jueves, 27 de marzo de 2025

Reunión Grupo Córdoba del 27 de marzo de 2025

CRONICA DE LA REUNION CELEBRADA POR EL GRUPO CÓRDOBA EN LA SOCIEDAD DE PLATEROS DE LA CALLE DE SAN FRANCISCO.


Afortunadamente, por esta vez, no tuvimos que sufrir, Antonio Martínez y yo, los avatares del autobús. Nuestro querido Rafa Vilas nos llevó en su coche, casi hasta las mismísimas puertas del Plateros. ¡Eso es tener suerte!

La primera cervecita fue invitación de nuestro amigo Antonio Hidalgo –había cumplido, días atrás, dieciocho añitos– Nuestra felicitación y que siga cumpliendo menos años.

A propósito de los años. Era todo un poema cuando alguno de nosotros tenía que levantarse de la silla –por supuesto el sitio no era otro sino el cuarto de baño–. Las articulaciones no están acompasadas con la poca edad de nuestros cuerpos. ¡Al cielo con ella! Mejor dicho, con nuestro cuerpo. Menos mal que a la cuarta o quina cerveza o vino, ya no notábamos nada. ¡Mira que soy exagerado! Pero bueno… “ná de ná”.

Carlitos me preguntó si yo había limpiado la vitrina de nuestros recuerdos. Le contesté que no y ahí quedo el tema. Casi cuando habíamos dado por finalizada nuestra reunión me dijo que había sido otro Carlos quien lo había hecho. Si, es verdad, se trata de otro de los amables camareros que nos atienden tan maravillosamente en Plateros. Por supuesto le mostramos nuestro agradecimiento por su generosidad:

“no me cuesta trabajo alguno el hacerlo”
Bravo por él.

La diosa fortuna determinó poner a Pablo Adarve y a Rafa Vila juntos. Para nosotros, los tertulianos constituyó un gran acierto. No por el hecho de estar calladitos. Todo lo contrario, como ustedes pueden imaginarse, no pararon de hablar. Si cada uno, por separado es capaz de no parar, no digamos nada de los dos juntos. (por supuesto todo esto dicho con todo el cariño que les profeso) Fue una suerte, pues nos ofrecieron toda una extensa disertación de cómo se fabricaba y fabrica el cemento. Desde la época romana hasta nuestros días. ¡Vaya elocuencia la de los dos!

Tan atentos nos mantuvieron que, se nos olvidó hacer fotos de la reunión.

Menos mal que antes del tema del cemento, habíamos podido hablar sobre el próximo encuentro en Torremolinos. Por cierto, allí es conveniente hablar sobre los sucesivos. Pacomo expuso de cómo los moteros se organizan y pagan sus eventos. Claro, no hubo más remedio, sino exponer los defectos de los nuestros.

Cuando quisimos acordar –no vayan a pensar que se nos hizo tarde– habíamos comido y casi nos habían retirado los platos. Hasta querían haberle retirado el plato a Rafa, cuando aún le quedaban una buena cantidad de boquerones. Menos mal que estuvo al quite –nunca mejor dicho–.

Sí, la opinión de todos fue unánime. Pasamos rato corto pero intenso.

Incluso hablamos de motos: por supuesto a través de Pacomo, Carlitos e incluido el propio Pablo Adarve.

Una noche donde hubo conversaciones para todos los gustos. No faltaron los chistes –a tres bandas– entre Antonio Martínez, Rafa Vilas y Pablo. Como podéis observar, algunos tocaban todos los palos. Bien por ellos.

Como no hubo fotos a la entrada, la hicimos a la salida. El caso era dejar alguna constancia de los asistentes.

Luego la copichuela de cierre en un bar cercano.


Bueno, ya está

Sed buenos y cuidaos.

Andrés Osado Gracia

sábado, 1 de marzo de 2025

Reunión Grupo Córdoba del 27 de febrero de 2025

CRÓNICA DE LA REUNIÓN CELEBRADA POR EL GRUPO CÓRDOBA EN LA SOCIEDAD DE PLATEROS DE LA CALLE DE SAN FRANCISCO.


Antes de nada, celebramos muy alegremente la mejoría de nuestro compañero Paco Zurita. Buena persona y mejor amigo.

Esta vez, el Sr. Sánchez, D. Francisco, venía con ganas de ser atendido. Inmediatamente después de sentarnos, nos comunicó que: “ya está solucionado, el problema de la ida y vuelta a Torremolinos, para quienes no desean o no pueden ir en coche”.

Ya más calmadamente, expuso que tomaríamos el AVE hasta Málaga y de allí, en cercanías, a Torremolinos. Por supuesto, la vuelta igual, que me da lo mismo. Así de fácil.

Dicho quedó. A la propuesta nos sumamos la mayoría de los allí reunidos. Las buenas ideas se aceptan de inmediato, como en esta ocasión. Pablo no podrá asistir a la reunión de Torremolinos ya que, en esas fechas, tendrá echado el completo en su casa, con la llegada de familiares.

Mientras, sin interrumpir para nada a al disertador, comenzamos a saborear las bebidas. Acto seguido y finalizado el debate del “Área de Transportes”, comenzamos a lo nuestro.

Llegó el momento en que, el que les escribe, no sabía si estaba en un partido de tenis o en un torneo de billar a cuatro bandas. Lo digo porque a diestro y siniestro se solicitaba atención para darle a la sin hueso. ¡Qué dominio de la verborrea tenemos! Mi cabeza o, mejor dicho, mi cuello, comenzó a resentirse de tanto vaivén. Opté por ponerme en la esquina y así dominar mejor el terreno de juego. ¡Qué alivio!

Ya no paramos.

Como es normal, mientras atendíamos algunas conversaciones, que surgían a la vez, no llegaban a lo que, técnicamente, se llama receptor. Pero bueno, lo importante era estar allí. En la medida de lo posible, más no menos, nos enteramos.

A la hora de pedir el papeo, cosa curiosa, todos pedimos “caramales”, por supuesto en plato. Es que la querencia es plena. Esta vez estaban riquísimos. Buena cuenta dimos de ellos.

Por cierto, la taberna estaba “abarrotaaaaá”

Como no me llevé la libretilla de anotar que, tan gustosa y eficazmente, me regaló Diego, muchas de las cosas que se decían han pasado al olvido. Menos mal que me han ayudado Carlitos y Paco Sánchez a recordarlos. ¡Gracias mozalbetes”

Echamos una buena noche de charlas, sobre diversas materias. Incluidas aquellas de más elevado contenido filosófico e incluso divino.

Debatimos largamente sobre la situación, tan fuera de lugar, en la que se ha quedado o desean que quede, el Seminario de los Ángeles. Claro, al hilo de esto, se habló del Obispado y de su nueva situación.

Incluso resolvimos el profundo dilema de un comensal, producido por no saber “ni papa” del significado “Dicasterio”.

En definitiva, echamos una buena noche. Muchos de nuestros compañeros salieron a relucir por uno u otro motivo. Por supuesto recordando sus cosas buenas y la amistad que existía entre ellos y nosotros.

Claro, con tanto entretenimiento, enseguida llegó la hora de irnos. Se nos hizo corto el tiempo.

Esta vez tremendamente contentos, nos hicimos las fotos de rigor, en la calle.

De esta forma, dimos por finalizada nuestra reunión, deseando que llegue pronto la siguiente.

Sed buenos y felices.




Andrés Osado Gracia