CRONICAS DE LOS ANGELES
(Por Antonio Gómez
Ramírez)
Aunque esta crónica no debería
salir hasta pasado un tiempo, más que nada por guardar un cierto orden
temporal, he decidido publicarla, a tenor de los acontecimientos culturales,
que se están celebrando en Córdoba, con motivo del 150 aniversario de la muerte
de D. Angel de Saavedra, Duque de Rivas.
Y viene a cuento, porque el día
21 de Junio de 1.965, se celebraron los juegos florales (no sé por qué llaman juegos florales a los homenajes de personajes literarios),
de la celebración del centenario del ilustre poeta y dramaturgo cordobés.
La historia comienza dos días
antes, en el Seminario:
Estábamos en el estudio, en un
esfuerzo último por preparar los exámenes finales (era ya casi fin de curso), cuando sentí que alguien por detrás tocaba
mi hombro, volví la cara, y cual no fue mi sorpresa, al encontrarme con el
hierático D. Antonio Jiménez Carrillo, con sus gafas oscuras y expresión agria (como siempre). D. Antonio, sin más
explicaciones, me dijo “acompáñame al
despacho de D. Gaspar”.
Como podéis imaginar, la llamada
me produjo un desasosiego enorme, ya que las visitas al despacho de D. Gaspar
nunca presagiaban nada bueno, a la luz de experiencias anteriores, propias y
ajenas.
En el trayecto que iba del
estudio al despacho, en silencio, repasé y repensé que habría hecho para tal
llamada. No encontré ningún motivo punible en los días inmediatos anteriores,
por lo que la incertidumbre y el nerviosismo se apoderaron de mí y me temblaban
hasta las agujas del reloj.
Una vez en el despacho de D.
Gaspar, encontré a este, relajado y medio sonriente (imagino que sabía por lo que estaba pasando) y con voz
parsimoniosa empezó a explicar el motivo de la llamada. La explicación que me
dio fue de que, con motivo de la
celebración del centenario de la muerte del Duque de Rivas, se había recibido
en el Seminario una invitación, cursada por las esferas culturales encargadas
de la organización del evento, en el sentido de que los niños del Seminario,
como moradores actuales de los lugares, donde el Duque desarrolló la trama de
su más importante obra, “D. Álvaro o la
fuerza del sino”, participáramos de alguna manera en los actos a celebrar
el día 21.
D. Gaspar me dijo, que habían
aceptado la invitación y que yo con otros 5 compañeros habíamos sido elegidos
para asistir a la celebración, y que me habían elegido para que en el acto de
homenaje, yo leyera el panfleto que a tal fin él mismo había redactado.
Me entregó el papel, con la
recomendación de que lo leyera una y mil veces para no fallar en el momento del
acto. Evidentemente como no era muy extenso, de tanto leerlo, me lo aprendí de
memoria.
El día señalado, nos trasladaron
a Córdoba, primero a San Pelagio, donde nos pusimos la sotana y una becas con
borla blanca (distintivo de los latinos) y
a pié, acompañados por D. Gaspar y D. Antonio, nos dirigimos al lugar del acto,
que no era sino delante de la estatua que el Duque tiene en los jardines del
paseo de la Victoria. Al llegar ya había mucha gente y nos colocaron en primera
fila. Cuando nos tocó el turno de intervención pasamos a colocarnos debajo del
pedestal de la estatua y frente a los allí congregados procedí a leer (mejor a recitar) el escrito que me
había entregado D. Gaspar. Sudaba la gota gorda, ya que al sol de Junio en
Córdoba, se unían los nervios y la sotana.
Yo que fui un niño camaleónico en
el Seminario y que nunca destaqué especialmente en nada, aunque era aplicadito (9 de media) y en conducta mi nota era
siempre de 7 u 8, no me explico todavía como se fijaron en mí para tal evento,
habiendo otros que se suponía de más agrado de las “autoridades”. (A lo mejor D. Carlos Samaniego nos da la explicación)
Este hecho hizo subir mi
autoestima y a pensar lo del Evangelio: “Que
los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos”. Si alguno
de los que leéis estas líneas fuisteis de los que me acompañaron, manifestarlo
a los efectos oportunos.
Os transcribo integro, el texto
de D. Gaspar y un facsímil de la noticia en el ABC de aquella época:
“Las más patéticas escenas de su D. Álvaro, las sitúa el Duque de Rivas en los
parajes y lugares que rodean al antiguo Monasterio de los Ángeles, hoy
convertido en Seminario Menor de Santa María de los Ángeles.
Parajes y lugares que por su lejanía y
singularidad, se presentaban ante el mundo, como misteriosos y trágicos, por
las leyendas de los sucesos que sobre los mismos circulaban.
El Duque de Rivas, aprovechando aquellas
leyendas y lugares, ya que por el estilo
literario de su obra teatral
(romanticismo) eran el espacio y la trama ideal para desarrollar la acción de su
obra más famosa, Don Álvaro o la Fuerza
del Sino.
Entre aquellos lugares cabe destacar el
propio Monasterio, la cueva del Ermitaño y
el más trágico de todos: el Salto del Fraile.
Los Seminaristas del Seminario Menor de
Santa María de los Ángeles, habitantes hoy de aquellos lugares, queremos honrar
a tan insigne autor en el centenario de su muerte y unirnos al resto de los que
conmemoran tal evento”.
Hasta la próxima. Un Abrazo.
¡Qué tío, has pisado en todos los charcos, nene!
ResponderEliminarA primera vista te escogieron, creo yo, porque has sido un chaval muy despabilado y despierto, nada timorato; tenías muy buena presencia y gozabas de una dicción más que aceptable.
Un abrazo.
Gracias, tío. Pero dime quien eres
EliminarAntonio Gómez
El Fili. Creí que me había identificado.
ResponderEliminarFili, sabiendo que te encuentras "super", un abrazo para ti
EliminarAntonio
Antonio enhorabuena por tu relato estoy asombrado cómo siempre de la memoria, yo en esa fecha fecha ya no estaba . Un abrazo
ResponderEliminarD. Rafael, gracias por tu comentario. Entre todos tenemos que revivir aquellos años. Un abrazo. Antonio.
ResponderEliminarAntonio: seguro que, si te hubieran dejado a ti, ensalzar la figura de "Nestro Escritor", el acto hubiera alcanzado una brillantez mayor. De todas formas tuvo que se emocionante para ti, tan pequeño, mostrarte ante el público. Me alegro por ese buen recuerdo. Un abrazo
ResponderEliminarGRACIAS MAESTRO. UN ABRAZO
EliminarNiño de Los Ángeles, si una nota media de 9 no es destacar, dime entonces el resto de los humanos. 😂😂😂.
ResponderEliminarUn abrazo y felicidades por tu documento.
D. PACO, CON ESA MEDIA HABIA AL MENOS 30 COMO YO. GRACIAS POR EL COMENTARIO. UN ABRAZO
Eliminar