martes, 20 de diciembre de 2022

Crónica de la 49ª Reunión del Grupo Madrid

49ª Reunión del Grupo Vicariano de Madrid
Fuenlabrada (Madrid)
Casa Pepe


17 de diciembre de 2022

“Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;..”

He tenido la osadía de “usurpar”, nada menos que a Lope de Vega, estos dos versos para comenzar la crónica de la reunión celebrada anteayer en Casa Pepe. Encuentro en el que no pudimos asistir.

Le comenté A Jurado que, tanto él como Vilas, están perfectamente capacitados, por su maravilloso verbo, para contar lo acaecido en el evento, pero no entró al trapo. ¿Se comprende ahora el comienzo?

La razón por la que no pudimos asistir fue por una llamada que recibimos de nuestro hijo para decirnos que habían sufrido un accidente de tráfico, ocasionado por un conductor que se dio a la fuga, y necesitaban que fuésemos a auxiliarles. Accidente que, gracias a Dios, no fue nada grave. Enseguida se personó la Guardia Civil y detuvieron al infractor que estaba en busca y captura.

Según mis “archivos” la última reunión que estuvieron Carmen y Rafa Vilas fue en la 32ª, celebrada el día 15 de diciembre de 2018 en el palacete de Antonio López. ¡Cómo pasa el tiempo!

Me imagino los abrazos que se llevaría el Vilas después de tanto tiempo, y con el recuerdo de Carmen pululando por la mesa. ¡Ha tenido que ser duro! Pero Rafa tiene mecanismos de defensa para poder superar poco a poco esta pérdida tan grande. Los que se van no lo hacen definitivamente mientras los tengamos en nuestro recuerdo y en nuestro corazón.

Me imagino a todos en el abrevadero ingurgitando los líquidos junto a unos entrantes de paella, salchichitas, etc. y dándose novedades para ponerse al día.

Me imagino un ramillete de flores alrededor de la mesa, conversando alegremente por el encuentro, y al Jurado atento siempre para que no les faltara ni gloria.

Me imagino a Victoriano, ejerciendo de Comandante en Jefe ante el antiguo Mando. Le pregunté si le había cedido protocolariamente la vara de mando a Vilas y me contestó que tururú. ¡No comprendo cómo el poder puede atar tanto! O quizás sea el desmedido amor al servicio que posee y que le impide delegar su responsabilidad a nadie. Como tampoco le cedió la silla. Victoriano tiene las ideas claras: él es el jefe y mientras no haya una sustitución oficial ejerce como tal. Eso le pasa también a los prelados cuando toman posesión de sus cátedras diocesanas.

Me imagino la conversación entre cuchará y cuchará: repaso al valdemécum sanitario, cuarto y mitad de Los Ángeles, los interminables chistes de Vilas, exhibición memorística del Jurado acerca de las ephemérides, sucedidos de Porras que siempre terminan en un ataque de hilaridad…

Me imagino el cazo entrando y saliendo, como pozo petrolero, de la ánfora repleta de pesca de bajura. Por las fotos se ve que ha habido buena pesca. Siempre me pierdo la mejor.

Me imagino, en fin, el último “cacharritoª en la terraza picoteando las pipas de Paco y los abrazos de despedida.

Solo os puedo decir que, a pesar de la contrariedad que hemos vivido, nos hemos acordado mucho de vosotros.

Con la esperanza de vernos pronto, Andrea y yo os deseamos una feliz Navidad y que el 2023 sea generoso en salud para todos nosotros. ¡Cuidaros mucho, amigos!

Hasta que nos veamos de nuevo, ¡FELICES PASCUAS A TODOS!,

Paz y bien.

Antonio Estepa Romero

sábado, 17 de diciembre de 2022

Comida de Navidad

NAVIDAD CORDOBESA

Crónica de una comida Vicariana celebrada en el Palacio Bandolero
Córdoba, el día 14 de diciembre de 2022.

“Hoy es un encuentro de AGRADECIMIENTO”
(Manolo Vida)

“Gracias a la vida que me ha dado tanto”
(Violeta Parra)

Nuevamente se nos abría esa pequeña puerta del Seminario San Pelagio. La más reciente fue cuando nos reunimos por el fallecimiento de nuestro compañero Paco Ligero Leiva. Tal vez para algunos compañeros hacía mucho más tiempo. Seguro que nuestras compañeras lo harían por primera vez.

No se me ocurrió preguntar a alguna de ellas lo que sintieron en esos momentos. En otra ocasión he de hacerlo. De todas formas, hay una solución muy fácil: que se lo preguntéis a vuestras esposas y lo trasladéis a comentarios. ¡Venga, vamos a por ello!

Yo me vi correteando por esos pasillos. Sinceramente me sentí en calma y sin rencor alguno. Allí se fraguaron momentos importantes de mi vida, creo positivamente que también para la gran mayoría de todos nosotros, con sus altibajos. Instantes que, en gran medida me condujeron por un camino, enrevesado, con el mejor de los finales, mejor sería llamarlo “el mejor inicio que tuve para mi trayectoria”

Ya dentro de la capilla, nos detuvimos a contemplar los cambios introducidos en la misma y a deliberar sobre aquello que ya estaba o que no estaba.

Nos colocamos todos juntos en el altar, nada de bancos que producían cierto alejamiento.

Nuestro compañero Manolo Vida, presidía la reunión eucarística. Antonio Caballero se quedó haciendo piña con todos nosotros.

Manolo fue muy sincero, coloquialmente puedo decir que estuvo sembrado.

Comenzó diciendo que “…este momento es un encuentro de agradecimiento…” Siguió mostrándonos todos esos otros instantes de agradecimiento que figuran en el Nuevo y Antiguo Testamento.

Me quedo, con una observación que hizo: “El agradecimiento es propio de la sabiduría de los que han vivido”

Terminó su comentario exhortando a dar siempre gracias a Dios.

Fue una reunión fraternal, llena de emotividad en la que Manolo provocó a que cada persona de las allí presentes expresara lo que llevaba dentro. Se logró, en gran medida. Una por una fuimos dando nombre a esas personas que han formado parte de nuestra vida y que no estaban corporalmente presentes, aunque si permanecían en nuestros corazones: comenzando por Antonio Rojas Lorente y terminando por la más reciente como fue Carmen Yagües. Nos acordamos de nuestras madres, especialmente por la madre de Moli, fallecida hacía unos días.

Terminado en acto nos dirigimos al espacio reservado a Residencia Sacerdotal. Departimos con alguno de los que fueron nuestros superiores como D. Manuel Cuenca y D. Emilio Pavón.

Luego tuvimos un ratito de charla en uno de los salones situado frente a la capilla. Allí decidimos que el próximo encuentro lo podíamos celebrar, en el Seminario de Santa María de los Ángeles, el sábado, día 15 de abril de 2023. De esto a la cabeza de Antonio Luna, le daremos, entre todos, la oportuna forma.

De lo que pudimos visitar, todo estaba muy cambiado:

El Patio de Cemento se había convertido en un claustro, enlosado y con jardines; el Patio de los Mártires totalmente reformado también, lucía con mejor aspecto. De todas formas, ya no hay quien juegue ahí a la pelota. Ni que decir tiene el gran cambio dado al lugar que ahora ocupa la Residencia Sacerdotal.

Llegado el momento nos fuimos encaminando hacia el Restaurante. Poco a poco, con la calma que nos caracteriza, fuimos llegando. Nos habían colocado en un bello salón, apropiado para las personas que éramos. Cada cual fue tomando asiento según su criterio y tiempo de llegada.

Afortunadamente, con un pequeño retraso, Pilar y Antonio Luna pudieron llegar. Una visita médica impidió la puntualidad. No obstante, hay que darles un aplauso porque a pesar de las dificultades y la distancia, tuvieron la fuerza de voluntad de no perderse el acto. Nosotros quedamos orgullosos de tal demostración de compañerismo y amistad.

¿Qué decir de la comida? Estuvo genial. Sin "caramales" pero “del diez” Cuando se presentaron con la paella, pensé que se trataba de una piscina para que nos diéramos un baño. ¡Era gigantesca!

Todo estaba riquísimo. La prueba es que no sobró nada de nada. Ni un grano de arroz.


MOMENTOS IMPORTANTES:

No podía faltar acordarnos de nuestro entrañable amigo Miguel López Navarro. Como era su cumpleaños le cantamos el cumpleaños feliz y brindamos porque se encuentre entre nosotros, derrochando alegría y paz, durante muchos años.

Como suele ser costumbre, hubo imposición, por parte del magistral D. Carlos Samaniego Ortiz, del solideo como “Vicariano” a los siguientes compañeros:

Rafael Serrano Elías


Antonio Luna


Rafael Cantarero Prieto

A falta de nuestro querido Moli, ausente por el fallecimiento de su mamá. Pacomo entonó una canción como recordatorio de que aún se nos da bien eso de cantar.

Se me ha ocurrido, que en el próximo encuentro y porque se lo merecen, quizás más que nosotros, sobre todo por aguantarnos, le deberíamos de imponer el solideo también a nuestras esposas.

La comida discurrió por unos cauces excelentes.

Tanto es así, que Carlitos me dijo que hasta todos tenían preparado el dinero justo, como se acordó. Digo yo que en el fondo somos formidables.

No quiero resaltar la presencia de nadie, en concreto, porque la de todas las personas que allí estábamos fue fundamental. Me enorgullezco por ello y os doy la gracias por ser como sois. GRACIAS.

Permitidme que valore sobremanera el esfuerzo realizado por Rafael Serrano Elías. El ha sido el organizador del evento, de principio a fin. Gracias Rafael.

Por supuesto no podemos dejar atrás a Manolo Sepúlveda, que puntualmente nos ha ido dando relación de asistentes a esta Comida de Navidad. La enfermedad de Lola y de el mismo, han impedido su presencia entre nosotros. Afortunadamente se están reponiendo bien. Gracias Lola y Manolo.

Hemos de dar gracias por este grupo tan formidable que tenemos. Ojo, no sólo me refiero a los asistentes, sino a quienes formamos parte de esta gran familia.

Creo que es suficiente. Ahora le dejo el trabajo a Carlitos con las fotos y a Rafa Vilas para poner en orden y bonito, todo esto. También gracias ellos.

Córdoba, 17 de diciembre de 2022

Andrés Osado



domingo, 30 de octubre de 2022

Visita al Seminario de Sta. Mª de Los Ángeles

RETORNO A SANTA MARÍA DE LOS ÁNGELES

Hornachuelos, 26 de octubre de 2022

Afortunadamente tenemos pasado.

¡Que sería de nosotros si no pudiéramos acurrucarnos de vez en cuando en el: a escuchar de sus labios esa canción de cuna que nos hacía dormir sin miedos, o cuando nos susurra al oído momentos dichosos!

El autobús salió a las 9’30 en punto, no del sitio de antaño (calle de la Bodega) sino uno de acorde a los tiempos. Tampoco el día era de los usuales. Eso no importaba, habíamos salido. Cada giro de sus ruedas parecía como si las agujas de nuestro reloj sentimental tomaran un sentido contrario, haciéndonos retroceder en el tiempo. Como si, de pronto, nuestros ojos se hubieran vuelto niños y ávidos de inquietud revolotearan con nueva energía:

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Villarubia – Almodóvar – Posadas – Estación de Hornachuelos – giro a la derecha… Hornachuelos.

Cuando, como algunos decían, “dejamos la autovía de Hornachuelos”, nos introdujimos verdaderamente en el túnel de nuestro tiempo. Poco importaba el mal estado del camino. Ángel, nuestro agradable y servicial conductor, al mando del excelente autobús, nos llevó formidablemente. Por cierto, nada que ver con aquel Barreiros amarillo que tan bruscamente nos transportaba cuando era menester.

Los ojos bien abiertos y el corazón latiendo a cien por hora. ¡No parábamos de señalar y comentar lugares!

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Por fin del Campo de Futbol y la Fuente con el Pozo

¡Ya teníamos todos entre 10, 11 o 12 años!

Por fin el último giro a la izquierda, en la explanada del Palo de Banderas y … ¡SANTA MARIA DE LOS ANGELES!

¡Habíamos llegado al comienzo de todo!

Allí nos esperaba José Antonio Moriana, sacerdote responsable de la Residencia San Gabriel, anexa al Seminario. Según nos explicó, está dedicada a reinserción social de personas dependientes (en la actualidad hay catorce personas y una larga lista de espera). Es intención de habilitar habitaciones para Albergue de fines de semana. También en la zona de las cabrerizas de arriba, se va a construir un monasterio para monjes Camaldulenses, de vida contemplativa. Hay dos monjes que, provisionalmente, están utilizando dos habitaciones del Seminario, hasta la finalización del monasterio.

Por lo menos sabemos algo más para lo que está dedicado nuestro antiguo edificio.

Gran parte de la zona baja se había remodelado totalmente. Nuestra mente se puso a recomponer:

Rápidamente, nos vimos corretear por aquellos lugares. Dicho a modo de anécdota y como algo novedoso, con respecto a aquellos tiempos, es que lo primero que hicimos fue identificar ¿Dónde estaban los cuartos de baño? (¡ay la próstata!) Por mucho que retrocedimos en el tiempo, esta situación no logró mejorarse ¡que le vamos a hacer!

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El patio de alquitrán, las clases, la sala de los pichonchos, la habitación de los sustos o cuarto del Rector. Una vez en el Comedor, empezaron a circular esas lentejas, chorizos, sopas etc. de las que para algunos eran un auténtico suplicio. Para otros afortunadamente eran una auténtica delicia.

La visita a la capilla la realizamos más concienzudamente. Por supuesto en altar mayor, ahora totalmente diáfano, totalmente blanco sólo lucía una imagen de Nuestra Señora de los Ángeles. Nosotros la pusimos rápidamente en su retablo dorado de estilo barroco. Relucía radiante como siempre. También, desde el coro comenzó a oírse esa voz de otro ángel, Rafa Vilas, que tanto nos sobrecogía, sobre todo en las despedidas. Ubicamos los bancos, los cuadros, los confesionarios etc. Creo que no faltó nada. Todo permanecía en el mismo sitio. ¡Que portentosa es nuestra mente!

No pude bajar a la zona que constituye realmente la Residencia San Gabriel. Algunos lo hicieron y de camino visitaron los alrededores, que aún permanecen inalterables. Podréis ver las fotos.

Es curioso pero debido a mi afán por agarrarme a lo mejor del pasado, cuando miraba, por encima de la primera planta, lo veía todo tal cual lo dejamos. Incluso llegué a contemplar esa serpiente, de algodón que, en algunas mañanas de primavera, venía a visitarnos, en su recorrido por el Bembézar. Me embargaba un sentimiento de paz y alegría. Miraba las caras de los allí presentes y apreciaba los mismos reflejos brillantes, emanados de sus interiores.

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Los más niños y posibilitados físicamente, aunque menos traviesos que en otros tiempos, se atrevieron a visitar La Cruz. Otros, en la sombrita, permanecimos sentados en ese poyete que como “el otro día” nos servía de descanso y charla.

No quedó más remedio, pero llegó la hora de abandonar el lugar. Sólo físicamente, porque en nuestro interior seguirá erguido, haciéndonos compañía.

No volvimos con tristeza. Todo lo contrario. Nuevamente nos dispusimos a hacer un repaso de todo lo que nuestra mente tenía impresa y que ese momento nos hacía refrescar.

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Ángel nos había reservado un restaurante en el pueblo, el bar “Melojo” Esta vez no nos esperaban los chavales del pueblo para tirarnos piedras, llamándonos “alúas” Se trataba del antiguo Casino del pueblo. Un lugar acogedor y que denotaba entre sus paredes, la huella de su señorial pasado. Si el lugar era exquisito, dentro de su sencillez. La comida también resultó ser formidable. La atención inmejorable.

¿Creéis que faltó aquello que siempre decimos?

No, no faltó. Hubo, como siempre, “caramales”, acompañados de boquerones, tortillitas de camarones y merluza. ¡Toma ya!

Además, tuvimos chorizo frito, ensalada de tomate con atún y una buena paella. ¡Genial!

Tuvimos una amena tertulia. Esta vez no tomamos acuerdos. No era el momento. Aún nos queda la comida de Navidad. Por cierto, hay que animarse para que seamos muchos.

¡Ah! Brindamos, como siempre por todos. Digo todos, porque todas y todos estabamos allí.

Sigamos queriéndonos.

Andrés Osado, 29-10-22

viernes, 28 de octubre de 2022

Crónica de la Reunión del Grupo Madrid

48ª Reunión Grupo Madrid
22 de octubre de 2022

Casa Pepe
Fuenlabrada (Madrid)


Los que tuvimos el honor de servir en el Cuartel de Infantería de Lepanto de Córdoba, llevamos impreso en la memoria el artículo sesenta y cinco de las Reales Ordenanzas, que dice:

“El cabo, como jefe más inmediato del soldado, se hará querer y respetar de él; no le disimulará jamás las faltas de subordinación; le infundirá amor al servicio y mucha exactitud en el desempeño de sus obligaciones; será firme en el mando, graciable en lo que pueda y será comedido en su actitud y palabras aún cuando sancione o reprenda.”

¿Por qué he rescatado las Reales Ordenanzas? Como antiguo militar solo cumplo con mi deber y con mi conciencia antes de que sea demasiado tarde. La experiencia como Cabo de Limpieza me obliga a ello.

Se está detectando en la tropa una cierta inquietud por la pérdida de mando de nuestro Comandante en Jefe. Es verdad que este deterioro es lento pero hay que tomar medidas antes de que llegue la abdicación o derrocamiento como resultado del avance obtenido por parte conyugal. Es un tema que hay que vigilar de cerca para que nuestro Comandante siga contando con la integridad, patriotismo, disciplina, abnegación, lealtad y espíritu de cuerpo de sus subordinados. Perdonad mi inmodestia, pero de esta problemática adquirí cierta experiencia, llegando a abortar ciertos movimientos subversivos en la limpieza soldadesca.

Espero no haber perturbado vuestras límpidas conciencias, pero me veía en la obligación, como he dicho antes, de compartir con vosotros esta anomalía en la cadena de mando.

El cuadragésimo octavo encuentro tuvo el mismo denominador común que los anteriores: puntualidad y sincera alegría por vernos de nuevo. La asistencia rozó la mayoría absoluta. Nos alegramos todos al ver de nuevo con nosotros a Cari, a Pilar y a Antonio Porras.

Siempre con el recuerdo de los ausentes, comenzamos ejercicios de calentamiento con barra fija y levantamiento de vidrio. Rápidamente observé algo raro en la boca de Victoriano: lucía como una mancha oscura. Comenté que sería una calentura labial. Alguien comentó lascivamente que había “bajado al moro”. ¡Esta gente no tiene remedio! Manolo Jurado, como siempre, se ocupó de la mesa de nuestras ninfas para que estuvieran debidamente abastecidas, culinariamente hablando claro.

Con la exactitud y disciplina de un desfile militar, fuimos desfilando hacia el comedor para ocupar nuestra mesa. Todos respetamos escrupulosamente las sillas destinadas a nuestro Jefe y cónyuge.

Antonio Porras y yo repetimos con la ánfora de sopa de pescado. No estuvo mal, pero nunca comparable con las primeras que probamos allá por 2017. ¡Allí había pesca de bajura! Se me olvidó preguntarle a Paco si Casa Pepe ha cambiado de cocinero. El tiempo transcurría veloz entre cuchará y cuchará, aportando cada uno lo mejor de sí mismo. Entre sucedidos, anécdotas y chistes llegamos a los postres. Íbamos a cantar “el cumpleaños feliz” a Victoriano cuando Consuelo abortó el intento, argumentando que lo haríamos en la terraza antes de la invitación. Una vez fuera, Andrea se las ingenió para traer una vela con el número tres, el único que había. Lo metimos en una botella de tónica schweppes, la encendimos, di tono, y cantamos a dos voces y tres gallos la famosa canción. Creo que por pudor los vecinos de mesa no se arrancaron en aplausos, aunque la envidia se asomó tímidamente a sus pupilas.

Tardamos todavía un rato en levantarnos para la despedida. Aunque la tarde estaba fría, era tal el calor que emanábamos que creíamos estar en Copacabana. Aprovechamos el tiempo para asaltar a Antonio López con preguntas y dudas sobre diversos temas que nos preocupaban. Antonio, con la paciencia y pedagogía de un Maestro Escuela, iba contestando con sabiduría cada interpelación, mientras picoteábamos, cuan gallinas de corral, las inseparables pipas de Paco. Tendremos que comprar un dispensador de turno para que nadie se cuele ni monopolice este servicio vip que Antonio López nos ofrece de forma altruista.

Le propusimos a Antonio celebrar en su palacete la última del año, antes de que empiecen las fiestas navideñas. -¡Como si queréis celebrar la Nochebuena!-, fue la contestación. ¿Cómo no lo vamos a querer?

En la calle, foto de grupo, abrazos alegres de despedida y el corazón rebosante puesto en el próximo encuentro. ¡Esto es un no parar!

Antes de terminar, Andrea y yo, queremos agradecer de nuevo a Manuela y Jurado su disponibilidad y espíritu de sacrificio para con nosotros. Y a todo el grupo por esperarnos hasta que estuvimos operativos.

Hasta la próxima,

Paz y bien.

Antonio Estepa Romero

jueves, 6 de octubre de 2022

Ana Belén Calero en nuestros corazones

              HASTA SIEMPRE ANA BELÉN

Querida Ana Belén:

              Larga se nos hizo la empinada cuesta de la Herrería. Más aún, con la pesadumbre que invadía nuestros cuerpos. Al final, llegamos a la rojiza Iglesia de Nuestra Señora del Carmen. Según nos comentó su párroco Juan Vicente “rojiza  por el oxido de su piedra molinaza”­  De todo esto, Ana Belén, tú sabrás también bastante.

              Muchos de nosotros no hemos tenido la suerte de haberte tratado personalmente. Pero no importa. Con el profundo conocimiento que tenemos de tu padre Mateo (no tanto de tu madre Mariana) has debido aprender de ellos a derrochar amor y ternura por todas partes. Tu presencia nunca habrá pasado inadvertida, pues tu alegría, como fragancia fresca, inundaría todo tu alrededor.

              A tu Padre se le llenaba la boca de alegría cuando pronunciaba tu nombre, contándonos algún aspecto tuyo. No se guardaba nada para sí mismo. Lo mismo que de tu hermano.

              Ahora te tendremos más cerca. Vas a permanecer incrustada en nuestra mente, como un bello recuerdo.

              No te preocupes por tu marido Francisco y tu pequeñín Hugo, ayer vimos la gran familia que está en torno a ellos.

              Que sepas que tu Madre y tu Padre, nos tienen también a nosotros para lo que necesiten. Ya habrías oído hablar de la unión que existe entre nosotros.

              Quiero ahora recordar esas palabras llenas de sencillez, amor, esperanza y fe, que te dedicó nuestro querido compañero sacerdote, Manolo Vida.  El, junto a tu párroco Juan Vicente oficiaron la Eucaristía en tu nombre:

“…Te damos gracias, Señor, por esta mujer, Ana Belén, que nos fue tan cercana y que de repente ha sido arrancada de nuestro mundo.

Te damos gracias por el amor, la paz y la amistad que regaló y repartió a su alrededor.

Te pedimos, Padre, que nada de su vida se pierda. Que los que vienen detrás de ella, sus familiares, amigos, vecinos puedan respetar lo que para ella era sagrado. Que sus buenas obras nos sirvan de ejemplo ahora que ya no está.

Te pedimos, Señor, que los que estuvimos unidos a ella lo estemos aún más, ahora que la muerte nos la ha arrebatado y que en esta unión podamos apreciar que tú Dios, siempre nos serás fiel hasta la muerte”

              Ana Belén, estarás de acuerdo con nosotros que nuestro compañero Manolo derramó sobre ti y todos los allí reunidos un sublime canto de amor y fe. Bellos sentimientos de un corazón noble, hacia una no menos noble persona como tu.

              Por eso me ha parecido oportuno reflejarlas aquí, en un folio que comenzó estando en blanco y que ahora se ha llenado con tu nombre, Ana Belén.

              Luego nos fuimos bajando algo más aliviados, no sólo porque no había cuesta arriba, sino porque te sentíamos más cerca. Hubo quien dijo: “se nos ha hecho más corto el camino”

              Que sigas recorriendo lugares preciosos como el de la foto y que el sol te sea leve.


Andrés Osado

lunes, 26 de septiembre de 2022

Se nos jubila El Añoro

Merecido homenaje

Como ya sabéis, días pasados La Asociación Española de Derecho Mercantil ha homenajeado a nuestro ínclito amigo Agustín, en un Congreso celebrado en la Universidad Pablo de Olavide, con motivo de su ya inminente jubilación. 

Total, tampoco era para tanto... ¡Para dos horitas lectivas semanales que es lo que da el tío!...

Pues sí, se nos jubila nuestro querido añoro. Pero yo no me fío, con este hombre nunca puedes estar tranquilo: un pajarito me ha cantado que ya lleva un año metido en la Licenciatura de Filosofía como un alumno más. ¡Un añoro filósofo!!! Añora, sin duda, a su gran maestro en san Telmo, el profesor Garrido Luceño, cuyos apuntes de clase los escribía a máquina sobre la marcha. Éste, como se lo proponga, deja en mantillas a Kierkegard y a Heidegger.

Se nos jubila Agustín. El hombre camaleónico. Pueblerino en el pueblo y catedrático en la ciudad; blando en el agasajo y férreo en la exigencia; campechano en el bar y rígido en la tarima; un paisano más en la Añora y autoridad mundial del comercio en Nueva York, Viena o Tegucigalpa. Un hombre sencillo y familiar, y a la vez sobresaliente y conspicuo.

Se jubila, sí, un hombre insaciable a quien en su día diagnostiqué de huérfano del núcleo hipotalámico de la saciedad, pero rebosante de neuronas del gozo; un bon vivant sin pijotadas; un disfrutón de la vida. De una vida sencilla, en familia o entre amigos.

Se nos jubila el amigo más vitalista y positivo; el que venció con optimismo al tifus, a la meningitis y al cáncer; el que me conmueve con su mono azul, su bicicleta mohosa y su sombrero de paja; el que escandaliza a la concurrencia con sus estentóreas risotadas.

¡¡Larga vida para él, el más añoro de todos los noriegos!!

Clica sobre la imagen para ver el artículo publicado por la UPO

Jose Mª Rivera Cívico "El Fili"

sábado, 24 de septiembre de 2022

Homenaje a Antonio López Sicilia - Sociedad de Plateros de San Francisco

UNA JUBILACION QUE NO FUE UN ADIOS, SINO UN HASTA SIEMPRE 

Reunión del grupo de los vicarianos de Córdoba

En la Sociedad de Plateros de la calle de San Francisco

Córdoba, 22 de septiembre de 2022

El día 20 pasado, había quedado con Pacomo para, entre otras pláticas, saber del estado de su operación.

Cuando ya paseábamos a la fresquita de la mañana, me advirtió que Antonio López Sicilia, dueño de Plateros, nos dijo que nos daría un perol por su jubilación. Dicho y hecho, le llamamos y nos dijo que estaba esperando a que le avisáramos del día que mejor nos viniera a todos, menos el fin de semana.

Para no darle mas vueltas, consideramos que el mejor día era el jueves de esa semana. La fortuna quiso que nos encontráramos con Rafael Serrano, nuestra tabla de salvación como viene siendo costumbre. Propuso hacerle una placa de la cual el se encargaría. Solo necesitaba texto y escudo. Sin dilación alguna nos pusimos a organizar. Como siempre, la lista de rigor y Rafael, ya con el texto y el reconvertido escudo de Santa María de los Ángeles-San Pelagio (realizado por Rafa Vilas) encargó la placa. Antonio ya supo del día y todo marchando.


A las trece horas del día en cuestión nos dimos cita en la puerta de Plateros: (como en el teatro, por orden de aparición) Rafael Serrano, Antonio Martínez, un servidor, Antonio Hidalgo, Pacomo, Carlitos, Diego, Pepe López, Paco Raya y Manolo Vida.


A la voz de ya, esta vez no hubo campana que avisara, nos entramos al salón, donde estaba dispuesta la mesa. Rafael Serrano tuvo que irse con antelación debido a las tareas de abuelo, que no pudo eludir. Sentimos su ausencia, pero a igual que todos los no presentes, fueron tenidos en cuenta.

Nos sirvieron la bebida y como Antonio debía marcharse, pasamos a entregarle la placa. Carlitos en nombre de todos hizo los honores: dándole las gracias por habernos dejado su casa y deseándole mucha salud y felicidad. Hay que decir que Antonio se sintió muy emocionado. Alguna lagrimilla dejó entreverse en sus mejillas. Resultó un momento conmovedor y sincero.

Luego la tertulia, haciendo hincapié en aquellos primeros momentos en que empezamos con estas reuniones. Hubo recuerdos para todos y para quienes están en el otro lado.

Dio para mucho el tema pues creo que no quedó momento importante sin recordar.

No, no vayáis a pensar que ahora voy a decir eso de “caramales”. Esta vez no hubo bocatas sino un buen queso, embutido variado y una excelente paella. ¡Estaba riquísima! Buena cuenta dimos de todo.

Eso si, como toda reunión de las nuestras, se tomaron algunos acuerdos.

1.- Cambiar los encuentros de fin de mes. Seguirán siendo fin de mes, pero en lugar de los jueves serán los miércoles y en vez de por la noche, al medio día. MIERCOLES FIN DE MES A LAS 13H.

2.- La próxima reunión del mes de octubre, la vamos a cambiar por una avanzadilla hacia el seminario Santa María de los Ángeles. Ya lo comunicaremos la semana que viene. No se trata de la reunión general, sino para preparar la reunión de primavera.

3.- La Comida de Navidad, tenemos previsto celebrarla en el Restaurante el Bandolero, el día 14 de diciembre, sobre las dos. Precio aproximado 33€. A las doce treinta, de ese mismo día, queremos celebrar una Misa, a poder ser en el Seminario, por aquellas compañeras y compañeros que nos han ido dejando. Así como por la salud de quienes vamos quedando.

De esto le daremos traslado a Antonio Luna, como encargado general la convocatoria de estos eventos.

Y por hoy no hay más que contar

Os deseo mucha salud.

 ¡¡Vamos palante!!


Andrés Osado

jueves, 15 de septiembre de 2022

Juan Martín - Control de calidad a nuestra conciencia

Las monjas con sus cánticos, representaban la otra cara de la condición humana proponiendo Solidaridad y Esperanza desde la Fe.

Entonces recordé las noticias sobre las víctimas, y las familias que huían de las bombas.

La destrucción gratuita de personas y poblaciones, es un hecho imperdonable.

Las noticias mostraban imágenes de ciudades bombardeadas y de víctimas abandonadas en las calles. En pleno siglo XXI no se entiende que naciones desarrolladas, hoy elijan la guerra ocasionando miles de víctimas civiles y militares, para resolver problemas de tipo político o demográfico. El futuro de la humanidad se merece otra solución.

Nos vino el cambio climático, el virus, el volcán, y ahora la plaga de la guerra. Estamos viendo morir a población civil y a soldados, sin saber el por qué de tanto desastre. La democracia en retroceso, por un caballo de Atila que galopa desbocado.

El calentamiento y el precio real de los combustibles, nos llevarán a una crisis económica global.

Está claro que el Planeta sigue su curso evolutivo aun a pesar de los desastres de cada época. Siempre hubo guerras, pandemias y hambre, pero iban con lanzas y en carro. En este siglo XXI se debería haber aprendido algo, para avanzar conjuntamente hacia el futuro.

Una contagiosa alegría inocente traspasaba la pared del colegio.

El Sol matinal animaba a salir de casa para despejar la mente, así que haciendo caso al consejo del médico, mi mujer y yo nos pusimos las zapatillas y salimos a la calle con precaución, para no pisar entre las hojas las heces de algunos canes que sus dueños no retiraron: Eso también es otra forma de asumir en primera persona, el concepto de la democracia mal entendida en los espacios públicos.

A medida que avanzábamos, se empezó a escuchar en la calle el barullo característico del patio de un colegio infantil.

Ahora casi no se ven pájaros volando, y aquellos niños y niñas llenaban con sus juegos el aire de alegría, animando la mañana saturada por el tráfico.

Los padres siempre hemos admirado el candor infantil.

Algunas mamás y papás en la puerta daban los últimos consejos a sus hijos, colocándoles bien la mochila antes de entrar en el colegio. Los hijos son la continuidad ante el futuro, por encima de penalidades y virus.

Las crías de cualquier especie son cuidadas con mimo por sus madres, la protección de los hijos es un néctar espiritual que va en la genética de todas las especies. La vida es el motor del crecimiento que ha propiciado la perfección física de las funciones, y los seres humanos no somos una excepción. La culminación de ese recorrido de millones de años, hoy se resume en la inteligencia, la civilización, y en los valores morales.

Caminábamos a buen ritmo, mientras iba distraído con aquellos pensamientos.

El tráfico fluía incansable y el olor característico de los gases del motor mal quemados, se filtraba por la mascarilla llegando nítido hasta la nariz y pasando a los pulmones de forma inapelable, provocando a veces un carraspeo recurrente.

Íbamos en paralelo a la salida de la ciudad, cuando divisamos el edificio del Museo de la Ciencia, un centro que difunde el avance tecnológico y la cultura. Sin saber por qué me vino a la memoria mi época de aprendiz de herrero, cuando Antonio, Paco y yo con un mallo en la mano, golpeábamos sincronizados las rejas al rojo vivo justo donde Juan el maestro herrero, nos señalaba con su martillo. Una forma de convertir con el trabajo ordenado un trozo bruto de hierro, en algo útil para sembrar campo.

Aquel Monasterio de estilo Modernista parecía una Iglesia

Tocaba dar la vuelta y regresar a casa, así que rodeamos el enorme edificio del Museo para volver, cuando la silueta esbelta de una Iglesia Modernista con fachada de ladrillo visto nos llamó la atención, estaba adornada con grandes vidrieras.

Ante la puerta de entrada había un espacio no muy amplio, en cuyo lateral se encontraba instalada una pequeña tienda en la que se podían comprar dulces y recuerdos. Luego supimos que el edificio no era una Iglesia, sino que aquella era la entrada del antiguo Monasterio Cisterciense de Santa María de Valldonzella.

Vimos cruzar la puerta a varias personas sin detenerse, y las imitamos para conocer su interior. Iban a oír misa, dentro pudimos admirar los altos arcos y vidrieras junto al altar sobreelevado. Unas diez monjas todas revestidas con un hábito blanco, empezaron a entonar un dulce canto acompañadas por el órgano, y enseguida entró el sacerdote para oficiar la Misa. Entonces nos quedamos escuchando la armonía de aquel coro.

Misa cantada por religiosas Cistercienses

Me pareció ver que eran dos formas de entender el Mundo. El Museo de la Ciencia estudiaba el Planeta examinando la evolución y todo tipo de formas de vida, en cuya cima el cerebro humano destacaba claramente.

Y ante aquel Altar, partiendo de la humildad de reconocerse frágiles criaturas, aquellas monjas cantaban para honrar a Dios Creador del Mundo. Era la actitud lógica de la sensatez, reconociendo la Bondad que convirtió la nada en Valores. Una Mano Creadora que tejió neuronas y órganos para descubrir el Conocimiento, y alcanzar los Valores Espirituales.

Aquellas palabras de Compasión contrastaban con la brutalidad de la guerra.

Mientras escuchaba atento junto a mi mujer los cánticos de las monjas, deduje que las personas necesitábamos sentir la trascendencia de nuestras vidas. En el Seminario nos enseñaron a valorar lo que cada persona somos, desde un respeto hacia los demás que empieza por uno mismo como integrante de este Mundo. Se debía mirar con los ojos del Evangelio, que nos aportó la Esperanza en una Trascendencia más amplia.

Un canto familiar me sacó de mis pensamientos: "Padre nuestro que estás en el Cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, y perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal”…. Amén.

La oración de Jesús pedía amparo a Dios, como única alternativa a esta vida material.

Las oraciones cantadas por las monjas no necesitaban traducción

Hacía tiempo que no asistíamos a una celebración litúrgica de ese nivel, así que mi esposa y yo decidimos sentarnos en un banco, y escuchar hasta el final aquel regalo matutino de oír una Misa cantada por diez monjas Cistercienses.

No cabe duda de que aquellos cantos de las monjas eran alabanzas a la inmensa Bondad de Dios, reconociendo su Misericordia. Y a Cristo resucitado ensalzando su Gloria ante la dura realidad actual de una sociedad ciega. El canto era un bálsamo de esperanza ante nuestra insignificancia material, como criaturas vivas existentes en el Cosmos.

Allí sentado, sentí la misma emoción que en los Ángeles

Intenté afinar el oído por si reconocía la letra, pero los cantos y la música eran nuevos para mí, y seguir los contenidos de aquellas blancas voces me resultaba difícil.

Sin embargo, el conjunto respondía al mismo esquema que vivimos en el Seminario, cuando nuestros profesores nos explicaban hace cincuenta años el profundo significado del Padre Nuestro, la primera oración que Jesús enseñó a sus Discípulos.

Una forma de ubicarnos entre todo lo que nos rodea, el lugar que cada uno ocupa en el Mundo, seres únicos que amamos y sufrimos frente a todos los avatares de la vida, ya desde el mismo nacimiento.

Las monjas parecían repetir, que solo desde la humildad se intuía la Bondad del Dios que nos pensó, y que ante los desafíos de este Mundo, solo sirve la Fe y cumplir su Mandamiento.

La violencia de las guerras representaba el fracaso del proyecto humano.

El repaso del presente entre los muros de aquel antiguo monasterio, nos parecía algo triste si no fuera por la llama de esperanza de aquellas súplicas suspendidas en el aire, para iluminar la mente de quienes gobiernan en el mundo.

Un laboratorio enorme este Planeta, gestionado desde el nacimiento de la vida de forma magistral por un Impulsor, que ahora seguramente no permitirá que se destruya de esta forma tan burda, a base de estupidez, contaminación y bombas.

Era un bálsamo para el alma saborear aquel recogimiento oyendo cantar a las monjas, la música nos hacía ver las diferencias que existían entre la fecundidad de la paz, y la destrucción de vidas y ciudades para alcanzar liderazgos políticos.

Hace cincuenta años en los Ángeles, la Misa tenía la misma solemnidad melódica que estas monjas conseguían con sus cantos, se buscaba de igual manera elevar a Dios una plegaria de reconocimiento, de iluminación ante el futuro en la vida, y de amparo y perdón por los errores cometidos.

Recordaba las voces de mis compañeros cantando el Tantum Ergo, el Pange lingua, o la Salve Regina.

El regreso a casa lo hicimos a buen paso, pero ahora íbamos más reconfortados después de oír la sentida petición por la Paz, que las monjas hicieron en aquel Monasterio.

Juan Martín

sábado, 10 de septiembre de 2022

Reunión G. de Córdoba, 25 de agosto de 2022

CRONICA DE LA REUNION CELEBRADA EN LA SOCIEDAD DE PLATEROS

Córdoba, 27 de agosto de 2022

Un día más, como ya viene siendo frecuente, comenzamos la reunión brindando por quien nos había dejado hacía unos días. En esta ocasión se trata de nuestro compañero

Francisco Castro Jiménez.

Va por ti, querido compañero Paco:
Tuvimos la gran Suerte de conocer. Unos por más tiempo que otros.

Dejaste un grato recuerdo en todos nosotros. Degustamos juntos, los manjares de Plateros y nos deleitamos con los relatos de nuestras experiencias en aquellos peroles, que tuvimos la suerte de compartir en ese salón tan emblemático para nosotros. Pasarás a estar juntos a nosotros, además de en la querida vitrina.

GRACIAS POR TU AMISTAD QUERIDO PACO.

Brindamos también por la salud de esta Gran Familia del Seminario de Santa María de los Ángeles.

Sabíamos que muchos de vosotros estabais de vacaciones. A pesar de todo consideramos oportuno reunirnos, aunque fuéramos pocos. El caso es reunirse y pasar un rato agradable.

Como aquello de que la cabra siempre tira al monte, nuestras conversaciones que, de una u otra manera empezaban por temas diarios y personales (de gran valía) siempre terminaban retrocediendo a tiempos pasados. Buen repaso le pegamos a todo nuestro pasado.


Pero esta vez le dimos fuerte a plantearnos una realidad irrefutable: “Nos hemos hecho mayores” Manolo Vida, el respecto de ello nos contó como no hace muchos días una persona, refiriéndose a el dijo: “sí, ese cura mayor”. Yo digo que será mayor, pero ¿a que no lo aparenta?

Como éramos pocos, pero bien avenidos, tuvimos una fructífera tertulia. No faltaron las sonrisas que a eso no hay quien nos gane.

Como tampoco nos gana nadie a tomarnos esos:

Bocatas de caramales y de atún con tomate; a veces aprieta el hambre y cae también alguno de jamón. A lo hecho pecho.

No podían faltar acuerdos:

-Para que no nos pille el toro, esta vez, vamos a preparar, con tiempo suficiente, la Comida de Navidad. Rafael Serrano, con esa gran virtud de servicio, que le caracteriza, se responsabilizó de ofrecernos sitio y menú. Se comunicará a su debido tiempo.

-Como Antonio, dueño de Plateros, se jubila para el próximo mes de septiembre quedó poner en práctica el compromiso adquirido hace tiempo, de ofrecernos un perol allí en Plateros. Será al medio día, como en otras ocasiones. Ya nos diría la fecha, en la que quizás no podamos decidir nosotros.


Una gran noche la que mantuvimos el jueves 25.

Ya estamos esperando la siguiente, como debe ser.

Mucha salud y vamos "palante".

Andrés Osado Gracia

sábado, 16 de julio de 2022

Misa en recuerdo de Carmen Yagües Soria

MISA AUSPICIADA POR LA HERMANDAD DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN - ORDEN TERCERA.

Córdoba, 15 de julio de 2022

A conciencia he puesto el nombre y apellidos de Carmen sin indicar “esposa de”. Recuerdo que en muchas ocasiones defendía: «yo soy Carmen Yagües y vosotros los curillas siempre me ponéis lo de esposa del Vilas»

¡Con el salero castizo de Madrisss, quién puede negarse a no cumplir sus deseos! ¡Pues va por ti, querida amiga Carmen, porque tienes toda la razón!

Esta vez no podía existir olvido alguno por mi parte, ya que todo estaba perfectamente organizado por Rafael Serrano, desde hacía días.

Bueno, en una cosa intervine y como siempre, en este caso Pacomo tuvo que hacerme el quite: a la hora de hacer la lista de asistentes le había casado con una tal Mari y no sé qué hice con su Isabel. Menos mal que todo volvió a su cauce y arreglé en entuerto. Me acordé de esa famosa frase “Ubi erat, Andrés”

A las veinte treinta horas estábamos todas y todos en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen. Si, de una forma o de otra no faltó nadie para arropar a la familia Vilas Yagües. El espíritu de concordia de Santa María de los Ángeles se hizo patente en ese momento. Yo por lo menos así lo sentí.

Con la entereza estoica, creo que, también heredada de aquellos tiempos de seminario, soportamos el inmenso calor que imperaba no sólo por entre aquellas cuatro paredes de la parroquia, sino por el exterior. Las gotas de sudor que ocultaban algunas otras gotas producto de la emoción y el recuerdo se dejaron escurrir por nuestros rostros.

La Eucaristía la concelebraron Manuel Pérez Moya, Antonio José, párroco del Carmen (más jóven que todos nosotros, por cierto, de Priego) y Manolo Vida.

Manuel Pérez, en su homilía, hizo en excelente desarrollo sobre la figura de la Virgen y en especial de la que lleva la advocación de Virgen del Carmen. Resaltó, dado que era el último día de la novena que se venía realizando en su honor, la intercesión fundamental que María tiene para la Iglesia y los católicos. “Camino hacia el cielo”. El elogio que derramó sobre ella quedó patente en toda su exposición de motivos y elogios. Se nota la vivencia que con ella mantiene.

Manolo Vida hizo una mención especial para Carmen, indicando que ya se encontraba en la morada celestial.

Marina, hija de Carmen, de vez en cuando, con la ternura de una hija, arropaba a su padre con el brazo, para mostrarle el cariño y transmitirle toda la fuerza de su corazón. O sea, lo que algunas veces decimos de “darle un poquito de mimosín a su papi”. Rafa se merece eso y mucho más. ¡Es una gran persona, digna de su Carmen!

Así transcurrió toda la ceremonia eucarística. Después, con esa parsimonia que nos caracteriza en las despedías, que se hacer eternas, nos fuimos encaminando hacia la Casa Hermandad, donde como decía Rafael Serrano:

«Vamos a celebrar, con una invitación, los Jueves fin de mes en Plateros»

Efectivamente, empezaron a ofrecernos en primer lugar una cervecita, para aplacar los rigores del calor pasado. Pronto llegó ¡Un excelente bocadillo de atún con tomate! Mientras, como debe ser, se mantenía una amena tertulia entre las personas que allí nos encontrábamos. ¡Que buena tertulia! Pero lo mejor fueron los anfitriones. Siempre estaban, las personas de la Hermandad, pendientes de nosotros.

En un momento aseguré que los bocatas de atún estaban tan buenos como los de Plateros, a lo que Jesús, gran servidos y miembro de la Hermandad, me dijo: «pero estos tienen el ingrediente de estar hechos con mucho amor». ¡Palabra mágica que todo lo mejora! Le contesté.

La sorpresa no se hizo esperar. Otra cervecita y lo que es de rigor ¡un bocata de caramales! Eso ya fue remate de la faena. Para salir a hombros. No se podía aguantar tanta torería.

No teníamos palabras suficientes con las que dar las gracias a las personas que nos estaban agasajando. Se merecen (en mi opinión) que un día les invitemos a un perol de los que haremos en Plateros.

Lo comenté en una ocasión y esta vez volvió a suceder. Quizás Carmen y quienes la habían precedido en su partida, unieron sus fuerzas para conseguir que surgiera ese “duende” Un algo que voló entre nosotros, haciendo irrepetible el momento. Una alegría y armonía que hacía difícil deshacer esa situación.

Y para que todo se pareciera más a un jueves fin de mes en Plateros, no podía faltar la toma de decisiones:

Manuel Pérez Moya, muy gustoso, aceptó, que en uno de nuestros peroles nos haría una disertación sobre la fundación del Monasterio de Santa María de los Ángeles y su posterior transformación en Seminario Menor. Esta propuesta partió de nuestro compañero Manolo Vida.

Como siempre, después de un rato, empezamos con las despedidas. Menos mal que en esta ocasión duraron poco.

Familia Vilas Yagües, sabed que aquí tenéis unas personas que os quieren. Estamos para ayudaos en lo que necesitéis. Siempre estaréis en nuestros corazones, al igual que nuestra amiga Carmen, vuestra madre y esposa.

Andrés Osado Gracia