Querida Ana Belén:
Larga
se nos hizo la empinada cuesta de la Herrería. Más aún, con la pesadumbre que
invadía nuestros cuerpos. Al final, llegamos a la rojiza Iglesia de Nuestra
Señora del Carmen. Según nos comentó su párroco Juan Vicente “rojiza por el
oxido de su piedra molinaza” De
todo esto, Ana Belén, tú sabrás también bastante.
Muchos
de nosotros no hemos tenido la suerte de haberte tratado personalmente. Pero no
importa. Con el profundo conocimiento que tenemos de tu padre Mateo (no tanto
de tu madre Mariana) has debido aprender de ellos a derrochar amor y ternura por
todas partes. Tu presencia nunca habrá pasado inadvertida, pues tu alegría, como
fragancia fresca, inundaría todo tu alrededor.
A
tu Padre se le llenaba la boca de alegría cuando pronunciaba tu nombre,
contándonos algún aspecto tuyo. No se guardaba nada para sí mismo. Lo mismo que
de tu hermano.
Ahora
te tendremos más cerca. Vas a permanecer incrustada en nuestra mente, como un
bello recuerdo.
No
te preocupes por tu marido Francisco y tu pequeñín Hugo, ayer vimos la gran
familia que está en torno a ellos.
Que
sepas que tu Madre y tu Padre, nos tienen también a nosotros para lo que
necesiten. Ya habrías oído hablar de la unión que existe entre nosotros.
Quiero ahora recordar esas palabras llenas de sencillez, amor, esperanza y fe, que te dedicó nuestro querido compañero sacerdote, Manolo Vida. El, junto a tu párroco Juan Vicente oficiaron la Eucaristía en tu nombre:
“…Te damos gracias, Señor, por
esta mujer, Ana Belén, que nos fue tan cercana y que de repente ha sido
arrancada de nuestro mundo.
Te damos gracias por el amor,
la paz y la amistad que regaló y repartió a su alrededor.
Te pedimos, Padre, que nada de
su vida se pierda. Que los que vienen detrás de ella, sus familiares, amigos,
vecinos puedan respetar lo que para ella era sagrado. Que sus buenas obras nos
sirvan de ejemplo ahora que ya no está.
Te pedimos, Señor, que los que estuvimos unidos a ella lo estemos aún más, ahora que la muerte nos la ha arrebatado y que en esta unión podamos apreciar que tú Dios, siempre nos serás fiel hasta la muerte”
Ana
Belén, estarás de acuerdo con nosotros que nuestro compañero Manolo derramó
sobre ti y todos los allí reunidos un sublime canto de amor y fe. Bellos
sentimientos de un corazón noble, hacia una no menos noble persona como tu.
Por eso me ha parecido oportuno reflejarlas aquí, en un folio que comenzó estando en blanco y que ahora se ha llenado con tu nombre, Ana Belén.
Luego nos fuimos bajando algo más aliviados, no sólo porque no había cuesta arriba, sino porque te sentíamos más cerca. Hubo quien dijo: “se nos ha hecho más corto el camino”
Que sigas recorriendo lugares preciosos como el de la foto y que el sol te sea leve.
Andrés Osado
Gracias Rafa siempre pones esa guida, que enaltece todo. Soy Andrés
ResponderEliminarMis condolencias a Mateo, extensibles al resto de familiares y un abrazo.
ResponderEliminarBuena despedida Andrés.
ResponderEliminarMe llamó la atención la cantidad de personas que abarrrotaban la iglesia y al grado de recogimiento de todos. No se oía nada que emoañana tal recogimiento.
Hasta siempre Ana Belén
Mi más sentido pésame al amigo Mateo. Hay cosas que una persona jamás debería sufrir. No hay derecho a que unos padres entierren a sus hijos. Que la chica descanse en la paz de los justos.
ResponderEliminarGracias Andres, por tus palabras que nos hace ser nuestras. Un abrazo a Mateo y Sra
ResponderEliminarMuchas gracias Andrés por tus palabras . Se nos ha ido un ángel que llenaba de paz alegria y amor a cualquier lugar donde llegara, amante de la naturaleza y de la vida. Seguro que estará siempre pendiente de todos nosotros. Un fuerte abrazo .
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