Casa Pepe
Fuenlabrada (Madrid)
22 de febrero de 2020
Desde que estaba en el Seminario, sobre todo ya en San Pelagio, las tardes-noches del domingo son deprimentes para mí. Todavía sigo con esa melancolía. Por eso tengo que hacer un esfuerzo, se lo merecéis, para contar en unas líneas lo que acaeció ayer en la cuadragésima reunión de nuestro Grupo ¡ahí es nada!
Creíamos que no íbamos a poder asistir: mi nuera tuvo que ir al hospital porque había expulsado el tapón mucoso, anunciando el futuro parto, y estábamos a la espera de acontecimientos. Esta fue la causa del retraso a la comida. Cuando llegamos nos encontramos a Antonio, Manuel, Paco y Victoriano en la barra apurando el pesebre. Valoramos muy positivamente la espera. En los pequeños detalles es donde se demuestra la unión que existe en el Grupo. Si a esto hay que añadir el papel de argamasa que nuestras chicas realizan en el conjunto, este “edificio” no lo destruye ni la borrasca “Gloria”.
Enseguida pasamos al comedor. Antes de sentarnos, Consuelo le hizo entrega a Andrea de una mantita de bebé, hecha a mano por aquella, para nuestro futuro nieto. ¡Una preciosidad! ¡Artesanía de la buena! Cada día descubrimos facetas nuevas en nuestro Grupo. Muchas gracias, Consuelo.
Una vez sentados, Antonio Porras me provocó para pedir las famosas ánforas de sopa de mariscos. Yo, que tengo mejor reata que un mulo blanco, asentí con sonrisa bobalicona. Nos trajeron dos porque se sumaron Victoriano, Paco y Manuel ¡envidiosos! Victoriano, Manolo y yo hicimos cuenta de una y Paco y el Porras se pelearon con la otra. Yo quise solidarizarme con estos últimos pero cuando metí el cazo no extraje nada más que caldo. Antonio Porras tiene una muñeca que ya querría para sí Sara Baras. ¡No dejó en el fondo ni una almeja, el tío! La próxima vez pido una ánfora para mí solo.
La comida se desarrolló como siempre: amena, ora tensa, ora distendida, según los temas. Tocamos las pensiones, Seguridad Social, Agricultura, etc. Victoriano nos anunció que su farmacéutico de cabecera, el gran Artemio, se ha evaporado y llega a la farmacia savia nueva. Aunque el abastecimiento de la pastilla erótica cree tenerlo asegurado, lo veo con las orejas encanutás, como cuando un mulo se va “asombrár”. ¡Yo no sé cuándo este tío va a empezar a bajar la posología! ¡Está hecho un brazo de mar mientras que yo soy un pobre arroyuelo sin apenas caudal! ¡No hay derecho!
Después de los chupitos levantamos la acampada para sentarnos de nuevo en la terraza. Hacía una tarde primaveral y queríamos alargar el encuentro. Ya estamos pensando en la próxima reunión de primavera en Los Ángeles. Todos estamos ilusionados con asistir. Será un encuentro muy emotivo. Hay compañeros que no hemos vuelto desde que salimos y aquellos parajes encierran muchos recuerdos.
Es obvio decir que nos acordamos de todos los ausentes. Vuestras ausencias son solamente físicas porque os llevamos siempre en nuestro corazón. ¡Cáspitas, qué bonito me ha quedao, ¿no?!
Nos levantamos no si antes fijar la fecha de la próxima reunión: 21 de marzo. Naturalmente las fechas pueden sufrir, como la Bolsa, diferentes fluctuaciones.
Hacedme el favor de ser felices.
Paz y bien
Antonio Estepa Romero
Antonio como siempre: Genial !!!
ResponderEliminarNo sólo disfrutamos con tu presencia sino que además leyendo tu crónica nos haces pasar un rato estupendo con tus detalles llenos de humor...
Las ánforas de sopa tiene que ser por parejas, en trios no funcionan bien...
Recibe un fuerte abrazo.
Sin tus artículos las reuniones serían mucho menos animadas, son como un postre sobrevenido, gracias Antonio. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Manuel, César, por vuestras generosas palabras. Siempre ahí dando ánimos. Un abrazo.
ResponderEliminarBuena faena Maestro. Has salido por la puerta grande. Un fuerte abrazo
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