Casa de Antonio López Arenas
Madrid, 18 de diciembre de 2016
Desde el 12 de junio de 2015 no pisábamos la casa de Antonio. Coincidimos en la llegada Antonio Rodríguez, su mujer Paquita, Andrea y yo. Después de varios timbrazos infructuosos, entramos por la puerta grande, como los toreros, la del garaje. Antonio ya nos estaba esperando a pie de escalera. Lo mismo que cuando se ven llegar los mandatarios al Palacio de la Moncloa, y los espera el Presidente en la escalera, con dos Guardias Civiles presentando armas con traje de gala, pues igual pero más auténtico. Abrazos, foto de bienvenida y “paentro”. Sólo faltaban por llegar Paco Ruiz y Vale. A los demás los encontré haciéndole carantoñas a unas buenas botellas de vino y a las primeras viandas. Antonio Crespo y Cari, infatigables, preparando lo que más tarde sería una extraordinaria paella.
Enseguida llegaron Paco y Vale y comenzó la visita guiada a la casa para los que no la conocían. Un ratito de buena charla y picoteo y pasamos al comedor donde nos esperaba impaciente una mesa repleta de exquisiteces. Primer contratiempo: Manuel Jurado subía de la bodega con una gran botella de vino, tropezó y cayó al suelo con la agilidad y gracilidad de un felino. La espalda no sé, pero la botella quedó intacta. Eso me pasa a mí y me tienen que llevar a La Paz. ¡Cómo se nota, querido Manolo, que tienes el cuerpo físicamente bien educado! Yo también lo tengo pero en otras disciplinas.
Durante la comida, lo de siempre: conversación a borbotones, quitándonos la palabra unos a otros, cuando el Vilas paraba para beber. ¡Enciclopedia de tío! Tuvimos la sinceridad de decirle que acortara un poco los chistes para dar cabida a más intervenciones. ¡Eso no son chistes, son cuentos para poder dormir a niños hiperactivos! Lo pasamos genial. Victoriano con su socarronería, Jurado con su prodigiosa memoria y los demás con nuestros imborrables recuerdos. En los postres, entonamos magistralmente el “cumpleaños feliz” en honor de Manuela. Los años pasan de largo sin detenerse en nuestras chicas. ¡Así están todas de guapetonas!
Antonio
López ejerció de anfitrión con nota de sobresaliente cum laudem. Se tiró toda
la reunión de aquí para allá, pendiente de cada detalle para que no nos faltara
de nada. Parecía un empleado de El Corté Inglés: atento, servicial, entregado,
poniendo corazón como sólo saben hacerlo los buenos amigos. ¡Verdaderamente nos
encontramos como en casa!
Después de la pitanza llegó el baile. Antonio Rodríguez puso música de la buena y todos a la pista. Bueno todos no. Consuelo se sentó en un mullido y confortable sillón y parecía estar donando sangre. Las chicas se movían como blancas barquillas al compás de las olas. Los chicos, por lo menos yo, emulábamos el pisar de la uva en una fiesta de la vendimia. Bailamos de todo: rumbas, pasodobles… Demostramos una vez más que nos sentimos jóvenes aunque el cuerpo no nos responda con la obediencia deseada.
Terminado el baile, cansados y jadeantes hicimos corro alrededor de unas botellas de wisqui.
El próximo encuentro lo tendremos en Segovia. Antonio y Paquita ya están trabajando para que todo salga bien. Estoy seguro que será todo un éxito, porque lo importante de estos encuentros es el abrazo compartido. Lo demás es secundario.
Al final nos hicimos la tradicional foto de grupo, despedida sobre el terreno y salida con el corazón lleno y la esperanza de vernos pronto de nuevo.
Andrea y yo aprovechamos la ocasión para desearos a todos una Feliz Navidad y que el 2017 nos siga premiando con el gordo de estos encuentros.
Paz y bien.
Antonio Estepa Romero
Montalbán
Muy buena crónica Antonio, como si hubiera estado allí. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Andrés. Te deseo una Feliz Navidad y que el 2017 te mucha fuerza para seguir adelante. Un abrazo muy fuerte.
EliminarGenial, amigo Bronco. Espero asistir algun dia a esa reunion de amigos. Un fuerte abrazo. PACO RAYA.
ResponderEliminarGracias, Paco. Sería un regalo para nosotros el tenerte a nuestro lado. Feliz Navidad. Un abrazo.
EliminarJajaja, buena crónica y mu gúeno lo de el acortamiento de chistes del sr. Vilas.
ResponderEliminarUn abrazo d. Antonio.
Me alegra, Manuel, que tengas la espalda en perfecto estado. Eres un galáctico. Feliz Navidad, Un abrazo.
EliminarAntonio fenomenal cronica, enhorabuena. Para tu tranquilidad te digo que la espalda bien, fue una caída casi perfecta, aunque todavía no me puedo creer que se salvara la botella.
ResponderEliminarBueno os deseo unas Felices Fiestas y que lo paséis muy bien en el pueblo. Abrazos.
Antonio muy buen relato de la reunión, un abrazo, felices fiestas y que lo paséis bien en el pueblo.
ResponderEliminarMe estoy liando en las contestaciones. Que lo paséis todos muy bien. Feliz Navidad.
ResponderEliminarGenial como siempre. Besos y abrazos para esa reunión. Feliz Navidad. Amonio Gómez
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