sábado, 27 de abril de 2024

Crónica de la 54ª Reunión del Grupo Madrid

54ª Reunión Grupo Madrid

Casa Pepe Fuenlabrada (Madrid)


27 de abril de 2024


El día no podía ser más feo: lluvia, aire, frio…pero estoy seguro que todos estábamos impacientes e ilusionados por encontrarnos una vez más. Para Andrea y para mí la semana iba a ser completa: el martes 23, en Antequera, y el 27 en Fuenlabrada.

Cuando llegamos a Casa Pepe, después de recogernos Manuel y Manuela, llovía bastante. Casi nos damos de bruces con Paco que salía apresuradamente.

-¿Adónde vas tan deprisa?- le comenté después de abrazarnos.

-¡A por las pipas!-me comentó entre risas. -Ya están todos dentro- apostilló.

Entramos y nos encontramos con el Comandante Victoriano, la Coronel Consuelo, y Vale. Cari, Pilar, Antonio Porras y Antonio López no pudieron asistir por distintos motivos. Nos acordamos muchísimo de todos ellos.

Como siempre, como si de un ritual se tratase, el Jurado sacó hacia afuera todo el potencial de amabilidad y servicio que lleva dentro, y estuvo atento para que a nuestras niñas no les faltara ni gloria. ¡Con tíos así descansa uno un rato de las atenciones maritales que conlleva el “cargo”.

Nosotros, como siempre, en el abrevadero. Enseguida me preguntaron cómo nos había ido en la reunión de Antequera. Les estuve informando que llegamos muy cansado a Madrid, pero mereció la pena el esfuerzo. Y que Antonio Luna me “ordenó” que hiciera luego la crónica porque Andrés Osado no había venido. El Fili escribió su parte y yo la mía. ¡Me sentí ínfimo ante estas “plumas”!

Entre cervezas, arroz, pipas y risas, se iba consumiendo el tiempo para entrar al comedor. Un imaginario toque de “fajina” hizo que la tropa entrara ordenadamente en el salón. Experiencia no nos faltaba después de los años en Los Ángeles, cuando en fila de dos entrábamos en el comedor bajo la atenta mirada de los “Superiores”. Un desliz y te podía costar un cinco en conducta: el castigo más horrendo que podías recibir, porque tenías luego que soportar la riña de tus padres. La distribución de la mesa obligó a nuestro Comandante a no poder presidirla. ¡Tampoco le viene mal que coma de vez en cuando a nivel del soldado!

En la distribución de comensales me tocó Andrea a mi lado. ¡Me hizo un marcaje extraordinario¡ Si Carlo Ancelotti la hubiese conocido, estoy seguro que hubiese peligrado, en la alineación, la titularidad de Carvajal, Nacho o Rüdiger, por ejemplo! No se le escapó ni una. Me miraba con sus grandes ojos negros y oscilaba la cabeza como diciendo -¡Te estás pasando…!- Yo buscaba refugio detrás de Paco o de alguno más, pero nada ¡siempre me pillaba! ¡Qué tortura!

La comida fue buena y abundante e invitaba a una charla distendida a la vez que densa. El Jurado demostró una vez más el dominio que posee sobre el tema “Seminario”: Superiores, Profesores, Ephemérides, Cursos… ¡Lo sabe todo! Y por eso se puede permitir el lujo de jugar con el rol de docente. Los temas que tratamos dejaba a Santo Tomás de Aquino en un sencillo lego. Hablamos de Biblia, de la Iglesia y hasta del Big Bang. Cada uno expuso lo que pensaba y creía, pero siempre dentro del respeto mutuo. Así puedes hablar de lo que quieras. Cuando existe una amistad consolidada a través de muchos años es muy difícil que nada se venga abajo. Además, nuestras parejas han conseguido, poco a poco, trenzar una malla de sentimientos y empatía que las ha conducido a una verdadera amistad.

La “Gestoría en casa” también la echemos de menos. Estamos en plena campaña de la Renta y nos habría venido muy bien solucionar alguna duda. ¡La gente, desde luego, tiene más vacaciones que un padrón!

Terminada la larga sobremesa, pasamos al bar para tomar, en mi caso, una tónica. De nuevo opté por jugar al escondite con Andrea. Le dije a Paco que me sirviera de parapeto para poder ayudarle a dar con las pipas, y otra vez los dos faros deslumbrándome. -Tengo que buscar la forma de despistarle-, pensé.

Después de una sesión de chistes y anecdotario, decidimos levantar la sesión.

Foto de despedida, abrazos y besos, y la satisfacción de haber vivido nuevamente un encuentro extraordinario.

Antes de las vacaciones veraniegas nos queda otra asamblea en el palacete de Antonio López. ¡Esto es un no parar!

Queremos agradecer a Manuela y Manuel su disponibilidad para poder asistir al evento. Si ellos no nos sería posible.

Y para todos un abrazo muy fuerte de mi “guardaespaldas” y mío.

Paz y bien.

Antonio Estepa Romero

1 comentario:

  1. Antonio, la cosa va a ser que tu guardaespaldas te controla porque sabe que te "pierdes" fácilmente ante las buenas viandas y no te quiere perder a tí. Obvio, ¿verdad?
    El buen hacer de Manuela y Manuel es debido al gran corazón que tienen que les sobra para los amigos después de inundar de atenciones y cariños a nietos e hijos.
    ¡Si lo sabremos Mónica y yo!
    La amistad enciende nuestra ilusión y nos ofrece comprensión y tolerancia, como se ve en el relato.
    ¡Hurra por todo ello y que la cosa no decaiga!
    Un abrazo a todos y un recuerdo especial para Manuela y Manuel.

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