REUNION DE LOS VICARIANOS CORDOBESES EN LA MUY NOBLE Y LEAL SOCIEDAD DE PLATEROS
Córdoba, 26 de enero de 2017
Primera reunión, con la que iniciamos un nuevo año, cargado de esperanzas. Eso sí, cargado de esperanzas, porque cargado de vicarianos, resultó que no. Ciertamente la alineación quedó muy mermada, debido a las bajas por enfermedad. Pueden observar, vuestras ilustrísimas, a través de las espléndidas fotos del reportero Carlitos, los pocos jugadores que saltamos al terreno de juego. ¡Cachis en diez! Eso sí, a todos los tuvimos presentes. (Vayan, desde estas humildes letras, nuestros enormes deseos de su pronta recuperación)
Ahí va la alineación: Andrés Luna, Antonio Gómez, Carlitos Samaniego, Antonio Hidalgo, Manolo Ruiz, Andrés Osado, Paco Moreno, Paco Sánchez y Diego Ruiz. No había para un equipo de futbol, pero energía sobró a raudales… si no, que se lo pregunten a los de al lado (que por cierto, eran unos guiris) de vez en cuando nos miraban y se reían. Parecía que no nos habíamos visto desde el año pasado. Verdaderamente así fue, la última vez que nos vimos fue en el 2016. ¡No tenemos “jartera”! Primero nos dimos un repaso a nosotros mismos. Luego, nos contamos las peripecias ocurridas desde nuestro último encuentro, es decir, desde el año 63, hasta lo sucedido el día de antes.
Se me olvidaba, la entrada de Carlitos, cámara a cuestas, tuvo tintes de grandeza: “Ya he mandado todas las fotos que tenía para que las cuelgue Rafa Vilas y además he encontrado las de la entronización. A partir de ahora se las voy a mandar siempre”. Esas palabras, que han quedado para la posteridad, sí que nos gustaron. ¡Por fin íbamos a tener todas las fotos de nuestros encuentros! ¡Ya era hora! Y por lo que se puede ver, en esta ocasión, ha cumplido. Antes de que el gallo cante tres veces, se las ha mandado a Rafa Vilas y están publicadas. Por cierto el que no cumple es un servidor: ya debería estar la crónica y aún, hoy sábado, a las 9 de la mañana, aún estoy escribiendo la crónica. Si yo participara en una carrera, me darían dos premios: uno por lento y otro para que no se me olvide. Bueno… a lo que vamos.
Nos estamos informatizando cada vez más. Seguro que Rafa Vilas, en una de sus correrías por Córdoba, ha debido informar a los de Plateros, de cómo controlarnos. Nada más llegar, damos nuestros nombres y pedimos la consumición. Acto seguido, nos controla el ordenador. ¡Qué maravilla! Un día de estos pediré a Antonio -el dueño de la posada- con el que nos hemos hecho grandes amigos, (quien nos lo iba a decir. ¿Os acordáis?...) Ya me he perdido, ¿por dónde iba? Ah, ya. Decía que, iba a pedir un informe detallado, de todo lo que nos metemos entre pecho y espalda. ¡Está todo informatizado! Ya nos controlan hasta en los bares. ¿Recordáis lo del bocata de “caramales” y el de Carlitos que es de atún con tomate? Pues ya no es oro todo lo que reluce. A instancia de Antonio Gómez, solicitando un buen plato de gambas rebozadas, parece que nos picó el gusanillo, por la buena pinta que tenían. Alguno que otro, fue infiel, al bocata de caramales, por esas suculentas figuritas, contorneadas por el rebozado. Otros, sin decir nombres, por aquello del “secreto de confesión” (¿verdad Manolo Jurado?) renunciaron a medias. A medias porque, no teniendo bastante con el bocata, se atrevieron a jugar con la segunda y tomarse ese digno plato de gambas. ¡Es que no tienen perdón! Verdaderamente daba gusto verles las caras. La emoción y la satisfacción les embargaban. Alguien diría que eran caras de “lujuria”… se les volvían hasta los ojillos del gustito. Cambio de tema, porque sólo el recordarlo, me llena de estupefacción. ¡Hasta dónde vamos a llegar!
Andrés, desde su córner, observaba con valentía. Si, si valentía. Porque como un jabato, estaba presidiendo nuestra reunión, con alegría. Bueno… hasta que Carlitos, “el joio” Carlitos, le tiraba al suelo el bastón, cada vez que se movía para hacer una foto. Yo conté, por lo menos tres veces… a no ser que fueran más en una de mis idas al WC. “Coño Carlitos, deja el bastón ahí y no lo retires más” Menos mal que el bastón es de los buenos, no esos de los chinos, porque de lo contrario hubiera pasado a mejor vida con tanta caída. Ya no volvió a caerse más, el sufrido garrote, en toda la noche. No volvió a hacerlo porque Andrés se retiró a su hora de costumbre. ¡Pobre bastón, cuanto suplicio en esa noche!
Continuamos un rato más. Nos hicimos la foto de rigor y pasamos por la vicaría; mejor dicho por el ordenador. Pagamos lo que él nos reclamó y nos fuimos. Bueno… se fueron. Aún permanecimos tres jugadores. Encapotados, pues llovía, Pacomo, Diego y un servidor, tomamos la calle Lucano y a la altura del “6”, dimos la espuela, pero ya no estaba Diego. Aún trabaja y eso de trasnochar no es bueno.
Ultimas fotos hechas por Pacomo, que está siempre a la retaguardia con ellas, y cada uno a su casa.
Y eso fue todo.
Sed buenos y hasta siempre.
Andrés Osado
(cuando son las 10 horas, del sábado 28 de enero)