Crónica de la 53ª Reunión Grupo Madrid
27 de Enero de 2024Casa Pepe
Fuenlabrada (Madrid)
Por ser mi primer amor
y el primero nunca se olvida,aunque diga no te quiero
¡te querré toda la vida!
(Primera declaración de amor de una plebeya
estando todavía en San Pelagio. ¡No pasé yo ná!
La culpa la tuvo el Vilas. Se presentó en Móstoles como un Inspector de Trabajo en una empresa. –“Oye, que he hablado con el Jurado para poder vernos”, me dijo. Hablé con éste y acordarnos vernos dos días después y comer con nuestras ninfas. Manuel, con el criterio más desarrollado que un Juez del Tribunal Supremo, nos convenció, sin mucho esfuerzo, para llamar a la gente a ver si podían acudir a la cita. El Jurado se encargó de todo: día 28 de diciembre a las13:00 horas en la plaza del Ayuntamiento. Acudieron a la llamada los que estaban operativos: Antonio López, Victoriano, Consuelo y nosotros cuatro: Manuela, Manuel, Andrea y yo. ¡Aquello era otra cosa! Al primero que vimos llegar fue al Vilas, con ese porte mayestático, propio del Patriarca Gitano de toda la comunidad gitana. El Padre Ángel ostenta el título honorífico a nivel nacional, pero estoy seguro que será desbancado en breve. No tardaron en llegar los demás. Antonio hizo un meritorio esfuerzo al coger el transporte público. Enseguida nos fuimos para el restaurante donde pasamos una velada extraordinaria. Nos hicimos una fotografía a los pies del monumento al Alcalde de Móstoles, para que constara gráficamente este improvisado encuentro.
En la reunión de ayer, día 27 de enero, estuvimos casi al completo. No es necesario repetir que están siempre presentes en nuestros corazones los que nos dejaron. Antonio Rodríguez y Paqui no asistían desde el 14 de diciembre de 2019, y Cari desde el 22 de octubre de 2022. La alegría fue enorme cuando los vimos.
¡Cómo se nota nuestro paso por los Ángeles! Entre otros muchos y buenos hábitos, interiorizamos el de la puntualidad. Manuel y Manuela se presentaron a recogernos a la hora en punto. Tenemos más puntualidad que Francisco Sánchez cuando ejercía, de forma magistral, el cargo de “Regulador”. Me acuerdo que la soga del campanil era larga y llegaba casi a la mesa del pichoncho. ¡Cualquiera le quitaba la vez para jugar! Pues con esa misma entrega tratamos de llegar a la cita. El Jurado y yo emulamos a un trabajador de la ORA y estuvimos guardándole el sitio a Victoriano para que pudiera aparcar sin problemas. ¡Para que luego diga!
El comienzo fue como siempre: asalto al abrevadero, no si antes atender a las necesidades de nuestras ninfas por parte de Manuel. En la barra hablábamos a veces atropelladamente porque no deseábamos que nada se quedara en el tintero. Yo, como plumista, intentaba ávidamente que nada se me escapara para después rumiarlo, pero ya la testa no está para muchos trotes.
Por ejemplo, un tema importante que traíamos a colación era ¿qué rango militar ostenta el Jefe de un Batallón: Comandante o Teniente Coronel? Era tal la ansiedad, por parte de Victoriano, él es juez y parte, que tuvimos que consultarle a Antonio Rodríguez para nos sacara de la duda. Yo sabía, por ser Mando en el Servicio Militar (Cabo Segundo), que es un Teniente Coronel el que manda un batallón, pero tuve la humildad de no decirlo para que nuestro Comandante no se sintiese humillado.
Pasamos al atestado comedor y ocupamos las sillas. Consuelo y Victoriano ejerciendo de anfitriones y el resto de comensales, arropándolos. La comida fue abundante, pero se nota la inflación.
La conversación estuvo interesante, como siempre. El hecho de estar juntos es una verdadera gozada. Manuel se empleó a fondo para informarle a Antonio Rodríguez de todo lo que preguntaba sobre aquellos años. El Jurado, con su privilegiada memoria, no escatimó esfuerzos para responder a todas las preguntas que se le hacía, ilustrándolas con fotografías antiguas. Tampoco desaprovechamos la asistencia de Antonio López para que abriera unos momentos su “despacho laboralista” para ayudarnos en temas de nuestro interés. Por eso decimos con orgullo que nuestro Grupo posee el cartel de “completito”. Solo nos falta un albañil, un fontanero y un electricista.
Al lado de nuestra mesa estaban comiendo un grupo numeroso de chicas. En un momento determinado nos pidieron el favor de poderle hacer una foto de todo el grupo. Yo me adelante para decirles en voz alta que solo teníamos a uno, Manuel, que no le temblaba el pulso, lo que levantó una sonora carcajada. Luego me quedé pensando si este comentario no lo habrían tomado por el lado erótico… y seguí comiendo.
Antonio Rodríguez y Paqui nos invitaron a hacer el próximo encuentro en la bella ciudad de Segovia. Todo se andará.
Rematamos la velada con la preceptiva foto de grupo. Los abrazos y besos transmitieron fielmente todo lo que sentíamos en ese momento.
Cada día estoy más orgulloso de haber compartido, con tanta gente buena, una parte tan importante de mi vida.
Hasta que llegue el próximo encuentro os deseo,
Paz y bien
Antonio Estepa Romero
Antonio Estepa, muy buen relato.
ResponderEliminarHemos recordado con todo lujo de detalles, los buenos momentos que pasamos en el encuentro del pasado sábado.
Me encanta tu penúltima frase: Cada día estoy más orgulloso de haber compartido, con tanta gente buena, una parte tan importante de mi vida.
Un fuerte abrazo
Muchas gracias, amigo.
EliminarAntonio te felicito por tu estupenda crónica, has matado dos toros con una estocada, eso sólo está al alcance de los maestros como tú.
ResponderEliminarRecibe un fuerte abrazo de nuestra parte.
Excelente idea la de reuniros en Segovia. En tal caso recomiendo el paseo tradicional del acueducto a la catedral y en la plaza de la catedral tomar los cafes y activar la tertulia. Paz y bien.
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