CRÓNICA DE LA REUNIÓN DEL GRUPO DE CÓRDOBA
CELEBRADA, EN LA CASA DE CLARA Y MANOLO, EL DÍA 25 DE FEBRERO DE 2016
Como niños pequeños, no permanecemos por mucho tiempo con el mismo juguete. Por eso, la reunión del “jueves fin de mes” la trasladamos de lugar y de hora. No cambiamos también el día de la semana para que nuestra cansada neurona, no sufriera en demasía con tanta modificación.
¡Magnifica decisión! ¡Clara y Manolo Ruiz
Nieto nos acogieron en su casa, con los brazos abiertos! Preciosa y acogedora
casa, donde nos encontramos muy a gusto. Los anfitriones me comentaron que se
sentían muy contentos con nuestra presencia y por haber podido ofrecer aquella
casa. La realidad es que éramos nosotros quienes estábamos tremendamente
complacidos por estar allí.
Como siempre, Andrés Luna, esta vez
acompañado de nuestro excelente chef Paco Nieto, fueron de los primeros. Y
luego, todos los demás, incluso Elena y Rafael Raya, que nos honraron, con su
presencia a pesar de vivir más lejos que todos nosotros. Es de tener en cuenta.
Éramos multitud. (al final figuran los nombres). Por supuesto también es de
resaltar la presencia de Alfonso, Paqui, Jesús y Mateo. ¡Vale… envidiosos… y la
de todos¡
¡Que alegría, especial, encontrar allí a
Pedro Antonio! (siempre será Pedro Antonio para nosotros, aunque su partida de
nacimiento diga otra cosa: mas nombres que un rey) Para muchos, casi toda una vida sin verlo.
Sigue tan joven y risueño como siempre. (como ya no estamos en el Seminario, no
se puede llamar, a esto, peloteo).
Con las herramientas de cocinar, Paco Nieto,
Andrés, Paco Sánchez, Pedro Antonio, más
los que iban y venían, se acomodaron en el “cuarto de las herramientas de la
casa”. Lugar apropiado para cocinar, para tomar la cervecita y entablar una buena
conversación. En definitiva, el aposento se convirtió en una especie de
“confesionario” donde uno tras otro fuimos pasando a contar nuestras cosillas.
En el salón, amplio y calentito salón, se concen-traron
el resto de la gran variedad de vociferantes emociones.
Cerveza, vino y buenas tapitas, animaban la efer-vescente tertulia.
Cerveza, vino y buenas tapitas, animaban la efer-vescente tertulia.
Así seguimos, en ese entrañable intercambio
de vivencias y recuerdos, hasta que desaparecieron todas las viandas, colocadas
sobre la mesa, con una esmerada esquisitez. Mientras, en el cuartillo… el chuf, chuf burbujeante del arroz y las
“pequeñas confesiones” seguían su curso…
– ¡Esto está listo, todo el
mundo a la mesa –proclamó a los cuatro vientos nuestro chef.
Antes de salir de ese cálido cuartito,
nuestro Andrés, en plan Séneca, sentenció:
–“Si en cada pueblo o región, hubiera reuniones como las nuestras, no
habría guerras… y sobrarían hasta los políticos”
(Gracias por completármelo
Paco Sánchez, no recordaba el final)
¡Ahí queda eso! Gran pensamiento que ha de
quedar guardado para la posteridad y del que hemos de sentirnos orgullosos. Ojalá
se cunda nuestra forma de entender la vida.
Enseguida, como pudimos, nos acoplamos en la
larga mesa. Allí dimos cuenta del excelente arroz con costillas y demás
delicias, que nos preparó Paco Nieto. También nos hicimos cargo, de una magnífica
ensalada, pre-parada por Carmina y Clara, con naranjas, atún y aguacate (este
último ingrediente, también, me lo acaba de chivar Paco Sánchez) Por cierto,
las naranjas eran de la finca que Paqui tiene en Palma del Río y las cuales,
muy gustosamente, Alfonso Belmonte, su consorte, se las … apropió… ¿se puede decir…
mangó? Como no podía faltar, antes de
comenzar a comer, brindamos por todos los ausentes-presentes.
Amena y agradable conversación tuvimos
durante la comida. Importante y esclarecedora fue la explicación que Pedro
Antonio nos hizo, sobre los últimos días del Seminario y los hechos que
motivaron su abandono. ¡Al triste y penoso abandono!
Terminados los postres, empezamos con las
canciones. Por cierto, entre Paco Moreno, Rafael Raya y Manolo Vida, nos
llevaron por todas las que aprendimos en nuestra niñez. Sin lugar a equi-vocarme
quedó, en el tintero, canción alguna. Bueno… hubo un intento de cantar la de
nuestro querido compositor o arreglista “Moli”, pero nos faltó la letra. La
dejamos para Baena, allí sonará mejor, cuando tengamos la letra delante.
Todo esto viene a demostrar la entrañable
reunión vivida, donde nunca faltó la alegría.
Poco a poco, ya bien entrada la tarde, empezó
a resonar el “hasta otro día”.
Los de siempre, saborearon de los últimos
instantes y con tristeza pero con ilusión se dio por finalizada esa reunión del
jueves. Para demostrar la afirmación establecida al principio de esta redacción…
quedó en el aire “el cambio de lugar para la próxima reunión”. ¡Es que no
tenemos arreglo!
Nuestro agradecimiento a Clara y Manolo por
la amabilidad al cedernos su casa para ese encuentro. Seguro que repetiremos.
¡Un sitio excelente!
Andrés Osado
Asistentes:
Manuel Ruiz Nieto, Clara Molina, Andrés Luna Prieto, Paco Nieto Molina, Pepe López Pedrosa, Ildefonso Belmonte, Antonio Martínez Rangel, Rafael Raya de la Mora, Elena Siberko, Paco Solano Raya, Paco Sánchez, Paco Moreno Osuna, Carlos Samaniego, Antonio Ruiz Martón, Antonio Hidalgo, Manolo Vida, Pedro Antonio Llamas Trujillo, Carmina Moreno, Manolo Muñoz Medrán, Paqui López, Jesús Yamuza, Paco Contreras, Mateo Calero Ruano y Andrés Osado.
Magnífica crónica que en su mayoría, dice lo que realmente pasó. Comer, beber, charlar y compartir. Qué más queremos. Yo, simplemente que en una de las ocasiones no me quiten el primer apellido
ResponderEliminarPaco Molina, espero que esta vez haya quedado en au lugar el primer apellido. Por lo menos no lo veo jugueteanto en otro renglón. Un abrazo. El mes que viene potaje.
Eliminar¡No tengo arreglo! Intento solucionar lo del apellido de Paco y vuelvo a meter el cuezo. Es Nieto, no Molina.
EliminarComo siempre Andrés sabe plasmar en una cónica el sentimiento de todos los que estuvimos presentes y los que no también, muchachos estoy orgulloso de pertenecer a este grupo
ResponderEliminarComparto eso sentimiento, amigo Rafael. Gran grupo. Un abrazo
EliminarUna vez más quienes estamos lejos de la patria chica, nos alegramos de ver antiguos compañeros reunidos al abrigo de una mesa generosa y de unos recuerdos de juventud y de estudio.
ResponderEliminarValores que hemos podido aquilatar en su justo precio, cuando cada cual por su lado nos enfrentamos a la vida tirando de las reservas interiores que supusieron aquellos años de formación.
Aparte de la añoranza y los recuerdos, nos quedó para siempre dentro el valor inapreciable de aquellos fundamentos, que luego utilizamos como un asidero a diario, casi sin darnos cuenta.
Por eso es muy grato saber que aquella simiente compartida también la recogieron otros, y que hoy sirve como un rescoldo para reunir junto a una mesa a algunos de aquellos jóvenes, haciendo un gesto de amistad.
Perpetuando el recuerdo de aquel Seminario Menor de Santa María de los Ángeles, de sus profesores y compañeros.
Me alegro con vosotros, y si puedo vendré a veros en alguna reunión si se mantiene el sitio, la hora y el lugar.
Un abrazo a todos.
Juan Martín.
A ver si es pronto. Por lo menos seguien contacto a través de las letras. Un abrazo
EliminarTu crónica, Andres, nos hace participes de la reunión, estábamos con vosotros desde la lejanía, gracias por ella. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarY, sobre todo, con el móvil, Francisco. Cerca-lejos: "la magnitud de la lejanía" Otro para tí
Eliminar¡El Premio Cervantes, es el que te tenían que dar! Extraordinario cronista. Un abrazo.
ResponderEliminarSiento no haber podido ir, pero obligaciones profesionales me alejaron a 300 kms. de Córdoba. De todos modos me congratulo de que lo pasarais tan bien como describes en tu crónica. Gracias Andrés.
ResponderEliminarAntonio Gómez