Restaurante “LA PLAZA"
21 de octubre de 2016
Móstoles (Madrid)
Antes de comenzar la crónica debo aclarar un punto importante. Decía en la pasada reunión que “…Antonio López Arenas celebró con nosotros su entrada al club de los abuelos con unas botellas de cava y unos deliciosos dulces de la localidad”. Donde dije botellas de cava debí decir, Champagne Charles Vincent brut. Es igual pero no es lo mismo. “Al César lo que del César…”
Y ahora sí, entro de lleno en lo que nos ocupa.
Esta reunión empezaba para mí con mal pie. Desde ayer jueves estaba nervioso por un problema de agua en la bajante del edificio que manchaba a cuatro pisos. No quise dar la voz de alarma a los compañeros del Grupo Madrid hasta ver si se podía solucionar el problema antes de la hora de la comida. No tuvimos suerte, y Andrea tuvo que quedarse en casa para recibir la visita del fontanero. Esto causó en mí cierto malestar que fue advertido rápidamente por Manuel Jurado, Rafalito Vilas y sus encantadoras mujeres, Manuela y Carmen, que ya se estaban metiendo entre pecho y espalda, cervezas, caracoles y pimientos asados. Me senté con ellos en la terraza del restaurante hasta que hicieron su aparición Antonio Crespo y Cari.
Enseguida pasamos al restaurante. Ya me iba animando. Con esta gente se te pasa hasta un dolor de muelas. En la comida tuve la suerte de sentarme al lado de Carmen. Hasta ahora no me he dado cuenta de la habilidad que tiene para llevar adelante, con notable éxito, dos conversaciones a la vez: la de las féminas y las de nosotros. Esta mujer tendría que haber estudiado la carrera judicial. Hubiese sido una excelente jurista. O incluso oradora, dada su vigorosa voz. Todavía me está pitando el oído derecho. Me río yo de Pacomo.
La comida iba transcurriendo como siempre. Nos contamos las últimas novedades. Rafa está más delgado; Antonio se está arreglado la boca; Jurado lo tienen que ver del culo…lo que es una conversación de amigos. Cada vez lo pasamos mejor. Manuel Jurado nos confesó una anécdota del Seminario y le contestó Manuela: “Pues a mí no me lo has dicho nunca”. Entre plato y plato íbamos desgranando lo último del mes. En el segundo plato se presentó Antonio López, un refuerzo importante para el grupo.
La sobremesa fue larga y pausada. Entre chupitos de licor fuimos preparando el calendario de las futuras reuniones. La próxima será en Leganés y la de diciembre en casa de Antonio López. Queda en cartera la visita a Segovia.
Rafa empezó a quitarse ropa: el chaquetón, el jersey, los tirantes. - Este tío se me pone en cueros, pensé. Ha perdido cinco o seis kilos y la verdad es que está para una metida de culo (en el pantalón). Se puso el sombrero de Carmen y parecía un patriarca gitano. Manuel Jurado aguantó estoicamente, igual que Antonio Crespo, Antonio López y yo, las indicaciones de la fotógrafa. Entre bromas, chistes y sucedidos se nos pasó la tarde volando. ¡Buen encuentro, sí señor! Llegué a casa henchido de satisfacción. La tarde hubiese sido perfecta si hubiese estado Andrea y todos los ausentes. Otra vez será.
¡Paz y bien!
Antonio Estepa Romero
Pos Mu bien que os lo pasáis. Viva la fiesta! A disfrutar!
ResponderEliminar¡¡Joder, como si hubiese estado allí¡¡.
ResponderEliminarFelicidades, plumilla de la tarde, jajaja y en hora buena por ese encuentro.
Muy bien expresado todo. Rafa, menuda figurita se te está quedando, tu sigue así. Carmen es un crak.
ResponderEliminarSr. Estepa muy bien descrito todo.
Magnífica crónica Antonio.
ResponderEliminarUna magnífica crónica, que describe al detalle la buena armonía y el fenomenal perfil de lo protagonistas.
ResponderEliminarUna descripción que nos lleva a los demás el añorado compañerismo.
Felicidades a todos.
Un abrazo.
Juan Martín.
Muy bien aclarado: no es lo mismo liquidar un buen caldo nombrandolo con una pequeña palabra, que con todo un "tratado lingüístico".
ResponderEliminar¡Mágnifica descripción de Carmen! A ella deberíamos nombrarla "Cardenala" de toda esta piara... nos supera en creces.
Me ha gustado mucho la información que nos has transmitido. Un abrazo
Leo la crónica y parece que estuve allí. Muy fino lo del champan. Un abrazo.Antonio Gómez
ResponderEliminar