ÚLTIMA
PARADA
A medio
camino de la nada,
buscando
escurridizas certezas desesperadamente,
atorado en
un sueño de palabras que a sí mismas se inventan…
me pregunto
cómo he llegado hasta aquí,
cómo emprendí
este viaje alucinado,
dónde se
fueron tantos seres queridos, tantas cosas…
Y, sobre
todo, me pregunto qué haré,
ahora que
las mentiras no me sirven de nada,
porque nadie
me escucha
y la soledad
arde en mi sien
como una
pedrada inesperada…
Precisamente
ahora,
cuando el
trayecto está alcanzando ya su última parada.
4 de
septiembre de 2020
Amigo Pedro esta honda reflexión poética que nos regalas, se expande en todas direcciones como las ondas del agua en un estanque. Llegan contundentes las palabras, y obligan a mirar el camino recorrido: Un examen que abarca a todo el mundo desde el mismo nacimiento, y cada detalle en los que hemos puesto anhelos o sonrisas.
ResponderEliminarLa diferencia a mi parecer, es que ahora podemos mirar por el espejo retrovisor quienes hemos llegado hasta aquí. Igual que hicieron antes otras personas en épocas remotas o cercanas, y en parecidas o peores circunstancias.
Maestros de nosotros mismos, degustamos el sabor de la existencia como hace toda criatura viviente, incluidas plantas y animales. Todos nacen, viven y mueren.
En cada situación intentamos mantener con peor o mejor acierto la barca a flote, con la que de una forma inexorable recorremos el río de la vida aprendiendo todo lo que se puede.
No hay que afligirse demasiado, ésto es todo lo que hay me parece a mí, pues es inevitable el desenlace: Siempre lo supimos, aunque no se quisiera sopesar.
Según he creído entrever, no importan demasiado las formas ni la duración, pues la distancia a recorrer debe ser larga. Creo que una de las estaciones es ésta que nos toca compartir en este momento.
Perdona mi pedantería de filósofo de pueblo, pero en este momento que vivimos y con la enseñanza del relato de la historia, es lo que me parece.
Recibe un cordial abrazo
Juan Martín
Nada que perdonar, todo lo contrario.
ResponderEliminarAgradezco tus sensatas y positivas reflexiones sinceramente.
La poesía de Kavafis "Viaje a Ítaca", que versiona Lluis Llach en una de sus canciones, coincide con que hay que agradecer el viaje de la vida, que nos ha enriquecido y realizado sin pedir nada más.
En la poesía se plantean la soledad y la vacuidad de la existencia que se pueden experimentar al sentirse marginados de la vida social, sobre todo cuando se es ya muy mayor.
Un abrazo, Juan.