombres y mujeres, y el respeto por la Naturaleza.

Desde los primeros pasos, la vida en precario obliga por necesidad a las personas a tener que sobrevivir en el medio urbano con unos gastos enormes, perdiendo por el camino su dignidad y sus derechos. Observar el ejemplo de la Naturaleza y aprender de la Historia son temas que hoy no venden, la pandemia saca a flote todas nuestras carencias morales.

Nunca como ahora tantas familias arriesgaron la vida para irse a la aventura, en busca de un mejor futuro para sus hijos, esperando encontrar estabilidad, respeto y trabajo.

El miedo nos hará ser más prudentes que la Fe, las Leyes, la Doctrina o la Cultura

El virus nos hace reflexionar ante las calles vacías y los comercios cerrados, repasando las cifras de las víctimas, como si fuera un parte de guerra contra un enemigo invisible, que a nivel nacional o mundial ataca y destruye esta sociedad materialista.

El mundo al revés, parece que la Inteligencia de la sostenibilidad del Planeta se defiende contra la contaminación humana que arrasa lo que toca, con la desenfrenada actividad del consumo, el dispendio y el despilfarro, mientras mucha gente no tiene futuro.

Los únicos seres poseedores de un cerebro lúcido que un día les sacó de las cavernas, son los Humanos. Inventaron la rueda, la escritura, la cultura y el comercio.

Una Civilización moderna capaz de llegar a la Luna. Que convencidos de ser los dueños de todo lo que existe, se obsesionaron con el poder y el lucro, arriesgando la vida en el Planeta contaminando con basura la Tierra, el Aire y el Mar.

Una Vida terrestre que lleva cientos de millones de años evolucionando, sin que nunca en ese tiempo ningún árbol, animal, insecto, virus o bacteria destruyera el medio ambiente. Un conjunto autosostenible, que obedeciendo el mandato único de la Vida a partir de la materia, el Sol, el agua y el oxigeno, evolucionó hasta este presente que el insolente ser Humano, se está encargando de destruir.

La realidad actual nos pone bien a las claras ante la evidencia de calibrar, lo débiles y pequeños que somos como Criaturas, y como Civilización.

Una raza humana que sigue caminando sobre la superficie de la Tierra, desde hace cientos de miles de años, como han hecho otras especies. Un plan de Vida Universal, que supera de largo cualquier invento terrenal.

Todos somos hijos de la Naturaleza y herederos para bien o para mal del destino del Planeta, un ecosistema que es autosostenible, que viaja por el Cosmos como una gran nave espacial, y que mientras siga equilibrado nos garantizará su protección y el alimento.

La mayor sutileza de la Vida es la capacidad de razonar, la pandemia nos ha hecho ver todas las carencias y contradicciones de la Raza Humana. Se emiten doctrinas, leyes, y normas morales, para luego justificar con argumentos de mercadillo acciones, que justo van en contra de todo lo promulgado, como la dignidad, el respeto por la vida, y el más elemental sentido común.                                                                                                          

Juan Martín

17 comentarios:

  1. Otras civilizaciones de nuestro Sistema Solar, como la de los intraterrestres o la de los ganimedianos ("Yo visité Ganímedes" de Yosip Ibrahim y "Mensajes desde la Tierra hueca" de Dianne Robbins), ya en cuarta dimensión, han evolucionado hacia la igualdad y respeto integral a sí mismos y a la naturaleza.
    En sus sociedades no hay ejércitos, policía, cárceles ni violencia, porque en su organización social viven y trabajan para el bien común.
    Están mucho más adelantados que nosotros pues manejan todo tipo de energías cósmicas sin crear contaminación de ningún tipo y permitiéndose viajes espaciales próximos a la velocidad de la luz.
    Nuestra humanidad, que gira con absurda convicción alrededor de un fantasma llamado dinero, considera estúpido todo lo que no sea un NEGOCIO.
    Para lucrarse es válido cualquier método y de ahí los paraísos fiscales, las mafias de todo tipo y las mentiras habituales de políticos y medios de comunicación, que yo más bien considero medios de contaminación propagandistica.
    ¿Cuándo serán derogadas la ley mordaza y la abusiva reforma laboral de Rajoy?
    ¿Cuándo retomaremos nuestros compromisos con la Justicia Universal anteriores a su derogación por Rajoy sin consulta alguna?
    ¿Cuándo votaremos la forma de Estado que prefiramos, monarquía o república?
    ¿Para cuándo una reforma del Estado tan ominosamente burocrático, inoperante y costoso, de tan preñado de parásitos y privilegios antidemocráticos?
    En el Quijote aparece este diálogo o parecido:
    -¿Por qué estás tan filosófico, amigo Sancho?
    -Es que no como.
    En mi caso, contestaría:
    -Es que no me dejan respirar en paz.

    Un abrazo, hermanos.

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    1. Amigo Pedro, he llegado muy tarde al debate por mor de un cambio en el diseño del blog que me ha tenido algo desubicado. ¡Coño! En esto que dices estoy contigo. Bien. Un abrazo.
      En cuanto al mensaje de Juan Martín, es imposible no coincidir con el mismo. Por una parte, somos lo que somos en gran parte por la benéfica influencia de nuestra formación en el seminario. Y por otra, somos los humanos los seres más estúpidos de la Naturaleza, por creernos superiores a ella.
      Un abrazo a todos.

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    2. Tienes razón José María, después de lo aprendido vamos de prepotentes despreciando el medio natural. Unos torpes hartos de comer, en general hablo. Pensamos que solo hay que estirar la mano y que nos cae del Cielo como el maná, sin hacer ningún esfuerzo.
      Juan Martín
      Un abrazo

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  2. Amigo Pedro, yo solo puedo hablar de lo que recuerdo de aquellos años. El afanoso trabajo de nuestros mayores, las carencias de todo tipo que tenía la mayoría, y la llegada al Seminario.
    Para muchos de nosotros la enseñanza fue como una lente de aumento, que tradujo el entorno de nuestra vida mostrando una explicación, a partir de la enseñanza del Credo: Amaos los unos a los otros, y proclamad el mensaje del Evangelio era algo tangible.
    Con los años, luego pude comparar la propuesta de aquellas enseñanzas con la realidad a la que hemos llegado, sacando la conclusión de que este camino de loco consumo no nos llevará a buen término.
    Un abrazo amigo Pedro.


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  3. Amigo Juan gracias por refrescarnos la memoria con muchas de las vivencias que nos unen desde aquellos tiempos a orilla del Bembezar.
    Me quedo con tu última reflexión sobre el daño que de alguna manera estamos haciendo al planeta en que habitamos y el triste legado que parece vamos a dejar a nuestras generaciones futuras.
    Esta nueva era, que parte del mundo científico quiere bautizar con el nombre de "Antropoceno", por ser los humanos el mayor agente de cambio para nuestra Tierra. Que desde mediados del siglo pasado ha producido evidentes cambios tecnológicos que nos han hecho la vida más fácil o menos dura, pero que junto a ellos, las pruebas nucleares de la guerra fría primero y ahora la biotecnología y la inteligencia artificial, no sabemos si acabará superándonos en un futuro no tan lejano. Me gustaría ser optimista, que nuestros nietos y las generaciones futuras, siguieran siendo felices y disfrutando de la Naturaleza como nosotros lo hemos hecho.
    Recibe un fuerte abrazo.

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    1. Amigo Manuel el deterioro climático es un hecho, que arrastra detrás suyo la desaparición de especies animales y vegetales, con la aridez de la tierra y el abandono poblacional.
      Pero a nivel de la gente de la calle, aparece la desafección y la indeferencia que muestra desapego hacia los iguales. La cultura civilizada empieza a perder valores, y volvemos al primitivismo del sálvese quien pueda.
      Por eso recuerdo aquellas enseñanzas infantiles del Seminario, en que se nos hablaban de comprensión, solidaridad y respeto por los demás.
      Gracias por tu amable valoración amigo Manuel.
      Recibe un cordial abrazo.

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  4. Soy persona confiada y fácil de engañar por los políticos. Por ello, me repito a mí mismo los versos de Quevedo que cantara Paco Ibáñez:

    "Amadores desdichados, que seguís milicia tal,
    decidme, ¿qué buena guía podréis de un ciego sacar,
    de un pájaro qué firmeza,
    qué esperanza de un rapaz,
    que galardón de un vencido,
    de un tirano qué piedad?

    ¡Déjame en paz amor tirano, déjame en paz!

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  5. Amigo Pedro, con reservas me atrevo a opinar solo de los hechos. En pocos años se ha pasado de la carreta al coche descapotable, la sociedad por el contrario mantiene esquemas atrasados que siguen perjudicando, como siempre ha sido, a la gente más indefensa.
    Desde mi punto de vista se trata de observar, tomar nota y corregir el paso, nada hay que inventar. El ser humano y la Naturaleza entera somos el mejor invento, si acaso hemos de copiar de lo que ya existe ante nuestros ojos.
    Como siempre amigo Pedro encantado de leer tus opiniones.
    Un cordial saludo.
    Juan Martín

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  6. Gracias por tus palabras de consuelo. Obviamente eres un hombre recto y prudente, con una gran espiritualidad, basada en la resignación, la comprensión y la paciencia infinita.
    Gracias por consolar a un pobre loco que escribe poesías como esta:

    ÚLTIMA PARADA


    A medio camino de la nada,
    buscando escurridizas certezas desesperadamente,
    atorado en un sueño de palabras que a sí mismas se inventan,
    me pregunto cómo he llegado hasta aquí,
    cómo emprendí este viaje alucinado,
    dónde se fueron tantos seres queridos, tantas cosas...
    Y, sobre todo, me pregunto qué haré,
    ahora que las mentiras no me sirven de nada,
    porque nadie me escucha
    y la soledad arde en mi sien
    como una pedrada inesperada.
    Precisamente ahora,
    cuando el trayecto está alcanzando ya
    su última parada.

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    1. Penúltima, Pedro. Penúltima parada. Explícame, Pedro, por qué la manía de los poetas, en general, por la tristeza, el desamor, la soledad y la muerte? ¿Por qué rehuís de la vida,la alegría, el amor y el desenfreno? Yo quiero creer que a pesar de todo lo que nos ha sobrevenido, hay que agarrarse a la ilusión de vivir, a la esperanza, a la utopía, si quieres. Un abrazo.

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  7. Pedro a modo ilustrativo, me atrevo a comentar el hecho de la muerte del Pare Manel aparecida en la prensa de hoy: El padre Manuel Pousa murió el día 09/09/20 y para mucha gente de toda condición significó una gran pérdida.
    Un sacerdote que entendió el Evangelio de Cristo sin rodeos, dedicó su vida a dar soporte a presos, niños desamparados, homosexuales, familias sin recursos y a personas necesitadas.
    Vivía con su compañera sin renunciar a su ministerio sacerdotal, y convirtió su parroquia en el techo de gente desesperada.
    Un hombre alegre convencido de lo que hacía, que no inclinaba la cabeza ante los convencionalismos institucionalizados. Hoy todo el mundo reconoce que su entereza sin complejos, le situó por encima de las hueras normativas sin sustancia.
    Un abrazo amigo Pedro.
    Juan Martín

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  8. Toda mi admiración y reconocimiento a un ser tan humano y generoso, fiel a la esencia del cristianismo y valiente para seguir los dictados de su verdadera fe al margen de las convenciones.
    Yo conocí a Xirinacs en Barcelona, siendo él "captaire de la pau" en el muro de la prisión y yo objetor de conciencia al servicio militar en Can Serra.
    Otro personaje auténtico, fiel, como el padre Manuel Pousa, a sus creencias, llegando incluso a la heroicidad y poco amigo de obispos y franquistas.
    Llegó a ser senador.
    Estando anciano y débil, se despidió de sus amigos para irse a morir en soledad a un bosque.
    Gracias Juan Martín por tu amable consideración y comunicado. Seguro que el padre Manuel encuentra en el mundo astral una gran recibida.
    Un abrazo, amigo.

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  9. Gracias a ti Pedro por tus comentarios y aportaciones, este resumen de vida que nos toca al final del recorrido con muchos años cumplidos, nos despeja el horizonte de apariencias, dejando lo esencial al descubierto.
    Ya no somos aquellos niños de primero, a partir de la experiencia, el dolor, los desengaños, y la realidad, muchos axiomas se quedaron obsoletos.
    Y por el contrario, la simpleza de sacar adelante el trabajo, la familia, y la vida en todas sus variantes de tristezas y alegrías, nos reafirmó en unas enseñanzas vivas que apenas se nos mostraron como simple teoría.
    Un saludo amigo
    Juan Martín

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  10. Un placer dialogar contigo.
    En este mundo competitivo y feroz (y tontorrón por otro lado), se agradece encontrar personas como tú: equilibradas, sencillas y sabias de tanto vivir honestamente con ideales y buenos deseos.
    Gracias. Un abrazo.

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  11. Ha sido justo dos días después celebrar en familia varios cumpleaños acumulados, ya pedimos un sitio al aire libre, y no más de diez personas como mandan las ordenanzas.
    Con la mascarilla puesta hasta la mesa, y luego en los postres dos patadas a una pelota con unos pequeños.
    No podemos olvidar aquel patio de cemento de hace 50 años.
    Pues por un simple catarro digo yo, me han hecho el PCR y pedido todos los datos. Y a quedar en casa confinado a cal y canto, hasta ver que dice el resultado de la prueba, que saldrá en unas 48 horas.
    Sin estar seguros ya os lo puedo decir, que el punto de vista de uno cambia un montón de un día para otro.
    Un abrazo amigos.
    Juan Martín

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  12. Nosotros, mi mujer y yo, gastamos mucho la dietética o herboristería.
    Estamos tomando desde hace muy pocos días "Activit gold", que es un compuesto de equinacea, propóleo, reishi, shiitake, escaramujo y sello de oro.
    Productos como este hay muchos más. A Bea, la amiga de la tienda, le pedí un complemento para aumentar y mejorar las defensas del organismo y me recomendo este.
    Lo tomamos en plan preventivo, pero se puede tomar igualmente con síntomas de infección o debilidad. Una cápsula en el desayuno es la dosis.

    Sobre todo, evita deprimirte con pensamientos que desencadenen emociones negativas, como el miedo o la tristeza, que bajan las defensas.
    Visualízate recuperado y paseando por el campo, disfrutando del amor a/de tus familiares a través de pequeñas meditaciones. Y, lógicamente haz respiraciones suaves y profundas (bajando el diafragma) sin mascarilla, sin olvidar aumentar los líquidos y la vitamina C.
    Anímate, que todos te queremos.
    Un abrazo de hermano.

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  13. Gracias Pedro por tus recomendaciones, consejos parecidos sigo desde hace tiempo, casi siempre como ensaladas y frutas en las comidas: Una especie de ayuda al organismo para compensar el exceso de carnes y fritos.
    El hábito de la meditación sobre lo humano y los Divino, se me quedó puesto desde aquella época que conocimos. Y equilibra al ver lo limitados que somos en el tiempo desde que nacemos, como pequeños navegantes en las aguas de un río que nos lleva inexorable siempre hacia el mar.
    Respecto al PCR ha dado negativo: No han llamado aun para dar el resultado, debe ser por el exceso de trabajo y el agotamiento del personal sanitario, no les culpo en absoluto, me hicieron el PCR dos horas después de notificar mis síntomas.
    Mi hija me dijo que consultara el resultado de mi analítica entrando en una Web del servicio sanitario que se llama "La meva salut". Y aunque costó por el diseño tan farragoso, he podido imprimir el resultado: Negativo.
    Así que retomo la actividad normal con la familia, y procuraré ir con más cuidado, y en la medida de lo posible procurar ni tan siquiera resfriarme.
    Gracias Pedro por palabras de fuerza y apoyo.
    Un abrazo
    Juan Martín




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