Coplilla al encuentro en la Finojosa a modo de introito
De la crónica seria Andrés se encargará,
pero yo he querido adelantar
una coplilla de trovador,
intentando ser buen imitador
del marqués de Santillán.
A tan grato encuentro vamos con retraso,
cúlpese de ello a las mujeres, la verdad,
que gustan mucho más de trasnochar
que de mañana aligerar el paso.
Las ocho, y todavía en blanda cama,
El Luna surca el campo por Antequera,
y nosotros, al uso de un día de calma,
pensando en desayunar en carretera.
En el Culebrín paramos y comimos,
ya vamos tarde, qué más da,
comed sentados y tranquilos
que Jaime el acelerador pisará.
Por extremeñas tierras un atajo
nos conduce de forma milagrosa
acortando tiempo y espacio
para llegar con decoro a la Finojosa.
Agraciada fue nuestra premura
pues no vimos por doquiera
moza de tan lozana hermosura
como Sara, nuestra guía campera.
En ancha plaza de piedra y de flores,
escuchando su plática con mis amigos,
la vi tan versada en cañadas y pastores
que fuimos venturosos de ser sus testigos.
Y luego de la visita guiada
del hermoso lugar de los pedroches
con alegría despreocupada
tocaba almorzar con derroches.
Y así fue tal como lo he contado,
comimos, charlamos y reímos,
y a los postres cantamos hermanados
cantinelas que antaño aprendimos.
Bien agradecidos al amigo Ramón
que sabiamente todo lo dispuso
brindamos por él con toda razón
y le ofrecemos nuestro sincero discurso.
Espero y deseo de corazón
disfrutéis de este primer poema,
no del marqués de Santillana,
sino del Filiberto de Palenciana.
José Mª Rivera Cívico
Antequera, 21 de octubre de 2018
Crónica del encuentro
Antequera, 21 de octubre de 2018
Crónica del encuentro
"...Venid a casa.
Hay queso fresco,
frutas y nata
y viejo vino
de verde pitarra.
Véngase y yante
lo que le apetezca..."
(La Vaquera de la Finojosa de Iñigo López de Mendoza)
Estas palabras, resonaron en mi mente cuando,al pasar por el Puerto del Calatraveño, nos dirigíamos hacia el Encuentro en Hinojosa del Duque. Palabras de bienvenida que, tan dulcemente, nos dirigía la bella Catalina, esa tan gustosa en ser llamada “La Vaquera de la Finojosa”.
Una vez llegados y sin dilación nos dirigimos al Ayuntamiento. Allí nos esperaba su Regidor, D. Matías González, acompañado del Teniente de Alcalde D. Enrique Delgado. Por supuesto, entronizados por Isabel y Ramón, los anfitriones.
¡Esta vez, nos convertimos en auténticas señorías! Con toda amabilidad, el Señor Alcalde, nos cedió un sitio de honor. ¡Nos sentamos en los asientos del Pleno del Excmo. Ayuntamiento de Hinojosa del Duque! Esta vez sí fuimos de verdad señorías, no como en Plateros.
Ya se sabe, hablaron y hablamos todos (Incluido el Sr. Torraor). Pero quiero resaltar unas palabras de D. Matías González, que aparte de su generosidad en el recibimiento, manifestó su hondo pesar y el de todo el pueblo, por la situación, aún no resuelta, en el terreno de comunicaciones. Todos asentimos en la necesidad de una pronta solución, para un mejor desarrollo económico de toda la comarca. Por si fuera poco, fuimos agasajados con unos exquisitos y prácticos recuerdos. GRACIAS
A partir de aquí, se acabó la tranquilidad.
Menos mal, que Sara, nuestra docta y magistral guía, supo atraer la atención de todos. Nos fue enseñando y dando pelos y señales de los más importantes rincones y monumentos de la muy honorable Hinojosa, primero Condesado y por último Ducado.Condesado y Ducado, bien demostrado por nuestra profe, insistiendo en que nuestros ojos se volvieran hacia los escudos que hacían mención de ello. Aquí mi cuello empezó a resentirse… mirad al de la derecha, ahora al de la izquierda, luego al centro (me refiero a los escudos) Por supuesto, no faltó centímetro, de la Catedral de la Sierra, que no fuera perimetralmente explicado por Sara. Bravo por ella.
A partir del Museo, no sólo mi estómago sino las bisagras de mi cuerpo dieron la voz de alarma. Creo que la de algunos también. Ramón (del que he dejado para el final) me condujo a “verdes pastos” como buen “Vaquero de la Finojosa” y enseguida logré calmar tanto lo uno como lo otro.
¡Qué fresquita estaba la cervecita que me puso “Ramón Chico”! Es casi calcaito a su padre, cuando pequeño.
Al poco tiempo, estábamos ya todos sentados a la mesa. Ahora empezaba el momento más deseado. El de la tertulia y la “condumia” En fin, qué os voy a contar. Aquello parecía un corral de gallinas. Por cierto, excelente lugar. A mi me daba la impresión estar en una caseta de feria, con muy buen gusto adecentada.
Hubo un momento, en el que solemos decir… “ha pasado un ángel” Me hizo hincapié de ello mi contertulio de la izquierda (otra vez el cuello) Manolo Sánchez Toledano. ¿Te has dado cuenta del silencio que hay ahora mismo?Enseguida llegamos a la conclusión, previo análisis de la realidad… es que ha llegado el plato, individual, con ricos manjares de ibéricos y quesos. No falla, o hablamos o no decimos ni “mu”, ante un celestial plato. ¡Cómo no, salió a relucir el nada celestial chorizo y morcilla de Santa María, que Dios los tenga en su santo río Bembézar!
Un hecho primordial, o mejor dicho dos, me llamaron la atención. El Señor Sánchez, me dice que ha descubierto una forma de que puedan poner cadena en la cisterna del wáter de Plateros. Me enseña la foto, en la que se observa un tubo que sale de la cisterna, verticalmente hacia una media altura, de este tubo, se vislumbra una cadenita como de unos diez centímetros, suficiente para tirar de ella, pero insuficiente como para mangarla. ¡Eso es lo que queremos! Llevado de mi curiosidad, me acerco a verlo con mis propios ojos y poder comentárselo a Antonio de Plateros y me quedo aún más perplejo o sorprendido al observar que no había taza, sino aquel wáter donde nos poníamos en cuclillas, en Hornachuelos. ¿Recordáis? ¡Qué tiempos aquellos! Verdaderamente, creo que eran más higiénicos.
Seguimos comiendo, bebiendo, brindando, cafeteando. ¡Nos pusimos de grana y oro!
¡Ah! Hablando de grana y oro. Como debe ser y no puede faltar, se impuso el solideo Vicariano, a los siguientes neófitos: Ramón, Agustín, su hijo José María y su nieto Mario. ¡Qué alegría, segunda y tercera generación! Bienvenidos han sido. Por cierto, lo dejo para ser pensado… ¿para cuándo el nombramiento de Vicarianas?
El día fue genial. Como debe ser. Sin sobresaltos. Sin reproches. Genial.
Fili nos dirigió unas palabrillas que, como siempre, estuvieron sembradas.
Y ahora toca hablar de Isabel y Ramón. Nuestros anfitriones. Desde las palabras de Ramón en el Ayuntamiento, hasta las del final de la comida, todo fue a las mil maravillas. Tanto una como el otro, nuestros amigos, derrocharon amabilidad. Estuvieron pendientes todo el rato de que nada faltara. Que todo marchara dentro del horario previsto y a la más mínima ahí estaban. Serviciales al máximo. Por supuesto, como no podía ser de otra forma todo salió perfecto. Para colmo nos obsequiaron con excelente vino de Pitarra. ¡GRACIA ISABEL Y RAMON!
A modo de epílogo
Tras dejar atrás, el puerto del Calatraveño, dije “Adiós Vaquera” A lo que ella respondió:
"...Santa María,
Tres veces Santa
Virgen y madre
Pura y sin mancha,
Faz que retorne
Otra vegada;
Que yo en tu fiesta
Darete galas
Y cuantos cirios
De cera blanca,
Que mis abejas
De nardo labran..."
Andrés Osado Gracia
Córdoba, 22 de octubre de 2018
Córdoba, 22 de octubre de 2018
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