EN PRIEGO DE CÓRDOBA
7 DE ABRIL DE 2018
7 DE ABRIL DE 2018
A la hora en punto; la que habíamos acordado; salía en autobús desde Córdoba. Con anterioridad habían salido, desde otros puntos del orbe, todas esas personas que, cargadas de ilusión, acudían al encuentro de Priego de Córdoba. Algunas, incluso, desde el día anterior.
Las previsiones meteorológicas, al llegar a Priego, no eran muy halagüeñas, pero nada podía impedir esa reunión. Tanto es así que, por un momento, esa Plaza de la Constitución, donde se encuentra el Ayuntamiento, cobró una significación especial. Se engalanó de abrazos, besos y alegría al vernos nuevamente, esa gente de Santa María.
Con algo de retraso, sobre el horario previsto, entramos en la majestuosa Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Edificio gótico-mudéjar de tres naves del siglo XVI. Destaca el Retablo Mayor del renacimiento tardío. El Sagrario, de magistral “Barroco Andaluz” fue realizado por Francisco Javier Pedrajas, entre 1772 y 1784. Las pinturas son de Pedro de Raxis y Ginés López. Allí nos esperaba Juan Gregorio, su sacristán, siguiendo las indicaciones del Arcipreste, quien dispuso que se nos atendiera de la mejor forma posible. Cosa rara que le pareció a algún “ad latere” de la hermandad. Eso si, se nos pidió celeridad en la visita, dado que en breves momentos ese templo iba a recibir a altos dignatarios de la Jerarquía eclesial.
Así se cumplió y tras un breve recorrido por su interior, dimos por finalizada la visita.
Nuestros pasos se dirigieron, a continuación, sin perdida de tiempo, hacia el Ayuntamiento, donde nos esperaba el Sr. Alcalde. Este nos dio la bienvenida al Pueblo y nos hizo entrega de unos obsequios, que pasarán a engrosar la vitrina de nuestra Sede en la Sociedad de Plateros. Que por cierto se está quedando pequeña… ¿oído Sr. Sánchez?...
La lluvia fue compañera durante todo el recorrido, pero no nos importó.
Hablando de agua, como no, nuestros pasos y paraguas se encaminaron hacia la Fuente del Rey: está compuesta por 139 chorros, muchos de ellos con mascarones de piedra de rostros fantasmagóricos, y tres estanques situados a distinto nivel y forma alargada en la que predominan contornos curvos y que está bordeada de asientos en su totalidad. En el primer estanque se encuentra una escultura con un león y una serpiente luchando, obra atribuida al escultor José Álvarez Cubero En el segundo estanque, realizado por Remigio del Mármol, la figura central es la escultura de Neptuno y Anfitrite que cabalgan sobre un carro tirado por caballos que salen del agua. El agua cae desde el segundo al tercer estanque por medio de una cascada, y acaba saliendo por el mascarón del Clero. (Esto lo he copiado de la Wiki, jejeje) Sólo añadiré que, el agua, en esta ocasión, caía con toda su intensidad por otro mascarón, el del cielo. ¡Y cómo caía! Los dioses se habían confabulado contra nosotros. ¡Pero, dioses a nosotros! ¡Con nosotros, todos juntos, no hay quien pueda!
Tras deleitarnos con esa Fuente, nos encaminamos hacia la Casa Museo de Niceto Alcalá- Zamora y Torres. Aquí dejo que cada cual ponga más palabras en este párrafo. Permitidme que yo diga solamente, “gran hombre y mejor Presidente”. El Director del Patronato, nos obsequió con unas magistrales palabras, sobre el Presidente y su casa. En este sentido, Rafa Vilas ha dicho que, va a poner un enlace con el Patronato, a través de nuestro blog.
De allí, nos trasladamos hacia el Barrio de la Villa y los Adarves. Precioso recorrido por esas callejuelas, muy dignas y elocuentes, de aquella forma de vivir de nuestros antepasados de Al-Andaluz. Estrechitas y ahora aderezadas de macetas multicolores. Cuando más ensimismados estábamos en la contemplación de tanta belleza, ¡se destapó la caja de los truenos! (nunca mejor dicho). Personalmente pegué un salto, “cual haba tostá en exceso”. Mi corazón pensó en huir por entre esas callejuelas y detrás yo. ¡Qué susto nos llevamos los que por allí transitábamos! Resulta que, en ese momento, justo en ese momento, le dio, a los de la Hermandad del Nazareno, por festejar tan magno acontecimiento, lanzando al cielo una cantidad espantosa de atronadores cohetes. Pero… ¿no podían haberlo dejado para unos minutitos más tarde? ¡Cosas de las hermandades!
Pasado el susto, llegamos al esplendor de la Naturaleza: Los Adarves. ¡Grandiosa vista de la Naturaleza! Y seguía lloviendo. También seguía mojándose, a pecho descubierto (léase, sin paraguas, ni na de na) nuestro otro reportero “en directo” Miguel López. Iba empapado hasta allí… Pero, más feliz que un niño con zapatos nuevos. ¡Así es nuestro Miguelito!
Saludamos “al Ruiseñor de las Cumbres” Joselito; bebimos agua de la fuente y de allí, a la ermita de la Virgen de la Aurora. También se destapó una caja. En esta ocasión no fueron truenos, sino “voces de ángeles” (aunque ya algo mayorcitos) Resonaron, con el mismo sentimiento de aquellos tiempos, el Salve Regina, cantado por las personas allí reunidas y de postre un Ave María de Arcadel, interpretado por Gregorio Ramírez. Por cierto, Rafa Vilas dice que, un Hermano de la Hermandad, nos grabó (será cuestión de conseguir ese vídeo y ponerlo en el blog).
Ahora sí, llegó el momento de la celebración palpable del encuentro, una vez llegados a la Hospedería de San Francisco. Un refectorio, con púlpito y todo, que a más de uno le vino como anillo al dedo.
Tocaba la hora de darle, con más amplitud y resonancia, a la sin hueso. ¡Y cómo le dábamos! Parecía que estábamos vengándonos de tantos y tantos días en los que tuvimos que almorzar y cenar en total silencio. Pero claro, quizás faltaba ese lector que impusiera silencio. ¡O aquel señor de gafas oscuras! Sea lo que fuere, no hubo forma de establecer la moderación.
Mientras degustábamos los ricos manjares, se fueron proyectando instantáneas de nuestra juventud, que con tanto esmero había ido recopilando nuestro servicial amigo Rafa Vilas ¡qué gran obra a realizado!
—Andrés, quieres una cosa que tengo —me había dicho Jenny, en un momento de nuestro encuentro.
—Viniendo de ti, por supuesto que si —le dije, sin pensármelo dos veces.
Durante el almuerzo, se me acercó Jenny y me hizo entrega de un sobre blanco, algo descolorido por el paso del tiempo: o sea, con solera. Yo, como quien tiene un cofre del tesoro entre las manos, con una inusitada expectación, abrí el sobre y al instante me entró un escalofrío por todo el cuerpo. Era una estampita: un angelito pintaba, en el cielo azul, una estrella de Navidad, ayudado por otro que le sostenía una escalera y otro cantaba, tocando el acordeón. Supe en ese instante de lo que se trataba. (En aquellos tiempos las comprábamos y se las entregábamos a nuestros amigos, en Navidad o en Vacaciones) Le di la vuelta a la estampita y reconocí mi letra: “A mi amigo Luna para que pase feliz Año Nuevo en unión de su familia tu amigo que no te olvida. Firmado Andrés Osado Gracia” Había llegado de vuelta. En cierto sentido, me estaba deseando, desde donde esté, lo mejor para mi familia y para mi. ¡GRACIAS ANDRÉS! Le di un fuerte abrazo a Jenny y las lágrimas fueron testigos de ese agradecimiento. ¡GRACIAS TAMBIEN A TI, JENNY!
Cambiamos de tema, porque si no… la liamos.
Mira por donde, hablando de lío, resulta que el verdadero embrollo, se producía cada vez que alguien pretendía hablar, desde el púlpito. Allí no había quien se entendiera. Menos mal que Carmen, “hija predilecta de Priego” (por ser Vilas un gracioso, o mejor dicho, por haberlo conocido, como dice ella) nos enseñó cómo hacerlo: con energía y subiendo el volumen del altavoz (tenia que llegar una mujer para poner orden) El caso es que más o menos se pudo arreglar la cosa, a partir de ahí.
Entre uno de esos tumultos, alguien me preguntó del por qué de la “cabra” en nuestro escudo vicariano. Lo cierto es que me vino a huevo la situación. Le dije que se trataba de las cabras que residían en Santa María, pero que también se insinuaban a los “cabroncetes” que también nos juntábamos. Aparte de “piraos”, no hay quien nos arregle. Y a los hechos me remití. Dicho así, lo entendió, a las mil maravillas. Yo quedé totalmente satisfecho por haberlo conseguido.
Comimos, bebimos, no hace falta decir que hablamos y lo pasamos genial.
Una cosa me gustó. El jamoncito se sirvió en plato individual. Acierto genial. De esa forma no tenía que andar mirando, de reojillo, donde se encontraba la loncha más grande, para dar buen recaudo de ella, antes de que otro listillo se me adelantara (que a eso de adelantarse a la situación, bien que lo aprendimos en Santa María) ¡Todo para mí! ¡Mi tesoro!
Mientras, Antonio Toro, ayudado por Carlitos y Manolo Sepúlveda, recaudaron eficazmente el pecunio del almuerzo.
Tras esto, se produjo el instante más emotivo de día. Pudimos gozar del excelente reportaje que, Rafa Vilas, había preparado, recordando a nuestros compañeros Andrés Luna y Antonio Crespo. Tras lo cual, se cantó el himno de “Amigos para Siempre”
Otro momento importante fue, mejor dicho, fueron, los regalos que vinieron a demostrar el gran corazón de los artesanos que los produjeron, me refiero a:
-Los monederos donados por Paco Ruiz Roldán. Fabricados en cuero y repujados con el escudo del Seminario. No creo que cordobán alguno, hiciera desmerecer a la magistral confección de estos.
-Los emotivos, sugerentes y coloridos cuadros donados, a cada uno de los asistentes, por Manuel Casimiro.
No podía faltar y no faltó, que nuestro Fili, nos deleitara con unas de sus muchas peripecias. Valga resaltar aquellas: cómo ser médico y reciclarse como “trajinador” de pollos asados, incluidos los sin piel; o la de que el estudiar medicina, no te posibilita para saber que los patucos de quirófano, son para los pies y no para colocárselos de montera. Ver para creer. Bravo por el Fili.
Y cuando ya pensaba yo, que no podía haber más sorpresas, se me acerca Gemma Crespo (no necesito decir de quien es hija, ya que por sí misma se ha ganado el que no necesite aclaración) y me hace entrega de un chinito de la suerte. De esos que nuestro amigo Antonio Crespo, llevaba consigo en un anillo. Entrañable regalo. GRACIAS, CARIDAD Y GEMMA.
Supongo que ya está bien. Si algo se me ha olvidado, Antonio o Fili, lo dirán.
Gran día, para el recuerdo.
Hemos de agradecer los servicios prestados a los fotógrafos, Carlitos, Fernando Prior, Miguel López y todos los que fueron recogiendo instantáneas durante el encuentro.
Por último, dar nuestra felicitación a Antonio Toro y a Rafa Vilas, por la excelente organización del encuentro. GRACIAS
Un abrazo, para esta gran familia de Santa María.
Andrés Osado Gracia
PD.: Nota complementaria a la reunión de Priego de Córdoba:
¡Luego me llamáis cronista! ¡Pues menudo cronista estoy hecho.
Resulta que se me olvidó indicar una cosa importantísima, tanto que no tengo perdón.
Se acordó, a propuesta de nuestro Rafael Raya de la Mora, que la reunión de la primavera, del año 2019, se celebre en Conil. Pues dicho queda, y vayan tomando nota.
Pido disculpas por el olvido, sobre todo a Rafael.
Andrés Osado Gracia
Magnífica y detallada crónica D. Andres.
ResponderEliminarGracias.
Detallada y emotiva crónica. Muchas gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias Andrés, transmites fielmente algo inaprensible, el sentimiento que produce la amistad teencibteada. Como le digo a Fili, habrá que levantaros un monumento a ti, a el y al gran Antonio Estepa. Un abrazo.
ResponderEliminarAmistad reencontrada, quiero decir.
ResponderEliminarAmigo Andrés, como siempre, me dejas lleno y con la boca abierta con tu crónica. Como te digo siempre me alegra esa gran facilidad de palabra y para escribir. Un fuerte abrazo amigo. Manolo Sepúlveda.
ResponderEliminarAndrés, estupenda y pormenorizada crónica . No se te ha escapado ningún detalle, como debe ser. Aunque estuvimos pasados por agua, todo quedó muy superado por las emociones del encuentro y los afectuosos saludos. Lástima que las horas se hagan cortas y te queda la sensación agridulce de no haber charlado más con más compañeros. Al menos a mí me ha pasado.
ResponderEliminarRecibe mis felicitaciones y un fuerte abrazo.
Andrés, eres un maestro. Sin tu crónica, mi relato hubiese quedado demasiado recortado. Un abrazo.
ResponderEliminarEl Fili
¡Ole ahí, los buenos ojos con los que veis mis palabrillas! Si Fili envió su relato con un par de huevos -perdón, quería decir, cuando Vilas estaba comiendose un par de huevos- yo lo envié cuando estaba en el cafelito y la copita. Es que tratándose de huevos... Gracias amigos
ResponderEliminarAndrés un relato detallado lleno de emotividad, que nos mete dentro a los que estamos lejos. Un fiel reflejo del calor humano que se respiraba entre todos los amigos.
ResponderEliminarFelicidades a todos por el éxito de la reunión.
Un abrazo.
Juan Martín
Crónica magistral, maravillosamente documentada... y en la que no faltan nutridos detalles de valor entrañable.
ResponderEliminarEs un lujo contar con tan destacados cronistas y fotógrafos, pero es también ejemplar el buen rollo del grupo, al que no desaniman los llantos celestiales.
Confieso mi envidia a todos los compañeros del evento. ¡Encima recibieron regalos inestimables, como los excelentes cuadros del artista Manuel Casimiro y los monederos del no menos artesano Paco Ruiz!
Un saludo afectuoso a todos, comenzando por aquellos compañeros que se interesaron por mí, según me cuentan Miguel y Manuel.
Amigo Juan, ese calor por mucho que trate de reflejarlo, creo que queda menguado. Espero que cada vez seamos más. Gracias por tus palabras de aliento. Un fuerte abrazo.
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