sábado, 11 de julio de 2020

Dies doloris

Días de dolor y pesadumbre éstos que han sido y lo seguirán siendo para nuestro querido Andrés Osado; de ánimo desolado y alma resquebrajada; de impotencia y resignación forzosa. De despedir para siempre a una mujer como su Merche, el timón de su vida. Nadie se prepara para una tesitura similar. Y deberíais hacerlo: aprender a aguantar con estoicismo y buen karma la pérdida de la persona que más os quiere, la que os escogió para compartir con vosotros el resto de vuestras vidas, la madre de vuestros hijos. Como lo ha sido Merche, la entregada esposa. Me excluyo a conciencia porque, gracias a Dios, yo no tendré que deglutir ese trago tan amargo. Se lo endosaré a la Peque. Eso creo.


Necesariamente, el cariño y la devoción hacia sus nietos (el sevillanito y las dos cordobesitas) ha de ser ahora el principal bálsamo aliviador para Andrés. Pero debe conocer también que sus amigos permanecemos al acecho para ofrecer oraciones, los creyentes; energía cósmica rebosante, los descreídos; y todos, el cariño incondicional capaz de sacar de ese pozo de tristeza al Andrés más jovial y osado, y de darle otra vez voz y pluma -me refiero a la de escribir- a nuestro insigne y bien amado cronista. ¡Andrés, te queremos!


¡Que así sea!

6 comentarios:

  1. Nada más que añadir. Está todo dicho!! Un gran abrazo, Andrés.

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  2. Perfectamente descrito los sentimientos que a todos nosotros nos rondan por la cabeza. Es un trance que todos tenemos que pasar.
    Serán ellas las primeras o las predeceremos nosotros...es ley de vida.
    Ojalá, por mi parte sea yo el primero...
    Desde lo profundo de mi corazón deseo lo mejor para nuestro amigo Andrés.
    Abrazos fuertes y virtuales para todos.

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  3. Decir adiós para siempre a un ser íntimo y querido, deja el corazón y el alma destrozados. Por más que sepamos que ese final cierto, nos aguarda a todo el mundo en cualquier etapa de nuestras vidas.
    Todo el calor y el respeto en estos momentos para nuestro compañero Andrés, a sabiendas de que tiene nuestro afecto y apoyo. Seguro que él sabrá mantener vivo el recuerdo de toda una vida.
    Un Abrazo amigo Andrés.
    Juan Martín

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  4. Amigo Manuel, por mí, puedes ir tú delante, si lo prefieres.
    Con la paga de pensionista que disfruto, se me han quitado las ganas de morirme.

    Ahora, en serio: morir está sobrevalorado.
    ¿Qué tenemos que sea de verdad nuestro?
    El Universo no es tonto y en seguida que morimos ya nos está haciendo algún nuevo encargo.
    De todos modos, reconozco que acabamos cogiendo apego a las personas que nos aceptan y a las cosas que nos gustan. Y a mayor cariño, mayor dolor la pérdida.
    Por supuesto que respeto el dolor de Andrés y su familia.
    Pero prefiero pensar más en el otro tema que aparece por doquier: Somos el grupo más amistoso que conozco... y duradero.

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  5. Las filosofías orientales conciben la vida y la muerte de una manera muy distinta a la nuestra. Alguna de estas filosofías basan su idea de la felicidad en la ausencia de todo deseo. Sinceramente, prefiero lo nuestro: desear y disfrutar hasta que se acabe el cotarro. Eso sí, teniendo presente que alguna vez se acabará y nos tacará sufrir la pérdida.
    Un abarzo para todos.

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