Crónica de un encuentro entrañable
Sociedad de Plateros, 28 de julio de 2016
Sociedad de Plateros, 28 de julio de 2016
El día amanecía, aparte de caluroso, con novedades importantes que otorgaron a nuestro quehacer diario una gran dosis de optimismo, alegría y esperanza: nacimiento reciente de Gonzalo, nieto de Andrés, la subida a planta de Pablo, también hijo de Andrés, y una ilusión contenida, desde hacía días, por el reencuentro con Antonio Rodríguez Gutiérrez (Palito) del que no teníamos noticias desde que abandonó el Seminario.
Carlos Samaniego, Andrés Luna, Antonio Rodríguez Carmeli, Paqui y Paco Moreno Osuna (Foto) |
Pues, con estas “vitaminas” y los “güasas” correspondientes, fue transcurriendo el día hasta que llegó la hora del encuentro. A las 20, en punto, en Plateros. Lo del punto me lo comí yo, sobradamente… ya se sabe: “vivo sin vivir en mi…” El caso es que llegué. El recibimiento fue apoteósico: Carlitos ya me esperaba con su cámara en ristre y no digamos nuestro querido Palito. Menudo achuchón nos pegamos…
Me había perdido el reencuentro general, pero me imagino y os digo, que si el mío fue emotivo del de todos hubo de ser apoteósico.
Voy a recurrir a mis confidentes para que me ayuden a ilustrarme un poco y así poder contarlo mejor:
−esperad un momento, vuelvo enseguida…
− ¡Ya estoy, otra vez, de vuelta!
Según comunica mi informante, la recepción que se le tributó a Antonio Rodríguez fue de esas que requieren un pañuelito en la mano. Buenas palmadas en las espaldas retumbaron entre aquellas paredes. Paqui, su esposa pudo notar el cariño con se abrazaban tantos viejos amigos. Supongo que eso los animará, a Paqui y a Antonio, para que no se olviden de acudir a la próxima reunión de Lucena, donde volverán a oírse esos sonidos de amistad.
Los clip de los móviles y el cras de la cámara de Carlitos, trataron de dejar memoria gráfica de aquel momento sublime. Sin perder ni una pizca de tiempo, pues pasaba a marchas forzadas, se entabló una amena conversación donde se trató de poner al día los acontecimientos vividos de pequeños.
Entre bambalinas, se dejaba entrever la alegría especial de Andrés, no sólo por el nacimiento de su nieto Gonzalo sino por la mejoría que iba tomando el estado de su hijo Pablo. De esto nos alegramos todos los presentes.
Por cierto, mi acto de presencia se produjo en la situación más importante de nuestras asiduas reuniones: nada más y nada menos que cuando se da cuenta del “bocata de caramales” (esta vez no me percaté si había alguno de atún).
Una vez calmada nuestra ansiedad, Antonio Rodríguez: “púsose en pié” y con voz profunda proclamó a los cuatro vientos lo emocionante, que para él, estaba suponiendo aquella reunión. Se sentía enormemente y el haber recuperado, otra vez, a tantos amigos de la infancia, le colmaba de una inexplicable emoción. Contó cómo por internet supo de nosotros y a partir de ahí mediante los Whtsapp, Facebouk y teléfono, empezó a mantener nuevamente el contacto. Y sin pensarselo dos veces, nos obsequió con una entrañable canción: “Volver” del inolvidable Carlos Gardel. ¡Que bien la hizo resonar en aquel recinto! Volvimos a sentirnos especiales con esos sonidos que salían de su garganta. A partir de colosal y enternecedora interpretación; de ese derroche de profunda y clara voz, se ha ganado, por méritos propios, que se le reconozca con su verdadero nombre y no el de “Palito”.
Nuestro entrañable MAM, Manuel Aranda, para no desmerecer ante su apoderado Paco Moreno, se arrancó por el arte de Manolo Caracol, con una coplita que días antes había dedicado al altruista “volador” Antonio Martínez Rangel: salvando el agravio sufrido, en tiempos de niñez, cuando fue derrotado en el festival de la canción de Santa María de los Angeles, por el que interpretó una canción de Palito, que no fue otro sino Antonio Rodríguez Gutiérrez. Quedó claro que si Antonio es el rey en lo que llamamos música moderna, él lo es en el flamenco. Así todos contentos.
Carlos Samaniego cámara en ristre y la simpar fotógrafa. |
Antes de la despedida, nos hicimos la correspondiente foto de grupo. Miren ustedes por donde nuestro genial Carlitos, el de la cámara en ristre, se preparó para ello. A la primera niña guapa que pasaba por ahí, le endosó la susodicha cámara y tras una breve insinuación la dejó como dueña de su particular hacienda. Esta sin rechistar comenzó a disparar alegremente hasta que encontró oposición por el impecable artilugio: por más que lo intentaba no lograba alcanzar el cometido para la que había sido requerida. Carlitos se acercó, observó y decidió que eran las pilas las causantes de tal desaguisado. Se encaminó a por unas nuevas. En esto, la simpar voluntaria, permaneció en su puesto, frente a nosotros, con cara de sorpresa o admiración `por lo que estaba sucediendo. Volvió Carlitos; puso nuevas pilar y la cámara siguió sin funcionar. Carlitos miró a la chica y ésta le devolvió la mirada. Ambos, se marcharon contrariados, cada uno por su lado.
Poco a poco fuimos marchándonos, con el deseo de hasta pronto.
Diego, Paco Solano, Carmeli, Carlos, Paqui, Antonio, Paco Sánchez y Paco Moreno |
Otros, permanecieron agotando los últimos sorbos.
Andrés Osado Gracia
29/07/2016
Te superas en cada crónica tocayo.
ResponderEliminarAndresito, como siempre, ¡¡genial!!, gracias y gracias por ilustrar con miapirtación fotográfica tan magnífica crónica.
ResponderEliminarUn abrazo.
Emocionante y completa tu crónica. Fue un día muy especial para mi.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
No estuvimos, pero si lo vivimos gracias a ti y tu maestría y gracejo para hacer vivir la situación, Gracias Andrés jauna.
ResponderEliminarLos ausentes que somos muchos, agradecemos estas crónicas y fotografías para sentirnos un poco presentes y revivir esos hermosos días de hace ya mucho tiempo. Gracoas Andrés, Pacomo etc. Un fuerte abrazo para todo el grupo que somos muchos
ResponderEliminarRafa, gracias por la parte que me toca.
EliminarLos ausentes que somos muchos, agradecemos estas crónicas y fotografías para sentirnos un poco presentes y revivir esos hermosos días de hace ya mucho tiempo. Gracoas Andrés, Pacomo etc. Un fuerte abrazo para todo el grupo que somos muchos
ResponderEliminarEn Hora buena por las buenas noticias y por el encuentro con otro compañero que se conecta al grupo de antiguos alumnos del Seminario.
ResponderEliminarGracias por el buen relato del señor cronista, que nos mantiene unidos en la distancia.
Un abrazo a todos.
Juan Martín.
Amigo Andrés, magnifica crónica como ya viene siendo habitual en ti. Me alegro del feliz encuentro con Antonio Rodriguez y esperemos que la lista siga aumentando.
ResponderEliminarUn abrazo de mi parte.
Manolo Jurado.
Cadadia lo pasamos mejor. Un abrazo a todos.
ResponderEliminarPor cierto, se me olvido decir que esta vez no tuve poblemas con el autobus y el taxi... Antonio Gómez Ramírez me dejo en la puerta. Eso si qque estuvo bien