SEGOVIA
2 de febrero de 2017
A las 6,45 de la mañana el viejo despertador digital ejecutaba fielmente mi orden. Después de un largo bostezo, salté de la cama como una leona hambrienta. Oteé el horizonte, vivo en un sexto, y me encontré con un día encapotado y feo. Mal empezamos, pensé. Lluvia, viento y niebla hasta pasar el Puerto de Navacerrada.
Llegamos a Segovia un poco antes de la hora prevista. Punto de encuentro: junto a Mesón de Cándido. Enseguida vimos a Paco y Vale y unos minutos más tarde a Antonio y Paqui. Carmen, Manuela, Manuel y Rafa llegaron un poco después.
Cuando saludé a Carmen y a Manuela me extrañó verlas tan pálidas. Sus caras tenían la blancura de unas geishas llegadas de Kioto. Yo pensé que eran dos turistas japonesas que se habían despistado de su grupo, no te digo más. Después me enteré, porque al final todo se sabe, que su palidez fue consecuencia de la agresiva conducción de Rafa. ¡Anda, coño, otras que cayeron! Me tranquilizó ver que, poco a poco, la natural belleza de ambas iba oscureciendo sus níveas mejillas. Hay rotondas que se echan a un lado cuando ven llegar a Rafa. Hamilton es un carretero a su lado.
Según el programa preparado minuciosamente por Antonio, la primera visita sería a la cercana Academia de Artillería. Después del necesario control del Cuerpo de Guardia, pasamos al interior. Comenzamos en la cafetería para tomarnos algo caliente y esperar al Oficial que nos iba a servir de guía. Entre sorbo y sorbo, Paco nos obsequió con unas carteras de cuero hechas por él. No sabíamos nada de esta nueva faceta de Paco. ¡Una preciosidad!
Nos avisaron que podíamos comenzar la visita. Fue muy interesante. Con las fluidas explicaciones del Tte. Coronel Besteiro, antiguo compañero de Antonio, estuvimos empapándonos de la historia de la Academia. Nos encontramos con el Coronel Director de la Academia, que estuvo departiendo afablemente con nosotros durante unos minutos. ¡Cómo se notaba que Antonio pisaba terreno propio!
Acabada la visita nos dirigimos hacia el Alcázar de Segovia. ¡Otra maravilla! Nuestro anfitrión lo tenía todo preparado para entrar gratis al monumento. Sólo una pequeña aportación al guía.
Cuando terminamos nos dirigimos al “Bar las tres BBB” donde nos esperaban Carmen y Rafa. Unos vinos y salida, esta vez más rápida, para el “Restaurante San Martín” Aquí nos empleamos a fondo. La mayoría pidieron judiones y cochinillo. Yo me pasé de listo y pedí bacalao. Me lo sirvieron en un plato muy grande por fuera y muy chico por dentro. Tuve que limpiarme las gafas para localizar el manjar. Miraba con callada envidia el plato de Paco. ¡Qué manía de intentar camuflar las pequeñas raciones dentro de ostentosos platos! ¡Menos plato y más “comía”. Eso sí, todo delicioso. Después de una larga sobremesa y la foto de grupo, nos dirigimos al bar “La Colonial” para tomar café. Aquí Rafa se nos puso un poco pachuchillo y tuvimos que levantar el campamento. Antonio sintió no poder completar el programa de visitas. Lo de Rafa no es más que una ITV para estar de nuevo operativo. De la boca seguro que no es porque se lo comió todo, todo, todo.
Tengo que agradecer a Antonio y Paqui, en nombre del grupo, la entrega que pusieron para que nuestra visita a Segovia resultara agradable. Gracias, pareja, porque lo conseguisteis con nota alta. Y a Paco instarle a seguir trabajando el cuero para seguir deslumbrándonos con sus creaciones.
La próxima reunión será Alcalá de Henares. Todavía tenemos que ajustar nuestras agendas para designar el día.
Hasta entonces, un virtual abrazo para todos.
Paz y bien
Antonio Estepa Romero
Gran crónica Antonio, maestro de letras. Un abrazo.
ResponderEliminarBueno, parece que además de una estupenda compañía y buena comida, me he perdido esa maravillosa caetera de cuero. Otra vez será.
ResponderEliminarUn abrazo amigos y espero no fallar en la próxima.
Gracias, Andrés. ¡Tú si que eres maestro, pero de la vida! Paco, la verdad es que te echamos en falta, lo mismo que a Victoriano. Otra vez será. Un abrazo para los dos.
ResponderEliminarAntonio eres un cronista genial. Aquí estamos mi mujer y yo partiendonos de la risa. La verdad es que se pusieron malitas en las rotondas pero recompusieron las figuras y pasamos un día estupendo. Dobles gracias a Antonio Rodríguez y Paqui como anfitriones. El sustillo de Vilas queda como anécdota del encuentro. En fin, lo has contado de maravilla.
ResponderEliminarRecibe un cordial abrazo.
Divertido y ameno, amén de asaz minucioso, maestro Estepa, la práctica hace al maestro, así que haz de seguir, un mano a mano entre Osado y tu seria mayestático. Un abrazo para tu esposa y para ti.
ResponderEliminarQuerido, Cesar, muchas gracias por tus palabras. En cuanto al mano a mano con Osado, sería muy osado por mi parte. Sería como pedirle a un niño que echara un pulso con su padre. Un abrazo muy fuerte de Andrea y mío para vosotros.
Eliminar"Maese" Antonio: en el buen "yantar" y en el arte de la "buena Pluma" no hay quien pueda contigo. Los demás aprendemos de ti. Sólo ha faltado que nos indicaras cuántas piedras tiene al Acueducto. Tu semblanza, ha sido digna de toda alabanza. Gracias amigo Antonio. Un abrazo
ResponderEliminarQuerido Andrés, tienes la humildad y sencillez de los grandes. Gracias por tus palabras que demuestran más la amistad que la realidad. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarQuerido Andrés, tienes la humildad y sencillez de los grandes. Gracias por tus palabras que demuestran más la amistad que la realidad. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMagnífico marco, para celebrar un encuentro de personas amigas.
ResponderEliminarEs una satisfacción que nos llega, a quienes desde lejos nos agarramos al recuerdo de una época que algunos vivimos en común.
Felicidades por vuestro ejemplo.
Juan Martín.