Carmen
-Es Carmen, la mujer del Vilas -nos aclaró Antonio Luna-. Es así de dispostona. Es que es de Madrid...
Y luego, a la hora de los discursos, conquistó definitivamente la simpatía de todos los presentes con una alocución tan contundente como clarificadora.
-Estoy encantada de estar aquí con vosotros, casi todos unos perfectos desconocidos para mí. Hoy, aquí en Hornachuelos, tan lejos de mi ambiente y de mis hijos, es un día especialmente dichoso. Y lo es porque a este bobo que tengo a mi lado se le cae la baba de estar entre vosotros, porque no ha parado de reír y cantar, porque hace muchos años que no lo había visto tan feliz. Y eso, para una esposa, o por lo menos para una esposa como yo, es lo primero: verlo contento como unas pascuas.
He ahí, queridos amigos, una declaración de intenciones sin trampa ni cartón. Una mujer auténtica. Valiente, corajuda, áspera de trato si queréis, viciosa del tabaco a más no poder, de voz recia castellana. Sí. Una mujer auténtica. Vitalista. Enamorada. Lo único que no podemos decir de ella es que haya pasado desapercibida a lo largo de estos años en que todos nosotros la hemos podido disfrutar. Porque poseída por esa obsesión de hacer feliz a su marido no le han dolido prendas en abandonar los madriles y sus pompas y sentirse a la manera de la gente de la villa. Se nos ha hecho una prieguense más. La más de todas. La más ferviente "columnaria".
"La Carmen está bailando
por las calles de la villa,
tiene sueltos los cabellos
y brillantes las pupilas.
En su cabeza se enroscan
caracolas amarillas
y va soñando en el baile
con su Rafael y otros días.
¡Niñas, corred las cortinas!!!"
(Poema de Federico y de Paco César al alimón)
La cuenta atrás comenzó en febrero. Una fatídica llamada de Rafa. Temí lo peor. Pero había esperanzas. O eso quise ver. "La bicha" le ha ido comiendo su energía, su vitalidad, su alegría. Su vida. Y Rafa, a su lado, contra todos los elementos. Hasta el último suspiro.
Adiós a Carmen, la Carmen de Madrid, la Carmen de Hornachuelos, la Carmen de Priego. Adiós a una mujer arrolladora. Que su venerado "Padre Jesús en la Columna" la acoja en su paraíso. Nos deja solo a Rafa. Entero, sufrido y resignado. Con quince kilos de menos. Ley de vida. Sí. Pero duro de cojones.
Carmen, descansa en la paz del Señor.
José Mª Rivera Cívico "El Fili"
Gracias Fili. Es un justo retrato de Carmen, no tuve la suerte de conocerla mucho pero las dos veces en las que la vi me conquistó, todo mi afecto ahora con Rafa.
ResponderEliminarAntonio Camacho Paños.
ResponderEliminarDescrita tal era. Sin más palabras. Gracias Filis.
EliminarGracias amigo mío. Para ella, mis hijos y yo has sido el soporte al que nos hemos agarrado durante todo este extraño tiempo para soportar tanta desdicha. Tu desinteresada entrega, vuestra amistad, la de "La Peque" y tu, tus atenciones, nos han ido salvando de la ansiedad ante tantas dudas. Si ya estabas en nuestros corazones de niños Hornachuelinos, en estos duros momentos, un buen cacho de nuestro corazón puedes asegurar que es tuyo. ¡¡Gracias Fili!!
ResponderEliminarInmejorable, amigo Fili. Era así, tal cual la has descrito. Gracias por dejarnos un cachito de ella. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarPreciosa descripción de nuestra amiga Carmen, una señora alegre, viva, muy viva, con la que compartir cualquier evento o reunión, junto a su querido Rafa Vilas, era un seguro, de que no faltase diálogo y alegría.
ResponderEliminarSeguro que su querido y venerado Padre Jesús en la Columna, la tiene con el en el cielo.
Os puedo asegurar - y estoy seguro de que me creéis- que en circunstancias tan crueles como las vividas por Carmen y Rafa en estos cuatro fatídico meses protesto de mi feliz jubilación porque me impide estar en la brega luchando codo codo contra la enfermedad rabiosa de una amiga.
ResponderEliminarAmigo Fili, no se puede describir mejor a Carmen. Su alegría, su carácter y su vitalidad que desgraciadamente se le ha ido en un "pis pas".
ResponderEliminarLa recordaremos durante mucho tiempo.
Precioso y acertado relato. Carmen se nos ha ido físicamente, pero su recuerdo, su alegría y su viveza estará presente en nuestros recuerdos y en nuestros encuentros.
ResponderEliminarJuan de Dios
EliminarYo creo que Carmen era todo eso y mucho más.
ResponderEliminarMi mujer y yo pudímos disfrutar de su compañía en numerosos momentos y diferentes lugares.
Carmen, qué decír, pues eso, que era única, era ella "Carmen".
Una descripción de Carmen que como sentida elegía le has dedicado amigo Fili. Se ha marchado pero con tu acertada etopeya nos las dejas para siempre viva en nuestro recuerdo y en nuestro corazón. Descanse en paz
ResponderEliminarAmigo Fili, mejor no has podido describir a Carmen. Se nos ha ido una parte de nuestro corazón, aunque gracias a Dios, nos queda su grato recuerdo, eso no nos lo puede quitar nadie. Hasta siempre CARMEN.
ResponderEliminarA los que estamos fuera, solo nos llegan los comentarios de vuestras experiencias. Se ha ido la esposa y compañera de nuestro amigo Rafael, darle el pésame nos toca por tan gran pérdida.
ResponderEliminarUna buena persona en todos los sentidos según comenta nuestro amigo Fili.
Juan Martín
Es difícil expresar con palabras el sentimiento de dolor por el rápido desenlace de su enfermedad. De alguna manera, todos esperábamos que se pudiese recuperar con el tratamiento médico.
ResponderEliminarEfectivamente Carmen era así, con todos los ricos matices que cada uno de vosotros habéis aportado. Los que hemos contado con su cercanía y amistad la queremos seguir recordando de esa misma manera y desde luego que nos va a resultar muy dura su ausencia.
Ahora toca apoyar a Rafael, que se sienta acompañado y que en sus momentos de soledad siempre encuentre un grupo de amigos que estaremos ahí para lo que necesite.
Muchos ánimos y abrazos fuertes para Rafael, Marina, Quique y para toda la familia. Carmen siempre estará presente en nuestros corazones.